Como la Palmera
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Como la Palmera
Como la Palmera
Estamos en la recta final del año. El penúltimo mes. Un año que para muchos ha sido complicado en algún área. Quizá la salud, se vio afectada este año, un diagnóstico que te sorprendió y afectó. Quizá la familia sufrió pérdidas en este año o viviste una crisis familiar, una ruptura o separación. La relación con algún hijo o hija que se volvió más complicada.
En esos momentos todos nos acercamos a alguien o algo, para recibir consuelo o fortaleza.
Cuando la vida es dura, en esos momentos hay muchos que se derrumban. En el congreso de varones nos recordamos que como tales, los varones, somos guerreros, hechos para la guerra, para pelear; no somos de los que se echan para atrás.
Pero para llegar a ser de ese tipo de persona, se debe aprender, se debe, tomar una decisión. La gran ventaja que tenemos los que amamos a Dios, es que ¡ese también es el deseo de ÉL para nosotros! Que seamos bendecidos, prosperados, que demos fruto.
Veremos un pasaje de un salmo, el 92. El salmo 92 es el único salmo designado para el día de reposo. Lo leían el día de reposo. Veremos solamente algunos versos. El propósito del tema es afianzar nuestra fe en Dios, saber que ÉL tiene propósito y destino para cada uno de nosotros. Y me detendré un poquito más en un verso.
“Es bueno dar gracias al Señor, cantar alabanzas al Altísimo. Es bueno proclamar por la mañana tu amor inagotable y por la noche tu fidelidad,” (Salmo 92:1–2, NTV)
Nuestra estadía en esta tierra es temporal, porque nuestro verdadero destino eterno es para estar en la presencia de Dios por la Eternidad. Pero, mientras ese día llega, sabemos que la vida es complicada, difícil y la forma cómo la vivimos determina la diferencia.
El salmista nos dice, por inspiración de Dios, vivan enfocados en DIOS; el altísimo. Sabes que la música tiene un impacto en el estado de ánimo de las personas. Los musulmanes repiten el corán en forma melódica, se grava más en la memoria y tiene un impacto en el estado de ánimo.
Durante el día ¡alaba a Dios! ¡cántale! Muchos de nosotros pasamos buena parte del día escuchando música ¡escucha música que te alimente el espíritu! ¡música que te acerque a Dios, que lo alabe! Si lo único que escuchas es música con otros temas o propósitos ¡cuidado!
La otra forma es hablando del amor de Dios. Cada mañana:
“Entrega al Señor todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará.” (Salmo 37:5, NTV)
Y por la noche, al llegar a casa, agradece por su fidelidad. Agradece por la cama en que duermes, por los que están en tu hogar, por que puedes tener un tiempo para descansar. Agradece por el día de trabajo, agradece porque te cansaste, te esforzaste hacia un objetivo.
¿Te crees muy bueno en lo que haces? o dependes y dedicas tu trabajo a Dios.
“¡Oh Señor, qué grandes son tus obras! Y qué profundos son tus pensamientos.” (Salmo 92:5, NTV)
Una parte importante de tu relación con Dios es la meditación y contemplación. Para dónde voltees puedes ver las grandes obras de Dios.
El día de ayer, Islandia amaneció con la noticia de más de mil temblores, sospechan de la erupción de algún volcán. Tiene más de 130 volcanes y 30 activos. ¡Te imaginas! Claro que esto infunde temor, una isla más pequeña que el estado de Durango.
Si alguna vez te preguntas si Dios es poderoso para resolver algún asunto, sólo mira la naturaleza y contestas esa pregunta. Fíjate cómo dice la Biblia que Dios sostiene el universo y todas las cosas
“El Hijo irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios, y sostiene todo con el gran poder de su palabra...” (Hebreos 1:3, NTV)
Y ese Dios desea comunicarse contigo, siendo que es Creador de todo ¿cómo podría comunicar sus pensamientos con nosotros? lo hace por medio de parábolas, de imágenes que podemos reconocer para darnos una pequeña idea, de cómo es nuestro Dios. Ese Dios que sostiene todo con le poder de SU Palabra te dice que desea bendecirte.
