EL PLAN DE DIOS PARA EL MATRIMONIO

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Capacitar a la iglesia sobre la visión correcta del plan de Dios para el matrimonio y así disipar las mentiras y falsas prácticas y conceptos que se tienen del matrimonio.

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INTRODUCCIÓN

Las bienaventuranzas de los matrimonios cristianos:
Bienaventurados son el esposo y la esposa que continúan afectuosos, considerados y amantes después que las campanas nupciales han dejado de sonar.
Bienaventurados son el esposo y la esposa que son tan condescendientes y corteses el uno con el otro como son con sus amigos.
Bienaventurados son aquellos que tienen un sentido de humor, porque este atributo será un medio disponible para absorber el impacto de los embates de la vida.
Bienaventurados son los matrimonios que se abstienen del uso de bebidas alcohólicas.
Bienaventurados son los que aman a su cónyuge más que a ninguna otra persona en el mundo y que alegremente cumplen su promesa matrimonial de fidelidad y de ayuda mutua por ambas partes.
Bienaventurados son los que llegan a ser padres, porque los hijos son la herencia del Señor.
Bienaventurados son aquellos que dan gracias a Dios por el alimento antes de participar de él y que separan algún tiempo cada día para la lectura de la Biblia y la oración.
Bienaventurados son aquellos cónyuges que nunca se hablan uno al otro en voz alta y que hacen de su hogar un sitio donde nunca se oye una palabra desalentadora.
Bienaventurados son el esposo y la esposa que fielmente asisten a los cultos de adoración de la iglesia y que trabajan juntos en la iglesia para el extendimiento del Reino de Cristo.
Bienaventurada es la pareja que tiene una comprensión completa de los asuntos financieros y que delinea un plan de sociedad con el dinero que recibe. —Heraldo Cristiano—Habana, Cuba.[i]
Sin temor a equivocarme, todos los aquí presente, desearían vivir estas bienaventuranzas en sus hogares y matrimonios. Pero esto no se logra por suerte o por el azar. Esto se consigue por la gracia de Dios y un trabajo intencional de la mano del Espíritu Santo y la Palabra de Dios.
Por esto, la base para que nuestros matrimonios y los potenciales matrimonios futuros puedan ser bienaventurados, es entender y vivir el plan de Dios para el matrimonio. Así que, nos abocamos a compartir con todos ustedes bajo este tema tan importante y que está siendo fuertemente atacado por los enemigos de la familia, pero también es desconocido en los círculos cristianos, trayendo como consecuencias uniones matrimoniales que viven fuera del plan de Dios.
Estudiemos lo que nos dice Génesis 2:24.

VÍNCULO MATRIMONIAL Y/O FAMILIAR (Génesis 2:21-24)

En lo concerniente a ese vínculo de unidad, Dios hace una declaración desde donde parte toda la enseñanza sobre el matrimonio y la familia en las Escrituras y se encuentra en los textos siguientes: Génesis 2:24; Mt 19:5; Mc 10:7–8; Ef 5:31. Dice así:
“Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.”
Dios hace esta declaración acerca de este vínculo cuatro veces:
1. Una vez en el AT y tres veces en el NT.
2. Una vez antes de la caída del hombre en el pecado y tres después de la caída.
Wayne Mack, refiriéndose a esta declaración, comenta: “esta declaración contiene el propósito matrimonial de Dios para el hombre perfecto y para el hombre pecador. Contiene el plan de Dios para todos los tiempos para lograr un buen matrimonio.”[ii]
Hoy en día hay muchos matrimonios tristes y frustrados, tanto de no creyentes como de cristianos, y es debido al desconocimiento del plan de Dios para el matrimonio.
En nuestra generación, es tan evidente el desconocimiento de este plan de Dios, que la unidad en la familia pareciera algo inalcanzable y que solo está reservado, como una excepción, para unos pocos.
¿Cuál es, entonces, este plan o propósito de Dios que debe de gobernar las familias? Y ¿Cómo este orden divino puede ayudarnos a ser matrimonios y familias unidas?

