La Victoria del creyente

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Como ya hemos mencionado: Estamos en Guerra. Desde el momento que pusiste tu en fe en Cristo, desde el momento en que creímos en el evangelio, la batalla por nuestra mente no menguó, sino que se incrementó debido a que hemos sido trasladados de las tinieblas a la luz
1 Pedro 2:9 NBLA
Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquel que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable.
Ya hemos visto que la Batalla Espiritual es real, y que afecta todas las áreas de la vida del creyente, no solo física sino también en la mente y corazón. Aprendimos que la guerra física contra el enemigo, aunque no sea muy común, y hasta cuerti punto inexistente, la Biblia nos revela que en algún momento el Señor nos puede hacer pasar por ese valle, como lo vimos en la descripción de John Bunyan en elProgreso del PEregrino. Ahora, pemítanme contarles el final de esa historia, y cómo acabó ese enfrentamiento.
El progreso del peregrino: De este mundo al venidero Capítulo 9: Entra Cristiano en el valle de Humillación, en donde Apolión lo asalta con fiereza; pero Cristiano lo derrota con la espada del Espíritu y la fe en la Palabra de Dios

Entonces Apolión no pudo contener su rabia, y prorrumpió en estos improperios:

—Yo soy enemigo de ese Príncipe: aborrezco su persona, sus leyes y a su pueblo, y he salido con el propósito de impedirte el paso.

CRIST.— Mira bien lo que haces, ¡oh Apolión!, porque estoy en el camino real: en el camino de santidad. Por consiguiente considera mucho lo que intentas hacer.

Entonces Apolión extendió las piernas hasta ocupar todo el ancho del camino, y dijo:

—No creas que te temo en esta materia. Prepárate para morir: porque te juro por mí infernal caverna que no pasarás. Aquí derramaré tu alma —y en el acto arrojó con gran furia un dardo encendido contra su pecho; pero teniendo un escudo en la mano, Cristiano lo interpuso y evitó el peligro.

Luego Cristiano desenvainó su espada —porque vio que ya era tiempo de acometer—, y Apolión se lanzó sobre él arrojando una lluvia de dardos tan espesa como el granizo; hasta el punto de que, a pesar de sus esfuerzos, Cristiano salió herido en la cabeza, las manos y los pies, lo cual le hizo retroceder un poco. Apolión aprovechó esta circunstancia y acometió con nuevos bríos; pero Cristiano, recobrándose, resistió tan valientemente como pudo.

Este furioso combate duró cerca de medio día; hasta que a Cristiano casi se le agotaron las fuerzas: porque, a causa de sus heridas, se iba sintiendo cada vez más débil.

Apolión no desaprovechó esta ventaja y le acometió, no ya con dardos, sino cuerpo a cuerpo; siendo tan terrible la embestida que Cristiano perdió la espada.

—Ahora ya eres mío —profirió Apolión, oprimiéndole tan fuertemente al decir esto que casi lo ahogó.

Cristiano empezaba ya a desesperar de su vida; pero quiso Dios que, en el momento de dar Apolión el golpe de gracia, aquel asiera la espada del suelo con sorprendente ligereza, y exclamase:

— Tú, enemigo mío, no te alegres de mí, porque aunque caí me levantaré2 —y le dio una mortal estocada que lo hizo retroceder como quien ha recibido el golpe final. Al verlo Cristiano, cobró nuevos bríos y acometió de nuevo, diciendo:

—Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó3.

Entonces Apolión abrió sus alas de dragón y huyó apresuradamente. Y Cristiano no lo volvió a ver más4.

Nadie que no haya visto o escuchado como yo hice este combate, puede hacerse una idea de cuán espantosos y terribles eran los gritos y bramidos de Apolión (que hablaba como dragón); y por otra parte, qué suspiros y gemidos tan lastimeros le brotaban del corazón a Cristiano. Larga fue la pelea; y, sin embargo, ni una sola vez vi en los ojos de este una mirada pacífica, hasta que hubo herido a Apolión con su espada de doble filo. Entonces sí que levantó la vista y se sonrió. ¡Aquel fue el espectáculo más terrible que yo haya presenciado jamás!