“Pero tú me has hecho fuerte como un buey salvaje; me has ungido con el mejor aceite.” (Salmo 92:10, NTV)
Dios nos ha capacitado, nos ha dado la determinación, la fuerza para hacer lo necesario. Como hijo, como hija de Dios, tienes lo necesario para trabajar. Y además, tienes su unción. ÉL te ha dado de SU gracia y Su favor para ser bendecido y de bendición en el lugar dónde te ha puesto.
Tienes su gracia, pero también tienes su fuerza. Es tu trabajo duro, tu empeño, tu esfuerzo más SU Gracia, SU Bendición que te hará tener éxito en lo que emprendas.
¿Para qué crees que Dios nos ha dado fuerza, determinación si no haríamos uso de esa fuerza y determinación? Si tienes una moto 1250 ¡claro que vas a querer probarla cuando menos una vez! Si tienes botas vaqueras, vas a querer ir al polvo cuando menos una vez. Si tienes un reloj de buzo, vas a querer meterlo al mar aunque sea una sola vez y a 2 metros porque te da miedo ir mas profundo.
Dios nos dio fuerzas y su unción ¡claro que la vida nos dará oportunidades para usarlos!
Me quiero estacionar el el verso 12
“Pero los justos florecerán como palmeras y se harán fuertes como los cedros del Líbano;” (Salmo 92:12, NTV)
“Dios nuestro, en tu presencia la gente buena crece y prospera como palmeras bien plantadas, ¡como los cedros del Líbano!” (Salmo 92:12, TLA)
En otras partes de la Biblia, vemos como Dios nos compara con varios elementos, nos compara con siervos.
“Como el ciervo anhela las corrientes de las aguas, así te anhelo a ti, oh Dios.” (Salmo 42:1, NTV)
Y así nos compara con sal, mostaza, luz, etc. recién vimos que nos compara con los bueyes ¿por qué? para que nosotros podemos entender mejor sobre SUS ideas. Por analogías.
¿Cómo podría explicarnos que su deseo es que florezcamos? Si solo nos diera conceptos teológicos ¡no entenderíamos ni jota! Y una forma que usa es el ejemplo de la palmera, por analogía, otras por parábolas. Aprendamos un poco de las palmeras.
En hebreo palmera se dice: Tamar, es un nombre bonito para la mujer, porque la palmera se conoce por tener un cuerpo esbelto y bellas palmas. La palmera siempre está verde y su fruto es delicioso.
Las palmeras del medio oriente requieren mucho cuidado de pequeñas; las puedes diferenciar de cualquier otro árbol. Al nacer tiene una columna de tejido vivo en el centro de su tronco y lo protege su corteza, puedes arrancar, cortar, lastimar la corteza y aun así seguirá creciendo, alcanzando alturas entre 14 y 20 metros. Pueden vivir de 100 a 200 años. Con los fuertes vientos se doblan pero es muy difícil que se quiebre.
Veamos como se relaciona este verso con nosotros ¿qué nos quiere decir?
Crecimiento:
Se dice que la palmera crece bajo el peso, cuanto más la aprietas, presionas, mejor crece. Así el justo crece y prospera bajo la presión y tribulación y además da fruto. Incluso en su vejez.
Otros árboles cuando se hacen viejos dejan de dar frutos, pero en los árboles de Dios la fuerza de la Gracia no decae con la falta de fuerzas naturales.
Los últimos días de los santos son sus mejores días y sus mejores obras.
Al igual que la palmera, el logro de nuestra vida espiritual se ve con nuestro crecimiento. No podemos pasarnos la vida siendo palmeras enanas. Nuestra vida espiritual debe crecer, cada día más y más. Y uno de los argumentos que ponemos para la falta de crecimiento es: la vida es dura, el trabajo me quita mucha energía, esta relación no me deja acercarme a Dios. Es que tengo tantos problemas que...
