Levitico - Clase 18

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El templo: Sión La ciudad de David
El Dios del Sinaí será conocido como aquél que habita en Sión “la ciudad de David”
2º Samuel 5:7cf NBLA
No obstante, David conquistó la fortaleza de Sión, es decir, la ciudad de David.
Sión es Jerusalén mas específicamente. La ciudad de que que reina en el nombre de Jehová. Al igual que los montes de antaño se asociaron con individuos y pactos particulares que eran una renovación del pacto de Gracia: (Adán con el Edén, Noé con el Ararat, Moisés con el Sinaí), así Sión se asocia con David y el pacto hecho con él.
El vínculo entre David y Sión puede verse en el:
Salmo 132 NBLA
Cántico de ascenso gradual. Acuérdate, Señor, de David, De toda su aflicción; De cómo juró al Señor, Y prometió al Poderoso de Jacob: «Ciertamente no entraré en mi casa, Ni en mi lecho me acostaré; No daré sueño a mis ojos, Ni a mis párpados adormecimiento, Hasta que halle un lugar para el Señor, Una morada para el Poderoso de Jacob». Oímos de ella en Efrata; La hallamos en los campos de Jaar. Entremos a Sus moradas; Postrémonos ante el estrado de Sus pies. Levántate, Señor, al lugar de Tu reposo; Tú y el arca de Tu poder. Vístanse de justicia Sus sacerdotes; Y canten con gozo Sus santos. Por amor a David Su siervo, No hagas volver el rostro de Su ungido. El Señor ha jurado a David Una verdad de la cual no se retractará: «De tu descendencia pondré sobre tu trono. »Si tus hijos guardan Mi pacto, Y Mi testimonio que les enseñaré, Sus hijos también ocuparán tu trono para siempre». Porque el Señor ha escogido a Sión; La quiso para Su habitación. «Este es Mi lugar de reposo para siempre; Aquí habitaré, porque la he deseado. »Su provisión bendeciré en abundancia; De pan saciaré a sus pobres. »A sus sacerdotes también vestiré de salvación, Y sus santos darán voces de júbilo. »Allí haré surgir el poder de David; He preparado una lámpara para Mi ungido. »A sus enemigos cubriré de vergüenza, Pero sobre él resplandecerá su corona».
Aquí el salmista busca la bendición para Sión basándose pactop de Dios con David. Pero el salmista ve un vinculo mas profundo entre YHWH y el rey que reinará en su nombre; puesto que YHWH ha elegido Sión para su morada permanente, su rey elegido también debe establecerse allí: es 'la ciudad del gran rey [divino]:
Salmo 48:2 NBLA
Hermoso en su elevación, el gozo de toda la tierra Es el monte Sión, en el extremo norte, La ciudad del gran Rey.
Salmo 2:6–7 NBLA
«Pero Yo mismo he consagrado a Mi Rey Sobre Sión, Mi santo monte». «Ciertamente anunciaré el decreto del Señor Que me dijo: “Mi Hijo eres Tú, Yo te he engendrado hoy.
La elección divina tanto de Sión como de David se unen en este texto:
2º Crónicas 6:6 NBLA
mas escogí a Jerusalén para que Mi nombre estuviera allí, y escogí a David para que estuviera sobre Mi pueblo Israel”.
El pacto de Dios con David establece nada menos que el objetivo de la historia redentora; a través de este pacto, Dios revela cómo se hará realidad la vida con Israel prometida en el pacto de Sinaí.
2º Samuel 7:11–14 NBLA
desde el día en que ordené que hubiera jueces sobre Mi pueblo Israel. A ti te daré reposo de todos tus enemigos. El Señor también te hace saber que el Señor te edificará una casa. ’Cuando tus días se cumplan y reposes con tus padres, levantaré a tu descendiente después de ti, el cual saldrá de tus entrañas, y estableceré su reino. ’Él edificará casa a Mi nombre, y Yo estableceré el trono de su reino para siempre. ’Yo seré padre para él y él será hijo para Mí. Cuando cometa iniquidad, lo castigaré con vara de hombres y con azotes de hijos de hombres,
David quiere edificar una casa para que Dios habite. Dios le niega su deseo y le dice que mas bien el le edificará una casa hecha con piedras vivas, una dinastía edificada por el hijo de Dios que reinará para siempre.