Al igual que Cristiano, nosotros como cristianos tenemos la responsabilidad de resisitir los ataques del enemigo, y mantenernos firmes para aguantar.
Efesios 6:10–13 NBLA
Por lo demás, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza. Revístanse con toda la armadura de Dios para que puedan estar firmes contra las insidias del diablo. Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomen toda la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes.
NOtemos que la armadura no es para salir y hacer guerra; sino es para resistir a los ataques de la guerra a la cual nos unimos.
El pastor Steve Lawson:
La vida cristiana no es un patio de juegos. Más bien es un campo de batalla de guerra espiritual. Mientras más cerca seguimos al Señor Jesucristo, más avanzamos hacia la línea frontal del combate.
Aunque nos encontramos en una Guerra, la realidad es que dicha guerra es una Guerra victoriosa, como la experiencia de Cristiano, ya que la sentencia de Satanás ya ha sido dictada; pero no fue en la cruz, sino en el Edén.
Génesis 3:14–15 NBLA
Y el Señor Dios dijo a la serpiente: «Por cuanto has hecho esto, Maldita serás más que todos los animales, Y más que todas las bestias del campo. Sobre tu vientre andarás, Y polvo comerás Todos los días de tu vida. »Pondré enemistad Entre tú y la mujer, Y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, Y tú lo herirás en el talón».
Y de eso es que precisamente nos apremia hablar en la noche de hoy. Vamos a ver nuestra victoria en Cristo, cómo es que somos victoriosos; y en segundo lugar, como es que vivimos esa victoria.

La Derrota del Enemigo

Apocalipsis 12 NBLA
Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Estaba encinta, y gritaba* por los dolores del parto y el sufrimiento de dar a luz. Entonces apareció otra señal en el cielo: Un gran dragón rojo que tenía siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas había siete diademas. Su cola arrastró* la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo cuando ella diera a luz. Y ella dio a luz un Hijo varón, que ha de regir a todas las naciones con vara de hierro. Su Hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta Su trono. La mujer huyó al desierto, donde tenía* un lugar preparado por Dios, para ser sustentada allí por 1,260 días. Entonces hubo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles lucharon, pero no pudieron vencer, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él. Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: «Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de Su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado. »Ellos lo vencieron por medio de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, y no amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte. »Por lo cual regocíjense, cielos y los que moran en ellos. ¡Ay de la tierra y del mar!, porque el diablo ha descendido a ustedes con gran furor, sabiendo que tiene poco tiempo» Cuando el dragón vio que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al Hijo varón. Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila a fin de que volara de la presencia de la serpiente al desierto, a su lugar, donde fue* sustentada por un tiempo, tiempos y medio tiempo. La serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que ella fuera arrastrada por la corriente. Pero la tierra ayudó a la mujer, y la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había arrojado de su boca. Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y salió para hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús.

La Mujer

Apocalipsis 12:1–2 NBLA
Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Estaba encinta, y gritaba* por los dolores del parto y el sufrimiento de dar a luz.

Conflicto entre el Dragón y la Mujer

Apocalipsis 12:3–6 NBLA
Entonces apareció otra señal en el cielo: Un gran dragón rojo que tenía siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas había siete diademas. Su cola arrastró* la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo cuando ella diera a luz. Y ella dio a luz un Hijo varón, que ha de regir a todas las naciones con vara de hierro. Su Hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta Su trono. La mujer huyó al desierto, donde tenía* un lugar preparado por Dios, para ser sustentada allí por 1,260 días.

Conflicto en el cielo

Apocalipsis 12:7–12 NBLA
Entonces hubo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles lucharon, pero no pudieron vencer, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él. Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: «Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de Su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado. »Ellos lo vencieron por medio de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, y no amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte. »Por lo cual regocíjense, cielos y los que moran en ellos. ¡Ay de la tierra y del mar!, porque el diablo ha descendido a ustedes con gran furor, sabiendo que tiene poco tiempo»

Conflicto en la Tierra

Apocalipsis 12:13–17 NBLA
Cuando el dragón vio que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al Hijo varón. Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila a fin de que volara de la presencia de la serpiente al desierto, a su lugar, donde fue* sustentada por un tiempo, tiempos y medio tiempo. La serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que ella fuera arrastrada por la corriente. Pero la tierra ayudó a la mujer, y la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había arrojado de su boca. Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y salió para hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús.
El pastor Miguel Núñez una vez dijo que
Cuando los hijos de las tinieblas conviven con los hijos de la luz, muchos de los que observan desde afuera confunden a unos por otros y aquellos inconversos terminan dando una mala reputación a la fe cristiana y a los hijos de Dios.

Nuestro Ataque al Enemigo: la Gran Comisión

Mateo 28:18–20 NBLA
Acercándose Jesús, les dijo: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. »Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo».

Toda Autoridad

Mateo 28:18 NBLA
Acercándose Jesús, les dijo: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.

