Hebreos 3
LA SUPERIORIDA DE JESÚS SOBRE MOISÉS
3:1–6 A. Una comparación entre Jesús y Moisés
3:7–19 B. Una advertencia contra la incredulidad
3:7–11 1. Escritura
3:12–15 2. Aplicación
El reposo del pueblo de Dios
3 Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús;
Las palabras por lo tanto (un sólo vocablo en el original) vinculan el capítulo 3 con el discurso que le antecede inmediatamente y que trata de la unidad que Jesús tiene con sus hermanos. Juntos ellos pertenecen a la familia de Dios. Los hermanos son santos porque son hechos santos por Jesús
El adjetivo santos revela que los hermanos han sido santificados y pueden entrar ante la presencia de Dios, ya que el pecado ha sido quitado mediante el sufrimiento y muerte de Jesús
El privilegio de ser llamado por Dios viene acompañado de un mandato. El mandato no es difícil ni complicado, y los hermanos pueden cumplirlo. Se les pide que fijen sus pensamientos en Jesús y que lo hagan diligentemente
La palabra apóstol tiene un significado más profundo: el de embajador. El apóstol no sólo es enviado: está también revestido de la autoridad de aquel que lo envió. Además, él puede y debe hablar únicamente aquellas palabras que su superior le ha confiado. Tiene prohibido expresar sus propias opiniones cuando las mismas difieren de las de aquel que le envió. Jesús, entonces, proclama la verdadera Palabra de Dios. El trae el evangelio, las buenas noticias
En tanto que el término apóstol, por comparación, se relaciona con Moisés, la designación sumo sacerdote nos trae un recuerdo de Aarón. Las diferentes funciones de estos dos hermanos quedan combinadas y son cumplidas en la persona singular de Jesús. Y en su obra Jesús es más grande que ambos, Moisés y Aarón.
2 el cual es fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios.
Dios Padre designó a Jesús como mediador entre Dios y el hombre, y para llevar las buenas nuevas de la salvación a la humanidad pecadora. Dios lo designó apóstol y sumo sacerdote, y esperó que él ejecutara fielmente su tarea, cosa que Jesús hizo.
el cual es fiel
La traducción emplea el tiempo pasado: “el fue fiel” (bastardillas añadidas). Sin embargo, al usar el escritor un participio presente en el original, da a entender que la obra para la cual Dios designó a Jesús no terminó cuando su tarea terrenal fue completada, sino que continúa en el cielo. Jesús sigue siendo fiel en su tarea sumosacerdotal de intercesión y en preparar un lugar para su pueblo
JESUS siguie siendo fiel
3 Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo estoy
aqui nos quedamos
como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios.
3 Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno este, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo.
Dios es el arquitecto; Jesús es el edificador de la casa de Dios; Moisés es un siervo en la casa de Dios
Al establecer la comparación entre Jesús y Moisés, el escritor no disminuye la obra de Moisés. Su fidelidad no se cuestiona; es más, la Escritura revela que Dios homo a Moisés de muchas maneras. Dios mismo se le apareció cara a cara (Ex. 33:11) y le otorgó el don de una larga vida—120 años, para ser preciso. Y cuando Moisés murió en Moab, Dios lo enterró (Dt. 34:6). Pero el escritor de Hebreos está diciendo que no hay comparación entre Jesús y Moisés en razón de que en realidad estamos hablando de dos categorías diferentes. Jesús edifica la casa espiritual de Dios; Moisés fue un fiel siervo en toda la casa de Dios. Jesús es el fundador de la casa de Dios (que tuvo su inicio en la creación), y Moisés mismo pertenece a dicha casa.
4 Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios.
Hubiéramos esperado una declaración de que Jesús edifica la casa, en vez de la observación globalizadora de que Dios edifica todo. Por supuesto, nadie discute la verdad de la afirmación, y la misma remite nuestra atención a la soberanía de Dios.
El escritor de Hebreos ha mostrado hasta ahora que no hace una distinción muy clara entre Dios y el Hijo. Más bien él enseña que Dios obra a través del Hijo; por ejemplo, en la creación (Heb. 1:2). Dios también perfecciona a Jesús por medio del sufrimiento (Heb. 2:10). Dios Padre, por consiguiente, edifica todo por medio de su Hijo. Y dado que Cristo construye la casa de Dios, es digno de mayor honra que Moisés.
5 Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir; 6 pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.
Moisés era siervo en la casa de Dios, en tanto que Cristo es hijo sobre la casa de Dios.
e. Moisés funcionó como profeta y fue una prefiguración de Jesús, el gran profeta (Dt. 18; 15, 18). El dio testimonio de lo que habría de ser dicho en el futuro, más específicamente del evangelio que Jesús proclamó como plenitud de la revelación de Dios (Heb. 1:2).
La metáfora que describe al pueblo de Dios como una casa o un edificio aparece con frecuencia en el Nuevo Testamento (1 Co. 3:16; 6:19; 2 Co. 6:16; 1 P. 2:5).
Somos la casa de Dios, dice el escritor de Hebreos. Esto significa que ahora los creyentes en Jesucristo, y no los judíos, constituyen la casa de Dios (
19 Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios. 20 Juntos constituimos su casa, la cual está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas. Y la piedra principal es Cristo Jesús mismo. 21 Estamos cuidadosamente unidos en él y vamos formando un templo santo para el Señor. 22 Por medio de él, ustedes, los gentiles, también llegan a formar parte de esa morada donde Dios vive mediante su Espíritu.
Capítulo 3
si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.
a. “Si nos aferramos a nuestra valentía”. No podemos ser parte de la casa a menos que tengamos valentía. Para los cristianos de origen hebreo la tentación de volver al judaísmo no era de ninguna manera algo imaginario. Se les exhortaba a aferrarse a su fe en Cristo frente a la feroz oposición de sus conciudadanos judíos. Pero los cristianos gentiles deben también estar alertas ante la persecución