En esta promesa del pacto Davidico, El pueblo de Dios está destinado a ser la casa y el hogar de Dios.
Salmo 118:22 NBLA
La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser la piedra principal del ángulo.
Efesios 2:19–22 NBLA
Así pues, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino que son conciudadanos de los santos y son de la familia de Dios. Están edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular, en quien todo el edificio, bien ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor. En Cristo también ustedes son juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
1 Pedro 2:4–10 NBLA
Y viniendo a Él, como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios, también ustedes, como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Pues esto se encuentra en la Escritura: «Yo, pongo en Sión una piedra escogida, una preciosa piedra angular, Y el que crea en Él no será avergonzado». Este precioso valor es, pues, para ustedes los que creen; pero para los que no creen, «La piedra que desecharon los constructores, Esa, en piedra angular se ha convertido,” y, «Piedra de tropiezo y roca de escándalo». Pues ellos tropiezan porque son desobedientes a la palabra, y para ello estaban también destinados. Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquel que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable. Ustedes en otro tiempo no eran pueblo, pero ahora son el pueblo de Dios; no habían recibido misericordia, pero ahora han recibido misericordia.
Esta realidad será a la que apunte el templo de Salomón y él lo anticipo cuando dijo:
1º Reyes 8:26–28 NBLA
»Ahora pues, oh Dios de Israel, te ruego que se cumpla Tu palabra que hablaste a Tu siervo, mi padre David. Pero, ¿morará verdaderamente Dios sobre la tierra? Si los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener, cuánto menos esta casa que yo he edificado. »No obstante, atiende a la oración de Tu siervo y a su súplica, oh Señor Dios mío, para que oigas el clamor y la oración que Tu siervo hace hoy delante de Ti;

Repasemos la teología del reino de Dios en el A.T.

El reino fue prometido a Adan antes de la Caida, en el contexto de su unión con Dios - Cuando fingía como sacerdote en el monte Edén siendo una imagen de Dios sobre la tierra.
En el sexto día, Dios le encargó a Adán que llenara y sometiera la tierra y gobernara sobre las criaturas (Gn 1:27), esto implica que:
Adán debía reunir a toda la creación en la alabanza y adoración a Dios en el séptimo día, que es lo que significa "gobernar y someter". Se le encomendó separar ("santificar") la creación cada vez más hasta que toda la tierra fuera santa, llena de la gloria permanente de Dios.
El encargo conferido a Adán implicaba que su realeza estaría al servicio de su oficio sacerdotal, es decir, que gobernaría y sometería con el fin de que toda la creación fuera llena de la gloria de Dios - Para esto Adan debía obedecer a Dios de manera personal y perfecta. Si Adán lo hubiese hecho, la creación hubiera entrado a la consumación del Sabado y toda la tierra sería llena de la gloria de Dios, el velo de la tierra se hubiese rasgado.
La consumación del sábado era el corazón y la meta de la comisión del sexto día para gobernar. Adan estaba llamado a trabajar primero, sometiendo todas las cosas a los pues de Dios y luego vendría el reposo.
El reino se perdió por causa de la caída. Todas las cosas puestas bajo la autoridad de Adan ahora están bajo la maldición que trajo la caída del primer Adan. No hay esperanza para las naciones de la tierra, en Adan todos estan alejados de la ciudadanía e Dios.
Pero Dios le da esperanza al hombre, cuando promete en Genesis 3:15 un segundo Adan que obedecerá a Dios y además recibirá una herida de muerte para abrir de nuevo el camino al reposo de Jehová. la simiente de la mujer, la simiente de Abraham, el hijo de David, someterá todas las cosas y traerá bendición a todas las familias de la tierra reuniéndolas en la casa de Dios, en presencia de Dios.
Así como Adán, el segundo Adan posee, el derecho inherente a gobernar y someter toda la tierra en nombre de su Padre y en aras de la gloria de su Padre.