La palmera puede ser maltratada, azotada por vientos, circunstancias difíciles. Así nuestra vida exterior, pero nuestro interior está sano así que las circunstancias no podrán, no deberán detener nuestro crecimiento espiritual. Pablo fue maltratado, todo lo que padeció lo pudo desanimar, pero él lo dijo así:
“¿Son siervos de Cristo? Sé que sueno como un loco, ¡pero yo lo he servido mucho más! He trabajado con más esfuerzo, me han encarcelado más seguido, fui azotado innumerables veces y enfrenté la muerte en repetidas ocasiones. En cinco ocasiones distintas, los líderes judíos me dieron treinta y nueve latigazos. Tres veces me azotaron con varas. Una vez fui apedreado. Tres veces sufrí naufragios. Una vez pasé toda una noche y el día siguiente a la deriva en el mar. He estado en muchos viajes muy largos. Enfrenté peligros de ríos y de ladrones. Enfrenté peligros de parte de mi propio pueblo, los judíos, y también de los gentiles. Enfrenté peligros en ciudades, en desiertos y en mares. Y enfrenté peligros de hombres que afirman ser creyentes, pero no lo son. He trabajado con esfuerzo y por largas horas y soporté muchas noches sin dormir. He tenido hambre y sed, y a menudo me he quedado sin nada que comer. He temblado de frío, sin tener ropa suficiente para mantenerme abrigado. Además de todo eso, a diario llevo la carga de mi preocupación por todas las iglesias.” (2 Corintios 11:23–28, NTV)
La cáscara de Pablo estaba bien desgastada, su corteza golpeada, herida, pero su centro estaba intacto, estaba henchido de poder, estaba lleno de vitalidad. Es más, creo que precisamente por esas tribulaciones fue que Pablo llegó a crecer en fe.
Es verdad, la vida ha sido dura y aquí es dónde la Palabra nos da SU consejo. Puedes intentar con tus fuerzas solamente. Puedes dejar a Dios a un lado y decidir que tus conocimientos son suficientes, puedes dejar a Dios de lado y decir que tu carácter, fuerza de voluntad te hará vencer cualquier obstáculo.
Lo puedes intentar, pero ambos sabemos que no es posible. Y aunque pudieras con tus fuerzas lograr lo que anhelas, la ganancia, el beneficio será temporal.
Usos de la palmera:
Se han registrado hasta 200 usos diferentes de la palmera, algunos de ellos son: como madera, cuerdas, tejidos, cestas, pisos, tejado, cubierta, escobas, brochas, sombreros, paneles, rompe vientos, alimentos, bebida alcohólica, usos farmacéuticos, azúcar, manteca, aceite, vino, vinagre. Etc. etc.
Ya les conté que en algunas partes del sur de México, las palmeras que caen, las ahuecan y las dejan reposar, la sabia o lo que sea, se acumula en ese hueco y depende de ti si la quieres fermentar o fresca. Fresca es aguamiel, deliciosa y fermentada, pues sabe un poquito más major.
Así es cristiano, no que sea mientras más fermetado mejor jajaja. No, me desvié. El cristianos es un mil usos. Sabes que mucho de lo que ahora sé, lo aprendí por ser cristiano desde niño. Aprendí a recitar, actuar, tocar guitarra, piano, batería, medio cantar, relacionarme, mi confianza, habilidades de comprensión lectora, dar clases, todo eso por crecer en un ambiente cristiano, en una época en que no había casas de la cultura para ir.
En este pasaje, Dios nos dice que somos así como la palmera, quizá aún no has descubierto todas las habilidades que tienes, pero están dormidas. Ahora como cristiano, tú te conviertes, en pacificador, consejero, ejemplo, predicador, mediador, de confianza, maestro, enseñar, animar, reconciliar, amar, perdonar.
La palmera puede ser usada como alimento pero también para dar sombra y aunque a veces por algun tiempo no recibe agua, sus raíces son tan profundas que no se seca.
En esas ocasiones que te sientes seco, pero llega alguien buscando agua fresca para beber, la recibe de ti porque tus raíces, ya están profundas en la Palabra. Siempre y cuando, estén ahí!
