Levitico - Clase 5
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Moisés nos deja ver en su relato del diluvio, que el único hombre cuya casa es liberada de las aguas de la muerte es de hecho uno que puede subir al monte de Jehová segun el Salmo 15:1-2
Señor, ¿quién habitará en Tu tabernáculo? ¿Quién morará en Tu santo monte? El que anda en integridad y obra justicia, Y habla verdad en su corazón.
Estas son las generaciones de Noé. Noé era un hombre justo, perfecto entre sus contemporáneos. Noé siempre andaba con Dios.
La entrada al arca fue condicional, de manera que Noé era alguien cualificado para entrar, Dios mismo dice esto:
Entonces el Señor dijo a Noé: «Entra en el arca tú y todos los de tu casa; porque he visto que solo tú eres justo delante de Mí en esta generación.
Es muy curioso observar las alusiones al tabernáculo de Israel en la descripción del arca, que solo tenía una puerta en su costado y tres pisos. Genesis 6:16
»Le harás una ventana que terminará a un codo (45 centímetros) del techo, y pondrás la puerta en su costado. Harás el arca de tres pisos.
El arca, es como un cosmos en miniatura, para servir de refugio sustitutivo mientras el propio cosmos se limpia de su impureza. Y Noé, es un nuevo Adán, que habita con todas la criaturas del arca en paz.
Y en el día diecisiete del mes séptimo, el arca descansó sobre los montes de Ararat.
El arca, es un símbolo literario, un reflejo del jardín del Edén y una prefiguración del tabernáculo.
Volviendo a la palabra 'descanso' (nûaḥ), esta misma raíz está en el corazón de la esperanza de Lamec cuando nombra a su hijo 'Noé'
Lamec vivió 182 años, y tuvo un hijo. Y le puso por nombre Noé, diciendo: «Este nos dará descanso de nuestra labor y del trabajo de nuestras manos, por causa de la tierra que el Señor ha maldecido».
Noé cumple su nombre ofreciendo ofrendas de ascensión ('ōlōt) desde la cima del monte Ararat.
Cuando YHWH huele el aroma de la expiación, su ira se apacigua, de modo que pacta no destruir el cosmos actual mediante un diluvio, aunque el problema del mal dentro del corazón humano persiste y lo vemos el la borrachera de Noé (8:20-21).
En la fundación de este nuevo mundo, en la raíz misma de su historia, se encuentra la expiación, este será el medio por el cual el mundo, a pesar de su rebelión, puede seguir existiendo ante un Dios santo.
La vida con Dios después del diluvio no sería la misma que antes de la caída de la humanidad en el pecado. En el Pacto con Noé vemos un arco que contiene la ira de Dios sobre el nuevo mundo.
Aunque la humanidad tiene garantizada su existencia, el alejamiento de Dios permanece y lo vemos en lo que sigue en la narración de Genesis....
La torre de Babel
La torre de Babel
La humanidad, reunida al este del monte de Ararat-, intenta construir un zigurat "cuya cúspide está en los cielos" (11:4).
Su proyecto de construcción es un intento de ascensión a la morada de Dios. Aunque al arcoíris servia de contenedor que separaba los cielos de la tierra, el intento del hombre por quitar esta barrera fue desafiante. Los hijos de Noé, al igual que Adan desafían los limites establecidos por Dios y queren pos is mismos buscar poder su seguridad. El resultado es el mismo “Exilio”, muerte, destrucción y alienación".
Dios dispersó a los hombres por la faz de la tierra, dividiéndolos por lenguas en naciones separadas. Vemos de Génesis 1 al 11 un descenso desde las alturas de la montaña de Dios hasta las profundidades del exilio, del Edén a Babilonia.
La historia de Israel es paralela a la de los gentiles y terminará en el exilio: Israel se dispersa lejos de la Presencia divina.
Caín y los hombres en Babel intentaron desafiar a Dios, reclamando los beneficios de Dios aparte de Dios mismo, construyendo la ciudad del hombre. ellos quisieron:
hacerse un "nombre" (inmortalidad)
evitar ser dispersados (permanencia)
acceder a lo divino a través de la puerta del cielo (poder/control).
Este fue el deseo del rey de babilonia: Isaías 14:13-15
»Pero tú dijiste en tu corazón: “Subiré al cielo, Por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono, Y me sentaré en el monte de la asamblea, En el extremo norte. -”Subiré sobre las alturas de las nubes, Me haré semejante al Altísimo”. »Sin embargo, serás derribado al Seol, A lo más remoto del abismo.