Aquí hay un punto que a menudo se pasa por alto y que merece ser subrayado: Noé puede ser descrito como una especie de nuevo Adán dentro del cosmos recién purificado, pero si ustedes leen bien, a Noe nunca se le encomendó gobernar y someter la tierra, él solo debe "fructificar y multiplicarse y llenar la tierra"
El derecho divino a la realeza fue retenido hasta el ascenso de David.
A medida que avanza la historia redentora, Israel se convierte, por así decirlo, en el segundo hijo primogénito de Dios.
Éxodo 4:22–23 NBLA
»Entonces dirás a Faraón: “Así dice el Señor: ‘Israel es Mi hijo, Mi primogénito. ’Y te he dicho: “Deja ir a Mi hijo para que me sirva”, pero te has negado a dejarlo ir. Por tanto mataré a tu hijo, a tu primogénito’ ”».
Oseas 11:1 NBLA
Cuando Israel era niño, Yo lo amé, Y de Egipto llamé a Mi hijo.
David, como cabeza de Israel y por promesa divina (2 Sam. 7:14), podía ser considerado hijo de Dios en un sentido especial, recibiendo evidentemente el manto de Adán en función de su cargo. Por su unción, David heredó el papel de Adán como 'hijo de Dios' y rey de la tierra.
Salmo 89:26–27 NBLA
»Él clamará a Mí: “Mi Padre eres Tú, Mi Dios y la roca de mi salvación”. »Yo también lo haré Mi primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra.
Sólo David la promesa de gobernar y someter a las naciones. El encargo de David era extender la voluntad y el reinado de Dios sobre la tierra; sus enemigos no eran meramente políticos o personales, sino los enemigos de Dios, reyes que se habían puesto en contra de YHWH y de su ungido.
Pero vemos como la dinastía de David se descarrió e hizo descarriar a las ovejas de Dios hacia la rebelión y la idolatría.
El exilio era inevitable.
Pero en el contexto de la apostasía de Israel, Dios prometió a un Siervo de la dinastía de David, que no sólo guiaría a las tribus de Jacob a través de un nuevo éxodo, sino que también sería entregado "como luz para las naciones, para que mi salvación llegue hasta los confines de la tierra".
Isaías 49:6 NBLA
Dice Él: «Poca cosa es que Tú seas Mi siervo, Para levantar las tribus de Jacob y para restaurar a los que quedaron de Israel. También te haré luz de las naciones, Para que Mi salvación alcance hasta los confines de la tierra».
Este mismo Siervo, debía sufrir el juicio de Dios al cargar con los pecados de muchos, para que como sacerdote exaltado pudiera 'rociar a muchas naciones'
Isaías 52:13–53:9 NBLA
Oigan esto: Mi Siervo prosperará, Será enaltecido, levantado y en gran manera exaltado. De la manera que muchos se asombraron de ti, pueblo Mío, Así fue desfigurada Su apariencia más que la de cualquier hombre, Y Su aspecto más que el de los hijos de los hombres. Ciertamente Él asombrará a muchas naciones, Los reyes cerrarán la boca ante Él. Porque lo que no les habían contado verán, Y lo que no habían oído entenderán. ¿Quién ha creído a nuestro mensaje? ¿A quién se ha revelado el brazo del Señor? Creció delante de Él como renuevo tierno, Como raíz de tierra seca. No tiene aspecto hermoso ni majestad Para que lo miremos, Ni apariencia para que lo deseemos. Fue despreciado y desechado de los hombres, Varón de dolores y experimentado en aflicción; Y como uno de quien los hombres esconden el rostro, Fue despreciado, y no lo estimamos. Ciertamente Él llevó nuestras enfermedades, Y cargó con nuestros dolores. Con todo, nosotros lo tuvimos por azotado, Por herido de Dios y afligido. Pero Él fue herido por nuestras transgresiones, Molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, Y por Sus heridas hemos sido sanados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, Nos apartamos cada cual por su camino; Pero el Señor hizo que cayera sobre Él La iniquidad de todos nosotros. Fue oprimido y afligido, Pero no abrió Su boca. Como cordero que es llevado al matadero, Y como oveja que ante sus trasquiladores permanece muda, Él no abrió Su boca. Por opresión y juicio fue quitado; Y en cuanto a Su generación, ¿quién tuvo en cuenta Que Él fuera cortado de la tierra de los vivientes Por la transgresión de mi pueblo, a quien correspondía la herida? Se dispuso con los impíos Su sepultura, Pero con el rico fue en Su muerte, Aunque no había hecho violencia, Ni había engaño en Su boca.
