MUERE, PERDONA Y SANA Y LLEVA MUCHO FRUTO

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INTRODUCCIÓN

La semana pasada vimos que podemos tener la paz de Dios en cualquier situación o circunstancia porque no depende de los factores externos que nos rodean.
Como cristianos, como hijos de Dios para vivir una vida de paz y plena debemos perdonar en cualquier situación que nos haya acontecido. La falta de perdón será un lastre demasiado grande para llevar fruto y ser usados por Dios.
En el mundo que vivimos es común escuchar: el que la hace la paga, esta me la voy a cobrar, ojo por ojo, diente por diente. Perdono pero no olvido.
Como iglesia debemos de tratar con el problema de la falta de perdón en medio nuestro porque se nos puede pegar la misma manera de pensar que tiene el mundo que no conoce a Dios.
Pensamos que para perdonar a alguien es necesario que la otra persona nos pida perdón pero eso solo ocurre algunas veces. Entonces, ¿que debo hacer si alguien me ha hecho daño en el área que sea pero no me ha pedido perdón? ¿ Debo perdonar o puedo seguir viviendo con ese rencor?
Cuando no perdonamos, corremos un gran peligro aunque tengamos toda la razón y nosotros seamos las víctimas, porque nos estamos haciendo daño a nosotros mismos. Alguien dijo que cuando no perdonamos es como beber un veneno y pretender que ese veneno le haga efecto a la persona que nos ha ofendido. Sin embargo al vivir con esa falta de perdón nos estamos envenenando nosotros mismos. Pero si perdonamos, nos liberamos de una carga muy pesada que es un lastre en nuestro caminar con Cristo. Es cuando morimos a nosotros mismos, a nuestro orgullo, cuando decimos te perdono como una decisión y no un sentimiento que somos sanados.
¿Puede un cristiano servir a Dios, si no es capaz de perdonar?
En el NT frecuentemente se usa remisión como equivalente de perdón. Significa dejar de lado el resentimiento o el derecho de compensación por una ofensa. La ofensa puede ser una privación de la propiedad, los derechos o el honor de una persona; o puede ser una violación de la ley moral. Las condiciones normales para el perdón son el arrepentimiento y la voluntad de hacer reparación o expiación; y el efecto del perdón es la restauración de ambas partes al estado de relación anterior.
1. El perdón es un deber y no debe ponerse un límite al mismo (Lucas 17:4). Mateo 18:21,22
Aun si la persona te agravia siete veces al día y cada vez regresa y te pide perdón, debes perdonarla».
21 Luego Pedro se le acercó y preguntó:
—Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a alguien que peca contra mí? ¿Siete veces?
22 —No siete veces —respondió Jesús—, sino setenta veces siete.
Explicación Teológica.
Jesús nos enseña nuestro deber de vivir una vida en la que continuamente estamos perdonando. En este caso la persona que nos ha hecho mal nos pide perdón, no debemos negarle dicho perdón. En el contexto del Antiguo Testamento estaba la ley del Talión. el principio de Ley del Talión (“ojo por ojo”) en la Escritura limita la severidad del castigo. Declara que el castigo debe ser proporcional al delito.
Aplicación Teológica
Como hijos de Dios tenemos que entender que perdonar no es algo solo que decimos con nuestra boca, te perdono, o en nuestra mente, tengo que perdonar, sino que es una decisión que hago de todo corazón. Jesús nos enseñó a tener un corazón misericordioso, un corazón lleno de gracia, que no es otra cosa que un favor inmerecido, aunque las personas no merezcan el perdón, aunque ni siquiera estén arrepentidos debemos perdonarles y seguir adelante.
Siempre me impactó el testimonio del hermano Yiye Ávila, Evangelista Yiye Avila tuvo la experiencia de ver como le quitaron la vida a su hija, el esposo la mato a puñaladas ya que tenían problemas en su matrimonio, el esposo siempre la golpeaba. Yiye se metió en ayuno para manejar esa situación y evitar que ese hombre fuera a la silla eléctrica y Dios lo perdonara y pudiera predicar en la cárcel. Necesitaba perdonarlo y amarlo. Al igual que Jesús en la cruz, perdónalo porque no supo lo que hizo. El Señor le hablo que se la llevo para salvarla, porque sino se iba a perder. Yiye pudo perdonar a ese hombre y no solo eso sino que estuvo trabajando años después junto a él en el ministerio.
