La obediencia hace la diferencia (Santiago 1:19-27)
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Introducción
Introducción
Si pudiera preguntarte, ¿Cómo estás seguro de que tu mamá o tu papá te ama?
Algunos pudieran decir: mi mamá me ama porque me tiene paciencia.
Porque me hace la comida
Porque a pesar de lo enojado que soy, me sigue diciendo que me quiere
Si yo tuviera que preguntarte, ¿Cuales son las evidencias de que te has entregado a Cristo? Este pasaje nos va a decir algunas evidencias de una verdadera fe
Santiago 1:19-27
Recibe la Palabra con humildad Santiago 1:19-21
Recibe la Palabra con humildad Santiago 1:19-21
Argumentación:
El pasaje de proverbios dice:
2 Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; Mas con los humildes está la sabiduría.
El pasaje dice que aquellos que en aquellos que son humildes está la sabiduría, ¿por qué?
Porque el humilde ve sus errores, acepta consejos y cambia.
Aquel que empieza el camino de Dios entiende que cuando nos acercamos a Dios debemos hacerlo con humildad, porque entonces la Palabra va a hacer efecto en nuestras vidas.
Una persona que tiene una fe verdadera, recibe la palabra con humildad.
Veamos que nos dice el pasaje:
Explicación:
“19 Por esto, mis amados hermanos”
Santiago está recordando su sentido de pastor. Él tiene que decir cosas duras, y tiene que conectar con su audiencia.
Al dirigirse a sus lectores como mis amados hermanos, Santiago indica claramente su profunda compasión y preocupación por ellos. Como todo maestro cristiano prudente, no está simplemente tratando de convencer la mente de ellos de forma simplemente intelectual, sino que también está tratando de alcanzar el corazón de ellos.
John MacArthur, Hebreos y Santiago, vol. 2, Comentario MacArthur del Nuevo Testamento (Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz, 2014), 78–79.
A muchas personas no les gusta que le digan la verdad. “estas haciendo mal esto”; “no deberías actuar de esa forma”.
Reaccionan mal y responden cosas como “no te metas en mi vida”, “saca la paja de tu ojo”, “no me interesa”… la verdad es que muchas veces somos orgullosos.
Hay personas que sí saben cómo decir las cosas, tienen inteligencia emocional, y entienden que con algunas personas hay que tener cierto afecto “viejo, vos sos mi hermano, pero tenes que cambiar”. Nuestros padres a veces hacen esto, “hijo hiciste muy bien esto, pero esto otro no”
Santiago está teniendo un corazón pastoral (recuerden que él era pastor), quiere llegar al corazón de su audiencia para empezar a decirles lo que tiene que decirles. Por eso les llama “mis amados hermanos”
“… todo hombre, sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse”
Este versículo nos da en el blanco, porque normalmente somos todo lo contrario: somos tardos para oír, prontos para hablar y prontos para enojarnos.
“Prontos para oír”: casi en cualquier campo del conocimiento aprendemos escuchando, no hablando.
Aquellos que en verdad quieren crecer en el conocimiento de Dios son prontos para oír, es decir, son atentos a querer captar el mensaje de Dios, va a buscar estar en contacto con la palabra de Dios, siente deseos de escuchar predicaciones y estudios de la Biblia, tiene deseos de tener comunión con otros y de adorar al Señor.
Los mejores consejeros son buenos oidores, los mejores estudiantes son buenos oidores, los mejores maestros son buenos oidores, los mejores padres son buenos oidores, los mejores hijos son buenos oidores, los mejores amigos son buenos oidores, los mejores discípulos del Señor son buenos oidores.
“Tardos para hablar”: dice la Biblia en Proverbios 10:19
19 En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente.
hay personas que son prontas para hablar, para responder… hablan tanto, que no se dan cuenta que ofenden a las personas, ofenden a Dios en cosas que dicen
Muchos piensan “es que yo no tengo pelos en la lengua”, y eso realmente es lo fácil. Fácil es no tener pelos en la lengua, lo que cuesta es tenerlos.
Por eso Mateo dice: Mateo 12:36
36 Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.
¿Por qué debemos ser tardos para hablar? porque tarde o temprano vamos a dar cuentas de las cosas que decimos
En las muchas palabras no falta pecado.
