Sermón sin título (9)

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DIVISIONES Y CONFLICTOS EN LA IGLESIA

1 corintios 1:10 al 17

INTRODUCCIÓN

- Si hay un aspecto que es bastante común en la sociedad humana es el de la confrontación. Crecemos rodeados de disputa y pleito. * Y desde muy pequeños nos enfrascamos en mil y un peleas (me sería imposible recordar todas la veces que Valentina se puso a quitarse juguetes con hermana Rafaela).
- Ahora, si uno se pone a pensar, se dará cuenta de que si bien conforme pasan los años cambian muchas cosas, lo cierto es que en casi nada varia nuestra inclinación a la confrontación. Peleamos por una sonaja de bebés, luego por un rompecabezas en el jardín, luego por una silla en el salón de primaría, más tarde por un primer puesto en el campeonato de fútbol en la secundaria. * Y así sin darnos cuenta nos convertimos en padres que discuten con todo el mundo en las reuniones del colegio de nuestros hijos, o en las reuniones de trabajo, o en los cumpleaños de la familia cuando se tocan temas de política. ** La disputa se hace de lo más normal en nuestras vidas.
- Los esposos se pelean, los amigos de la infancia, los socios de las empresas, los integrantes de una asociación, y así un largo etc, etc, etc. ** Pero, ¿Será correcto ello? El que sea tan normal esta conducta ¿Hace que sea justificable su realización? Por supuesto que no. NO podría serlo de ninguna manera, por cuanto nace de un aspecto de impiedad del hombre.
Es así que leemos en Santiago 4:1-2a “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis, matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis…”
Santiago 4:1–2 RVR60
¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
La fuente de las disputas puntualmente nace en el corazón egoísta, que siempre quiere que se haga lo que él quiere, en el momento que él quiere, y de la forma que él quiere. * Que siempre quiere obtener lo que desea sin importarle el resto.
- Ahora, ¿Por qué le menciono todo esto? Pues porque uno de los aspectos más terribles de esta condición humana, es la consecuencia que trae en todo lugar donde se practica: La Desunión. *
Dicho de otra forma: Un lugar donde hay conflicto es un lugar donde habrá desunión. * El mismo que siempre tendrá como común denominador la formación de grupos que buscarán prevalecer sobre los demás, su posición o postura.
- Y esto es un asunto de consideración. Un tema de gravedad. * Lo cual se advierte de inmediato al observar que el primer pecado que el apóstol confronta en relación a esta iglesia (de la muy larga lista que había), es el pecado de la desunión.
Y esto a razón de que es la manifestación que por excelencia distrae, debilita y frustra a toda la iglesia. * La impiedad que quita del seno de la comunión, la virtud que debiera prevalecer por sobre todas: El amor…. * Ya que lo último que uno reconocería por alguien con el que está confrontado es seguir amándolo.
- Lo cual hace aún más grave este asunto, ya que esta ausencia de amor no solo traerá tristeza y enojo; sino que nos empujará a la desobediencia de uno de los pedidos más sublimes del salvador. El mismo que se haya contenido en Juan 13:34-35 “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”. *
Juan 13:34–35 RVR60
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
- Los pleitos traen desunión, la desunión nos priva del amor, y la falta de amor nos hace inútiles en nuestra misión de evangelización. * ¿Se da cuenta? Es un asunto sumamente serio.
- Es por todas estas consideraciones, que si algo debía de ser restaurado en Corinto era la unidad. * Ya que solamente una iglesia unida será una a la que Dios con gozo llevará almas para salvación. *
- No por nada leemos en Hechos 2:46-47 (Testimonio de la iglesia Primitiva) “Y perseverando UNÁNIMES cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”.*
Hechos de los Apóstoles 2:46–47 RVR60
Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
- Una iglesia unida será siempre una iglesia bendecida. Y tal condición debemos de anhelar todas las congregaciones del mundo. * De ahí que esta sección sea también fundamental para nuestra congregación.