De ahí la ironía del nombre 'Babel': para los babilonios significaba la puerta del cielo, literalmente 'la puerta de dios' (bab-ili), mientras que para YHWH y su pueblo es un juego de palabras con la palabra 'confusión'.
Ahora, toda la humanidad está en el exilio, vagando fuera de casa, fuera de la casa de Dios.
El pecado de Adán y Eva, Caín, Lamec, los hijos de Dios que tomaron a las hijas de los hombres por la fuerza, la Torre de Babel, son etapas a lo largo de ese camino que ha separado al hombre cada vez más de Dios.
Genesis nos relata como hay un abismo cada vez mayor entre el hombre y Dios.
Dios reacciona a estos brotes de pecado humano con severos juicios.
El castigo de Adán y Eva fue severo
más severo aún fue el de Caín.
Luego siguió el Diluvio,
y el juicio final fue la Dispersión, la disolución de la unidad de la humanidad.
Así, al final de la historia primigenia se plantea una cuestión difícil: La futura relación de Dios con su humanidad rebelde, ahora dispersa en fragmentos.
Una humanidad que se olvido por completo del propósito de Dios. Vemos esto en los relatos alternos al Genesis, por ejemplo;
Algunos relatos dicen que el diluvio se debió al capricho de los dioses (con una mínima culpabilidad humana)
el relato bíblico de la edad primitiva desarrolla una sólida teología del pecado, evaluando la naturaleza humana con un pesimismo devastador. ).
La teología del pecado se convierte en el telón de fondo de una teología del sacrificio, en la que las llamas del altar iluminan las tinieblas de la depravación humana. El camino de YHWH comienza a abrirse cuando el altar de Noé logra lo que el diluvio de aguas no pudo, sofocar la ira de Dios. Aunque la raíz del corazón de la humanidad sigue siendo maligna, el aroma tranquilizador de las ofrendas de ascensión apacigua el propio corazón de YHWH, aplacando su maldición y liberando su bendición (Gn 8:20-9:1; 6:5).
Ahora veamos, el desarrollo de la historia en la época de los patriarcas.
Génesis 12-50
Génesis 12-50
Debemos entender el llamado de Abraham en Genesis 12 teniendo en cuenta su contexto en Génesis 1-11.
Abraham recibe 5 promesas en su llamado, que son un contraste con las 5 maldiciones que encontramos a lo largo de Génesis 3:1-11:26.
En su contexto inmediato “la historia de la torre de Babel”, podemos observar como Dios promete a Abraham permanencia, acceso divino y un nombre, todo lo que los hombres deseaban en Babel por si mismos, lejos de Dios.
Estas son las generaciones de Sem: Sem tenía 100 años, y fue el padre de Arfaxad, dos años después del diluvio.
Sem, significa 'nombre', su linaje conduce a Abram, a quien YHWH promete: 'Te bendeciré y engrandeceré tu nombre [šēm]' (12:2).
La declaración rebelde de los hombres en babel al querer acender a la morada de Dios "hagámonos un nombre" (Gn 11:4) dará paso al "háganme un santuario" en (Éx 25:8) cuando Dios descienda para hacer su morada entre Israel.
Una vez en la tierra prometida, el tabernáculo acabaría dando paso al templo, el lugar en el que Dios haría morar su "nombre", magnificando su glorioso renombre entre las naciones, la contrapartida más completa de la torre de Babilonia.
Esta antítesis ya está representada por Abraham, pues en Babilonia los constructores promovían su propio nombre, mientras que Abraham edificaba altares y proclamaba el nombre de Dios.
Abram fue llamado a salir de Ur en favor de las naciones que se habían dispersado de la Presencia de Dios. El fue llamado a salir del exilio de Ur como parte del plan de Dios para invertir el exilio de las naciones. La teología relativa al templo hará hincapié en el monte Sión como meta de la peregrinación de las naciones, un énfasis profundamente vinculado a Abraham (Gn 12:3
»Bendeciré a los que te bendigan, Y al que te maldiga, maldeciré. En ti serán benditas todas las familias de la tierra».
»En tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque tú has obedecido Mi voz»
En Gn 12-50, el distanciamiento gradual de Dios continúa, y el pacto de Dios con su pueblo se caracteriza por ser "desde lejos".
