PREGUNTAS DOCTRINALES. Estudio 6. El Juzgar a los demás.

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INTRODUCCIÓN:

Vimos que el apóstol Pablo, trata en este capítulo, el peligro que corre la unidad cristiana cuando surgen conflictos entre personas que él describe como creyentes fuertes y débiles.
Habían dos grupos de creyentes, y dentro de ellos dos grupos.
Los creyentes judíos fuertes, que consideraban que guardar los rituales ceremoniales de la ley y la ley misma, ya no era algo que debían hacer en su nueva vida en Cristo.
Los creyentes judíos débiles, que creían que debían guardar la ley y sus rituales ceremoniales, y se ofendían de los hermanos que no lo hacían.
Por otro lado estaban también:
Los creyentes gentiles fuertes, que pensaban que los ídolos no son nada y que comer de lo sacrificado a los ídolos, no les afectaba en nada.
Los creyentes gentiles débiles, que creían que si comían de lo sacrificado a los ídolos estaban cometiendo pecado y dudaban de sus propias conciencias.
¿Cuál era el problema en la iglesia?
Por un lado; El creyente liberado es tentado a mirar con soslayo a su hermano legalista como una persona demasiado rígida y restringida como para ser útil al Señor.
Por otro lado; El legalista, por otra parte, es tentado a pensar que su hermano liberado es demasiado independiente e indisciplinado como para servir a Cristo con alguna eficacia.
Esto funcionaba como raíz para la desunión o falta de unidad.
Ahora, detallaremos los aspectos de la enseñanza de Pablo para resolver el problema:

I. ENSEÑANZA DE PABLO.

A. Recibid al débil en la fe.(v.1)

Romanos 14:1 RVR60
1 Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones.
Proslambanō (recibid), implica un mandato, Pablo estaba orientando que los creyentes fuertes , reciban y acepten a los creyentes débiles.
Ahora, la palabra débil, implica una condición temporal, implica, que aún no tienen el entendimiento pleno de la verdad del evangelio y en la manera de vivir su fe en Jesucristo.
Y tal recibimiento, no debía ser para contender, y emitir juicios sobre opiniones.
No es que la libertad del creyente en Cristo nunca deba discutirse con cristianos que aún se encuentran bajo el yugo de alguna compulsión o restricción religiosa, sino que esa discusión nunca debe hacerse para contender y emitir juicios sobre opiniones incoherentes pero sinceras..
El asunto radica en que los cristianos que nos consideremos maduros, debemos recordar, que tal fortaleza espiritual proviene de Dios y que sólo la podemos mantener en él.
Por lo tanto no debe ser motivo de orgullo , ni de buscar que los demás sean iguales que nosotros a la fuerza. Solo se debe enseñar.