A veces estamos en medio de dificultades, problemas, pruebas y somos prontos para hablar. Decimos “no entiendo como Dios permite esto en mi vida, si yo como asisto a la iglesia”. mira lo que dice la Biblia en Eclesiastes 5:2
2 No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.
El pasaje dice parafraseando: “Dios sabe lo que hace, por lo tanto sean pocas tus palabras”. No penses que Dios no entiende tu problema, Dios está arriba en los cielos y tiene el control de todo.
Cuando soltamos tan rápidamente nuestra palabras no nos da tiempo para concentrarnos en entender lo que Dios está haciendo.
No podemos en realidad escuchar la Palabra de Dios cuando nuestra mente está concentrada en nuestros propios pensamientos. Necesitamos guardar silencio, tanto en nuestro interior como en nuestro exterior.
John MacArthur, Hebreos y Santiago, vol. 2, Comentario MacArthur del Nuevo Testamento (Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz, 2014), 80.
“tardos para airarse”: el pasaje no está diciendo que no nos enojemos, hay cosas por las que podemos enojarnos sin caer en pecado, el pasaje está diciendo que seamos tardos para enojarnos.
Es decir, que no seamos “mecha corta”, no explotemos de enojo. pero ¿por qué? que es lo malo de enojarse? el versículo 20 lo explica
“20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios”
“no obra” podemos traducirlo como “no produce”
es que:
Aquello que hacemos, hablamos o pensamos cuando estamos airados no complace a Dios. La ira es una expresión externa de un sentimiento interno.
Aquello que hacemos, hablamos o pensamos cuando estamos airados no complace a Dios. La ira es una expresión externa de un sentimiento interno.
Todo lo que hablamos cuando estamos enojados no agrada a Dios
Todo lo que pensamos cuando estamos enojados no agrada a Dios
Todo lo que hacemos cuando estamos enojados no complace a Dios
En nuestro enojo podemos decir “es que no es justo esto que está pasando por eso no me voy a quedar callado”, pero el versículo 20 dice claramente que por la ira del hombre no se va producir la justicia de Dios.
Dios es Dios y el obra su justicia como él quiere.
Aquellos que ya nos hemos metido en un montón de problemas por enojarnos demasiado entendemos que hay que Dios no se complace con esto, que es mejor respirar un poco al principio.
A veces en los deportes se demuestra lo que tenemos internamente. Algunos cuando están jugando se les salen malas palabras, dicen “perdón se me salió”. - Se le salió porque lo tenías esas palabras adentro. Eso que se te salió es exactamente lo que sos.
Por eso Salomón decía:
29 El que tarda en airarse es grande de entendimiento; Mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad.
“21 por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”
El punto principal de este versículo es “recibir con mansedumbre la palabra implantada”. “recibir” es el imperativo/mandato del versículo.
Notemos que no basta solo con recibir la palabra con humildad.... si no desechamos toda inmundicia y abundacia de malicia no va a hacer efecto.
La frase “abundancia de malicia” encierra la idea de un jardín lleno de maleza, y que no puede ser controlado. Es inútil tratar de recibir la Palabra de Dios en un corazón que no está preparado.
Warren W. Wiersbe, Maduros en Cristo: Estudio Expositivo de la Epístola de Santiago (Sebring, FL: Editorial Bautista Independiente, 2003), 41.
Es decir, para que podas recibir la Palabra, tu corazón tiene que estar preparado, tiene que estar limpio.
Esto pasa cuando vamos a la iglesia, si no nos preparamos desde antes a recibir la palabra de Dios, si no vamos con la intención para alabar a Dios, es mentira que a la hora del culto no vas a estar pensando en la última serie que viste. El corazón tiene que estar preparado.
La inmundicia (rhuparia) se refiere a cualquier tipo de profanación o impureza moral. - Se relaciona con la cerilla en el oído, lo cual deteriora la audición. La inmundicia moral es una barrera para escuchar y comprender su palabra
La malicia (kakia), denota maldad moral y corrupción. Es un pecado deliberado y determinado. Puede residir en el corazón durante mucho tiempo antes que se exprese exteriormente, por lo tanto incluye muchos pecados ocultos.
