Sin Sacrificio No Hay Cielo
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Hermanos que el Señor les Bendiga. Por la gracia de Dios tengo hoy el privilegio de exponer su palabra y estaremos hablando sobre la carta del Apóstol Pablo a los Romanos en el capítulo 12: 1-2
Me gustaría empezar con una pregunta: Hay alguien aquí que piense que a alcanzado su nivel máximo de espiritualidad y de comunion con Dios?
Llegan momentos en que nos sentimos: Cansados, desanimados, agobiados, desconectados de nuestra comunion con el Dios
Todos nosotros queremos glorificar a Dios con nuestras vidas. Sabemos que podemos consagrarnos mas, orar mas, estudiar y meditar en su palabra y en el momento que comenzamos con nuestro plan de acción; la realidad es que apenas comenzamos no pasa mucho tiempo sin que llegue el cansancio y terminamos posponiendo lo para otra ocasión.
Pero surgen preguntas:
Que puedo hacer para poder cambiar y vivir para la gloria de Dios?
Como puedo crecer en mi carácter y en mi conducta a la imagen de Jesucristo?
Que puedo hacer para salir del desanimo y mantener el enfoque en Jesús?
Son muchas las veces que hemos tratado de cambiar patrones de conductas pecaminosas en nuestras vidas y lamentablemente hemos fracasado una y otra vez en el intento. La buena noticia es que podemos cambiar, no es fácil pero si alcanzable…
Debemos entender que estamos en una batalla contra nuestra carne, contra el mundo y contra el enemigo y para algunos de nosotros se nos hace mas difícil cambiar que a otros debido a los trasfondos que traemos. Pero la buena noticia es que Dios promete cambiar a todos aquellos que han creído en Cristo para Salvación.
Romanos 12:1–2 “1“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. “2” No os conforméis a este siglo, sino transforma os por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Instando a los creyentes a ofrecer toda su vida en adoración a Dios.
Pablo le esta hablando a creyentes que han nacido de nuevo, cuyos corazones han sido transformados por Dios, que han creído en Cristo como su Salvador y Señor, que ya no viven conforme a los deseos pecaminosos de su corazón y que han presentados sus cuerpos como sacrificio vivo delante de Dios. Si realmente queremos cambiar lo primero es estar totalmente convencido de que has experimentado las misericordias de Dios en tu vida. No podemos cambiar si Cristo no ha obrado en nuestros corazones.
Pablo nos exhorta a edificar nuestras vidas sobre las misericordias de Dios. Cuales misericordias de Dios? Gracias por preguntar...
A las que Pablo a venido hablando desde el capitulo 1-11 Al amor, la bondad, la paciencia, la gracia que Dios mostró a pecadores, enemigos de Dios que merecían la condenación eterna y no tenían excusa alguna. Sin embargo Dios envío a su único hijo, Cristo que padeció solo una vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios.
Ahora somos llamados a corresponder a la gracia y conducirnos como corresponde a quienes viven en la justicia de Dios.
La exhortación es a presentemos en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Instando a los creyentes a ofrecer toda su vida en adoración a Dios. En el Antiguo Pacto se hacían sacrificios quitando le la vida a un animal, pero en el Nuevo Pacto, adoramos a Dios ofreciéndonos como sacrificios vivos sirviendo a nuestro Dios en mente, cuerpo y alma.
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transforma os por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
En el inicio del verso uno dice “Así que,” Pablo utiliza esta frase para marcar una división entre la teología de los primeros 11 capítulos y la aplicación practica en la vida cristiana. Esta carta esta dirigida a los cristianos en Roma; en los primeros 11 capítulos nos habla sobre:
La depravación moral y la idolatría.
El justo juicio de Dios y su ira contra la desobediencia.
El conocimiento del pecado por medio de la ley y la justicia por medio de fe.
La justificación y reconciliación por el sacrificio vicario de Jesús.
El viejo hombre crucificado juntamente con Cristo a fin de que no sirvamos más al pecado.
La vida eterna como dádiva en Cristo y la esperanza plena de redención en el regreso glorioso de Jesús nuestro Señor y Salvador.
El Espíritu Santo mora en nosotros y nos ayuda con su eficaz intercesión.
El cuidado de Dios por cada uno de sus hijos para ser conformados a la imagen del Hijo de Dios, en otras palabras para que nos parezcamos cada vez más a Jesucristo.
Estos son “a modo de resumen” algunos temas donde Pablo nos describe la misericordia y el amor de Dios revelados en la persona de Cristo y todo lo que Dios ha hecho a nuestro favor para rescatarnos del la maldición del pecado. Romanos 12:1 “1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” Pablo le esta hablando a creyentes que han nacido de nuevo, cuyos corazones han sido transformados por Dios, que han creído en Cristo como su Salvador y Señor, que ya no viven conforme a los deseos pecaminosos de su corazón y que han presentados sus cuerpos como sacrificio vivo delante de Dios. Ahora somos llamados a corresponder a la gracia y conducirnos como corresponde a quienes viven en la justicia de Dios.
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”
Ahora somos llamados a corresponder a la gracia y conducirnos como corresponde a quienes viven en la justicia de Dios.
La exhortación es a presentemos en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Instando a los creyentes a ofrecer toda su vida en adoración a Dios. En el Antiguo Pacto se hacían sacrificios quitando le la vida a un animal, pero en el Nuevo Pacto, adoramos a Dios ofreciéndonos como sacrificios vivos sirviendo a nuestro Dios en mente, cuerpo y alma.