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Maranatha!

Filipenses 3:20-21
20   Mas nuestra ciudadanía está en el cielo, de donde también esperamos al Salvador, el Señor Jesucristo;
21   el cual transformará nuestro cuerpo vil, para que sea semejante a su cuerpo glorioso, según el poder con el cual puede también sujetar a sí todas las cosas.
1 Tesalonicenses 4:16-18
16   Porque el Señor mismo con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
17   Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
18   Por tanto, consolaos unos a otros con estas palabras.
ARREBATAMIENTO. Derivado del latín, rapio, la palabra rapto puede señalar un éxtasis de espíritu como el que aspiran disfrutar los místicos, pero a veces se refiere al traslado de una parte a otra por la fuerza. Aquí está siendo considerada solamente en este último sentido, como una fase de la revelación profética que tiene que ver con la venida del Señor por su iglesia. Pablo trata de consolar a los creyentes de Tesalónica cuyos seres amados habían muerto recientemente, con la seguridad de que en la venida de Cristo ellos tendrían prioridad. Cuando ellos hayan resucitado, los santos que estén vivos serán «arrebatados» (harpagēsomeza) junto con ellos a encontrar al Señor en el aire, para no verse más separados de él o unos de otros (1 Ts. 4:17). Este será también el tiempo de la transformación corporal de los creyentes (Fil. 3:20–21; 1 Co. 15:51–52).
El verbo harpadsō aparece trece veces en el NT. Leemos que el Espíritu arrebató a Felipe cerca de Gaza y lo trasladó a Cesarea (Hch. 8:39). Pablo fue arrebatado al paraíso donde tuvo experiencias inefables (2 Co. 12:2–4). No puede haber dudas en cuanto al lenguaje de Pablo en 1 Ts. que exige el retiro de los santos de la tierra en el momento de la venida del Señor. La suposición de que la apostasía de 2 Ts. 2:3 tiene la intención de referirse al arrebatamiento es muy improbable, porque esta expresión no indica una simple partida (para lo cual la palabra adecuada sería afixis, como se usa en Hch. 20:3–9), sino más bien rebelión o apostasía.
Hay tres puntos de vista sobre la relación de este acontecimiento con el período de tribulación que las Escrituras proféticas ponen inmediatamente antes de la segunda venida de Cristo. Los pretribulacionistas ponen el arrebatamiento antes de la tribulación, sosteniendo que la tribulación está marcada por el derramamiento de la ira divina sobre una sociedad que rechaza a Cristo, ira que no tiene como objetivo la iglesia y es completamente ajena a ella, por mucho que se pueda beneficiar por la experiencia de la tribulación en sentido general. Los defensores de este punto de vista creen que Dios ha prometido eximir a la iglesia de todo este periodo de tribulación y juicio sobre el mundo. El arrebatamiento es el método de Dios para el cumplimiento de su propósito. El lenguaje de Pablo exige su remoción del escenario terrenal. Parece no tener sentido una traslación hacia el aire para luego regresar inmediatamente a la tierra, como lo exige el punto de vista de los postribulacionistas. En el intervalo entre el arrebatamiento y la manifestación pública de Cristo ante el mundo, él va a recompensar a su pueblo.
Algunos tribulacionistas sostienen que es impropio hablar de la gran tribulación como equivalente en toda su extensión con la semana 70 de Dn. 9:27, porque tanto allí como en Apocalipsis se concibe el período como dividido. Solamente la segunda mitad será caracterizada por la tribulación. Será precedida por un período de paz y seguridad (1 Ts. 5:3). Dado que los santos serán librados de los sufrimientos de la tribulación, el arrebatamiento ocurrirá aproximadamente en el punto medio de los siete años. En substancia, este punto no difiere del anterior, porque ambos sostienen la exención de la iglesia de la era de tribulación.
Los postribulacionistas sostienen que la iglesia permanecerá en la tierra durante el tiempo de tribulación e ira que fue predicho, y experimentará la tribulación, pero no la ira. La primera viene de los hombres, la segunda es visitación divina. Él dará protección a los suyos cuando se manifieste su ira. No habrá un intervalo apreciable entre el arrebatamiento y la venida del Señor con los santos arrebatados para juzgar el mundo y establecer el reino.
La divergencia en punto de vista se debe al hecho de que en ningún lugar de las Escrituras se trata el arrebatamiento en relación con la venida de modo que pueda ubicársele temporalmente. Los postribulacionistas enfatizan que el punto de vista de ellos es más sencillo y natural como solución. En 2 Ts. 1:6–10, donde se trata el efecto de la venida sobre creyentes e incrédulos, no hay indicación alguna de una venida en dos fases. Los pretribulacionistas enfatizan la dificultad involucrada en la exención de la iglesia de los juicios que se representan como que se derraman sobre la tierra como un todo, aunque esta dificultad se ve aminorada por el hecho de que los santos de la tribulación (Ap. 6:14) sobreviven al sufrimiento. También piensan que, así como la venida del Señor en el AT mayormente presentada como una en la descripción profética resultó en una doble venida, separada por la edad presente, así la venida futura de Cristo, aunque a veces es presentada como un solo suceso, puede bien ser efectuada en dos etapas, una de las cuales involucra solamente a los santos y la otra solamente al mundo incrédulo.