UN LLAMADO A LA UNIDAD: LA UNIDAD ES HABLAR EN UN MISMO SENTIDO, ES MORIR A LA DIVISIÓN E IMPLICA ESTAR UNIDOS EN UNA MENTE Y PARECER .

1.-EL TERRIBLE PECADO DETRÁS DEL LLAMADO

1 Corintios 1:11–12 RVR60
Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.
Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas.
1 Corintios 1:11 al 12 Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. 12 Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.
Pablo, luego de hacerles llegar el llamado puntual de la unidad en el versículo anterior, lo que hace en este y en el siguiente es presentarles la razón de dicho llamado. Esto es, la causa que motiva la primera amonestación que les acaba de alcanzar.
Ahora, como en su momento precisamos en la introducción, Pablo ministró en la iglesia de Corintio por un plazo de alrededor año y medio, luego del cual envió a Apolos para que reemplazara (Éste fue su segundo pastor).
Pero sucedía que en medio de la iglesia, al parecer había también un grupo de judíos que habían creído en el evangelio por intermedio de Pedro.
- ¿Qué ocurrió entonces? Pues que los miembros de la iglesia empezaron a dividirse en facciones bajo el nombre de algunos de los que lideraron la iglesia.
- Ahora, como nos refiere el pasaje, Pablo tomó conocimiento de esta situación por intermedio de “los de Cloé”.
Es decir, por intermedio de aquellos que integraban la casa de este personaje femenino. ¿Quién era ella? Nuestra información es casi nula al respecto, pero bien pudo haberse tratado de una líder prominente de la iglesia de Corinto, cuyo nombre por cierto significaba “hierba verde” y era muy común en Grecia; Así también por la expresión “los de su casa” bien pudiera haber sido alguien de economía solvente.
- ¿Cómo puso al tanto de lo ocurrido a Pablo? Tampoco lo sabemos. Pudo haber sido por medio del envío de alguno de sus familiares, o a través de una carta enviada a Éfeso; ciudad donde estaba el apóstol y que no era muy lejana a Corinto. (Lo primero es más probable).
Nunca habrá unidad en un lugar donde no hay transparencia. Y el autor entendía ello, no vio correcto esconder el nombre del informante sino más bien exponerlo; de manera que nadie pudiera negar la acusación de división.
que traía la carta, por cuanto la persona que la señalaba era uno de ellos, alguien que era parte de esa iglesia. * No se trataba de un invento de Pablo.
- Por otra parte, otro detalle relevante en este pasaje es observar cómo se dirige Pablo a los miembros de la iglesia de Corinto.
Él les dice “hermanos míos” que es una expresión bastante tierna e íntima, y con la cual nos muestra que si bien estaban actuando mal y eran merecedores de reprimendas severas, no habían dejado de ser sus hermanos y merecían ser tratados con amor.
2 Tesalonicenses 3:14–15 RVR60
Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence. Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano.
Más adelante en 2Tesalonicenses 3:14-15 el mismo Pablo escribe “Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a éste señaladlo, y nos os juntéis con él, para que se avergüence. Más no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano”. * Cuan importante es entender esto.
Entender que aun cuando se haya producido alguna terrible falla, nuestro hermano en Cristo no pierde esa condición.
- Y en esta misma carta, con otras palabras, Pablo dirá, que aquel que tiene todo, pero carece de amor, no es nada en realidad…
- Otro aspecto importante a resaltar en virtud a este pasaje es el hecho de que lo que se estaba produciendo en medio de esta congregación eran “contiendas” * Que en el idioma original es la palabra ÉRIS, la cual tiene una amplia variante de significados, tales como: Rivalidad, pendencia, pleito, riña, etc.
Pero lo más interesante era que ÉRIS denotaba ambición e implicaba buscar lo suyo propio; de ahí que involucrara muchas veces conseguir seguidores que pudieran hacer viable la obtención de beneficios.* Y esta era una acción que traía como consecuencia natural, la conformación de grupos divisores en los lugares donde aparecía. Que produjera desunión.
- Y ¿Por qué le refiero esto? Pues porque nos muestra que la división que venía gestándose en esta iglesia tenía en el fondo motivos de ambición.
Tenía como razón de ser las ambiciones de determinadas personas, que habían hecho que se separaran del resto.
No era una desunión por motivos teológicos o doctrinales, sino meramente superficial y egoísta.
* Que es por cierta, la razón que por excelencia sigue trayendo división aún a las iglesias de nuestro tiempo. Y entender eso hará que miremos con otros ojos el versículo siguiente.
1 Corintios 1:12 RVR60
Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.
- (Leo 1ra de Co 1:12) De inmediato apreciamos aquí que le problema de división en la iglesia de Corintio no era pequeño, y es que cuando dice
cada uno de vosotros…” el autor está involucrando a todos los hermanos que la conformaban (que como precisé en la introducción pudieron a ver sido alrededor de setenta).
Cada uno de ellos había tomado partido en este penoso asunto. Que se había intensificado a tal punto; que no había solo dos grupos divisores, sino que se habían conformado cuatro de ellos.
Los cuales miraremos brevemente a continuación:

a) Los de “Yo soy de Pablo”

Este primer grupo, que probablemente se había convertido por medio de la predicación de este apóstol fundador de la iglesia (podría que se tratase de gentiles) era uno que lo tenía en muy alta estima.
Lo cual no era absolutamente común en ese tiempo, por cuanto había varios lugares donde se cuestionaba el apostolado de Pablo.
Este primer grupo, que se cita primero, bien pudiera haber sido el más numeroso; y si bien habían escogido como estandarte a un hombre que conocía muy bien la palabra que enseñaba y que mostraba claramente el poder del Espíritu en su vida. Lo cierto es que evidenciaban que su reconocimiento era meramente superficial y emocional, por cuanto no vivían las enseñanzas que les había entregado… * Que terrible contradicción!!.
Amaban a Pablo y usaban su nombre como estándar, pero no vivían en lo más mínimo en sus enseñanzas. Era una desgracia en realidad.

b) Los de “Y yo de Apolos”

Como se mencionara en su momento, el hombre que había escogido este segundo grupo, era alguien de gran elocuencia (“Poderoso en palabra” dice el libro de Hechos).
Apolos provenía de una ciudad reconocida en aquella época por su conocimiento, ciencia e ilustración, como lo era Alejandría. Una ciudad que se consideraba como el centro más grande de cultura en Roma. De ahí que se forjara como un judío muy conocedor de las Escrituras.
Y esto, como era de esperar, debió de atraer a un sector de la iglesia, ya que siendo muchos de ellos provenientes de la cultura Greco-Romana tenían a la elocuencia como una cosa de gran estima…; y el resultado fue, que este sector se sesgó del resto identificándose exclusivamente con él.
Sería una tristeza, por cuanto se trataba de una identificación únicamente superficial e intelectual.
Ojo: Pablo no era muy elocuente…

c) Los de “Y yo de Cefas”

Como bien sabemos “Cefas” era la versión Aramea de Pedro, el apóstol Pedro.
De manera que este tercer grupo, que bien pudiera haber estado conformado por judíos, se identificaron con él; que era reconocido como el apóstol de los judíos.
- Puede que este grupo tuviera una fuerte oposición con el primero, ya que Pablo siendo el apóstol de los gentiles era muy resistido por los judaizantes, quienes todavía se mantenían en cierto modo como guardianes celosos de las tradiciones y rituales de la ley. *
- Asimismo, podríamos señalar que este tercer grupo era probablemente el más conservador de los tres. Pero sin significar ello que estaban en lo correcto. *
No entendían que ya no había distinción de judíos ni gentiles en el pueblo redimido de Dios.

d) Los de “Y yo de Cristo”

