ENFRENTANDO LA APATÍA ESPIRITUAL.
Apatía espiritual • Sermon • Submitted • Presented
0 ratings
· 170 viewsNecesitamos escuchar el llamado de Cristo a la iglesia a escuchar, para salir de su apatía o tibieza espiritual.
Notes
Transcript
INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
¿Qué entendemos por apatía?
Apatía. Definición según diccionario.
“Estado de desinterés y falta de motivación o entusiasmo en que se encuentra una persona y que se comporta indiferente ante cualquier estímulo externo.
¿Qué es ser una persona apática?
Implica una gran disminución o ausencia de expresión de emociones, aparentando indiferencia y falta de empatía.
Puede parecer que la persona no se preocupa por los demás o que no le afecta nada de lo que sucede a su alrededor, no mostrando ni alegría ni tristeza por los acontecimientos.
Teniendo esto en mente, debemos ir a las escritura, para observar un ejemplo de apatía espiritual que Dios nos presenta a través de la iglesia de Laodicea.
Vamos a estudiar CUATRO aspectos de la carta que el mismo Señor Jesús escribe a esta iglesia y que nos ayudarán a entender en que consiste la apatía Espiritual en la vida de una iglesia.
El primer aspecto es.
I. LOS DESTINATARIOS y REMITENTE DE LA CARTA. (V.14).
I. LOS DESTINATARIOS y REMITENTE DE LA CARTA. (V.14).
14 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:
Como vemos la carta está dirigida al Ángel (pastor) y a la iglesia de Laodicea.
Laodicea, era una próspera ciudad ubicada en el camino a Colosas, casi 64 kms. al sureste de Filadelfia.
Unos 35 años antes de que se escribiera esta carta, Laodicea fue destruida por un terremoto, pero fue reedificada gracias a su riqueza y capacidad industrial.
Su industria primordial era la fabricación de tela de lana. No existe ningún registro de que Pablo visitara esa ciudad, pero sí de que estaba preocupado por ella (Col. 2:1–2; 4:16).
1 Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; 2 para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo,
16 Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también vosotros.
El remitente de la Carta es Cristo, y se describe como:
“… el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios.”
“amén”, significa “que así sea” y se relaciona con la soberanía de Dios que está por encima del humano acontecer ( 2 Co. 1:20; Ap. 1:6).
“el testigo fiel y verdadero”, es una repetición de lo que había dicho antes sobre si mismo(Ap. 1:5; 3:7).
“principio (“soberano”) de la creación de Dios”, implica que Cristo existió antes de la creación divina y es soberano sobre ella (cf. Col. 1:15, 18; Ap. 21:6).
Esta descripción es una preparación para la áspera palabra de reprensión que Cristo iba a dar a la iglesia de Laodicea.
Algo interesante en esta carta, es que el Señor, no da palabras de elogio, o afirmación a esta iglesia, sino que va directo a a la reprensión.
Eso nos lleva al segundo aspecto a tratar de la carta.
II. LA REPRENSIÓN A LA IGLESIA DE LAODICEA.(V. 15-17).
II. LA REPRENSIÓN A LA IGLESIA DE LAODICEA.(V. 15-17).
15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Jesús pone se dirige con palabras dura a esta iglesia. Vamos en detalle lo que el Señor les dice:
A. ..Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente...
Es interesante que Cristo expresa, las obras de esta iglesia como en un estado de tibiesa, y lo expresa como una situación permanente.
En el contexto, en las fiestas, así como en los sacrificios religiosos, la gente del mundo antiguo acostumbraba tomar bebidas calientes o frías—pero nunca algo tibio. Ahora el Señor usa esa figura para traer a su iglesia esta reprensión que debió tener un significado especial para ellos, porque el agua que se consumía en la ciudad se llevaba por medio de tuberías desde Hierápolis, que se encontraba a pocos kms. al norte. Para cuando el agua llegaba a Laodicea, ¡ya estaba tibia!
El asunto de la tibiesa espiritual de la iglesia se manifestaba en que se conformaban con su riqueza material sin estar conscientes de su pobreza espiritual.
Ellos los de la iglesia de Laodicea enfrentaban una especie de apatía o desinterés por su vida espiritual, estaban cómodos con sus riquezas.
Aplicación para nosotros: A veces, nosotros también estamos como la iglesia de Laodicea, “tibios”, “Cómodos”, “Conformistas”, no nos mueve nada, ni nadie, y nos hacemos inconscientes de nuestra pobreza espiritual, vivimos en un estado de inconsciencia que se vuelve pecaminoso en nosotros, puesto que no nos importa lo que pasa a nuestro alrededor ni como nos afecta de manera persona positivamente o negativamente en mi vida espiritual”
Miremos lo que Cristo le dice a esta iglesia, en un estado de apatía espiritual.
Cristo los describe como: “desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”
Este es el estado de una persona “tibia” o en condición de apatía” en la iglesia.
Ahora, el Señor no desea que la iglesia permanezca en este estado. Luego de la reprensión, el Señor da una exhortación a la iglesia muy importante para que abandone el estado en que se encuentra.
