La restauración del Tabernáculo de David
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Después de esto volveré
Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído;
Y repararé sus ruinas,
Y lo volveré a levantar,
Para que el resto de los hombres busque al Señor,
Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre,
Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.
En Hechos 15.1–29 surgió la pregunta de si los gentiles podían ser aceptados como cristianos sin someterse a la Ley de Moisés. Pedro respondió haciendo notar que ni los judíos de su tiempo, ni sus padres, habían podido soportar el peso de la Ley; por lo tanto, no tenía sentido pedir a los gentiles que se sometieran a ella: «antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos [los gentiles]» (v. 11). Santiago confirmó la declaración de Pedro citando el pasaje de Amós en el cual Dios promete reedificar «el tabernáculo de David... para que el resto de los hombres busque al Señor» (Hch 15.16, 17).
El tabernáculo de David: origen y descripción
El tabernáculo de David: origen y descripción
El tabernáculo de David fue establecido poco después que David sucediera a Saúl como rey. El arca del pacto, que representa la presencia y el poder de Dios, había sido capturada por los filisteos. Tras una serie de plagas, éstos la devolvieron en Quiriat-jearim, donde se la colocó en casa de Abinadab (1 S 4.1–7.1). David anhelaba tener a su lado, y junto al pueblo de Israel, la manifiesta presencia de Dios, de manera que hizo retornar el arca a Jerusalén, colocándola en una tienda sobre el Monte Sion (2 S 6; 1 Cr 13–16).
Pero durante el recorrido, Uza extendió su mano y tocó de manera irreverente el arca y cayó muerto.
Y cuando lo llevaban de la casa de Abinadab, que estaba en el collado, con el arca de Dios, Ahío iba delante del arca. Y David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehová con toda clase de instrumentos de madera de haya; con arpas, salterios, panderos, flautas y címbalos.
Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban. Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al arca de Dios. Y se entristeció David por haber herido Jehová a Uza, y fue llamado aquel lugar Pérez-uza, hasta hoy. Y temiendo David a Jehová aquel día, dijo: ¿Cómo ha de venir a mí el arca de Jehová? De modo que David no quiso traer para sí el arca de Jehová a la ciudad de David; y la hizo llevar David a casa de Obed-edom geteo. Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed-edom geteo tres meses; y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa.
Cuando el arca llegó aJerusalén, David condujó el desfile vestido de un efod de lino y amenizando con instrumentos de música y sacrificando con abundacia ofrendas a Dios.
Fue dado aviso al rey David, diciendo: Jehová ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios. Entonces David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed-edom a la ciudad de David. Y cuando los que llevaban el arca de Dios habían andado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado. Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino. Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta.
Pero encontro oposición de su propia casa, en este caso su esposa Mical.
Cuando el arca de Jehová llegó a la ciudad de David, aconteció que Mical hija de Saúl miró desde una ventana, y vio al rey David que saltaba y danzaba delante de Jehová; y le menospreció en su corazón. Metieron, pues, el arca de Jehová, y la pusieron en su lugar en medio de una tienda que David le había levantado; y sacrificó David holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová. Y cuando David había acabado de ofrecer los holocaustos y ofrendas de paz, bendijo al pueblo en el nombre de Jehová de los ejércitos. Y repartió a todo el pueblo, y a toda la multitud de Israel, así a hombres como a mujeres, a cada uno un pan, y un pedazo de carne y una torta de pasas. Y se fue todo el pueblo, cada uno a su casa.
Volvió luego David para bendecir su casa; y saliendo Mical a recibir a David, dijo: ¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy delante de las criadas de sus siervos, como se descubre sin decoro un cualquiera! Entonces David respondió a Mical: Fue delante de Jehová, quien me eligió en preferencia a tu padre y a toda tu casa, para constituirme por príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel. Por tanto, danzaré delante de Jehová. Y aun me haré más vil que esta vez, y seré bajo a tus ojos; pero seré honrado delante de las criadas de quienes has hablado. Y Mical hija de Saúl nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte.
Antes de su captura, el arca había estado situada en el tabernáculo de Moisés, descansando en su habitación más sagrada, el Lugar Santísimo. Sólo el sumo sacerdote podía acercarse a ella, y únicamente él salpicaba su cubierta una vez al año con la sangre de un animal sacrificado (Heb 9.1–7). El pueblo podía aproximarse solamente al atrio externo del tabernáculo para presentar sus sacrificios y adorar a Dios.
El tabernáculo de David marcó un cambio revolucionario en esta práctica que separaba al pueblo de Dios. Sin violar el espíritu de la Ley de Moisés, David cultivaba las relaciones de intimidad del pueblo con su Señor.
Significación de la restauración del tabernáculo de David
Significación de la restauración del tabernáculo de David
El gran significado del tabernáculo de David residía en que el arca, representativa de la presencia de Dios, ocupaba un lugar central en medio del pueblo de Jerusalén. David enseñó al pueblo a adorar a Dios con alabanzas, acciones de gracias y regocijo. Se ordenaron unos dieciséis ministerios para ser realizados las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. Ninguno de ellos estaba relacionado con la culpa o la condenación; todos expresaban el reconocimiento de la gracia y la misericordia de Dios, y su aceptación incondicional de todo el que se acercase a Él con fe.
La restauración del tabernáculo de David significa hoy desechar el formalismo, el legalismo y la condenación, y hacer regresar al sufrido pueblo de la Iglesia y el mundo a los brazos de un Dios de amor (Heb 10.1–25). El Señor invita a todos a volverse a Él, a dejar atrás los pecados, y recibir el refrigerio que viene de estar en su presencia (Hch 3.19).