Su Fruto:
La palmera da sus mejores frutos en la vejez, Su fruto es más dulce, cuando llega a los 80 años, algunos árboles frutales cuando envejecen, sus frutos se vuelven más pequeños, hasta que ya no vale la pena seguir teniéndolo.
Mientras más creces en la vida cristiana, mejores deben ser tus fruto. Si ya tienes tiempo siendo cristiano y produces puro limón ¡algo no está bien! Si das un fruto en mayo y otro en noviembre ¡algo pasa! Porque siempre debes estar verde, floreciendo, quiere decir, que si siempre estás floreciendo es porque siempre estás dando fruto.
A mayor tiempo en la vida cristiana, más dulce, más fruto. Y nuestro Señor nos anima a que seamos de los que llevamos mucho fruto.
“»Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada.” (Juan 15:5, NTV)
Ahora bien, quizá digas, pero ¿por qué esto es exclusivo de los cristianos? Acaso los que no conocen a Dios no pueden ser iguales. La respuesta es sí y no. Parecidos, pero no iguales. El mismo capítulo nos dice el tipo de fruto que ellos dan.
“Sólo un simplón no sabría y un necio no entendería que: aunque los malvados broten como maleza y los malhechores florezcan, serán destruidos para siempre.” (Salmo 92:6–7, NTV)
Crecen, se multiplican, pero dan maleza y los que florecen, puede que si, pero sólo en esta tierra, porque en la eternidad serán destruidos para siempre.
El fruto que el cristiano da, debe siempre ser para beneficio de otros. Los malvados, producen sólo para sí mismos y no tiene provecho para nadie más, así como la maleza no tiene ningún provecho. Y puede ser que algunos den fruto, pero será temporal, no durará para siempre.
“¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma? ¿Hay algo que valga más que tu alma?” (Mateo 16:26, NTV)
En la Palabra tenemos la fórmula para una vida con propósito y una vida bendecida. Lo que más anhelas es lo que Dios tiene para ti, y no la vas a encontrar en este mundo.
¿Qué vale más que tu alma? ¿cuánto puedes pagar por tu salvación? ¿qué estarías dispuesto a dar por tu salvación?
A veces despreciamos la salvación ¡por qué ya la tenemos! Pero si no la tuvieramos, si Dios nos dijera: sólo los que puedan pagar tanto, o hacer esto, recibirán la vida eterna. Pasaríamos la vida intentado reunir esa cantidad, o hacer lo necesario para recibir la vida eterna.
Muchos, porque saben que son salvos, se niegan a obedecer, se niegan a rendir toda su vida a Dios.
En ocasiones nos desenfocamos de nuestro propósito eterno, por poner nuestra vista en lo que los demás hacen, ver cómo les va. Siendo que nosotros tenemos un propósito único, particular, cada uno es diferente, pero lo que sí sabemos y lo que tenemos en común es un Padre que desea bendecirnos y que demos fruto abundante.
“Incluso en la vejez aún producirán fruto, seguirán verdes y llenos de vitalidad.” (Salmo 92:14, NTV)
Y así como la palmera, que tiene vida todo el año y florece aunque se encuentre en el desierto y produce fruto dulce. La vejez no se asocia al final sino con un comienzo, se asocia con la vida, frutos, vigorosos y es así porque Dios, el Señor es nuestra fortaleza.
“Siempre hablarán de tu justicia y de tu constante protección.” (Salmo 92:15, TLA)
Al terminar del día, al terminar la jornada que nuestras palabras sean de gratitud. De su justicia y protección constante.
Es verdad, la vida nos presenta retos, pero nuestro Dios nos ofrece Su Espíritu Santo, que nos capacita para vivir esta vida y florecer como la palmera.
“Dios nuestro, en tu presencia la gente buena crece y prospera como palmeras bien plantadas...” (Salmo 92:12, TLA)
Dios mío, en tu presencia crezco y prospero como palmera bien plantada.
Palabra de Dios
Oremos