Todas las naciones

Mateo 28:19 NBLA
»Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,

Toda Doctrina

Mateo 28:20 NBLA
enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo».
Miguel Núñez habla sobre esto en su libro “Hasta que ruja el león”, y dice:
Hay un poder instrínseco en la predicación de la Palabra, aun de manera general. No descartamos que hay momentos de hacer encuentros personales, uno a uno; pero podemos ver que “la simple predicación de la Palabra, cuando Dios quiere usarla, hace que los espíritus inmundos salgan. Necesitamos creer que hay poder en la Palabra de Dios… [pero] El poder no está en nuestras palabras, sino en la Suya.
Debemos tener cuidado de las Mentiras de Satanás (como lo vimos en la 2da plenaria), porque él hará lo necesario para confundirnos.
Está la historia narrada por C. S. Lewis (autor de las Crónicas de Narnia) en su libro, “Cartas del diablo a su sobrino”; y en ese libro narra cómo el diablo iba caminando con su sobrino, y éste se encuentra con una pequeña porción de la Verdad.
Asustado el sobrino le dice al diablo que mejor escondiera esa Verdad para que los hombres no la hallasen, a lo que el diablo le contestó,
- Déjala allí; yo haré que los hombres tomen esa verdad y la distorsionen.
El diablo querrá confundirte; buscará la manera en la que te ocupes de cosas superficiales, en lugar de ocupar tu vida en lo eternal y duradero. EL diablo intentará persuadirte para que creas sus mentiras, mientras te aleja de la Verdad de la Palabra; y hará que prefieras ver una serie que leer la Biblia, ir al cine que a una librería cristiana; canalizar todos tus recursos a tus deseos y planes, que estudiar en un instituto para aprender más acerca de la Verdad.

Todos los Días

Mateo 28:20 NBLA
enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo».
El SEñor sabe que no es bueno que estemos solos, y así como le dio a Adán su ayuda idíonea para realizar el trabajo que le encomendó; de la misma manera, pero aún más profundamente, el Señor nos ha provisto de Su presencia para que podamos estar tranquilos; pero también, para que estemos listos y confiados al momento de cumplir con Su Comisión.
Es interesante que la para “espíritu” se menciona 75 veces en el libro de los Hechos; y 55 veces de esas se refiere al Espíritu Santo. Si no es por el Espíritu, nada de lo que hagamos en la Obra será duradero. Necesitamos el empoderamiento del Espíritu Santo para poder llevar a cabo la tarea que nos ha encomendado.
John D. Harvey, en su libro en inglés “Ungido con el Espíritu y el poder” dijo lo siguiente:
La Iglesia cumple su misión solo confiando en el empoderamiento del Espíritu. Los eventos en HEchos 2 nos enseñan que el Espíritu proporciona poder para testificar, trae convicción a través de la Palabra de Diose incorpora a los nuevos creyentes a la Iglesia como resultado de testificar. si la misión de la Iglesia es llegar al mundo con el evangelio de Jesucristo, y lo es, el empoderamiento del Espíritu Santo es indispensable para esa misión. No importa la edad de nuestras iglesias. No importa qué tan bueno sea el personal de ellas, los programas o las estrategias de nuestra iglesia. Solo si el Espíritu empodera nuestros esfuerzos serán verdaderamente efectivos en lo que realmente importa: transformar vidas para el reino de Dios.

Conclusión

Satanás siempre ha deseado debilitar o destruir a la Iglesia porque es la institución a cargo de la más grande ofensiva contra las fuerzas del mal: La Gran Comisión.
Apocalipsis 5:5 NBLA
Entonces uno de los ancianos me dijo*: «No llores; mira, el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos»
Hemos visto cuál fue el origen del maligno, de nuestro enemigo. Vimos que Dios orquestó todo eso para que Su Plan Redentor se cumplira, a saber, que Su Amado Hijo viniera morir en la cruz, y así deshacer las obras del maligno. La venida del Mesías significaba la venida del Reino de Dios.
El Reino de los Cielos se ha acercado”; así proclamó Juan el Bautista y nuestro Señor Jesucristo. Nuestro Seños fue coronado en gloria después de haber sido resucitado, y está sentado a la diestra de Dios. Nuestro Señor Jesucristo reina, y reinará por siempre.
Génesis 3:14–15 NBLA
Y el Señor Dios dijo a la serpiente: «Por cuanto has hecho esto, Maldita serás más que todos los animales, Y más que todas las bestias del campo. Sobre tu vientre andarás, Y polvo comerás Todos los días de tu vida. »Pondré enemistad Entre tú y la mujer, Y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, Y tú lo herirás en el talón».
nuevamente Miguel Núñez nos beneficia con su observación, y él dijo:
La batalla que inició en la tierra con la rebelión de Adán y Eva continuó su avance hasta que llegó el momento cuando el Hijo de Dios murió en un madero para resucitar al tercer día. Ese fin de semana representó el anuncio del Triunfo del Cordero de Dios y el León de la tribu de Judá. Jesús murió como un cordero por el perdón de nuestros pecados y rugió como un león cuando dejó la tumba vacía.
Ese es nuestro Dios, ese es nuestro Señor, ese es nuestro Cordero y León. Satanás asecha como un león rugiente; pero cuando ruja El León, todas las potencias espirituales se arrodillarán, y clamarán:
Apocalipsis 5:12–13 NBLA
que decían a gran voz: «El Cordero que fue inmolado es digno de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza». Y oí decir a toda cosa creada que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay: «Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el dominio por los siglos de los siglos».
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