Leemos como la historia desde Abraham hasta los hijos de Jacob se caracterizará por un distanciamiento gradual de la Presencia de Dios,
Pero además vemos que Abram peregrina hacia la Tierra Prometida hacia el oeste desde Ur- qiue es uns sombra de la ciudad cuyo constructor y arquitecto es Dios.
El "camino de Harán a la tierra de Canaán simboliza el regreso de la humanidad a las puertas de Sión, Abraham, va a aguardar que Dios abra el camino a Sión. Canaan es comparada con Eden
Ciertamente el Señor consolará a Sión, Consolará todos sus lugares desolados. Convertirá su desierto en Edén, Y sus lugares desolados en huerto del Señor. Gozo y alegría se encontrarán en ella, Acciones de gracias y voces de alabanza.
A lo largo de la era patriarcal, sólo se construyeron altares dentro de los límites de la Tierra Prometida, y es posible que simbolizaran versiones en miniatura del monte de Dios.
Los altares, que solían marcar un encuentro teofánico, establecían un santuario primitivo y se convertían en señales de la presencia de Dios, así como en presagios de la morada de Dios en el templo de Jerusalén, pues "el altar es un santuario o casa de Dios".
Al este de Canaan se alza la ciudad del hombre en ruinas.
Así como Caín construye una ciudad al este del Edén.
Los constructores de torres construyen una ciudad al este del arca de Noé
Lot también elige la ciudad al este del altar de Abram.
Las ruinas que se encuentran al este del santuario se convierten en un tipos teológico del alejamiento de la Presencia divina hacia el caos y la muerte.
En la narrativa de Genesis vemos entonces la alternativa entre la casa de Dios y la ciudad del hombre, entre la vida y la muerte, el cosmos y el caos, la entrada en la Presencia de Dios y el exiio lejos de su Presencia.
La historia de Abraham termina con una observación significativa:
Abraham dio a Isaac todo lo que poseía. A los hijos de sus concubinas Abraham les dio regalos, viviendo aún él, y los envió lejos de su hijo Isaac hacia el este, a la tierra del oriente.
En el resto de la hitoria patraircal, vemos como Abraham recibió pocas visitas de Dios, y Jacob aún menos, unlo de estos encuentros es relatado en Génesis 28:12. Aquí se les concede el acceso a la morada de Dios a través de la puerta del cielo:
Y tuvo miedo y añadió: «¡Cuán imponente es este lugar! Esto no es más que la casa de Dios, y esta es la puerta del cielo»
La escalera de Jacob, debe entenderse como la realidad interior de todo el servicio de adoración establecido por Dios en Levitico.
El rabino Bar Kappara dice: “Y he aquí una escalera que simboliza la escalera; colocada sobre la tierra-el altar, como dice: Un altar de tierra me harás (Éxo. 20:21); y la parte superior de ella llegaba hasta el cielo-sacrificios, cuyo olor ascendía al cielo; y he aquí los ángeles de Dios-los Sumos Sacerdotes; subiendo y bajando por ella-subiendo y bajando por la escalera. Y he aquí que el Señor estaba de pie junto a él (28:13)-vi al Señor de pie junto al altar (Amós 9:1)”
Otra interpretación dice que la escalera represente el Sinaí, y que los ángeles aluden a Moisés y Aarón. u
Este encuentro en el monte Betel también pone de relieve el protagonismo de los montes en general a lo largo de la historia patriarcal, entre las que destaca el monte Moriah, en Génesis 22, en el que Dios le pidió a Abraham que ofreciera a Isaac como ofrenda de ascensión ('ōlâ), la misma que ofreció Noé en la fundación del mundo recién purificado.
Hacia adelante, cuando llegamos a los doce hijos de Jacob, la relación de los patriarcas con Dios fué únicamente a través de sueños "parabólicos" y de la providencia.
Vemos además como los hijos de Jacob se mueven desde Canaán hasta la tumba en Egipto
Y murió José a la edad de 110 años. Lo embalsamaron y lo pusieron en un ataúd en Egipto.
La narrativa de Genesis se mueve:
Del Edén a las aguas del diluvio (caps. 1-7)
Del Edén al exilio babilónico (1-11)
Del Edén a la tumba de Egipto (1-50)
Es decir, se mueve de la plenitud de la vida a la muerte, lejos de la Presencia de Dios.
El libro del Éxodo, como veremos en la próxima clase, narra cómo Israel renace de la tumba y es introducido en la Presencia de Dios en Sinaí, invirtiendo el movimiento del Génesis.