MARANATA. Ésta es una fórmula aramea que se encuentra en el NT en 1 Corintios 16:22 como parte final del saludo de Pablo; maranata puede analizarse como un imperativo: marana-ta, significando «ven, Señor»; o como un indicativo maran-ata, que significa «Nuestro Señor viene». Tres interpretaciones son posibles: (1) la oración por el regreso del Señor, (2) la confesión de que el Señor está viniendo, (3) la reafirmación de la presencia del Señor, según se usa en la Eucaristía. Con toda seguridad, Pablo usa la fórmula en el primer sentido. No obstante, es digno de notarse que maranata aparece en la Didaché al final de una serie de oraciones eucarísticas.
Ha presentado muchos problemas la pregunta por qué Pablo incluye una fórmula aramaica sin traducción en una carta griega dirigida a Corinto donde el arameo no era corriente. Responder que Pablo deseaba advertir a los judaizantes es inadecuado, porque no está claro si él tenía en mente a sus oponentes en 1 Co. 16:22 o quería que sus palabras se entendieran en un sentido general. El hecho que maranata se usa sin una traducción indica que era una fórmula fija y que circulaba ampliamente. Como tal, sin embargo, ésta únicamente pudo haberse originado y recibido exclusivamente en una congregación en donde se usaba el arameo. Más aun, puede ser que maranata fuera una expresión clave en la liturgia de la primitiva iglesia palestina, y que desde allí haya pasado al cristianismo griego sin traducción, de una manera similar a «amén» y «hosanna».
1° cuando celebraban amen, hosanna y maranatha
2° cuando se despedían
3° antes de morir en la persecución
LEVANTAMIENTO DE LA IGLESIA
Nuestro Señor Jesucristo está a la puerta, y como el relámpago que sale del Oriente y se muestra al Occidente así también será la venida del Hijo del Hombre (Mat 24: 27, Tes 4: 13-18).Cuando esto acontezca se dará inicio a la gran tribulación.
El levantamiento de la Iglesia se constituye en una esperanza vital para la Iglesia de Cristo ya que esperamos ese día glorioso que levante su Iglesia.
El apóstol Pablo nos dice lo siguiente: Por que el Señor mismo con voz de mando y con voz de Arcángel con trompeta de Dios, descenderá del Cielo y los muertos en Cristo resucitaran primero (1 Tes 4:16).
Nos maravilléis de esto de los que están en los sepulcros oirán su voz de los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida; más lo que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
Nuevamente el Apóstol San Pablo aborda este tema y dice: E aquí os digo un misterio no todos dormiremos; pero todos seremos transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos a la final trompeta: Porque se tocara la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados (1 Cor 15. 51-52).
Viene para transformar a los creyentes que estén vivos. Mientras los justos que habían dormido en el Señor serán resucitados, los santos y justos vivos seremos transformados y arrebatados para recibir al señor en el aire.
Este será el momento glorioso de la transformación final del cristiano. Lo mortal se hará inmortal, lo corruptible, incorruptible, el pecado será definitivamente erradicado de nuestra naturaleza humana, y nuestros cuerpos glorificados.
La muerte será vencida las malas dolencias y las enfermedades, el Cristino recibirá definitivamente la inmortalidad la cual se hizo posible con la muerte de Cristo (1 Cor 15:51-58).
Es bueno aclarar que los que resucitaran de los sepulcros para ser trasladados al cielo serán los que durmieron en Cristo los demás muertos que no creyeron en el Señor, no resucitaran para este acontecimiento, ellos resucitaran en el día del juicio (1 Tes 4:13).
Muchos al pasar el tiempo se ha desanimado porque él ha anunciado su venida y no viene dicen algunos, pero lo que él es paciente no queriendo que nadie se pierda sino que todos procedan al arrepentimiento.
Hoy podemos decir los que vivimos seguros y esperando su venida cada día que ahora está más cerca nuestra salvación que cuando creímos.
Para alcanzar la salvación o el levantamiento, hay un punto muy importante y es velad, el señor Jesús aconsejo velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro señor Mateo25:42
LA ACTITUD DEL CRISTIANO FRENTE A LA VENIDA DEL SEÑOR
* Debe velar y orar.
* Debe vivir en santidad.
* Debe estar preparado.
* Debe estar trabajando y ocupado en las cosas de Dios.
* Debe purificarse así como él es puro.
* Debe anunciar el evangelio y anunciar su muerte y resurrección hasta que el venga.
EL SEÑOR JESUS VIENE PRONTO, RETEN LO QUE TIENES PARA QUE EL OTRO NO TOME TU CORONA.
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