2. Un espíritu que no perdona es uno de los pecados más serios. Mateo 18:23-35
Parábola del deudor que no perdona
23 »Por lo tanto, el reino del cielo se puede comparar a un rey que decidió poner al día las cuentas con los siervos que le habían pedido prestado dinero. 24 En el proceso, le trajeron a uno de sus deudores que le debía millones de monedas de plata. 25 No podía pagar, así que su amo ordenó que lo vendieran —junto con su esposa, sus hijos y todo lo que poseía— para pagar la deuda.
26 »El hombre cayó de rodillas ante su amo y le suplicó: “Por favor, tenme paciencia y te lo pagaré todo”. 27 Entonces el amo sintió mucha lástima por él, y lo liberó y le perdonó la deuda.
28 »Pero cuando el hombre salió de la presencia del rey, fue a buscar a un compañero, también siervo, que le debía unos pocos miles de monedas de plata. Lo tomó del cuello y le exigió que le pagara de inmediato.
29 »El compañero cayó de rodillas ante él y le rogó que le diera un poco más de tiempo. “Ten paciencia conmigo, y yo te pagaré”, le suplicó. 30 Pero el acreedor no estaba dispuesto a esperar. Hizo arrestar al hombre y lo puso en prisión hasta que pagara toda la deuda.
31 »Cuando algunos de los otros siervos vieron eso, se disgustaron mucho. Fueron ante el rey y le contaron todo lo que había sucedido. 32 Entonces el rey llamó al hombre al que había perdonado y le dijo: “¡Siervo malvado! Te perdoné esa tremenda deuda porque me lo rogaste. 33 ¿No deberías haber tenido compasión de tu compañero así como yo tuve compasión de ti?”. 34 Entonces el rey, enojado, envió al hombre a la prisión para que lo torturaran hasta que pagara toda la deuda.
35 »Eso es lo que les hará mi Padre celestial a ustedes si se niegan a perdonar de corazón a sus hermanos.
Explicación Teológica.
Pedro se acercó a Jesús y le preguntó cuantas veces hay que perdonar a alguien. La respuesta fue siempre. Entonces Jesús le refiere una parábola en la que un hombre que debía mucho dinero es perdonando de la deuda por pura misericordia de parte de el rey. Sin embargo el no fue capaz de perdonar a su vez a otro hombre que le debía mucho menos dinero. El rey entonces le recrimina su mala actitud y lo echa en la cárcel.
Aplicación Teológica.
Cuando leemos esta parábola decimos, que malo este hombre como fue capaz de hacer semejante cosa..
Pero nosotros en nuestra vida debemos llevar cuidado que no nos ocurra lo mismo. Sabemos que el señor ha perdonando nuestros pecados, nos ha perdonado la deuda impagable que teníamos con él y es por eso que ahora somos sus hijos y amigos. Entonces, cuando nos han ofendido otros, ¿que hacemos?, guardamos el rencor y dejamos que nos dañe, o por el contrario perdonamos? Llevemos cuidado porque si nosotros no perdonamos, si no morimos muchas veces a nuestro orgullo, a llevar siempre la razón, y permitirme la expresión no nos bajamos del burro y extendemos misericordia, Dios tampoco nos va a perdonar a nosotros.
El hijo pródigo vuelve a casa. Lucas 15:20-31
20 »Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó. 21 Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de que me llamen tu hijo”.
22 »Sin embargo, su padre dijo a los sirvientes: “Rápido, traigan la mejor túnica que haya en la casa y vístanlo. Consigan un anillo para su dedo y sandalias para sus pies. 23 Maten el ternero que hemos engordado. Tenemos que celebrar con un banquete, 24 porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado”. Entonces comenzó la fiesta.
25 »Mientras tanto, el hijo mayor estaba trabajando en el campo. Cuando regresó, oyó el sonido de música y baile en la casa, 26 y preguntó a uno de los sirvientes qué pasaba. 27 “Tu hermano ha vuelto —le dijo— y tu padre mató el ternero engordado. Celebramos porque llegó a salvo”.
28 »El hermano mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió y le suplicó que entrara, 29 pero él respondió: “Todos estos años, he trabajado para ti como un burro y nunca me negué a hacer nada de lo que me pediste. Y, en todo ese tiempo, no me diste ni un cabrito para festejar con mis amigos. 30 Sin embargo, cuando este hijo tuyo regresa después de haber derrochado tu dinero en prostitutas, ¡matas el ternero engordado para celebrar!”.
31 »Su padre le dijo: “Mira, querido hijo, tú siempre has estado a mi lado y todo lo que tengo es tuyo. 32 Teníamos que celebrar este día feliz. ¡Pues tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida! ¡Estaba perdido y ahora ha sido encontrado!”».