Finalmente esta este cuarto grupo, que usaban como Estandarte el mismísimo nombre del salvador. *
Alguno podría mirar este grupo y creer que era el correcto, diciendo dentro suyo “Si hubiera tenido que escoger uno hubiera sido este”. * No obstante, por el contexto del pasaje entendemos que tampoco ellos estaban haciendo bien. *
- Ahora, ¿Por qué decidió este grupo identificarse como el de Cristo? Ciertamente no lo sabemos con exactitud; pero son varios los comentaristas (y yo con ellos) que coinciden en considerar que fue por el anhelo que tenían de mostrarse como los más ortodoxos, espirituales o fieles a palabra…
Esta postura se sustenta fuertemente en el término ÉRIS usado en el pasaje anterior; el cual quitaba toda buena intención detrás de cada uno de los grupos.
De manera que éste bien pudiera haberse tratado de uno que lleno de orgullo, queriendo mostrarse mejores que los demás, habían escogido como estandarte al mismísimo Señor.
Este grupo hipócritamente, querían presentarse como personas que solo seguían a Jesucristo.
Filipenses 1:21 RVR60
Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
- Y aunque los tales tenía tal vez como slogan la declaración preciosa de Filipenses 1:21 “Para mí el vivir es Cristo”. *
Lo cierto es que no podrían estar más lejos del Cristo a quien proclamaban.
Y es que por mucho que quisieran identificarse con él, lo que estaban haciendo al separarse del resto de sus hermanos, era algo que Jesucristo nunca haría; algo que de ninguna manera permite, ni tolera.
Este grupo era el más trágico de todos, por cuanto había caído en esa terrible realidad de declarar con sus labios que eran de Cristo, pero luego con sus actos se alejaban más y más de él.
(Cuantas veces no hemos caído también nosotros en lo mismo…)
- Para este cuarto grupo, Jesucristo era solo un pretexto que habían tomado para dividirse de sus hermanos. Que tragedia. **
Cuatro fueron los grupos en los que se había dividido la iglesia, y por mucho que buscaban prevalecer uno sobre el otro, lo cierto es que los cuatro estaban en terrible actitud de pecado delante del Señor.

CONCLUSIÓN

- No ha pasado mucho tiempo de las últimas elecciones presidenciales que vivimos en nuestro país. Y ciertamente una de las cosas que más se recordará de ellas es lo ajustado que estuvo toda la contienda.
Literalmente, el país se partió en dos en la segunda vuelta, y no era extraño ver como incluso familias enteras se habían dividido pugnando por uno u otro candidato. (Y a personas que como a mí nos encanta los asuntos de política, nos imaginábamos en un debate presidencial cada vez que se pronunciaba la pregunta de ¿Y tú por quién vas votar?...).
- Bueno, en temas de política la conformación de partidos es normal y hasta necesaria; y ciertamente cualquier gobierno o institución en el mundo siempre va a vivir esa sectorización. Pero ¿Sabe? Eso no puede ocurrir en la iglesia.
De ninguna manera en la iglesia del Señor estará bien que ocurra algo así.
Dentro de la iglesia no se pueden formar partidos amados hermanos. No puede usted decir: Yo soy del Pastor Harry, Yo del Ps Carlos, o Yo del pastor Miguel…
- Todos aquí somos parte de una misma familia. Y si bien pudiéramos tener diferencias, o discrepancias, o preferencias.
Aquello que nos une siempre estará por encima de todo ello: La Bendita Sangre de nuestro Señor Jesucristo.
- Y quisiera abrirle mi corazón aquí, y confesarle que si hay algo que amo de esta iglesia y por lo que estoy inmensamente agradecido; y que me motiva a anhelar quedarme aquí hasta que ya no me queden fuerzas para predicar, es la UNIDAD que existe entre nosotros…
Nunca perdamos ello amados hermanos, nunca olvidemos que todos somos parte del mismo grupo y tenemos a un mismo Señor.
Siempre hagamos nuestras y vivamos las preciosas letras del Himno que Sabine Barling – Gould escribió :“Firmes y adelantes”. Que en una de sus estrofas dice: “Muévase potente la iglesia de Dios, de los ya gloriosos marchamos en pos, Somos solo un cuerpo, y uno es el Señor, Una la esperanza, y uno nuestro amor”.
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