La perseverancia
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Tema: La Perseverancia:
Persistiendo en la Fe y la Lucha
Introducción:
Hermanos y hermanas, hoy nos congregamos para reflexionar sobre la importancia de la perseverancia en nuestra vida diaria.
La perseverancia es un valor fundamental que nos permite superar los desafíos, mantenernos firmes en nuestra fe y alcanzar nuestras metas.
En esta prédica, exploraremos cuatro puntos clave respaldados por versículos de las Sagradas Escrituras que nos brindarán una guía sobre cómo perseverar en nuestra vida de fe y lucha.
1.Mantener la fe en medio de las pruebas
1.Mantener la fe en medio de las pruebas
Versículo:
12 Dichoso el hombre que soporta la prueba con fortaleza, porque al salir aprobado recibirá como premio la vida, que es la corona que Dios ha prometido a los que lo aman.
(NVI) - "Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman."
La perseverancia en la fe implica mantenernos fieles a Dios incluso cuando enfrentamos pruebas y tentaciones.
Jesus es nuestro mayor ejemplo de perseverancia
8 Luego el diablo lo llevó a la cima de una montaña muy alta y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria que hay en ellos.
9 —Te daré todo esto —dijo— si te arrodillas y me adoras.
10 —Vete de aquí, Satanás —le dijo Jesús—, porque las Escrituras dicen:
“Adora al Señor tu Dios
y sírvele sólo a él”.
11 Entonces el diablo se fue, y llegaron ángeles a cuidar a Jesús.
Esta lucha no es fácil, pero aquellos que perseveran serán recompensados.
La corona de la vida prometida por Dios es un símbolo de victoria y bendición para aquellos que mantienen su fe a pesar de las adversidades.
“La corona es la recompensa del esfuerzo del cristiano, que contra los poderes del mal no es menos agónico que el del atleta contra sus compañeros: la corona como su recompensa es la vida eterna” Adamsom
2. Persistir en la oración
2. Persistir en la oración
1 Cierto día, Jesús les contó una historia a sus discípulos para mostrarles que siempre debían orar y nunca darse por vencidos.
3 Una viuda de esa ciudad acudía a él repetidas veces para decirle: “Hágame justicia en este conflicto con mi enemigo”. 4 Durante un tiempo, el juez no le hizo caso, hasta que finalmente se dijo a sí mismo: “No temo a Dios ni me importa la gente, 5 pero esta mujer me está volviendo loco. Me ocuparé de que reciba justicia, ¡porque me está agotando con sus constantes peticiones!”».
La oración es una poderosa herramienta que nos fortalece en momentos de dificultad.
Jesús nos enseña a perseverar en la oración, sin desanimarnos.
Debemos acudir a Dios constantemente, confiando en su gracia y misericordia, sabiendo que Él nos escucha y nos dará fuerzas para seguir adelante.
17 Nunca dejen de orar. 18 Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.
6 Entonces el Señor dijo: «Aprendan una lección de este juez injusto. 7 Si hasta él dio un veredicto justo al final, ¿acaso no creen que Dios hará justicia a su pueblo escogido que clama a él día y noche? ¿Seguirá aplazando su respuesta? 8 Les digo, ¡que pronto les hará justicia! Pero cuando el Hijo del Hombre regrese, ¿a cuántas personas con fe encontrará en la tierra?».
3.No rendirse ante los obstáculos
3.No rendirse ante los obstáculos
9 Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos.
(NVI) - "No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos."
En nuestra vida, encontraremos obstáculos y desafíos que intentarán desanimarnos y hacernos renunciar.
Pero la Palabra de Dios nos anima a no rendirnos.
Debemos perseverar en hacer el bien, sabiendo que en el momento adecuado cosecharemos las bendiciones de Dios.
La perseverancia nos lleva a la recompensa.
4.Recordar que Dios es nuestra fortaleza
4.Recordar que Dios es nuestra fortaleza
13 Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas.
(NVI) - "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece."
La fuente de nuestra fortaleza y perseverancia no proviene de nuestras propias habilidades o fuerzas, sino de Cristo.
Dios es nuestro apoyo inquebrantable en tiempos de dificultad.
Con su fortaleza, podemos enfrentar cualquier desafío y superar cualquier obstáculo. Enfocarnos en su