El mundo al revés

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El Mundo al revés

Poco a poco estamos llegando a esos días de los que la biblia habló. Días en que a lo dulce se le llamaría amargo. Días en que la linea entre bueno y malo sería borrado. Esto no es nada nuevo, desde los inicios de la creación, la labor de satanás en al huerto del Edén, fue la de desvirtuar la verdad, pervertirla.
Hoy veremos una historia en que esto sucedió, era profético para nuestros días.
Es la historia de un joven, que de niño corrió por las calles de su ciudad, quizá sufrió la pérdida de sus padres y vivía sólo con sus hermanos, la necesidad y el ocio lo llevaron por caminos equivocados, quizá sus amigos de la cuadra, lo llevaron a hacer negocios turbios y cada vez fue alejándose más y más de un camino. Con cada acto intrépido vio que la admiración de sus amigos crecía, hasta que perdió el límite, ya no pudo poner un alto y ya no fue más él quién controlaba su propia vida. Esto es una licencia literaria, porque no lo dice la Biblia, lo que sí dice es lo siguiente.
Pero lo quise decir, para que veamos que este hombre no fue diferente a muchos de nosotros, no fue malo de origen, pero de adulto este hombre trastornó toda su cuidad.
Si te gustan las historias de terror ¡te gustará! No se ustedes, pero a mí no me gustan las películas de terror, pero sí me gustan narrarlas. Esta historia tiene todo lo que una novela de terror requiere: un hombre loco, desnudo, un cementerio, cadenas, gritos, demonios, marranos, gente enfurecida. ¡No hay pierde!
Luego llegaron a la región de los gerasenos, al otro lado del lago de Galilea.” (Lucas 8:26, NTV)c
Los discípulos acaban de ver cómo Jesús ordenó al viento y al mar que se calmaran. Aun no lo, NTV)dren, vienen asombrados de lo que acaban de ser testigos. Vienen asombrados, alegre, quizá cantando, animados. Quizá vienen hablando de que en la siguiente tormenta ellos van a intentar hacer lo mismo Cuando se dan cuenta, están llegando a la orilla del lago.
Pedro baja de la barca para amarrarlo a la orilla, Juan esta reuniendo sus cosas. Cuando de repente escuchan unos gritos que no son humanos. El escuchar esos gritos se esconden detrás de Jesús, bueno, eso es lo que yo haría.
Cuando Jesús bajó de la barca, le salió al encuentro un hombre de ese lugar, que tenía muchos demonios. Ese hombre no vivía en una casa, sino en el cementerio, y hacía ya mucho tiempo que andaba desnudo.” (Lucas 8:27, TLA)
Los habitantes de ese lugar, ya se acostumbraron a verlo y oírlo gritar. Cuando pasaban por el panteón, caminaban de prisa, y decían a sus hijos que se taparan los ojos si veían a un desnudo acercarse.
Como los demonios lo atacaban muchas veces, la gente le ponía cadenas en las manos y en los pies, y lo mantenía vigilado...” (Lucas 8:28, TLA)
Aunque era el loquito de la colonia, por precaución cuando podían, o cuando era la fiesta del pueblo lo encadenaban de manos y pues y con vigilancia. Estaban acostumbrados a él, pero no se confiaban de él, ahora veremos la razón.
...Pero él rompía las cadenas, y los demonios lo hacían huir a lugares solitarios...” (Lucas 8:28, TLA)
En un momento de su vida, se alejó tanto de su familia, de Dios que su vida empezó a ser “habitada por fuerzas del mal”. No era su fuerza, sino la de los demonios que le permitía romper esas cadenas y lo llevaban a aislarse aún más.
Voces que le decían ¡nadie te quiere! estas mejor sólo. De seguir así, este hombre terminaría quitándose la vida.
En cuanto vio a Jesús, soltó un alarido y cayó al suelo frente a él, y gritó: «¿Por qué te entrometes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Por favor, te suplico que no me tortures!».” (Lucas 8:28, NTV)
La sola presencia de Dios torturaba a esta persona. Para este momento, la gente de ese lugar, ya empezó a llegar, al oír los gritos reconocieron que era a quién ellos conocen. Saben que está mal, pero ya lo conocen. Saben que es peligroso, pero ya están acostumbrados a él.
Pues Jesús ya le había ordenado al espíritu maligno que saliera del hombre. Ese espíritu a menudo tomaba control de él. Aun cuando el hombre estaba bajo custodia, con cadenas y grilletes, simplemente los rompía y se escapaba al desierto, totalmente controlado por el demonio.” (Lucas 8:29, NTV)
Aquí vemos que la lucha espiritual, toma forma física. Jesús está enseñando a sus discípulos que la lucha espiritual es real. Hay un reino espiritual dominado por el maligno que busca el control, dominio total. Y les enseña que ÉL tiene dominio por sobre todo.
El pasaje no dice que Jesús haya hablado, pero ya había ordenado al espíritu salir de este hombre.
Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas? —Legión —contestó, porque estaba lleno de muchos demonios.” (Lucas 8:30, NTV)
Una legión estaba formada entre 4 mil y 6 mil soldados, que se dividían en centurias. El espíritu del mal responde: Legión.
Pero esta respuesta no espanta a los vecinos del pueblo que ahora son muchos más. No los espanta el tono de la voz, tampoco saber que una legión de demonios habita en este hombre. Por eso puede romper las cadenas sin problemas.
Los demonios seguían suplicándole a Jesús que no los enviara al abismo sin fondo. Sucedió que había una gran manada de cerdos alimentándose en una ladera cercana, y los demonios le suplicaron que les permitiera entrar en los cerdos. Entonces Jesús les dio permiso.” (Lucas 8:31–32, NTV)
Ellos le suplicaron, porque saben que con Jesús todo poderoso no se puede jugar.
Así que los demonios salieron del hombre y entraron en los cerdos, y toda la manada se lanzó al lago por el precipicio y se ahogó.” (Lucas 8:33, NTV)
La gente vio al hombre convulsionar, sacudirse violentamente y después como desmayar. Al mismo tiempo que ven a los cerdos chillar, correr sin control y aventarse al lago toda la manada, para ahí ahogarse. Pero eso no asustó a al gente, no les hizo retroceder.
Cuando los que cuidaban los cerdos vieron lo sucedido, huyeron a la ciudad cercana y sus alrededores, difundiendo la noticia mientras corrían.” (Lucas 8:34, NTV)
Los cuidadores de los cerdos, ellos sí se preocuparon. Van a a ciudad y narran lo que sucedió. Esto tampoco espantó a la gente que vi lo que sucedió. Estaban observando el camino que los cerdos recorrieron, vieron a los cuidadores correr al pueblo, vieron cómo los del pueblo que aún no estaban ahí, se acercaban corriendo por los gritos de los cuidadores. Pero eso no los asustó.
La gente salió corriendo para ver lo que había pasado. Pronto una multitud se juntó alrededor de Jesús, y todos vieron al hombre liberado de los demonios...” (Lucas 8:35, NTV)
Ahora por fin voltean la vista hacia dónde cayó el hombre, esperan verlo con sangre, por si se golpeó la cabeza al caer al suelo como costal de papas. Y efectivamente ahí estaba.
...Estaba sentado a los pies de Jesús, completamente vestido y en su sano juicio, y todos tuvieron miedo.” (Lucas 8:35, NTV)
¡Ah caramba! Algo no cuadra. Lo que los asusta es ver a este hombre, sentado, completamente vestido, en su sano juicio ¡no tiene sentido! Lo que les da miedo es ver a este hombre ¡sano!
No se ustedes pero si yo me encuentro un desnudo en la calle, que corre en la noche hacia mi, sucio, saliendo del cementerio y me empieza a gritar no me digas que no ¡me tiemblan las piernas!
Pero las personas de esta historia se han acostumbrado a sus gritos, a verlo sucio, salir del cementerio, se han acostumbrado tanto que lo que les da miedo es verlo sano y completamente vestido.
Se habían acostumbrado a él, se acercaban para encadenarlo y eso ¡no les daba miedo!
Entonces los que habían visto lo sucedido, les contaron a los otros cómo había sido sanado el hombre poseído por demonios.” (Lucas 8:36, NTV)
Y todos los habitantes de la región de los gerasenos le suplicaron a Jesús que se fuera y los dejara en paz, porque una gran ola de miedo se apoderó de ellos. Entonces Jesús regresó a la barca y se fue y cruzó nuevamente al otro lado del lago.” (Lucas 8:37, NTV)
¿No te parece raro? Esas personas le tienen miedo a las cosas equivocadas y sienten miedo con lo que en realidad debería darles paz. Les dio miedo lo que debería darles seguridad. Se sentían tranquilos con lo que debería causarles miedo.
Sabes, esta historia es lo que estamos viviendo como sociedad, como cultura. Y como esta población nos estamos acostumbrando, nos estamos sintiendo cómodos con el mal que la invade.
La cultura nos empuja cada vez más para aceptar, validar, creer sus aberraciones, ya no sólo no podemos decir las verdades, sino que debemos creer las mentiras y si te atreves a decir lo evidente ¡te consideran violento! y a los que protestan o te quieren obligar violentamente a que creas lo que ellos creen les dicen ¡pacificadores!
Estas personas se sentían cómodas con la presencia del mal. Era un hombre lleno de demonios, tantos que eran una legión. Lucas dice que era peligroso y daba miedo, lo tenían que encadenar de manos y pies. Pero a nadie le preocupaba su presencia, es más, si estaba tranquilo lo dejaban entre ellos. Se acostumbraron tanto que lo que les daba miedo fue verlo sano y lo que les dio miedo fue Jesús mismo.
El mal empezó poco a poco. Como padres, en ocasiones permitimos cosas en la niñez que después en la adolescencia ya no son tan graciosas. Y como padres, actualmente se prefiere tener a los hijos contentos que confrontar a los hijos con la realidad y la verdad.
Nos estamos acostumbrando a ver lo que sucede en la sociedad, de forma que en unos años más, lo que ahora aún nos asusta, será visto como normal, como la regla y a eso apuesta el príncipe de este mundo. Y la Palabra nos advierte sobre estos tiempos.
¿Acaso se han avergonzado de la abominación que han cometido? ¡No, no se han avergonzado de nada, ni saben siquiera lo que es la vergüenza!...” (Jeremías 6:15, NVI)
Falta algo en nuestra sociedad, falta la presencia de Jesús. Este pasaje nos advierte, en cuanto llegues con la presencia de Dios, de Su Espíritu y levantes la voz en el comité de padres de familia, te verán como alguien raro, como que no perteneces, en realidad será miedo, porque estás diciendo lo que es verdad y la verdad incomoda.
La cultura puede vivir con un loc o endemoniado, desnudo, que vive en el cementerio, pero corren, expulsan a Jesús de su comunidad por miedo. Porque los confronta con su pecado.
Esto lo estamos viendo, familias, padres, amigos que dicen: prefiero verte borracho que cristiano, prefiero verte lejos antes que creas en Jesús. Muchos prefieren rechazar a Jesús, no porque sus argumentos o porque hayan investigado o analizado sus enseñanzas, lo rechazan porque es quién les impide vivir como ellos quieren, Jesús les estorba para su pecado.
Lo que esta mal con la sociedad no es tanto la presencia de drogas, alcohol, violencia, crimen, lo que está mal es que no hay una presencia de cristianos que ofrezcan esperanza y salud.
Venimos a la seguridad de este lugar, cantamos, adoramos pero fuera en la cultura, sociedad, no vivimos una vida cristiana. Vemos a los cercanos perderse en ideologías, en aberraciones y no nos espanta, buscamos como mantenerlos cerca con cadenas de mentiras, de justificaciones con tal que no se vayan, pero hemos ocultado la presencia de Jesús.
En 1938 Gran Bretaña y Francia se recuperan de la 1a guerra mundial y para intentar mantener la paz en la región firman un tratado: El Pacto de Munich, que decía que aceptaban el liderazgo de Hitler, siempre y cuando Alemania tomara sólo una pequeña parte de lo que era Checoslovaquia . Sólo Churcill no estaba de acuerdo, era Chamberlain primer ministro. Pero no funcionó, Alemania tomo casi toda Checoslovaquia y meses después invade Polonia y empieza la 2a Guerra Mundial.
Jesús nos dice:
»Ustedes son la sal de la tierra. Pero ¿para qué sirve la sal si ha perdido su sabor? ¿Pueden lograr que vuelva a ser salada? La descartarán y la pisotearán como algo que no tiene ningún valor. »Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse.” (Mateo 5:13–14, NTV)
Nadie enciende una lámpara y luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar alto donde ilumina a todos los que están en la casa. De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial.” (Mateo 5:15–16, NTV)
En estos tiempos pareciera preferible quedar callados, para evitar el conflicto, para evitar que nos vean feo. Si no me crees, intenta levantar la voz sobre lo que es obvio, lo que científicamente es correcto y verás lo difícil que es.
Intenta vivir una vida cristiana con tu pareja y verás lo difícil que es. El apóstol Pedro lo dice así:
Procuren llevar una vida ejemplar entre sus vecinos no creyentes. Así, por más que ellos los acusen de actuar mal, verán que ustedes tienen una conducta honorable y le darán honra a Dios cuando él juzgue al mundo.” (1 Pedro 2:12, NTV)
Sabes, además de los discípulos y de Jesús que se alegraron, sabes quién más.
El hombre que había sido liberado de los demonios le suplicaba que le permitiera acompañarlo. Pero Jesús lo envió a su casa diciéndole: «No, regresa a tu familia y diles todo lo que Dios ha hecho por ti». Entonces el hombre fue por toda la ciudad proclamando las grandes cosas que Jesús había hecho por él.” (Lucas 8:38–39, NTV)
Un sólo hombre fue por toda la ciudad proclamando las grandes cosas que Jesús había hecho. No le importó que le tuvieran miedo, no le importó que ellos corrieron a quien lo sanó. Se dijo: esta es mi comunidad, este es mi lugar, aquí debo ser sal, seré una luz que brillará.
Si crees que una sola persona no puede hacer cambios, piénsalo 2 veces: Rosa Parks, es héroe del mmovimiento de derechos civiles en USA. Ella no dijo grandes discursos, no escribió libros, no organizó a millones de personas, no tenía contactos en Washington. Se le recuerda porque se atrevió a subir a un camión de transporte que era solo para personas blancas. Ella era negra. Un día ella dijo: ¡Nasta! No más. Hoy no. Se sentó dónde se suponía que no debía, pero sabía que era lo correcto. Y eso empezó todo un movimiento en la nación.
Una acción, una voz, añadida a docenas otras voces, hicieron el cambio. Tu voz más la voz de Hugo, de Jorge, de Isma. Tu voz es necesaria en tu familia, en tu comunidad, colonia.
Palabra de Dios
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