¿Saben que es lo que está diciendo? mientras tengas inmundicia, hagas cosas desagradables a Dios; mientras tengas pecados ocultos, que nadie sabe, NO PODRÁS RECIBIR LA PALABRA.
Mientras te mantengas odiando en secreto a una persona, no vas a poder recibir la palabra.
Mientras tengas en tu mente pensamientos acerca de pecados sexuales que ves en tu teléfono no vas a poder recibir la palabra.
El salmista entendió muy bien esto, el decía: Salmos 119:133
133 Afirma mis pasos en tu palabra, y que ninguna iniquidad me domine.
él decía “para que la palabra pueda afirmarme, ninguna iniquidad me tiene que dominar”
Para que la palabra pueda afirmarnos debemos desechar las cosas desagradables
“con mansedumbre”: quiere decir literalmente “con humildad”
El orgulloso, lee la palabra pero no la recibe. La oye pero piensa que esa palabra es para otro, no para él.
Nosotros a veces pensamos “ojalá fulano estuviera oyendo esto”, cuando la palabra es para nosotros.
Al no darle la bienvenida a la palabra, hace que la palabra no pueda transformarlo
La humildad hace que la palabra pueda trabajar en nosotros
y es que:
La humildad es el terreno donde todas las virtudes crecen
La humildad es el terreno donde todas las virtudes crecen
En la humildad crecen las relaciones, el perdón, el amor, la empatía, la sumisión a las autoridades.
El que es orgulloso re-interpreta la palabra para justificar lo que hace.
He conocido personas que justifican sus pecados, literalmente, basados en las emociones, basados en la experiencia, etc etc
por ejemplo hay personas que su papá los abandonó de pequeños, y odian a su papa, no quieren saber nada de él. La biblia nos manda a honrarlos, pero ellos dicen “¿cómo Dios va a querer que yo busque al que me hizo mal?” “¿cómo le voy a ayudar a alguien que me abandonó? son frases basadas en las emociones pero no en la Biblia, o usan pasajes bíblicos que no aplican a la situación para justificarse.
Hay personas que dicen que la homosexualidad está bien porque Dios está a favor del amor, y quienes somos para juzgar. dicen cosas como “yo los he conocido, y la forma en que se aman es muy fuerte, no creo que Dios esté en contra del amor, Dios es amor” cuando la biblia claramente dice que lo aborrece
El orgulloso, cuando está siendo enseñado piensa que no necesita un maestro porque él “también tiene el Espíritu Santo” o “qué me va a enseñar él”
el orgulloso dice: “yo no necesito una iglesia, porque Dios está en el corazón”
el orgulloso dice: “yo nunca le voy a pedir perdón”
el versículo dice que debemos recibir la palabra con humildad
“la cual puede salvar vuestras almas”
Claro, dice que “puede” porque algunos aunque se les hable la palabra no la reciben y no la obedecen, pero la palabra tiene poder, y de hecho es la que salva nuestras almas.
De hecho en el versículo 18 acaba de decir que nosotros somos “nacidos” por su palabra.
Por aquí pueden haber algunos que a lo mejor no han sido salvos, no han entregado su vida al Señor. Déjame decirte que es la palabra de Dios la que puede salvarte. No mis palabras
Y si alguien dice “yo quiero entregarme al Señor, no voy a esperar más” entonces podemos hablar al final y podemos orar juntos.
Entonces ¿Cómo evidencio que mi fe es verdadera? Recibiendo la palabra con humildad
Ilustración:
¿Sabes cómo funciona? es como una esponja que está llena de suciedad. ¿qué pasa si dejas que el chorro del agua caiga suavemente sobre la esponja? Va a salir agua muy sucia.
Nuestras vidas son esa esponja, estamos llenos de inmundicia, de suciedad, de maldad.
Nosotros queremos que Dios nos bendiga, que Dios nos use, que Dios obre, pero estamos sucios. Entonces debemos permitir que el agua limpia corra, poco a poco, y siga corriendo.
Con el tiempo ¿saben que va a pasar? el agua sucia espesa, se va a poner más clara, más clara y más clara, y eventualmente va a empezar a salir agua limpia.
Aquellos que somos cristianos debemos sacar aquello que está sucio y recibir con humildad la palabra del Señor, dejar de ser orgullosos, para que entonces él nos pueda usar y bendecir.
