La Espera a Terminado
El Espíritu Santo te capacita para hacer cosas que no están en ti de manera natural. Tu debes dejar que el te controle
I. El Espíritu Santo esta en ti.
Pentecostés significa “quincuagésimo”. Es el nombre del Nuevo Testamento para fiesta de las semanas (Éx. 34:22–23), o de la Cosecha (Éx. 23:16), que se celebraba cincuenta días después de la Pascua. En
Cincuenta días después del primer domingo posterior a la Pascua se celebraba la fiesta de Pentecostés (Lv. 23:15ss). En Pentecostés se hacía otra ofrenda de los primeros frutos (Lv. 23:20). Para completar el círculo del típico cumplimiento de las fiestas, el Espíritu vino en Pentecostés como las primicias de la herencia de los creyentes (cp. 2 Co. 5:5; Ef. 1:13–14). Más aún, quienes se unieron a la Iglesia ese día constituyeron los primeros frutos de la cosecha total de creyentes por venir. Entonces Dios envió al Espíritu en Pentecostés siguiendo el patrón de Levítico 23, no en respuesta a ninguna actividad humana.
Quienes estarían llenos con el Espíritu primero deben vaciarse de sí mismos. Eso implica confesión de pecado y morir al egoísmo y a la voluntad personal. Ser lleno con el Espíritu es practicar de manera consciente la presencia del Señor Jesucristo y tener la mente saturada con la Palabra de Dios. Colosenses 3:16–25 delinea los resultados de dejar que “la palabra de Cristo more en abundancia” en nosotros, y son los mismos que resultan de la llenura del Espíritu (Ef. 5:19–33). Cuando en todo momento los creyentes someten sus decisiones de vida al control de Dios, andan “en el Espíritu” (Gá. 5:16).