Explicación Teológica
El padre se alegra muchísimo de la vuelta de su hijo, lo perdona y le devuelve su estatus anterior. Podría estar muy enfadado porque se pulió toda la herencia en mala vida, pero extiende amor y misericordia hacia su hijo que se había perdido y ahora a vuelto a casa.
Sin embargo vemos la actitud del hermano. Está enfadado y ni siquiera quiere ir a la fiesta. No entiende como su padre ha montado semejante banquete por alguien que les hizo tanto daño. El hermano no es capaz de disfrutar el regreso de su hermano, además se percibe en sus palabras un cierto rencor hacia su padre y un odio hacia su hermano. Se percibe falta de perdón.
Aplicación Teológica
Nosotros decidimos que actitud tomar en la vida. Podemos tener la actitud del Padre, amor y misericordia que nos llenan de gozo o por el contrario la actitud del hermano, rencor, odio y tristeza. En esa elección está la clave, seamos sabios y elijamos bien.
Hace muchos años tuve que tomar una decisión que me costó muchísimo.
Mis padres se habían divorciado cuando yo tan solo tenía 3 años. Yo estuve viviendo con mi madre hasta los 18 años. Durante esos años fui albergando odio hacia mi padre por cosas malas que había hecho y por estar ausente. A los 18 años conocí a Dios y cambió mi vida. Fui capaz de perdonar a mi padre y ahora tengo una buena relación con él. Podría haber optado por seguir con ese rencor, pero solo me hubiera hecho daño a mi mismo. Además cuando Dios derrama su amor y su perdón sobre nosotros es cuando somos capaces de perdonar aunque no lo merezcan porque nos damos cuenta que el lo ha hecho con nosotros primero.
Hemos visto primero que perdonar es un deber como hijos de Dios, también que no perdonar es uno de los pecados más serios y por último
3. Dios perdona los pecados del hombre por la muerte expiatoria de Cristo. El perdón de los humanos por Dios está estrechamente relacionado con el perdón de los semejantes por los hombres.
(Mateo 5:23, 24; 6:12; Colosenses 1:14; 3:13).
Lo podemos ver en varios versículos:
23 »Por lo tanto, si presentas una ofrenda en el altar del templo y de pronto recuerdas que alguien tiene algo contra ti, 24 deja la ofrenda allí en el altar. Anda y reconcíliate con esa persona. Luego ven y presenta tu ofrenda a Dios.
Aplicación Teológica
Hermanos que importante es reconciliarnos con nuestros hermanos y con los que no lo son. Incluso nos dice que antes de ofrendar nos reconciliemos, no podemos presentar nuestras ofrendas y diezmos a Dios estando de cualquier manera, debemos arreglar las cosas y después ofrendar.
12 y perdona nuestros pecados,
así como hemos perdonado a los que pecan contra nosotros.
13 Pues él nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al reino de su Hijo amado, 14 quien compró nuestra libertad y perdonó nuestros pecados.
Aplicación Teológica
De nuevo vemos como debemos perdonar a los que nos han ofendido para recibir perdón de Dios nosotros mismos.

13 Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros.

CONCLUSIÓN

Recordemos los puntos que hemos tocado hoy
1. El perdón es un deber y no debe ponerse un límite al mismo (Lucas 17:4).
2. Un espíritu que no perdona es uno de los pecados más serios (Mateo 18:21-35; Lucas 15:28-30).
3. Dios perdona los pecados del hombre por la muerte expiatoria de Cristo. El perdón de los humanos por Dios está estrechamente relacionado con el perdón de los semejantes por los hombres.
(Mateo 5:23, 24; 6:12; Colosenses 1:14; 3:13).
Hermanos yo quiero hacer un llamado en esta tarde para que no haya rencores y falta de perdón en nuestros corazones hacia nadie por dura que haya sido la situación. El señor quiere sanar nuestros corazones de ese lastre. Dios no puede usarnos como el quiere si vivimos con falta de perdón. Esa falta de perdón solo nos destruye y nos inhabilita para llevar vidas victoriosas llenas de paz y gozo, llenas de fruto.
En este día toma la decisión de vivir perdonando, de perdonar lo pasado y mirar hacia adelante.
Toma la decisión en tu corazón de perdonar y vivir una vida perdonando. Esto te traerá libertad, gozo y paz.
Canción para terminar. Oración en el llamado
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