B. Las razones que Pablo enseña para recibirles.

Romanos 14:2–3 RVR60
2 Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. 3 El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido.
La primera razón es que Dios les recibe.(V.2-3).
El cristiano fuerte, cree que ha de comer de todo, por su madurez aprecia y ejerce su libertad en Cristo.
El primer ejemplo de libertad se da con relación al derecho que todo cristiano tiene de comer de todo.
No hay restricciones en el evangelio del nuevo pacto, respecto a ceremonias y dietas, eso era en el antiguo pacto.
Como ya dijimos: A causa de la idolatría y la inmoralidad asociadas con la práctica de sus antiguas religiones, ellos se sentían incapaces de comer carne o cualquier otro alimento que hubiera sido usado como una ofrenda a una deidad pagana.
Aún eran débiles espiritualmente en cuanto a esas cosas. En consecuencia, algunos cristianos judíos y gentiles se limitaban a comer solo legumbres para evitar cualquier riesgo de comer algo que ellos consideraban contaminado por los ídolos.
Por eso las palabras del apóstol Pablo en el versículo3, son importantes:
a. Primero se dirige a los fuertes, a quienes dice: El que come, no menosprecie al [débil] que no come.
No menosprecie , implica no quitarle el valor, o desvalorizar.
b. Segundo, Pablo es para los débiles: y el que no come, no juzgue al que come.
No juzgar aquí tiene la connotación de “aislar” o “separar”. En sentido legal, es hallar a una persona culpable de un crimen.
Esto es importante: En este versículo, las expresiones no menosprecie y no juzgue son sinónimas en esencia. En ambos casos un tipo de persona desdeña a la otra, y ambos están en un error.
Ahora, en el contexto, el apóstol deja claro el punto de la aceptación divina hacia ambos, al fuerte y al débil.
2. La segunda razón que Pablo dá, es que es el Señor el que sustenta a cada creyente.(V.4).
Romanos 14:4 RVR60
4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.
Esta razón es poderosa. Todo cristiano debe aceptar a los demás, porque el Señor los sustenta a todos.
Tanto el creyente fuerte como el débil tienen la necesidad de ser fortalecidos en Dios. De alguna manera, todos somos débiles en el sentido de que todo lo bueno y justo que poseemos es un regalo de Dios, nunca el producto de nuestra propia sabiduría o esfuerzos.
Pablo confronta ambos grupos con la aguda pregunta retórica: ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? ¿Qué derecho tiene cualquiera de ustedes, sea maduro o inmaduro, bien enseñado o con poca instrucción, para juzgar al criado ajeno, en especial cuando se trata de un hermano que también es criado y siervo de Jesucristo?
Sabe, Pablo está diciendo que la evaluación personal que yo haga de un hermano, no afecta para nada su posición delante de Cristo.
Pablo enseña en esta confrontación importante: Este a quien juzgas, es para su propio señor, es decir, para Jesucristo, que está en pie, o cae.
Es el Señor el que examinará su proceder, y si está firme, es por su Señor.
3. La tercera razón que Pablo enseña por la que todo cristiano debería aceptar a cualquier otro cristiano es que el Señor Jesucristo es soberano en la vida de cada creyente.(V.5-9).
Bien sea fuerte o débil, un creyente sincero se siente libre o no de hacer ciertas cosas motivado por una sola cosa: agradar a su Señor.
Ninguno de los dos es más o menos espiritual o fiel a causa de sus convicciones con respecto a prácticas como las discutidas con anterioridad.
Ser “fuerte” en este sentido no es sinónimo de ser espiritual, y ser “débil” no es sinónimo de ser carnal.
¿Cuál era y sigue siendo el problema?
El problema en la iglesia de Roma, tal como sucede en muchas iglesias desde aquel tiempo, era que algunos creyentes de ambas persuasiones se creían más espirituales que los otros, a quienes consideraban más carnales.
Entonces Pablo, continúa dirigiéndose a creyentes tanto fuertes como débiles, notando que uno (el débil) hace diferencia entre día y día, mientras que otro (el fuerte) juzga iguales todos los días.
Romanos 14:5 RVR60
5 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.
Ahí Pablo, dice, cada uno esté convencido en su propia mente. La palabra mente incluye el corazón y la conciencia, las convicciones y los motivos más profundos que tenemos.
Pablo lleva en el siguiente versículo, el tema de la conciencia, a la intensión que hay en el corazón.
Romanos 14:6 RVR60
6 El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios.
Pablo enseña, que: El hermano débil y sincero que hace caso del día, lo hace para el Señor. El hermano fuerte y sincero que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; de la misma manera, el creyente débil que no come, para e Señor no come, y da gracias a Dios.
Este es el punto de Pablo: “En cuestiones que no sean objeto de mandatos o prohibiciones específicas de las Escrituras, siempre es incorrecto ir en contra de la conciencia, porque nuestra conciencia representa lo que en realidad creemos que es correcto”
Ahora, Pablo establece que ir en contra de nuestra conciencia es hacer algo que creemos que es erróneo delante de Dios y a pesar que tal acto o practica en si mismo no sea pecaminoso es tratado como pecaminoso por aquellos que están convencidos en sus propias mentes de que es erróneo, razón por la cual produce culpa.
Entonces el apóstol Pablo establece en los versículos 7-8, la base o razón principal que debemos tomar en cuenta en todo asunto de conciencia. Romanos 14.7-8
Romanos 14:7–8 RVR60
7 Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. 8 Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.
Pablo, dice: “Ni el fuerte ni el débil vive para sí o muere para sí, y por la misma razón, los dos por igual vivimos para el Señor y morimos para el Señor”
Es decir, que lo que hacemos por otros creyentes, no lo hacemos para ellos, sino para el Señor, puesto que estemos vivos o estemos muertos, del Señor somos.
“Todo lo que hacemos, incluso, aquellos actos que dependan de nuestra conciencia, debemos buscar que agraden y glorifique a nuestro Salvador y Señor soberano”
Pablo nos enseña, que nosotros no hicimos nada, para ser quienes somos, ni para salvarnos por eso somos de él, y vivimos para él.
Romanos 14:9 RVR60
9 Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.
La cuarta razón que Pablo enseña por la que debemos recibir a nuestros hermanos débiles, es que:

4. Solo el Señor juzgará a cada creyente.

Si todo creyente pertenece solo al Señor, y si “Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven” (vv. 8–9), el apóstol pregunta ahora pregunta: Romanos 14:10
Romanos 14:10 RVR60
10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.
Pablo haciendo alusión al versículo 3, dice: Pero tú (el débil, véase v. 3b), ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también (el fuerte), ¿por qué menosprecias a tu hermano?.
De alguna manera Pablo, les cuestiona el hecho de que se atreven a “hacer el papel de Dios”.
Hermanos, “ El trabajo que corresponde a los cristianos es servir al Señor, no usurpar su señorío presumiendo de justos en su propia opinión y juzgando a sus hermanos en la fe”
¿Cuál debería ser nuestro interés y preocupación?
¡El hecho de que todos vamos a comparecer ante el tribunal de Cristo!
Cada uno dará cuenta delante de Dios en el juicio “bēma:”, y la obra de cada uno será probada, como enseña Pablo a los corintios. 1 Corintios 3:13-15
1 Corintios 3:13–15 RVR60
13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
Luego Pablo concluye su argumento acerca del juicio de todos creyentes. Romanos 14: 11
Romanos 14:11 RVR60
11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios.
Esta es una cita sacada de el libro del profeta Isaías 45:23
Isaías 45:23 RVR60
23 Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.
Hermanos, esto es importante: “Nuestra responsabilidad no es juzgar, despreciar, criticar o menoscabar de cualquier manera a nuestros hermanos y hermanas en Cristo. No vamos a ser llamados por nuestro Señor a rendir cuentas por los pecados y fallas de otros, sino que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí”
Romanos 14:12 RVR60
12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
La segunda parte de la enseñanza de Pablo, tiene que ver con mantener la unidad entre los cristianos débiles y fuertes, versículos 13, hasta el 23.
Ese será nuestro segundo punto a tratar:

II. PABLO EXHORTA A EDIFICARNOS UNOS A OTROS SIN OFENDERNOS.

Partiendo del hecho de que en Cristo, somos liberados del pecado, de la muerte y que tenemos una maravillosa libertad por la fe en él y considerando como lo más importante que hemos sido liberados de los obstáculos de la ley ceremonial y las restricciones del antiguo pacto en cuestiones como la dieta.
Aparte del pecado, también somos libres por completo para disfrutar todas las buenas dádivas que Dios ha concedido con abundancia en su gracia a quienes confían en su amado Hijo, Jesucristo.
Con todo eso, no obstante, aunque tenemos permitido disfrutar esa libertad, nadie nos ha mandado que lo hagamos.
No estamos obligados a ejercer todas las libertades que tenemos en Cristo. De hecho, cuanto mayor sea nuestro amor y nuestra madurez espiritual, menos importantes serán para nosotros esas libertades y más dispuestos estaremos a renunciar a ellas por la causa de servir mejor al Señor y a los demás, en especial a otros creyentes.
Importante: Para los cristianos maduros, a cuestión a decidir no es si posee libertad o no, sino cuál es la mejor manera de ejercer o relegar esa libertad basado en la manera como esa decisión afecta a otros.
John F. MacArthur dice: “Nuestra libertad cristiana es vertical, delante del Señor; pero el ejercicio de esa libertad es horizontal debido a que es visto por otros y les afecta. Entender y usar correctamente nuestra libertad en Cristo trae como resultado una gran satisfacción personal, pero esa satisfacción se multiplica cuando por voluntad propia abdicamos el ejercicio de una libertad por el bien de otros creyentes”
Entonces, la enseñanza del apóstol Pablo viene en esa dirección:
A. Pablo enseña que no hagamos tropezar a nuestros hermanos.
Romanos 14:13 RVR60
13 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.
Así, que se refiere a lo que ha enseñado en los últimos versículos donde Pablo recuerda a sus lectores que solo Dios está calificado y tiene la autoridad para juzgar las mentes y corazones de quienes pertenecen a su pueblo.
Este es el hecho, ya no debemos juzgarnos los unos a los otros .
Lo que ocasiona ese enjuiciamiento mutuo es la actitud de superioridad que los creyentes fuertes mantienen con desamor y menosprecio, así como la actitud de orgullo y auto justificación que con esa misma falta de amor mantienen los creyentes débiles (v. 3).
“ya no nos juzguemos más los unos a los otros” el verbo alude a la idea de condenarse mutuamente.
En lugar de eso Pablo dice: decidid y se refiere a hacer uso del buen juicio que se necesita para tomar una decisión.
“Esas dos connotaciones también se encuentran en la palabra juzgar en español. Cuando se habla de “enjuiciar” se alude a la idea negativa de hacer denuncias y críticas destructivas, mientras que “usar el buen juicio” se refiere a tomar una decisión con cuidado y no tiene connotación negativa”
La enseñanza de Pablo, nos insta a nunca enjuiciar a los hermanos en la fe sino a hacer el mejor uso de nuestro buen juicio para ayudarles.
En relación al segundo significado, es necesario que decidamos no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.
Se refiere al peligro de hacer caer en pecado a un hermano en la fe.
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