Consejo y oración para hoy
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23 de noviembre
23 de noviembre
He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones.
Hay días que abrumados por el exceso de trabajo exclamamos, !Hoy me ha tocado trabajar como un esclavo!
Como un esclavo, como un siervo, esa fue la figura que utilizó el profeta Isaías para describir el trabajo que tendría que hacer El Mesías.
El niño príncipe admirable, nació también para ser siervo, porque a través de ese siervo en el que reposó El Espíritu de Dios, Dios trajo su justicia a las naciones.
La tarea del Siervo sería también abundante y agotadora, por eso necesitaría la fortaleza y complacencia de su Padre.
El traería la justicia al que condenado por el pecado viven en las prisiones de las tinieblas, donde sus ojos no pueden ver la esperanza.
El traería salvación a los que alejados en las naciones distantes que por sangre no tenían derecho a contemplar la gloria del Dios verdadero.
El traería redención a quien cayeron en cautividad, fueron vendidos como esclavos, repudiados a causa de sus rebeliones, cansados y atemorizados necesitaban ser libres del temor para confiar en su redentor.
El sería el siervo sufriente que traería sanidad a nuestras vidas de la horrenda llaga de nuestro pecado, llevando él nuestras enfermedades, sufrió nuestros dolores para traernos por su castigo paz.
Dios nos invita a ver en Jesucristo al siervo obediente, al siervo sufriente que con trabajo agotador, humillante llegó hasta la muerte para revelarnos la justicia de Dios, el amor de Dios y su poder para libertarnos de la esclavitud del pecado.
Trabajos extenuantes, dolores que atormentan el cuerpo, heridas que hicieron sangrar sus manos y pies, golpes y vejaciones, son las marcas que el siervo de Dios lleva por mi salvación, por mi redención.
El trabajo realizado del siervo escogido trajo completa satisfacción, la justicia fue otorgada, la redención pagada, la libertad obtenida y la sanidad realizada por eso hoy su nombre es exaltado.
Debo gozarme en la justicia que me ha sido otorgada por quien sufrió y murió por mi. Hoy también yo soy llamado a proclamar su mensaje a las naciones.
Oremos,
Padre dame el corazón del siervo obediente que está dispuesto a tomar su cruz cada día y servirte.
Gracias por otorgarme justicia gratuitamente, perdón incondicional, libertad por el sacrificio de tu Hijo, sanidad por medio de tu poder.
Quiero pedirte Señor que mi servicio a ti pueda ser digno del que sirvió por mi en el pesebre y la cruz.
Mi oración se eleva a ti para interceder por los que están cansados y agobiados por el trabajo de cada día, los que sufren dolores por enfermedades o accidentes que han tenido. Que tú unjas sus vidas con tu Espíritu para sanidad.
En el nombre de Jesús, amén.
Para consejo y oración escríbame a: sbustilloier@gmail.com