La Gracia Santificadora, Gálatas 2:20-21

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Introducción:
Apertura— Tres categorías de miembros del gym:
El que lo posee pero no le importa, y es adicto a la comida, no se cuida, no ejercita, y le tiene bronca y aún explota al que le anima a cuidarse y ejercitar. No comenzó así, sino que, le dio un intento en el principio, no vio los resultados que quiso, y se sentía mal porque todos los demás se veían más flacos y capaces, entonces, se dio por vencido y se resignó a que siempre sería así.
El otro extremo que su fanaticismo extremo se ve porque vive en el gimnasio, parece que ni siquiera tiene vida afuera, siempre está buscando eliminar toda apariencia o pensamiento de grasa de su cuerpo de tal forma que se auto castiga cuando se pesa y encuentra unos gramos demás. Nadie se le acerca porque también identifica la pequeñas grasa en los demás, y constantemente resalta como hacen sus ejercicios de mala forma.
El último es más centrado en su perspectiva del gym. Reconoce que debe estar físicamente activo, y se ejercita regularmente, no va todos los días al gym pero en su vida diaria es activo. Toma decisiones saludables en cuanto a lo que pone en su cuerpo, y aunque no disfruta todavía encontrar unos kilos demás al pesarse, reconoce que no es lo que solía ser, y aún debe ser diligente en su ejercicio porque la vida sigue, y quiere ser saludable para aprovechar todo el tiempo que le queda en esta vida.
La historia hasta ahora...
Génesis 1:31 — Dios creó todo
Génesis 1:27 — Todos creados a imagen de Dios
Génesis 3:6 — La Caída lo cambió todo
Génesis 3:15 — La promesa de redención de Dios
Génesis 12:2-3 — La Simiente de Abraham
Génesis 49:10 — La Simiente Real de Judá
Éxodo 12:23 — El Cordero Pascual
2 Samuel 7:13 — El Linaje de David
Isaías 53:6 — El Siervo Sufriente
Ezequiel 36:26 — La Vida Nueva Prometida
Isaías 65:17 — La Nueva Creación
Juan 19:30 — La Cruz
Romanos 1:3-4 — La Resurrección
Mateo 16:18 — La Iglesia de Cristo
“Dios es el creador de todo, y todo lo que creó fue bueno. Dios creó al ser humano para ser Sus representantes en este mundo bueno, pero su decisión de desobedecer a Dios y ceder a la tentación resultó en la maldición del pecado sobre toda la humanidad y la creación. Sin embargo, junto con las consecuencias del pecado, Dios da esperanza: la promesa de la redención. Por medio de la familia de Abraham, y específicamente por medio del linaje real de Judá, David, las bendiciones del pacto vendrían al mundo. Debido a que el pueblo era culpable y merecían la muerte, los sacrificios de la ley Mosaica revelaron más claramente su necesidad de un substituto— el Siervo Sufriente. A través del Siervo y la obra del Su Espíritu, Dios establecería y daría vida a Su pueblo in el nuevo cielo y nueva tierra. Jesús es Aquel por medio del cual todas estas promesas encuentran su cumplimiento, primeramente en Su muerte por el pecado, y luego en Su resurrección victoriosa y reino como Rey. Jesús establece Su Iglesia para alcanzar al mundo”.
Para usar Su Iglesia para alcanzar al mundo Dios debe obrar en la vida de cada uno de sus hijos para cambiarlos a ser algo que Él pueda usar. Ellos son “la luz del mundo” y “la sal de la tierra”, según Mateo 5:13-14, y testigos de Jesucristo al mundo, según Hch. 1:8.
Mateo 5:13–14 (RVR60)
Vosotros sois la sal de la tierra… Vosotros sois la luz del mundo… y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Es a través del cambio en ellos que Dios atrae a otros hacia una relación con Él.
Pero, ¿Cómo es que Dios cambia a los Suyos?
Piensen otra vez en el gimnasio, y nuestros tres ejemplos.
Cual ilustra más cercanamente la realidad de tu vida espiritual?
Ya te resignaste a que nunca cambiarás, y ya no importa ponerle esfuerzo a tu vida para cambiar?
Eres el otro extremo, tan fanático que te has sobrecargado con tu propia santidad a la fuerza bruta, de tal manera que te castigas a ti mismo por no estar al nivel de perfección.
Piensas estar más al medio, como uno quién si, se preocupa por la salud espiritual, tanto que aunque no pases todos los días en la iglesia, igual mantienes actividad en tu vida cotidiana para seguir cambiando con la ayuda de Dios, y reconoces lo que Él ha hecho en tu vida y sabes que Él seguirá obrando.
Aunque hay una variedad entre las tres categorías que describimos aquí, es la última categoría que ha descubierto la gracia santificadora de Dios.
Lo vemos en nuestro pasaje de hoy.
El pasaje de hoy:
Gálatas 2:20–21 (RVR60)
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.
Cada cristiano puede experimentar la gracia santificadora de Dios en su vida al aferrarse a dos verdades básicas de la vida cristiana.

La Justificación es Sólo por Fe.

