Nabal y Abigail
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· 652 viewsLa insensatez de Nabal provocó la ira de David que estaba indignado por su ingratitud. Este sentimiento lo llevaría a hacer una injusticia que fue detenida por la sabiduría de Abigail.
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Nabal y Abigail
Nabal y Abigail
1 Samuel 25:1–3
1Murió Samuel, y se juntó todo Israel, y lo lloraron, y lo sepultaron en su casa en Ramá.
Y se levantó David y se fue al desierto de Parán. 2Y en Maón había un hombre que tenía su hacienda en Carmel, el cual era muy rico, y tenía tres mil ovejas y mil cabras. Y aconteció que estaba esquilando sus ovejas en Carmel. 3Y aquel varón se llamaba Nabal, y su mujer, Abigail. Era aquella mujer de buen entendimiento y de hermosa apariencia, pero el hombre era duro y de malas obras; y era del linaje de Caleb.
Introducción
Introducción
Saúl había dado tregua a la persecución de David, pero no duraría.
Mientras tanto, el tiempo pasa y sigue su curso, el profeta Samuel muere, considerado el último juez de Israel.
David ahora está en el desierto de Parán, aunque es llamado desierto, era un lugar con fuentes de agua y pastos, ideal para la cría de ovejas.
En Carmel de Parán vive un hombre rico, Nabal (insensato) y su esposa Abigail (Mi padre es gozo)
Mientras David y sus hombre estuvieron en Carmel cuidaron a los pastores de Nabal de los asaltantes y saqueadores.
Llegó la época de esquilar las ovejas, un tiempo de fiesta (Mayo -Junio) porque se reunían todos los pastores con sus rebaños.
Fue en este tiempo que David envió a 10 de sus hombres a Nabal para solicitarle unas provisiones.
La necedad de Nabal
La necedad de Nabal
1º Samuel 25:5–8 “5Entonces envió David diez jóvenes y les dijo: Subid a Carmel e id a Nabal, y saludadle en mi nombre, 6y decidle así: Sea paz a ti, y paz a tu familia, y paz a todo cuanto tienes. 7He sabido que tienes esquiladores. Ahora, tus pastores han estado con nosotros; no les tratamos mal, ni les faltó nada en todo el tiempo que han estado en Carmel. 8Pregunta a tus criados, y ellos te lo dirán. Hallen, por tanto, estos jóvenes gracia en tus ojos, porque hemos venido en buen día; te ruego que des lo que tuvieres a mano a tus siervos, y a tu hijo David.”
Era costumbre de los Israelitas ser dadivosos y hospitalarios, por tal razón David con toda confianza envía sus hombre a Nabal.
Los jóvenes van en nombre de David y dan testimonio de la protección que proveyó a sus pastores, y por tal razón solicitan alguna provisión como muestra de amistad y solidaridad.
David tenía poder militar para obligar a Nabal, pero prefirió solicitarlo amablemente.
Ayudar a alguien voluntariamente no nos da el derecho de exigir con imposición o abusivez que nos pague el favor. Pero es válido solicitar amablemente ayuda cuando estemos en necesidad.
Pero Nabal se negó:
1º Samuel 25:10–11 “10Y Nabal respondió a los jóvenes enviados por David, y dijo: ¿Quién es David, y quién es el hijo de Isaí? Muchos siervos hay hoy que huyen de sus señores. 11¿He de tomar yo ahora mi pan, mi agua, y la carne que he preparado para mis esquiladores, y darla a hombres que no sé de dónde son?”
Si la Biblia nos exhorta a dar de comer a nuestros enemigos (Romanos 12:20 “Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.”). cuánto más no daremos a aquellos que son bondadosos con nosotros.
La Biblia nos dice: Mateo 10:8 “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.”
Nabal era un hombre avaro, con la mentalidad de que las riquezas que tenía eran solo para que él las disfrutara sin compartir con nadie.
La avaricia es hermana de la tacañería, la mezquindad, de no compartir las bendiciones que Dios nos ha dado con aquel que ha sido bueno con nosotros o el que necesita.
Esto es pecado:
Lucas 12:15 “Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.”
Ambicionar riquezas solo para satisfacer nuestra codicia es un pecado que nos conduce al dolor. 1 Timoteo 6:10 “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.”
La indignación de David
La indignación de David
1º Samuel 25:12–13 “Y los jóvenes que había enviado David se volvieron por su camino, y vinieron y dijeron a David todas estas palabras. Entonces David dijo a sus hombres: Cíñase cada uno su espada. Y se ciñó cada uno su espada y también David se ciñó su espada; y subieron tras David como cuatrocientos hombres, y dejaron doscientos con el bagaje.”
David se ofendió en gran manera por la respuesta de Nabal, David era un hombre humilde y temeroso de Dios, pero también era un feroz guerrero.
Se dejó llevar por la ira y dispuso tomar venganza de Nabal por su propia mano.
David estaba a punto de cometer pecado de asesinato. Éxodo 20:13 “No matarás.”
David como soldado había matado a muchos enemigos, pero bajo la orden y dirección de Dios. Ya sea que Dios los enviara o que se defendieran del ataque de los enemigos, David y su ejercito se constituían oficiales de Dios para ejecutar juicio de muerte.
En el caso de los israelitas, debían ser juzgados antes de condenarlos a muerte.
Por tal razón no era correcto que David matara a Nabal por el desprecio, pues estaría trayendo sobre sí maldición.
Éxodo 21:12 “El que hiriere a alguno, haciéndole así morir, él morirá.”