1 Pedro 1:1–2 NBLA
Pedro, apóstol de Jesucristo: A los expatriados, de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según el previo conocimiento de Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con Su sangre: Que la gracia y la paz les sean multiplicadas a ustedes.
Habiendo expiado los pecados de su pueblo, este Mesías venidero -el último Adán, la simiente de Abraham, el verdadero Israel, el gran David, el Siervo sufriente, el Hijo de Dios- ascendería a lo alto para reinar desde el monte Sión celestial, a la diestra de Dios Padre.
La comisión de Mateo 28:18-20, por tanto, no es sino el abrazo de la herencia prometida en el Salmo 2 (y en Daniel 7). Sin embargo, esta realeza está al servicio de un oficio sacerdotal, para conducir al pueblo de Dios a su Presencia a través del velo de carne desgarrada y sangre derramada. A través de su Espíritu derramado, el Mesías reina para someter y convocar a toda la creación a la adoración de su Padre
1 Corintios 15:24–28 NBLA
Entonces vendrá el fin, cuando Él entregue el reino al Dios y Padre, después que haya terminado con todo dominio y toda autoridad y poder. Pues Cristo debe reinar hasta que haya puesto a todos Sus enemigos debajo de Sus pies. Y el último enemigo que será eliminado es la muerte. Porque Dios ha puesto todo en sujeción bajo Sus pies. Pero cuando dice que todas las cosas están sujetas a Él, es evidente que se exceptúa a Aquel que ha sometido a Él todas las cosas. Y cuando todo haya sido sometido a Él, entonces también el Hijo mismo se sujetará a Aquel que sujetó a Él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
La realeza davídica, entonces, está:
(1) enraizada en la realeza de YHWH
(2) es una herencia del papel de Adán como hijo de Dios.
En cuanto a los oficios que Dios estableció en el monte de Sión: era en el monte de Sión que los sacerdotes eran consagrados, los reyes ungidos y los profetas eran enviados.
El rey davídico reinaría desde el monte de Sión para pastorear a la humanidad hacia la casa de Dios en la montaña de Dios, siendo el sumo sacerdote delante de la presencia de Dios.
Conclusión:
En contraste con la historia de los constructores rebeldes de la torre en Génesis 11:1-9, la narrativa que abarca desde Génesis 12 hasta 1 Reyes 8 representa el primer ciclo de la historia sagrada como un momento culminante en el que Israel hereda la permanencia y el reposo, todo esto logrado por la gracia divina y la fidelidad. Mientras los constructores de la torre buscaban hacerse famosos, Salomón construyó una casa para el nombre de YHWH. En lugar de ser el punto de partida desde el que las naciones se dispersaron, Sion es presentada como el lugar al que las naciones acudirán. Por lo tanto, el contraste en Génesis entre Edén y Babilonia se mantiene como la elección siempre presente que enfrenta Israel: elegir entre dos ciudades con deseos y destinos opuestos, Sion (como Edén) frente a Babilonia.
Especialmente como montaña sagrada que espera la restauración de Israel después del exilio, Sion se identifica cada vez más con los motivos originalmente asociados con Edén. La renovación que YHWH llevará a cabo en el nuevo éxodo escatológico resultará en una tierra llena de abundancia, de modo que se dirá: "Esta tierra desolada se ha convertido en el jardín del Edén" (Ezequiel 36:35). De hecho, YHWH consolará a Sion (Isaías 51:3).
En las palabras del profeta Isaías, se presenta a Sión como el monte elegido por YHWH para ser su morada eterna, convirtiéndose así en la ciudad que espera Israel y el refugio que se asemeja al cielo. Este lugar será donde se reúnan los redimidos de entre las naciones, después de haber sido liberados del dominio de la muerte. El monte de Dios que se menciona al principio se transforma en el monte de Dios que marca el fin. En este contexto, Sión se compara con Edén, lo que sugiere una restauración completa y un regreso a la paz y la perfección original. (Isaías 2:2-4)
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