La situación en Galacia:
Un grupo conocido como “judaizantes” eran un grupo de judíos que insistían que los nuevos cristianos gentiles debían aun someterse a los requisitos de la ley del Antiguo Testamento, específicamente la circuncisión, además de creer en Jesucristo.
Quizás este fue el mismo grupo que causó problemas en Antioquía, Hch. 15:1, 5.
Hechos 15:1, 5 Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos… Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés.
Es por la seriedad de este problema que el comienzo de la epístola no contiene una sección de agradecimiento que se encuentra en las otras epístolas de Pablo. Los identifica como “falsos hermanos”, Gál. 2:4.
Galatians 2:4 RVR60
y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud,
También atacaron la autoridad apostólica de Pablo para poder hacer que su enseñanza falsa sea mejor recibida. Esto es la razón por la que Pablo usa la mayoría de los primeros dos capítulos defendiendo su apostolado y ministerio que le fue directamente entregado por Jesucristo mismo, y confirmado por los demás apóstoles.
Pablo identifica esto con términos brutalmente negativos:
un “evangelio diferente”, Gál. 1:6, 8, 9,
Gálatas 1:6, 8, 9
Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente… Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema… Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.
una perturbación y perversión del evangelio de Cristo, Gál. 1:7,
Galatians 1:7 RVR60
No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
mereciendo aun la maldición de Dios Gál. 1:8.
Galatians 1:8 RVR60
Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
Usa lenguaje tan fuerte porque al insistir que uno debía someterse a las obras de la ley para la salvación o santificación, los judaizantes estaban enseñando que la justificación era por las obras de la ley y no por la fe en Cristo.
La justificación de los Gálatas.
Esto era un ataque al fundamento mismo del evangelio, Gál. 3:6, 11 (citado de Gén. 15:6 y Hab. 2:4, respectivamente.
Gálatas 3:6, 11 Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia… Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;
Pablo usa el término “justificados” ocho veces en esta epístola, Gál. 2:16, 17; 3:8, 11, 24; 5:4.
2:16— sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley… para ser justificados por la fe de Cristo… por las obras de la ley nadie será justificado… 2:17— Y si buscando ser justificados en Cristo… 3:8— Dios había de justificar por la fe a los gentiles… 3:11— Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios… 3:24— a fin de que fuésemos justificados por la fe. 5:4— los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
Significa que Dios declara justo, o inocente, al pecador, como si nunca hubiera pecado.
Pablo enfoca sobre la verdad bíblica que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe en Cristo Jesús, Gál. 2:16.
Galatians 2:16 RVR60
sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
La ley nunca fue diseñada para salvar a alguien, sino para enseñar e identificar el pecado e inhabilidad de uno mismo, y la necesidad de la misericordia de Dios, Gál. 3:23-26.
Galatians 3:23–26 RVR60
Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;
El “ayo” (la misma palabra griega nos da el término “pedagogía”) era un individuo responsable por la crianza, educación, y el cuidado de un hijo.
Era su guardián, guía, tutor, custodio, acompañándole por dondequiera, asegurándose de que el hijo hacia lo correcto en todo momento.
Una vez que llegaron a la juventud, los hijos ya no precisaban el “ayo” y se gobernaban a sí mismos.
“Cuando Pablo hablaba de que la ley era nuestro ‘paidagogos’ para llevarnos a Cristo, en la misma frase, afirmaba que la ley era inadecuada e insatisfactoria, llamada a terminar. Esta es otra forma de decir que Cristo es el fin de la ley.”
Barclay, W. (1977). Palabras griegas del Nuevo Testamento - Su Uso y Su Significado (p. 159). El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones.
Ilustración: “7 pasos para convertirte en un verdadero legalista”
Inventa reglas que no estén en la Biblia.
Esfuérzate para cumplir esas reglas.
Castígate a ti mismo cuando no las cumplas.
Enorgullécete de ti mismo cuando los obedezcas.
Constitúyete a ti mismo como juez de los demás.
Enójate con aquellos que rompen tu reglas, o que tengan reglas diferentes a las tuyas.
Golpea a los que no pueden cumplir con tus reglas.
Aplicación- La Justificación es Sólo por la Fe:

La Santificación Brota de la Justificación

Pablo advierte a los Gálatas que, si han sido justificados por la fe, el intentar ser santificados por las obras de la ley seria desechar (frustrar, interrumpir) la gracia de la cruz de Cristo, y el poder del Espíritu Santo que recibieron por fe, Gál. 2:21.
Galatians 2:21 RVR60
No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.
Si la justificación es solamente por la fe, así también la santificación también es solamente por la fe, y es absurdo pensar lo contrario, Gál. 3:1-3.
Galatians 3:1–3 RVR60
¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?
La incoherencia entre la justificación por fe y la santificación por obras de la ley atrapó a varios creyentes, aun el apóstol Pedro y Bernabé, Gál. 2:11-13.
Gálatas 2:11–13 (RVR60)
Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos.
Pablo los enfrentó, denunciando que su práctica era incoherente con la verdad del evangelio.
Argumenta que al morir a la carne en identificarse con Cristo, la vida que ahora vive no es por obras de la carne (refiriéndose a la ley en este caso), sino por la misma fe en Cristo que lo salvo, Gál. 2:20.
Galatians 2:20 RVR60
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
En vez de someterse a las obras de la ley para la santificación, Pablo exhorta a los creyentes que se sometan al Espíritu Santo, Gál. 5:16.
Galatians 5:16 RVR60
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
La dificultad se encuentra en que la naturaleza pecaminosa quiere hacer lo que quiere, en contra del Espíritu de Dios, Gál. 5:17.
Galatians 5:17 RVR60
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
La naturaleza humana busca “hacer” algo para merecer el favor de Dios, aun después de la salvación, sin embargo, termina en las obras de la carne, Gál. 5:19-21.
Galatians 5:19–21 RVR60
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Después de leer la lista de obras de la carne, fácilmente uno pregunta, “Si no debo hacer esas cosas malas ¿cuáles cosas buenas debo hacer para ser espiritual?” Entonces iguala la espiritualidad con una lista de cosas para hacer.
Es la “auto-justicia” que practicaban los fariseos y que Jesús condenaba. Desafortunadamente, este intento siempre fracasa y aun lleva a las obras de la carne mencionadas en los vs: 19-21.
La lista de obras de la carne demuestra el verdadero corazón de una persona en cuanto a su relación con Dios. Pablo los identifica como “los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”(5:21b).
Pero al someterse al Espíritu, el creyente no tiene obligación a las obras de la ley, sino depende completamente en el poder del Espíritu obrando a través de la obediencia del creyente, Gál. 5:18.
Galatians 5:18 RVR60
Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
En vez de una lista de cosas buenas para “hacer,” lo esperado por la naturaleza humana, Pablo da una lista de los que el creyente debe “ser,” el fruto del Espíritu, Gál. 5:22-23.
Galatians 5:22–23 RVR60
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Al contrario de la pluralidad de “obras” de la carne, el creyente espiritual posee el “fruto” singular del Espíritu, todo funcionando en conjunto para desarrollar una vida fructífera agradable a Dios.
Ilustración- La santificación brota de la justificación:
Observe que si bien la Biblia dice mucho sobre el qué (dedicarse a la oración, meditar en la ley de Dios, enseñar a sus hijos), no dice mucho sobre el cómo. Desarrollar disciplinas espirituales personales es una forma de lograr el qué, pero hay muchas otras: adoración colectiva, estudios bíblicos en grupos pequeños, escuchar sermones en el automóvil, escuchar la Biblia mientras camina, escuchar enseñanzas bíblicas mientras lava los platos. , libros cristianos, conversaciones espirituales, oraciones antes de las comidas, oraciones antes de dormir y oraciones por teléfono.
Entonces, sí, debemos cultivar el hábito de la oración y la lectura de la Biblia, pero no debemos pensar que Dios nos impone estándares imposibles como criaturas frágiles y finitas. Cuando los discípulos imploraron a Jesús: “Señor, enséñanos a orar” (Lucas 11:1), Jesús no les dio detalles sobre el tiempo, el lugar, la posición y la duración. Les enseñó qué decir. Orar por las razones correctas (no para que otros puedan verlo), a la persona correcta (nuestro Padre celestial), con las peticiones correctas (santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad, provee, perdona, protege) es más importante que la disciplina destinada a facilitar nuestras oraciones.
Si no me equivoco, a mi esposa le gusta pasar tiempo conmigo. A ella le gusta hablar conmigo y que yo hable con ella. Cuando estoy demasiado ocupado, ella no dudará en pedirme más atención. E incluso como marido egoísta, normalmente estoy ansioso por hacerlo porque amo a mi esposa. Me encanta pasar tiempo con ella. Incluso después de más de 20 años, todavía hay muchas cosas que hacer y de qué hablar. Pero debido a que nuestras vidas son agitadas y plenas, pasar tiempo juntos a menudo requiere planificación e intencionalidad. Si mi esposa me obligara a visitarme todos los días a una hora determinada, llevara la cuenta de cuántos minutos hablé con ella y luego pusiera los ojos en blanco cada vez que hiciera algo además de hablar con ella, eso resultaría en un matrimonio miserable. Pero si nunca hiciera el esfuerzo de conseguir que alguien cuidara a los niños, saliera a caminar con ella, planeara una escapada o simplemente colgara mi teléfono y la mirara a los ojos, nuestro matrimonio probablemente se volvería obsoleto y distante.
¿Siempre habrá más que pueda hacer para convertirme en un mejor esposo? Por supuesto. Pero eso no significa que no pueda ser un buen esposo o que mi esposa no pueda estar feliz con nuestro matrimonio. Los matrimonios felices requieren trabajo. No suceden por accidente. Pero son posibles. Así es también nuestra relación con Dios. Seguir a Jesús requiere tiempo y esfuerzo, pero no tenemos que ser expertos en la administración del tiempo ni ascetas monásticos para caminar con Él en fidelidad y fruto.
Aplicación- La santificación brota de la justificación:
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