La Autoridad de Jesús
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Introducción
Introducción
Han habido casos de médicos, abogados, arquitectos, etc., fraudulentos.
Son personas sin escrúpulos que se hacen pasar por gente capacitada.
Levantan un consultorio y cuelgan en la pared diplomas / títulos falsos porque nunca cursaron los estudios requeridos para su supuesta profesión.
Tarde o temprano los descubren cuando comienzan a investigar sus credenciales profesionales.
En algunos casos el investigador llega al consultorio, acompañado por cámaras de algún noticiera, preparados para desenmascarar el fraude.
El día de hoy continuamos con nuestra serie en el evangelio según Marcos y nos encontramos con una escena bastante tensa donde los líderes judíos han venido para desenmascarar al fraudulento Jesús. Pero, lejos de descubrir a un fraude, nosotros descubrimos al verdadero fraude - la religión muerta de Israel. Hoy veremos:
Jesús es el Señor del templo
Jesús es confrontado por los líderes judíos
Jesús descubre el verdadero fraude
Jesús es el Señor del templo
Jesús es el Señor del templo
Marcos narra ahora lo que sucede el último martes de la vida de Jesús.
Llegaron* de nuevo a Jerusalén; y cuando Jesús andaba por el templo, se acercaron* a Él los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos,
Jesús llega nuevamente al templo de Jerusalén.
La última vez que había entrado fue el día domingo - en su entrada triunfal en Jerusalén.
En aquella ocasión se enfrentó con los que cambiaban dinero y los que vendían animales para el sacrificio.
Al expulsar a la gente que estaba falto el respeto al templo, dijo:
Y les enseñaba, diciendo: «¿No está escrito: “Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones”? Pero ustedes la han hecho cueva de ladrones».
Y ahora, entra nuevamente al templo, y camina dentro del recinto.
Es como si ha llegado a inspeccionar, a ver que todo esté en orden.
El Señor, el amo, del templo ha llegado a su santo lugar.
Jesús tiene todo el derecho, siendo el Dios eterno, a andar por el interior del templo que se ha edificado para rendirle adoración.
Si alguien en la historia de la humanidad tiene el derecho de entrar al templo de Dios, es Dios mismo, el Dios que tomó forma humana para habitar entre nosotros.
Esto es lo que distingue al cristianismo el Islam y del judaísmo - nosotros en verdad creemos que Jesús es el Dios eterno mientras que el Islam y el judaísmo niegan la divinidad de Jesús.
Así que hoy afirmamos lo que Tomas afirmó al ver a Jesús resucitado:
«¡Señor mío y Dios mío!», le dijo Tomás.
Jesús es confrontado por los líderes judíos
Jesús es confrontado por los líderes judíos
Pero, al entrar Jesús al templo vemos que no está solo.
De hecho, parece que lo han estado esperando.
Marcos nos dice que estaban allí los “principales sacerdotes, los escribas y los ancianos.”
Los principales sacerdotes se refiere al sumo sacerdote actual y a los que habían ocupado ese cargo en el pasado. También incluye al resto de hombres saduceos de los cuales se elegía al sumo sacerdote.
Los escribas eran los interpretes de la ley, mayormente fariseos. Eran los que enseñaban la ley de Dios en el templo y en las sinagogas.
Los ancianos se refieren a los líderes de la comunidad.
Así que cuando vemos estos tres grupos, debemos pensar en lo que la Biblia llama el Sanedrín.
El Sanedrín era el concilio judicial en Israel.
Estos tenían el derecho de llevar a cabo un juicio religioso en contra de una persona.
Así que es muy posible que habían sido comisionados por el Sanedrín para reunir pruebas en contra de Jesús y así convocar un juicio para inculparlo de haber violado alguna ley religiosa.
Vemos que crece la tensión porque aparecen los lobos intentando de atrapar a su presa.
Marcos describe el motivo por el cual han venido a Jesús:
y le preguntaron: «¿Con qué autoridad haces estas cosas, o quién te dio la autoridad para hacer esto?»
Le hacen a Jesús dos preguntas.