Aplicación:
Muchos de los que estamos acá, tenemos problemas con la ira, que no podemos controlar, debes limpiarte de estas cosas.
Hay algunos que han estado luchando con un pecado, aunque quisieran dejarlo, eventualmente vuelven caer. ¿Sabes que pasa? queremos dejar de pecar pero no queremos dejar de ver cosas sucias en el teléfono, no queremos dejar de mentir, no queremos dejar de tomar cosas que no son nuestras, no queremos dejar de odiar a otras personas.
Queres dejar de decir malas palabras pero tenes amigos que tienen una boca sucia. Aléjate de esos amigos.
Queres obedecer a tus papás pero te cuesta: debemos dejar de maquinar en nuestra mente como ofender a nuestras papás y buscar qué decirles cuando nos estén regañando.
Cuando estés pasando una prueba, presta atención, habla menos, y evita enojarte, porque Dios no se complace cuando nos enojamos
Otra de evidencia de que tenemos una fe verdadera es:
Actúa conforme a la Palabra Santiago 1:22-27
Actúa conforme a la Palabra Santiago 1:22-27
Argumentación:
Si supieras que un terreno tiene oro enterrado y nadie más lo sabe, ¿qué harías?
Muy probablemente harías todo lo posible por adquirirlo, buscarías un préstamo, venderías todas tus posesiones, buscarías asociarte con alguien que te lo financie, con tal de tener ese tesoro.
Por cierto, hay un pasaje que usa esta comparación para referirse al reino de los cielos:
44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
Es lógico, actúas con base en lo que sabes
De la misma forma, aquel quien tiene el Espíritu Santo de Dios entiende que la Palabra de Dios es tan valiosa, que no se queda solo con el conocimiento, sino que hace todo por actuar conforme a esa Palabra.
Se cuenta de un predicador que estaba enseñando cómo estudiar la Biblia y aplicarla a su vida, entonces cuando concluyó su presentación él repasó su mensaje y el preguntaba ¿qué haces cuando lees un mandamiento? y lo que querían que respondieran era “yo lo pongo en práctica o trato de ponerlo en práctica”, pero una anciana levantó la mano y dijo “cuando yo leo un mandamiento en la Biblia yo lo subrayo en azul”
Ese es el problema con muchos de nosotros:
Muchos son los que marcan sus Biblias pero pocos dejan que la Biblia haga una marca en sus vidas
Muchos son los que marcan sus Biblias pero pocos dejan que la Biblia haga una marca en sus vidas
veamos que dice el pasaje:
Explicación:
“22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”
No basta con ir a una iglesia y oír la palabra. No basta con escuchar alguna reflexión en youtube o en un podcast. Todo lo que oímos de la palabra debemos ponerlo en práctica
Los apóstoles entendían esto, de hecho Juan decía en 1 Juan 3:18
18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Warren Wierbe decía
No es suficiente escuchar la Palabra, debemos practicarla. Muchas personas tienen el concepto erróneo de que el escuchar un buen sermón o estudio bíblico las hará crecer y obtener las bendiciones de Dios. No es el escuchar sino el hacer lo que trae bendición.
Warren W. Wiersbe, Maduros en Cristo: Estudio Expositivo de la Epístola de Santiago (Sebring, FL: Editorial Bautista Independiente, 2003), 42.
Dios le decía esto mismo a Josué en el Antiguo Testamento: Josue 1:8
8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Dios le decía a Josué: debes meditar en la palabra para poder hacer la palabra, y si logras hacer la palabra entonces vas a prosperar en todo y todo te saldrá bien
aquellos que han empezado a amar al Señor, se disponen a oír a Dios pero también a hacer lo que él les manda
“engañándoos a vosotros mismos”
¿Por qué nos engañamos a nosotros mismos? ¿cómo así? por que a veces un buen mensaje de la Palabra nos emociona, y decimos “hey que buen mensaje”, nos toca las emociones, a veces si se usan buenas ilustraciones hasta lloramos entonces pensamos que porque estamos “estimulados” es suficiente con oír, y por eso nos engañamos nosotros mismos.
