Reforma: Dios Rey
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· 6 viewsReflexionar sobre la importancia del hacer la voluntad de Dios.
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HABLAMOS DE LA VIDA
HABLAMOS DE LA VIDA
El gran estadista y misionero E. Stanley Jones (1884-1972) hizo una trágica declaración: «La Iglesia la ha perdido; ha perdido la visión bíblica del Reino de Dios».3 Él calificó esta pérdida de visión como la «enfermedad de nuestro tiempo».
La noción de Reino de Dios es una de las más confusas, controvertidas y malentendidas de la Biblia.
Algunos se han lanzado a violentas revoluciones en nombre de la instauración del Reino de Dios en la tierra.
Otros aplicaron elaborados planes de ingeniería social y redistribución de las riquezas para lograr su avance.
Muchos cristianos sencillamente desconocen el concepto de Reino y lo relacionan con sectas cristianas a las que consideran teológicamente heréticas.
Otros creen que es una idea maravillosa e interpretan que la frase «Reino de Dios» hace referencia al cielo o a una anticipación de la segunda venida de Cristo, pero no tienen en claro cuál es su esencia ni qué relevancia tiene para sus vidas de este lado de la eternidad. Les resultaría difícil explicárselo a los incrédulos en términos claros y concisos.
ESCUCHEMOS A DIOS
ESCUCHEMOS A DIOS
2. LA VOLUNTAD DE DIOS
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
VOLUNTAD DE DIOS: En el Nuevo Testamento, la palabra griega thélēma se traduce por «voluntad», dando a entender intención o deseo. Cuando la Biblia habla de la voluntad de Dios, se refiere a su intención con nosotros y casi siempre a mandamientos directos de las Escrituras. El apóstol Pablo describe la voluntad de Dios diciendo que es «buena, agradable y perfecta» (Ro. 12:2).
La voluntad de Dios se conoce por medio de la revelación de Dios, es decir por medio de la Creación que es la revelación General y la Revelación Especial que es su Palabra.
El deseo de Dios es que su voluntad y sus leyes sean obedecidas en todos los niveles en la tierra —ahora— como lo son en el cie- lo. Él desea esto porque nos ama y quiere lo mejor para nuestra vida.
2. LA NATURALEZA DEL REINO DE DIOS
¿Qué diferencia hay entre el cielo y la tierra?
Es decir, ¿por qué el cielo es «celestial» y la tierra no? En el cielo, la voluntad de Dios es completamente obedecida por todos sus habitantes. En consecuencia, el cielo es un lugar perfecto. Es el tipo de lugar en el que quisieran estar la mayoría de los seres humanos. Por el contrario, la voluntad de Dios no es completamente obedecida en la tierra. El resultado es que la gente se rebela contra la sabia voluntad e intención de Dios (Gn. 6:5; Ro. 3:23). Nuestras vidas, familias, sociedades, e incluso el medio ambiente, gimen por las consecuencias que acarrea esta rebelión.
¿Qué es un reino? Mateo 6:9-10 indica que hay una relación entre el cumplimiento de la voluntad de Dios y la venida de su Reino: el Reino de Dios está donde se cumple su voluntad. Esa sería una definición concisa del Reino de Dios. Su Reino existe dondequiera que se cumple su voluntad.
Todo reino consta de cuatro componentes universales: (1) un rey que reina; (2) los súbditos o ciudadanos sobre los cuales reina; (3) leyes y un gobierno que las administra; y (4) un dominio o territorio sobre el cual ejerce su potestad.
¿Dónde debe cumplirse la voluntad de Dios?
La respuesta a esta pregunta se encuentra en los versículos clave para esta sesión, Mateo 6:9-10. El deseo de Dios es que su voluntad y sus leyes sean obedecidas en todos los niveles en la tierra —ahora— como lo son en el cielo. Él desea esto porque nos ama y quiere lo mejor para nuestra vida.
RESPONDIENDO A DIOS
RESPONDIENDO A DIOS
Imagínense lo que sucedería si la voluntad de Dios se cumpliera en la tierra como se cumple en el cielo. ¿Qué sucedería si obedeciéramos todo el plan de Dios en las áreas de santidad personal, integridad, cuidado de nuestro cuerpo y relaciones interpersonales? ¿Qué sucedería si todos los miembros de una familia obedecieran la voluntad de Dios en sus relaciones mutuas?
¿Qué pasaría en las iglesias si todos los líderes y miembros se amaran verdaderamente, se sirvieran los unos a los otros, defendieran a los débiles y vivieran en unidad? ¿Qué pasaría si los dirigentes de la comunidad trabajaran por el bien común con honestidad e integridad? ¿Qué pasaría si no hubiera corrupción en una nación? ¿Si hubiera verdadera justicia? ¿Qué pasaría si el pueblo de Dios no solo orara, sino que obedeciera?
«En la medida en que obedezco la voluntad de Dios, su Reino viene a mi vida. En la medida en que la voluntad de Dios se cumple en la vida de mi familia e iglesia, su Rei- no viene a mi familia e iglesia. En la medida en que la voluntad de Dios se cumple en mi comunidad y nación, su Reino vendrá a ellas, y mi comuni- dad y nación serán restauradas». ¡Esta es la gran visión del Reino de Dios!
Padre, que venga tu Reino. Que se cumpla tu voluntad.