La Obra de Dios en la carcel.

Introducción:

Muchas veces decimos al enfrentar una dificultad: “Dios tiene un propósito”, sin embargo ¿alcanzamos a ver ese propósito cumplido? A veces esto es solo una frase que nos tranquiliza en el momento para luego, cuando la tormenta ha pasado olvidarnos de ella para volver a la misma rutina de siempre. Pero, ¿Es posible que a travez de una circunstancia Dios haga una obra tan grande de modo que la vida nunca vuelva a ser la misma? ¿Es posible que que a travez de la situación difícil que usted esté atravesando su vida sea com nunca ha sido?

Queridos hermanos, ¿ha pensado usted que la aflicción que puede estar viviendo es la manera en que Dios quiere hacer algo por medio de usted? ¿Ha pensado que la tribulación que usted enfrenta puede llevarle a un mayor gozo en el Señor y a ser usado por él de una manera poderosa?

Hechos de los Apóstoles 16:25–40 RVR60

25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. 26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. 27 Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. 28 Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. 29 El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; 30 y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? 31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 32 Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. 33 Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. 34 Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios. 35 Cuando fue de día, los magistrados enviaron alguaciles a decir: Suelta a aquellos hombres. 36 Y el carcelero hizo saber estas palabras a Pablo: Los magistrados han mandado a decir que se os suelte; así que ahora salid, y marchaos en paz. 37 Pero Pablo les dijo: Después de azotarnos públicamente sin sentencia judicial, siendo ciudadanos romanos, nos echaron en la cárcel, ¿y ahora nos echan encubiertamente? No, por cierto, sino vengan ellos mismos a sacarnos. 38 Y los alguaciles hicieron saber estas palabras a los magistrados, los cuales tuvieron miedo al oír que eran romanos. 39 Y viniendo, les rogaron; y sacándolos, les pidieron que salieran de la ciudad. 40 Entonces, saliendo de la cárcel, entraron en casa de Lidia, y habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron.

Desarrollo:

¿Cómo es que Dios conduce a que alguien llegue a alcanzar salvación?

1. Dios usa a sus siervos en las circunstancias difíciles.

Hechos de los Apóstoles 16:25 “25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.”

Dos cosas importantes se ven en el testimonio de los apóstoles:

Alababan a Dios en medio de la adversidad. Aunque era una situación injusta y dolorosa ellos honraban a Dios. Aplicaban lo que la Palabra de Dios dice en Salmo 34:1 “1 Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca.” Semejante a la actitud de Pedro y Juan después que fueron encarcelados, Hechos de los Apóstoles 5:41 “41 Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.” La Palabra nos dice que esto lo hacían mientras “los presos los oían”. Esto nos enseña que esta actitud estaba causando un impacto en los demás presos. Ap. Es en los momentos de tribulación, incluso de injusticia donde los creyentes demostramos nuestro amor y confianza en el Señor. Es ahí cuando en vez de quejarnos debemos alabar a Dios porque sabemos que él tiene el control y recibimos con humildad lo que él nos manda.

Disposición a ser usados por Dios en medio de la tribulación. Es justamente en esta tribulación donde Dios usó a los misioneros para que el evangelio llegara al carcelero. En vez de ver esta situación como una injusticia que les desanimara a servir al Señor ellos entendieron que aun en medio de esta tribulación ellos eran siervos de Dios. (Ilustración testimonio Silvana)

Ap. El creyente en el día de hoy debe entender que toda circunstancia que Dios permite en su vida es una oportunidad para ser testigo de Cristo. Debemos enfrentar las circunstancias no con un corazón egoísta si no como siervos de Dios. Nunca debemos olvidar que estamos para servir a Dios y no a nosotros mismos.

2. La condición caída del hombre es revelada.

Hechos de los Apóstoles 16:26–27 “26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. 27 Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido.”

Podríamos pensar que el terremoto fue una intervención divina ya que todas las celdas se abrieron y las cadenas se soltaron. En otras ocaciones Dios había liberado a sus siervos de manera milagrosa también, como cuando envió un ángel para que sacara a Pedro (Hechos 12).

Sin embargo ese hecho fue impresionante porque nos muestra la condición caída del carcelero, condición que comparten todos los hombres nacidos en este mundo. La Palabra nos dice que pensando que los presos habían huido sacó la espada para matarse. Para la justicia romana los carceleros eran responsables de sus presos y si estos escapaban el castigo para los guardias era la muerte. Este hombre pensó en quitarse el mismo la vida antes que se ejecutado por la justicia romana. Esto revela la falta de esperanza de este hombre. A pesar que los romanos creían en muchos dioses, no creía que alguno de ellos podría salvarle.

Ap. así mismo la falta de una verdadera fe en Dios se ve en la manera en que enfrentamos las situaciones difíciles de la vida. A pesar que vivimos en una cultura donde la mayoría de personas dice creen en Dios, realmente no le buscan de verdad y hacen una de dos cosas: o se hunden en la desesperanza o buscan soluciones humanas que los hunden más y más en la miseria. Así como este hombre, cuando realmente no se tiene a Dios no hay esperanza.

Pero para este hombre el fin aun no llegaba.

3. Dios obra con poder en el corazón de los hombres.

Hechos de los Apóstoles 16:28–30 “28 Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. 29 El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; 30 y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?”