“23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
24 Porque él se considera a sí mismo y se va, y luego olvida cómo era”
Santiago pone un símil de cómo es alguien que es oidor pero no un hacedor
En esa época los espejos eran hechos de metal pulido, (los más ricos de plata u oro pulido) por lo tanto, los que lograban verse, veían a penas una imagen un poco oscura de quienes eran, de hecho Pablo lo decía en 1 Corintios 13:12
12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
Santiago dice, el que es un oidor de la palabra es como el que a penas logra ver su cara en un espejo pero luego se olvida de cómo era.
“25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace”
Santiago dice el que procura obedecer al Señor, mira atentamente.... “parakyoti” inclinarse (Sentido examinar) trata de entender que es lo que Dios quiere decirle y como aplicarlo. Tanto así que dice que “persevera en ella”
Según el ejemplo de Santiago tenemos 2 personas que se ven al espejo, una se va y se olvida como era, pero la otra es alguien quien mira atentamente...
Es como que en la iglesia vemos 2 personas que asisten, van a la iglesia los domingos, están en el grupo de jóvenes, ambos leen la Biblia, ambos tienen un lenguaje religioso “bendiciones hermano”, ambos hicieron una profesión de fe, ambos dicen amen a las enseñanzas… la diferencia entre ambos es lo que son en sus casas, en sus trabajos, en sus finanzas, las páginas web que visitan, en sus tarjetas de crédito… Es un mundo diferente.
Externamente se parecen pero internamente son totalmente diferentes.
Uno de ellos oye la palabra pero no pasa de ahí, el otro oye la palabra, la medita, entiende cómo se aplica a su vida, si tiene que cambiar comprende las acciones específicas que tiene que hacer para dejar un pecado
26 Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. 27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
los versículos siguen diciendo que la fe que salva tiene que ver con las acciones. No nos vamos a detener tanto en estos dos versículos porque hablan de refrenar la lengua (capítulo 3), visitar a las viudas y a los huerfanos (capítulo 2) y guardarse sin mancha del mundo (Capitulo 4 y 5)
Pero vean que sigue hablando de acciones que los cristianos debemos hacer.
Cuando Santiago escribió este pasaje seguramente estaba pensando en Mateo 7:21-23
21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
No todo el que va a la iglesia y dice Señor Señor va a entrar en el reino.
No es el activismo religioso lo que te va a salvar, ni si quiera va a contar si echaste fuera demonios.
Una vida que tiene a Cristo, actua conforme a la palabra de Dios.
Es curioso que nuestro grupo se llame “Hacedores”, ¿hacedores de qué? habemos muchos que probablemente somos hacedores de maldad y no hacedores de su Palabra.
No es que las acciones que hagamos nos salven (Efesios 2:8-9), es que, si somos salvos naturalmente vamos a buscar hacer y actuar las obras que el Señor nos manda a hacer.
Las acciones que hacemos son una consecuencia de algo que está en nuestro corazón.... si Dios está en nuestro corazón vamos a hacer las obras de Dios
Ilustración:
Es como que yo tenga una reunión de trabajo, y después de una hora de retraso llegue donde mi jefe le diga: “jefe discúlpeme, cuando yo venía para la oficina, un furgón de 40 toneladas perdió el control y pasó encima de mi carro, y por eso vine tarde”
Entonces mi jefe va a decir: “es imposible que algo tan grande haya pasado por tu vida y vos seas la misma persona”
De la misma forma:
es imposible que un Dios tan grande llegue a tu vida y sigas siendo la misma persona.
es imposible que un Dios tan grande llegue a tu vida y sigas siendo la misma persona.
Aplicación:
Este es el momento de que los que estamos acá no seamos solo oidores de la palabra.
Dejemos de pensar que este mensaje es para este o aquel, el mensaje de la palabra de Dios es para tu vida.
Dios a través de su Palabra quiere sacudir tu vida, y hacerte reflexionar que no porque vengas a la iglesia o porque un mensaje te guste vas a ser bendecido. Vas a ser bendecido si practicas aquello aprendes.
Muchos sienten la tentación durante el mensaje de dirigir sus pensamientos a otras distracciones como “ya tengo hambre” “a donde vamos a ir a comer” “ya mucho se tardó”, eso es exactamente lo que hace un oidor olvidadizo, oye la palabra pero no la aplica. No la aplica porque no es pronto para oír.