Si no controlamos el orgullo y la indignación cometeremos pecados que traerán duras consecuencias.
Proverbios 14:17 “El que fácilmente se enoja hará locuras; Y el hombre perverso será aborrecido.”
Cuidado con estos sentimientos, reclama para tu vida el dominio propio: 2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.”
La Sabiduría de Abigail
La Sabiduría de Abigail
1º Samuel 25:23–28 (RVR60)
“23Y cuando Abigail vio a David, se bajó prontamente del asno, y postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra; 24y se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; mas te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu sierva. 25No haga caso ahora mi señor de ese hombre perverso, de Nabal; porque conforme a su nombre, así es. El se llama Nabal, y la insensatez está con él; mas yo tu sierva no vi a los jóvenes que tú enviaste. 26Ahora pues, señor mío, vive Jehová, y vive tu alma, que Jehová te ha impedido el venir a derramar sangre y vengarte por tu propia mano. Sean, pues, como Nabal tus enemigos, y todos los que procuran mal contra mi señor. 27Y ahora este presente que tu sierva ha traído a mi señor, sea dado a los hombres que siguen a mi señor. 28Y yo te ruego que perdones a tu sierva esta ofensa; pues Jehová de cierto hará casa estable a mi señor, por cuanto mi señor pelea las batallas de Jehová, y mal no se ha hallado en ti en tus días.”
Uno de los criado dio aviso a Abigail esposa de Nabal de lo acontecido:
1º Samuel 25:14 “Pero uno de los criados dio aviso a Abigail mujer de Nabal, diciendo: He aquí David envió mensajeros del desierto que saludasen a nuestro amo, y él los ha zaherido.” zaherido = los trató mal, los ofendió, los insultó)
Abigail y el criado sabían que David tomaría venganza, inmediatamente se dispuso a evitar un desastre.
Abigail evitaría dos males: que criados inocentes murieran y que David cometiera un pecado.
No razonó con su esposo porque sabía que no la oiría, pues Nabal era un hombre perverso así lo declaró el criado.
1º Samuel 25:17 “Ahora, pues, reflexiona y ve lo que has de hacer, porque el mal está ya resuelto contra nuestro amo y contra toda su casa; pues él es un hombre tan perverso, que no hay quien pueda hablarle.” No es prudente razonar con un necio.
Abigail acudió directamente a David con la esperanza de que no fuera necio como su esposo Nabal, (la testosterona en los hombre los hace ser necios).
Abigail lleva provisión a David y a sus hombre, se humilla y toma la culpa de la insensatez de Nabal.
1º Samuel 25:23-24 “Y cuando Abigail vio a David, se bajó prontamente del asno, y postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra; 24y se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; mas te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu sierva.”
Abigail razona con David, le hace ver que Nabal es insensato, y que su pecado pone en peligro la vida de otros.
También le hace ver a David que está impidiendo que cometa una falta: 1º Samuel 25:26 “Ahora pues, señor mío, vive Jehová, y vive tu alma, que Jehová te ha impedido el venir a derramar sangre y vengarte por tu propia mano. Sean, pues, como Nabal tus enemigos, y todos los que procuran mal contra mi señor.”
La conducta de Abigail fue sabia, en lugar de reclamar a su marido por su insensatez, busca solucionar el problema.
Esta es la actitud de una mujer sabia. Proverbios 14:1 “La mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con sus manos la derriba.”
La humildad de David
La humildad de David
1º Samuel 25:33–34 “Y bendito sea tu razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano. 34Porque vive Jehová Dios de Israel que me ha defendido de hacerte mal, que si no te hubieras dado prisa en venir a mi encuentro, de aquí a mañana no le hubiera quedado con vida a Nabal ni un varón.”
David era un hombre sensato, capaz de dominar sus impulsos.
Una vez más demuestra humildad porque reflexiona en las palabras y las acciones de Abigail, deja a un lado la indignación y la ira y le da lugar al perdón y la sensatez.
Recibe de buena gana las provisiones de mano de Abigail y regresa en paz.
Cuando estés invadido por la ira, detente un momento y reflexiona sobre tus acciones, pues estas determinarán el bienestar de tu futuro.
Conclusión
Conclusión
Mientras tanto Nabal disfrutaba embriagado de la fiesta, sin saber que su vida estuvo en peligro.
Al día siguiente, Abigail le declara todo lo que había acontecido.
Al recibir la noticia Nabal quedó inmóvil, y después de diez día murió: 1º Samuel 25:37–38 “37Pero por la mañana, cuando ya a Nabal se le habían pasado los efectos del vino, le refirió su mujer estas cosas; y desmayó su corazón en él, y se quedó como una piedra. 38Y diez días después, Jehová hirió a Nabal, y murió.”
Dios fue quien se encargó de vengar a Nabal. Romanos 12:19 “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.”
La humildad y Sabiduría de Abigail deben ser ejemplo para nosotros hoy día.
También la sensatez y humildad de David que habiendo dado lugar a la ira, prestó oido a la advertencia y recapacitó para no hacer lo malo.
Después de la muerte de Nabal, David tomó por esposa a Abigail.
1º Samuel 25:40–41 “Y los siervos de David vinieron a Abigail en Carmel, y hablaron con ella, diciendo: David nos ha enviado a ti, para tomarte por su mujer. 41Y ella se levantó e inclinó su rostro a tierra, diciendo: He aquí tu sierva, que será una sierva para lavar los pies de los siervos de mi señor.”