EL PLAN DE DIOS PARA EL MATRIMONIO ES QUE EL ESPOSO Y LA ESPOSA DEBEN DE DEJAR A SUS PADRES Y MADRES, “Dejará

Para que haya unidad en la familia, según el diseño de Dios, se requiere que se produzca un rompimiento total con cualquier otro vínculo que anteriormente haya estado unido:
¿Qué significa “dejar a sus padres”?
No significa que debemos abandonarlos ni dejarlos por completo.
"Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. (Éxo 20:12 NBLA)
También les decía: "Astutamente ustedes violan el mandamiento de Dios para guardar su tradición. "Porque Moisés dijo: 'HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE'; y: 'EL QUE HABLE MAL DE su PADRE O DE su MADRE, QUE MUERA.' "Pero ustedes dicen: 'Si un hombre dice al padre o a la madre: "Cualquier cosa mía con que pudieras beneficiarte es corbán (es decir, ofrenda a Dios)'", ya no le dejan hacer nada en favor de su padre o de su madre; invalidando así la palabra de Dios por la tradición de ustedes, la cual han transmitido, y hacen muchas cosas semejantes a éstas." (Mar 7:9-13 NBLA).
Wayne Mack en su libro “Fortaleciendo El Matrimonio” argumenta lo siguiente en cuanto al significado de “dejar a padre y a madre”
“dejar a sus padres significa que su relación con ellos debe de cambiar radicalmente.
Significa que establecen una relación adulta con ellos.
Significa que deben ocuparse más con las ideas, opiniones y prácticas de su cónyuge que con las de sus padres.
Significa que no deben estar esclavizados a sus padres en cuanto al afecto, aprobación, ayuda y consejo.
Significa de deben de eliminar cualquier actitud mala hacia sus padres, o de lo contrario estarán ligado a ellos emocionalmente, aunque físicamente estén lejos.
Significa que deben de dejar de procurar que su cónyuge cambie solo porque a sus padres no les gusta como es.
Significa que la relación marido y mujer tiene prioridad sobre toda otra relación humana.”[iii]
Es necesario entender que, en este rompimiento con todo vínculo anterior, existen algunas implicaciones prácticas a aplicar:
Esto implica que la nueva familia o matrimonio deben de separarse de sus parientes o padres tanto geográficamente como emocionalmente.
Esto implica que la nueva familia o matrimonio deja de depender de otros para ser autosustentables por sí mismo.
Esto implica que todas las relaciones anteriores, ya sean de amistad, profesional, colegial y familiar, etc., quedan en un segundo plano y que la persona con quien me uno viene a ocupar ese primer lugar (humanamente hablando).
Esto implica que patrones de conducta y/o hábitos deben de ser cambiados o negociados, horarios deben de ser reajustados, actividades deben de ser diversificadas y/o limitadas.
“No hay más hermosa, amable y encantadora relación, comunión o compañía, que un buen matrimonio”. Martín Lutero.

EL PLAN DE DIOS PARA EL MATRIMONIO ES QUE DEBEN UNIRSE EL UNO AL OTRO “se Unirá”

Para que haya unidad en la familia, según el diseño de Dios, se requiere que se produzca una nueva vinculación con la persona que me case. Esta nueva vinculación significa:
Que es una unión monógama:
un marido y una esposa. El marido se une a su esposa y no a sus esposas.
Que es una unión heterosexual:
el orden de Dios es que un hombre se una a una mujer en matrimonio.
“Dios creó al hombre a imagen Suya, a imagen de Dios lo creó; varón [זָכָר] y hembra [נְקֵבָה] los creó.” (Génesis 1:27, NBLA)
“Por tanto el hombre [אִישׁ] dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer [אִשָּׁה], y serán una sola carne.” (Génesis 2:24, NBLA)
El primer matrimonio, que fue oficiado por Dios mismo, se casaron Adán y Eva, no Adán y Esteban.
Que es una unión permanente:
El esposo debe unirse (estar junto a) su esposa. (Gn 2:24).
Nuestro Señor comentó sobre esta frase, “Lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mat 19:6).
El matrimonio, entonces, no es cuestión de suerte, sino de elección deliberada.
No es solo un asunto de conveniencia, sino de obediencia.
No depende de cómo caen las cartas sino de cuánto están dispuestos y decididos a trabajar para su éxito.
Que es una unión de relación exclusiva:
Dejando a todas las demás, el esposo ha de ser fiel a su esposa mientras ella viva y viceversa.
“Cuando un hombre dice SI a una mujer en el matrimonio, también está diciendo NO al resto de las mujeres en el mundo”. Paul Washer
Un buen matrimonio está basado más sobre compromiso que sobre sentimientos o atracción corporal.
El matrimonio es un pacto irrevocable al cual estamos ligados según Proverbios 2:17
que, olvidándose de su pacto con Dios, abandona al compañero de su juventud. (Proverbios 2:17 NVI)
Comentando sobre este pacto, Wayne Mack dice:
“La esposa promete que será fiel, aunque el esposo engorde, se ponga calvo, o tenga que usar bifocales; aunque pierda la salud, su riqueza, su empleo, su atractivo; aunque aparezca alguien más excitante.
El esposo promete ser fiel, aunque la esposa pierda su belleza y atractivo; aunque no sea tan pulcra y ordenada o sumisa como él quisiera; aunque no satisfaga sus deseos sexuales completamente; aunque gaste el dinero neciamente o que sea mala cocinera.
El matrimonio significa que el marido y la mujer entran en una relación por la que aceptan total responsabilidad y se comprometen el uno al otro sin tomar en cuenta los problemas que puedan surgir.”[iv]

EL PLAN DE DIOS PARA EL MATRIMONIO INVOLUCRA EL SER UNA CARNE, “Serán una sola carne”

Para que haya unidad en la familia, según el diseño de Dios, se requiere que los esposos dejen de existir en lo individual para llegar a ser un solo ser:
En el sentido más elemental “serán una sola carne” se refiere a relaciones sexuales o unión física.
Esto lo podemos considerar al leer 1 Corintios 6:16 ¿O no saben que el que se une a una ramera es un cuerpo con ella? Porque Él dice: “LOS DOS VENDRÁN A SER UNA SOLA CARNE.”
Sin embargo, ser una sola carne involucra más que el acto sexual.
Este es el símbolo o la culminación de una unión más completa, de una entrega total a la otra persona. En consecuencia, si la unión más completa no es una realidad, las relaciones sexuales pierden su sentido.
El Dr. Emerson Eggerichs, en su libro “Amor y Respeto”, dice lo siguiente: “Cuando la Escritura habla de «unirse», en hebreo da la idea de asirse, adherirse, mantenerse unidos. Dos personas son unidas frente a frente para llegar a ser una sola carne. ¿Sabía usted que de toda la creación de Dios los seres humanos son los únicos que gozan de intimidad sexual frente a frente? Sin embargo, unirse es algo que va más allá de lo sexual. También significa intimidad espiritual y emocional”.[v]
Tomando en consideración esto que hemos visto, pudiéramos enumerar algunas implicaciones prácticas, que pueden ayudarnos en la unidad:
Esto implica que las relaciones sexuales que se sostendrán tendrán como fin la satisfacción mutua y de manera plena.
Esto implica que mis sueños particulares y egoístas deben ser sustituidos por un proyecto de vida en conjunto.
Esto implica que ya no habrá dos presupuestos, sino uno; no son dos sueldos, sino uno.
Esto implica que emocionalmente debe de haber una interconexión que facilite la comunicación fluidamente a fin de que se fusionen las almas en una sola.
Esto implica, que espiritualmente, se coronarán con cobertura de oración y construirán sobre la Palabra de Dios el proyecto de vida, que tiene como fin darle gloria a Dios y representar fielmente la unión de Cristo y su Iglesia.

APLICACIONES Y CONCLUSIONES

El principal obstáculo para el logro de vivir de acuerdo con el plan de Dios para el matrimonio o familia es nuestra pecaminosidad.
“En el matrimonio no se unen una princesa con un príncipe azul, se unen dos pecadores, egoístas y perversos… sólo la gracia del Señor puede sostener el matrimonio.” Obed N. Rupertus
Así como el pecado entró y estorbó la unidad con Adán y Eva, de la misma manera también ocurre con nuestro pecado, que entorpece la unidad matrimonial o familiar.
A veces la unidad matrimonial es destruida por el pecado del egoísmo.
A veces la unidad matrimonial es dañada por el pecado del orgullo.
A veces la unidad matrimonial es quebrantada por el pecado de amargura o ingratitud, o terquedad o vocabulario hiriente, o abandono o impaciencia o aspereza o crueldad.
Fue el pecado que destruyo la total unidad de Adán y Eva y es el pecado que destruye la unidad de los esposos hoy día.
Esto nos lleva a nuestra necesidad de Jesucristo.
Necesitamos que, por intermedio de Jesucristo, lleguemos a una buena relación con Dios.
Pero ahora en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo. Porque Él mismo es nuestra paz, y de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, poniendo fin a la enemistad en Su carne, la Ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en Él mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz, y para reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad. (Efe 2:13-16 NBLA)
Necesitamos que Jesucristo nos ayude a estar bien relacionado el uno con el otro.
Ya no hay judío ni gentil, esclavo ni libre, hombre ni mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús. (Gál 3:28 NTV)
Por lo tanto, necesitamos, desesperadamente, a Cristo en nuestras vidas y nuestros matrimonios y familias.
“Él quita las barreras. Destruye paredes que dividen. Limpia de pecado. Quiebra el poder del pecado reinante. Libera al cautivo. Le da el Espíritu Santo al hombre, el cual produce en el fruto del amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Le da el Espíritu Santo quien hace posible que hombres y mujeres pecadores dejen a su padre y madre, se unan el uno al otro y lleguen a ser una carne. Wayne Mack[vi]
[i]Alfred Lerı́n, 500 ilustraciones (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 2000), 52–53. [ii]Fortaleciendo el Matrimonio por Wayne Mack. [iii]Fortaleciendo el Matrimonio por Wayne Mack. [iv]Fortaleciendo el Matrimonio por Wayne Mack. [v]Amor Y Respeto por Emerson Eggerichs [vi]Fortaleciendo el Matrimonio por Wayne Mack.
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