¿Con qué autoridad haces estas cosas?
¿Quién te dio la autoridad para hacer esto?
Necesitamos poner mucha atención a estas dos preguntas.
Los maestros judíos iban de pueblo en pueblo reclutando discípulos.
Pero, estos maestros seguían una forma de enseñanza y de interpretar las Escrituras, de acuerdo a lo que ellos habían aprendido de su maestro.
Así que los maestros judíos normalmente se presentaban como al maestro tal, discípulo de tal maestro.
Así lo hizo Pablo de Tarso.
«Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, educado bajo Gamaliel en estricta conformidad a la ley de nuestros padres, siendo tan celoso de Dios como todos ustedes lo son hoy.
Así que ellos presentaban sus credenciales como maestros judíos al referirse al maestro de quien habían aprendido.
Entonces, estos hombres confrontan a Jesús para que haga lo mismo - ¿cuáles son tus credenciales?
¿Quién fue tu maestro?
¿Quién te dio permiso para actuar de esta forma?
¿Quién te ha autorizado para hacer lo que haces?
Pero, ¿a qué se referían?
¿Qué cosas había hecho Jesús?
¿Qué hechos de Jesús los tenía tan molestos?
…pues no olvidemos que hace dos días había entrado al templo para expulsar a los cambistas y a los que vendían animales del templo.
Aparte de eso, ha estado por casi tres años y medio enseñando el mensaje del reino de Dios y haciendo milagros.
Entonces, es posible que se están refiriendo a lo que acaba de suceder hace unos pocos días…o a lo que ha estado Jesús haciendo los últimos tres años y medio.
Ellos han venido como los reportes investigadores listos para desenmascarar a esta maestro fraudulento.
Vienen con completa seguridad que lo van a dejar avergonzado ante el pueblo.
Según ellos, Jesús no es más que un fraude que intenta engañar a la gente con sus declaraciones.
No es más que un charlatán desquiciado.
Jesús descubre el verdadero fraude
Jesús descubre el verdadero fraude
Pero, observemos el desenlace de esta escena.
Jesús les respondió: «Yo también les haré una pregunta; respóndanla, y entonces les diré con qué autoridad hago estas cosas.
Jesús no responde a la pregunta con una respuesta.
Jesús podría haber dicho - mi autoridad viene de Dios, mi Padre me ha enviado - y tal vez podrían haberse burlado de él diciendo que estaba loco.
Jesús podría haber mantenido silencio - pero en ocasiones mantenerse en silencio levanta sospechas de que realmente la persona es culpable.
Así que Jesús les hace una sola pregunta.
Ellos le han hecho dos preguntas: con qué autoridad haces lo que haces y quién te dio autoridad para hacer lo que haces.
Pero Jesús les hace una sola pregunta.
Si ellos quieren hacer dos preguntas, está bien.
Él las va a responder siempre y cuando ellos respondan a esta pregunta singular - y muy sencilla.
Lo menos que pueden hacer ellos es responder una pregunta si ellos le están haciendo dos preguntas.
Jesús les hace la pregunta.
»El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respondan».
La pregunta es muy sencilla y se refiere a Juan el Bautista que había aparecido en el Jordán.
Al principio del evangelio según Marcos leemos:
Juan el Bautista apareció en el desierto predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados.
Acudía a él toda la región de Judea, y toda la gente de Jerusalén, y confesando sus pecados, eran bautizados por él en el río Jordán.
Notemos que venían muchos de todo Israel para ser bautizados.
Mucha gente creyó en el mensaje de Juan.
Juan era conocido de todo el pueblo de aquella época.
Así que lo único que les pide Jesús es que respondan - el bautismo de Juan viene del cielo (de Dios) o era un mero invento de los hombres.
Jesús no está preguntando ¿qué significa el bautismo de Juan?
Tampoco pregunta quienes debían ser bautizados con el bautismo de Juan.
Lo único que quiere que respondan es si el bautismo era un mandato divino o simplemente un invento de Juan.
La tensión crece porque los líderes judíos no van a recibir respuesta a sus dos preguntas hasta que ellos respondan a esta pregunta.