Aquí vemos la mano poderosa de Dios interviniendo no solo en haber enviado este terremoto si no en el hecho de que nadie se escapó, todos los presos estaban dentro. La razón por la cual los demás presos no habían escapado no la sabemos pero podemos pensar que el testimonio de Pablo y Silas provocó temor de Dios en ellos, sin embargo Dios usó este hecho para obrar en el corazón del carcelero, obra que Dios hace en los hombres para que sean salvos:

Le mostró que el Dios de los misioneros si estaba con ellos.

Por lo tanto el mensaje ellos predicaban era verdad.

Le revela su necesidad de Salvación.

Es a travez de esta situación dramática que el Señor le muestra al carcelero su necesidad de salvación. Dios obró para que él comprendiera que su necesidad más grande era alcanzar la salvación del alma.

4. El evangelio es revelado.

Hechos de los Apóstoles 16:31–32 “31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 32 Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.”

Esta fue la respuesta a la pregunta del carcelero. Lo interesante es que la pregunta del hombre que “qué debía hacer” para hacer salvo y los misioneros le responden con “qué debía creer” para ser salvo. Este mensaje sencillo, que después fue explicado de forma detallada en su casa era a verdad que le podía salvar y que puede salvar a cualquier persona que lo cree. ¿En qué consiste este sencillo mensaje?

La salvación no es por lo que uno hace si no por lo que uno cree. Efesios 2:8–9 “8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.” En la manera de Dios lo que cuenta es la fe no las obras. Estas últimas no valen ya que aun nuestras obras de justicia son como trapo de inmundicia ante Dios (Isaías 64.3)

La fe que salva es la que reconoce que Jesús es el Señor. “Cree en el Señor Jesucristo”. No es meramente la creencia popular en Jesús que la mayoría de personas tiene en el día de hoy. No es esa fe de todo el mundo que aunque dice creer en Jesús no le interesa someterse a él. La Palabra de Dios dice en Romanos 10:9 “9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.”

En primer esto habla de esta fe va acompañada de arrepentimiento por haber vivido par si mismos, en el pecado, en nuestros deseos y según nuestras normas y busca someterse a la autoridad de Cristo.

Pero también, es reconocer que solo él tiene autoridad para salvar. Cuando murió en la cruz estaba tomando el lugar de os que se arrepienten recibiendo el castigo que ellos merecían y resucitado tiene el poder para salvar a los que confían en él.

En tercer lugar cuando este mensaje sencillo es creído garantiza que habrá salvación. “y serás salvo”. Este mensaje llevaba una promesa. Que si la persona lo cree alcanzaría salvación. Esto habla que el mensaje del evangelio suple la necesidad más importante del hombre, que es la salvación del alma y a la vez es algo seguro. El Señor prometió que si creemos en él podemos estar seguros que podemos alcanzar salvación. El dijo en Juan 5:24 “24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” Este es el Cristo de la Biblia, el que verdaderamente puede salvar. ¿Es el mismo Cristo que el que cree la mayoría? No, la mayoría cree en un Cristo que realmente no puede salvar. el de la Biblia si.

En cuarto lugar es un mensaje que alcanza con la salvación no solo a la persona si no a todos a su alrededor. Es un mensaje que cuando uno lo cree toda su casa es alcanzada por él. “serás salvo tú y tu casa”. No es algo que afecta solo a la persona, es de influencia a toda la familia. El termino casa en la Biblia no solo se refiere a los familiares, incluye también a todos los que están a su cargo. Para este carcelero incluía esposa, hijos, pero también familiares, otros soldados que vivían con él y sus trabajadores. Esto habla de la influencia que puede llegar a tener el evangelio. Cuando alguien se entrega a este mensaje, lo cree de verdad, su vida será transformada y la gracia de Dios alcanzará a su familia ya todos a su alrededor.

Ap. Cuando una persona se entrega a Cristo, cree verdaderamente en él su vida es transformada y su familia y todo su entorno también. Y eso es justamente lo que sucedió.

5. La vida es transformada.

Hechos de los Apóstoles 16:33–34 “33 Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. 34 Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios.”

Amor por los hermanos en la fe manifestado en el acto de lavarles las heridas.

Se identificó públicamente por medio del bautismo junto con los suyos. Lo cual muestra que esta gracia de Dios alcanzó a los de su casa tal como le prometieron los misioneros.

Les sirvió compartiéndoles la comida.

Se regocijó.

Siempre que alguien se entrega al evangelio su vida será transformada, dice la Palabra en 2 Corintios 5:17 “17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”

6. Los siervos de Dios siguen su camino.

Hechos de los Apóstoles 16:35–40 “35 Cuando fue de día, los magistrados enviaron alguaciles a decir: Suelta a aquellos hombres. 36 Y el carcelero hizo saber estas palabras a Pablo: Los magistrados han mandado a decir que se os suelte; así que ahora salid, y marchaos en paz. 37 Pero Pablo les dijo: Después de azotarnos públicamente sin sentencia judicial, siendo ciudadanos romanos, nos echaron en la cárcel, ¿y ahora nos echan encubiertamente? No, por cierto, sino vengan ellos mismos a sacarnos. 38 Y los alguaciles hicieron saber estas palabras a los magistrados, los cuales tuvieron miedo al oír que eran romanos. 39 Y viniendo, les rogaron; y sacándolos, les pidieron que salieran de la ciudad. 40 Entonces, saliendo de la cárcel, entraron en casa de Lidia, y habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron.”

Dos cosas importantes:

La prueba de los misioneros terminó cuando se cumplió el propósito de Dios.

Una vez libres los apóstoles inmediatamente van donde sus hermanos en la fe. Seguramente les consolaron explicándoles que la adversidad de ellos fue algo bueno, algo que llevó la salvación a toda una casa.

Conclusión: