DIVISIONES Y CONFLICTOS EN LA IGLESIA 1 corintios 1:13
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DIVISIONES Y CONFLICTOS EN LA IGLESIA 1 corintios 1:13
DIVISIONES Y CONFLICTOS EN LA IGLESIA 1 corintios 1:13
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
- Si hay un aspecto que es bastante común en la sociedad humana es el de la confrontación. Crecemos rodeados de disputa y pleito. * Y desde muy pequeños nos enfrascamos en mil y un peleas (me sería imposible recordar todas la veces que Valentina se puso a quitarse juguetes con hermana Rafaela).
- Ahora, si uno se pone a pensar, se dará cuenta de que si bien conforme pasan los años cambian muchas cosas, lo cierto es que en casi nada varia nuestra inclinación a la confrontación. Peleamos por una sonaja de bebés, luego por un rompecabezas en el jardín, luego por una silla en el salón de primaría, más tarde por un primer puesto en el campeonato de fútbol en la secundaria. * Y así sin darnos cuenta nos convertimos en padres que discuten con todo el mundo en las reuniones del colegio de nuestros hijos, o en las reuniones de trabajo, o en los cumpleaños de la familia cuando se tocan temas de política. ** La disputa se hace de lo más normal en nuestras vidas.
- Los esposos se pelean, los amigos de la infancia, los socios de las empresas, los integrantes de una asociación, y así un largo etc, etc, etc. ** Pero, ¿Será correcto ello? El que sea tan normal esta conducta ¿Hace que sea justificable su realización? Por supuesto que no. NO podría serlo de ninguna manera, por cuanto nace de un aspecto de impiedad del hombre.
Santiago 4:1–2 (RVR60)
¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?
Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis...
Es así que leemos en Santiago 4:1-2a “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis, matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis…”
La fuente de las disputas se haya en la depravada naturaleza del ser humano. * Puntualmente en su corazón egoísta, que siempre quiere que se haga lo que él quiere, en el momento que él quiere, y de la forma que él quiere. * Que siempre quiere obtener lo que desea sin importarle el resto.
- Ahora, ¿Por qué le menciono todo esto? Pues porque uno de los aspectos más terribles de esta condición humana, es la consecuencia que trae en todo lugar donde se practica: La Desunión. *
Dicho de otra forma: Un lugar donde hay conflicto es un lugar donde habrá desunión. * El mismo que siempre tendrá como común denominador la formación de grupos que buscarán prevalecer sobre los demás, su posición o postura.
- Y esto es un asunto de consideración. Un tema de gravedad. * Lo cual se advierte de inmediato al observar que el primer pecado que el apóstol confronta en relación a esta iglesia (de la muy larga lista que había), es el pecado de la desunión.
Y esto a razón de que es la manifestación que por excelencia distrae, debilita y frustra a toda la iglesia. * La impiedad que quita del seno de la comunión, la virtud que debiera prevalecer por sobre todas: El amor…. * Ya que lo último que uno reconocería por alguien con el que está confrontado es seguir amándolo.
- Lo cual hace aún más grave este asunto, ya que esta ausencia de amor no solo traerá tristeza y enojo; sino que nos empujará a la desobediencia de uno de los pedidos más sublimes del salvador. El mismo que se haya contenido en
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Juan 13:34-35 “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”. *
Los pleitos traen desunión, la desunión nos priva del amor, y la falta de amor nos hace inútiles en nuestra misión de evangelización. * ¿Se da cuenta? Es un asunto sumamente serio.
- Es por todas estas consideraciones, que si algo debía de ser restaurado en Corinto era la unidad. * Ya que solamente una iglesia unida será una a la que Dios con gozo llevará almas para salvación. *
Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
- No por nada leemos en Hechos 2:46-47 (Testimonio de la iglesia Primitiva) “Y perseverando UNÁNIMES cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”.*
Una iglesia unida será siempre una iglesia bendecida. Y tal condición debemos de anhelar todas las congregaciones del mundo. * De ahí que esta sección sea también fundamental para nuestra congregación.
1. UN LLAMADO A LA UNIDAD: LA UNIDAD ES HABLAR EN UN MISMO SENTIDO.- LA UNIDAD ES MORIR A LA DIVISIÓN.-LA UNIDAD IMPLICA ESTAR UNIDOS EN UNA MENTE Y PARECER .
EL TERRIBLE PECADO DETRÁS DEL LLAMADO
EL TERRIBLE PECADO DETRÁS DEL LLAMADO
6.- EL FUNDAMENTO DE LA UNIDAD
6.- EL FUNDAMENTO DE LA UNIDAD
¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?
En este pasaje Pablo presenta de una manera contundente y clara (incluso podríamos decir confrontativa) el argumento fundamental del llamado a la unidad que ha entregado en el versículo 10.
Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
- Y para ello el apóstol va a entregar tres preguntas, las cuales siendo en esencia retóricas (preguntas que se hacen sin esperar una respuesta, por estar la misma ya contenida en cuestión, o por ser sencillamente imposible). Pero en nuestro caso, podríamos indicar que si esperaba el autor un respuesta. –
La primera de ellas es: “¿Acaso está dividido Cristo?. * La respuesta naturalmente es No. * Sin embargo, más que una respuesta puntual,
Pablo anhelaba que al meditar en la pregunta ¿Acaso está dividido Cristo?, llevará al oyente a recordar la unidad que se formaba entre Cristo y aquellos que siendo salvos por su nombre, se integraban plenamente a él.
Responder esta pregunta debía de llevarnos a una las más preciosas metáforas que hay en la biblia para presentar a la iglesia.
El cuerpo de Cristo indica que la relación entre Jesucristo y los salvados en él, es tan cercana e íntima, que es similar a la que existe entre el cuerpo de alguien y la cabeza que la dirige.
Jesucristo es la cabeza, y todos nosotros los miembros que integran su cuerpo. Y ¿Esto es importante de entender en relación a la unidad? Por supuesto que sí, ya que así
Como un cuerpo tiene únicamente una cabeza para guiarlo y conducir todo cuanto hace, y decidir hacia dónde va; así también la iglesia posee un solo Señor, quien transmite vida a cada uno de sus miembros, y quien dirige cada paso que da.
un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;
un Señor, una fe, un bautismo,
Es así que en Efesios 4:4-5a leemos “Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; UN SEÑOR, una fe, un bautismo”.
La traducción de “Señor” es bastante firme, una traducción literal de la palabra aquí empleada (KURIOS) sería “amo o dueño”. Que en aquel entonces era figura de autoridad plena y absoluta que podía dirigir y controlar por completo la vida de aquellos que le pertenecían.
(Contexto de esclavitud).
(Y ¿Sabe? Eso es algo que la Iglesia, y en realidad toda organización necesita, alguien que la dirija de manera soberana y global.
La división siempre tendrá lugar cuando no hay una autoridad firme y clara…).
- Ahora, si bien
La idea de un amo humano podría prestarse para imaginarnos maltrato, explotación o abuso. *
La figura de Cristo como nuestro amo, es completamente distinta al amo humano. Él es nuestro amo sí, pero es amo misericordioso, bueno, amable, atento y tierno.
- Sin que eso signifique, por supuesto, que no ejerza sobre nosotros toda la autoridad que le entrega esa condición. *
Jesucristo es el Señor de la iglesia, y como tal es quien decide que es lo que se debe de hacer, y hacia donde debe de dirigir sus pasos.
* Pero no como aquel que nos habla a lo lejos mientras caminamos, sino que va delante de nosotros dirigiendo nuestro andar. * Y es que como seguro recordará, cuando llamó a sus discípulos la petición siempre fue: “Venid en pos de mí”, “Sígueme”. * (Nadie puede servir al Señor sin seguirle.)
- Cristo es el Señor de la iglesia por cuanto es él quien estableció cada paso que debemos de dar, dándolos el primero.
Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
Es así que leemos en 1ra de Pedro 2:21 “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas”. * Que preciosa declaración.
- Ahora ¿Por qué le menciono todo esto? Pues porque
Si entendemos este principio tan elemental (Cristo nuestro Señor y guía), entenderemos lo torpe y tonto que es buscar identificarnos con líderes humanos, trayendo división a la iglesia.
Ninguno de nosotros puede aferrarse a un liderazgo humano, y exaltar el nombre de un hombre con exclusividad. ¿Por qué? Pues porque todos tenemos un solo Señor; de manera que no se nos pide seguir los pasos de hombres, sino los de Jesucristo.
- Y esto en el caso de los Corintios era aún más absurdo, porque los líderes humanos que habían tomado como paladines, no eran sino abnegados seguidores de Cristo.
Que unidos como miembros de su cuerpo no le servían sino solamente a él. * Pero ¿Qué habían hecho ellos? Pues usar sus nombres para justificar su posición divisionista. Una locura en realidad.
Que no hacía sino reflejar que en el fondo sus motivos eran el orgullo y la envidia. **
- Debemos entender, que la unidad dentro de la iglesia solamente será posible si reconocemos el lugar que tiene Cristo en ella; su posición como cabeza y Señor. Y esto nos llevará a concluir que la unidad en la iglesia solamente es posible en él.
Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
- Jesucristo es el fundamento de la unidad. * Y de ahí que en esta misma carta Pablo escriba (1 Co 12:12)
“Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo”.**
- “¿Acaso está dividido Cristo?”, primera pregunta en nuestro pasaje, es Entonces una clara indicación de que la unidad en la Iglesia es la realidad natural que posee, es su condición normal. Es decir, que la Biblia no nos pide formar la unidad en la iglesia, eso lo hace Cristo.
¿Qué se nos pide entonces? Pues “perfeccionarla”; es decir, guardarla o cuidarla. Efesios 4:3 refiere en relación a esta labor “Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”. * Debemos de mantener la unidad, estar solícitos en ello (
“SPOUDOZO” significa apresurados en hacer algo, con esfuerzo, deseosos.
Puesto que ir en contra ello sería en realidad ir en contra de Cristo mismo.
solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
Ahora, en ese sentido, en este pasaje (Efesios) también se nos muestra que
La unidad que tenemos en Cristo, es algo que debemos de guardar en el poder del Espíritu.
Es decir, que mientras más estemos en él (llenos de él), más podremos gozarnos en esa unidad.
- Lo que significa en sentido contrario, que cuando menos estemos en la plenitud del Espíritu, menos viviremos esta unidad. ¿Por qué? Pues porque alguien que no vive en el Espíritu vive en la CARNE. Y en la carne solo hay división. Tal y como leemos en Gálatas 5:19-20 que dice “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: Adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, DISENSIONES…” .
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
- Ser entonces alguien que está trayendo división a la iglesia, siempre será una consecuencia de una vida que está entregada a la carne; que está viviendo en pecado. Y el Señor nos libre de tal condición. Nos libre de tan terrible pecado.
- Ya que si algo nos quitará la división, tal y como uno mira en este mismo pasaje de Efesios, es el vínculo de la paz. Y es que cuando se rompe la unidad (por no guardarla y protegerla) se romperá también la paz. Y ¿Sabe? Es horrible estar en un lugar y no tener paz en el corazón
- Con esto ingresemos a la siguiente pregunta retórica que hace Pablo:
“¿Fue crucificado Pablo por vosotros?. * La respuesta obviamente sigue siendo NO. * Pero yendo un poco más allá, ciertamente uno miraría esta pregunta y diría: ¿Que tiene que ver esto con la unidad?. Pues mucho en realidad,
Cristo fue a la Cruz, donde a través de su muerte hizo posible nuestra unidad, por cuanto propició la paz en nosotros.
* (No olvide que fue ahí, donde satisfaciendo Dios su justicia, fuimos reconciliados con él).
- Y bueno, tal sacrificio no lo había hecho Pablo, ni Pedro, Ni apolos. * Lo hizo Jesucristo. * Y si aun así alguno de ellos lo hubiera hecho; lo cierto es que no hubiera servido para conseguir lo que Jesús consiguió…
- Y por tal motivo que no era nada sensato que se los exaltara a ellos, buscando establecer quien era mejor que el otro. Por cuanto todos ellos eran una misma cosa: Mensajeros del evangelio del Señor. * Siervos de un mismo Señor: Jesucristo.
Un creyente no debe de olvidar que esa es su posición delante del salvador…
- Finalmente pregunta Pablo: “¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?”* Por tercera vez la respuesta no puede ser sino: NO. Y es que
El bautismo, es un paso de confesión de fe, desde un inicio fue establecido para ser realizado en el nombre de Jesucristo (al lado de las otras dos personas de la Trinidad).
como claramente se lee en Mateo 28:19.
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
- Ahora, esa figura de
Bautizar “el nombre de”, era un hebraísmo que implicaba colocarse bajo la autoridad de aquél a quien se nombraba; colocarse bajo su señorío.
Y ciertamente ninguno de los corintios reconocería que algo así fuera correcto; (“no haríamos ello ni locos” podrían decir…).
(En varias religiones paganas se acostumbraba considerar padre al sacerdote que los bautizaba; pero los corintos tenían claro ese asunto).
Sin embargo, Pablo coloca está interrogante, porque algo similar era lo que estaban haciendo ellos en medio de la división que habían gestado. *
Ellos estaban diciendo: “yo soy de…”. * Y con tal expresión estaban colocándose como seguidores y siervos de ellos; estaban colocando a tales hombres a la par de Jesucristo. * Una actitud terriblemente temeraria.
Que Pablo tenía que desechar de manera enérgica. Y eso hace por medio de esta pregunta.
- Tres preguntas son las que Pablo hace en este pasaje. Y las tres apuntaban a un mismo fin: Mostrarles que la unidad que pedía que vivieran, y que ellos terriblemente habían comprometido, tenía un único fundamento: Jesucristo.
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
Podemos estar completamente seguros a la luz de las Escrituras que Jesucristo tenía como uno de los más gloriosos propósitos que lo llevaron a la cruz este: Formar una iglesia unida.
Es así que dentro de sus últimas palabras (una oración por cierto) El pide: (Jn 17:21a) “Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, también ellos sean uno en nosotros…” *
Juan 17:21 (RVR60)
para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros...
- Cuando el Señor termina esta oración, sale de la habitación para que inicie su terrible suplicio a la cruz; firme e irrenunciable, por cuanto sabía que no había otra forma de obtener esa unidad. **
- Fue incomparable lo que el Señor hizo para que hoy haya unidad entre nosotros hermanos…. Como no amar esa unidad, como no cuidarla.