Así que tienen dos opciones: era de Dios o era de los hombres.
De hecho, Marcos nos dice que es lo que discutían los líderes judíos:
Y ellos discutían entre sí, diciendo: «Si decimos: “Del cielo”, Él dirá: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?”
»¿Pero si decimos: “De los hombres”?». Pero temían a la multitud, porque todos consideraban que Juan verdaderamente había sido un profeta.
Si ellos decían que el bautismo de Juan era un mandato divino - iban a ser acusados de no creer en este bautismo, de no ir a ser bautizados, de rechazar el bautismo de Juan - iban a ser vistos como hipócritas por toda la comunidad.
Si ellos decían que era un simple invento de Juan, entonces corrían el peligro de ser rechazados ya que muchos de los presentes habían acudido a Juan para ser bautizado - o por lo menos le guardaban gran respeto a Juan porque creían que en verdad era un profeta de Dios.
Pero, sin importar las consecuencias, estas eran las únicas dos opciones - el bautismo de Juan es de Dios o el bautismo de Juan es un invento de los hombres.
No tienen ninguna otra opción.
No tienen otra alternativa.
Pero, ¿cómo respondieron los acusadores, los investigadores, los que quieren desenmascarar a Jesús?
Respondiendo a Jesús, dijeron*: «No sabemos». Jesús les dijo*: «Tampoco Yo les diré con qué autoridad hago estas cosas».
Dijeron, no sabemos.
Mentirosos.
Cobardes.
Hombres sin integridad.
Hombres sin palabra.
Hombres engañadores.
“No sabemos” no era una respuesta.
Si saben - ellos no hicieron nada por Juan el Bautista cuando fue encarcelado por Herodes.
No hicieron nada cuando Juan el Bautista fue decapitado.
Hubieran sido sinceros y valientes y declarar que Juan era un fraude, que Juan era un desquiciado, que Juan estaba equivocado.
Conclusión
Conclusión
Pero, ahora lo que tenemos que tratar de entender es ¿qué conexión había entre Juan y Jesús?
¿Por qué Jesús respondió con una pregunta que se refiere a Juan el Bautista?
¿Qué tiene que ver Juan con Jesús?
Hay una conexión maravillosa entre Juan y Jesús:
¿Por qué vino Juan bautizando en el Jordán?
¿Por qué vino Juan predicando el bautismo de arrepentimiento?
Principio del evangelio de Jesucristo el Mesías, Hijo de Dios.
Como está escrito en el profeta Isaías: «He aquí, Yo envío Mi mensajero delante de Ti, El cual preparará Tu camino.
»Voz del que clama en el desierto: “Preparen el camino del Señor, Hagan derechas Sus sendas”».
Juan vino para preparar el camino del Mesías que Dios había enviado.
Juan vino para preparar a Israel para recibir a su Salvador.
Juan vino para predicar de la ira de Dios que vendría sobre la humanidad y por tanto debían arrepentirse de sus pecados.
Juan vino para anunciar que Dios había enviado a su Mesías que sería el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Así que, si los líderes judíos no recibieron a Juan y a su bautismo, que anunciaba a Jesús, mucho menos reconocerían la autoridad de Jesús.
Jesús desenmascaró a estos religiosos fraudulentos.
Su religión no era más que una mascara de falsedad ya que se resistían en creer en el Mesías.
Lo mismo sucede ahora, usted le puede preguntar a la gente:
Jesús es el salvador y por tanto debes rendir tu vida a él, o es solo un charlatán.
La gente dirá:
No sé
Ahorita no te puedo decir
Es demasiado complicado
Yo tengo mi religión
Pero, estas respuestas no son válidas.
O Jesús es Dios, nuestro Salvador, nuestro Mesías y debemos rendir nuestra vida a sus pies, o es un maestro falso/equivocado que solo vino para engañar a la humanidad.
Dios nos dé gracia, ojos para ver, oídos para escuchar - y entender quien es Jesús - amigo de pecadores, salvador de las naciones, el consuelo de su pueblo.