Eso nos lleva al tercer aspecto de la carta.
III. LA EXHORTACIÓN DE CRISTO A LA IGLESIA DE LAODICEA.(V. 18-19).
III. LA EXHORTACIÓN DE CRISTO A LA IGLESIA DE LAODICEA.(V. 18-19).
Apocalipsis 3.18-19
18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. 19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.
Varios consejos le da el Señor a la iglesia para que salgan de su estado de tibiesa o apatía en que se encuentran:
A. De mi compren oro refinado en fuego.
Esta es una expresión que implica que en sus vidas haya solo aquello que glorifica a Dios que lo haría verdaderamente ricos. Ellos ya poseían riquezas materiales, pero carecía de riqueza espiritual.
Aplicación: ¿Cuáles son nuestras riquezas(aquello que nos ata, que crea en nosotros indiferencia o apatía), que no nos permite buscar las riquezas espirituales?
B. Les recomendó que se vistieran con vestiduras blancas.
Estas vestiduras son símbolo de la justicia(de Cristo) que cubriría su desnudez espiritual. La lana era una de las principales mercancías de esa región, y Laodicea era famosa por un tipo de vestidura negra que se hacía de lana negra. En lugar de ella, lo que necesitaban era una nueva vestidura.
C. Cristo dice: unge tus ojos con colirio.
En Laodicea había una escuela de medicina en el templo de Esculapio donde se expendía un colirio especial para los ojos que curaba los problemas comunes del Medio Oriente. Lo que necesitaban no era esa medicina, sino la vista espiritual.
D. La exhortación termina con: sé, pues, celoso, y arrepiéntete.
Cristo termina diciéndoles que los ama, y que por su amor traería castigo sobre ellos por su mal comportamiento, por eso en lugar de ser “tibios, o “apáticos”, debían ser, celosos y arrepentirse.
Aplicación: La iglesia de Laodicea es el ejemplo típico de una iglesia moderna que vive inconsciente de sus necesidades espirituales y que se conforma con sus hermosos edificios y con todas las cosas materiales que el dinero puede comprar.
“En nuestro caso, la apatía espiritual o tibiesa espiritual puede estar relacionado con aquellas cosas que nosotros consideramos “como más importante” y que no nos permite ver la necesidad espiritual que está en nuestras vidas”
Una vez que Cristo termina con la exhortación a la iglesia, va a las promesas, y este es nuestro cuarto y último aspecto de la carta.
IV. PROMESAS DE CRISTO PARA LA IGLESIA SI ESCUCHA SU VOZ.(V. 20-22).
IV. PROMESAS DE CRISTO PARA LA IGLESIA SI ESCUCHA SU VOZ.(V. 20-22).
20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. 21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
La promesa que el señor hace a la iglesia, está precedida de una situación dramática:
“Cristo se describe a sí mismo como estando parado afuera y llamando a la puerta”
Implica que esta puerta que está cerrada, sólo puede abrirse por dentro.
Ahora, es posible, que el estado de “tibiesa o apatía” espiritual de la iglesia, la haya llevado a tan delicada situación.
Por eso el Señor ruega: si alguno oye mi voz y abre la puerta, y la promesa: entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Ahora, ¿por qué el Señor quiere entrar?
Porque Si Cristo se queda afuera, no puede existir compañerismo o riqueza verdadera. Con Cristo en el interior, se da un maravilloso compañerismo y la facultad de compartir la excelsa gracia de Dios.
Es importante reconocer que el ruego de Cristo va dirigido a la iglesia (es decir a los cristianos), no a los incrédulos.
Eso implica de alguna manera, la ausencia de Cristo en la vida de estos creyentes que con su comportamiento mostraban poca intimidad con Cristo.
Ahora, ¿cuál es la promesa?
El Señor promete en el versículo 21 que “a quienes responden”, les dará el derecho a sentarse con él en su trono para que compartan su victoria.
Aplicación para nosotros: Te has preguntado, ¿si Cristo, está verdaderamente en tu corazón?, ¿Si está en tu vida?. Te has examinado, ¿qué tanta apatía o tibiesa espiritual hay en tu vida?
La respuesta a esta pregunta nos ayudará a evaluar el grado de apatía o tibiesa espiritual.
Por último el Señor hace una invitación nuevamente:
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”
Este es un llamado o una invitación a escuchar y a responder al Señor.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
El mensaje de Cristo a esta iglesia(y también a las otras seis), es un tratado asombrosamente completo de los problemas que enfrentan las iglesias de la actualidad.
La tibieza espiritual o apatía espiritual, es tan común hoy en la vida de muchos creyentes como lo fue en la vida de los creyentes del primer siglo.
Debido a que estas cartas vienen de Cristo en persona, adquieren un gran significado, porque contienen la exhortación final de Dios a la iglesia a través de todas las edades.
El ruego final se hace a todos los individuos que quieren oír.
Los cristianos que pertenecen a la iglesia de hoy haríamos bien en escuchar.
¿Cómo evalúas tu vida espiritual?