QUE ES UNA IGLESIA REFORMADA Y LAS DOCTRINAS DE LA GRACIA

LA ADORACION EN LA IGLESIA  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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¿Por qué nos definimos como “Iglesia Bautista Reformada”? Somos una Iglesia Bautista Reformada, pero… ¿Qué es una Iglesia Bautista Reformada? ¿Qué queremos decir con este término? En medio de tantas denominaciones, es preciso definir con exactitud nuestras convicciones. Somos bautistas en el sentido de que creemos en las verdades a las que, en algunas ocasiones, se han llamado “Distintivos Bautistas”, es decir, bautizamos a las personas que confiesan a Cristo como su Salvador, que tienen discernimiento y madurez para tomar esa decisión, y que conscientemente asumen la responsabilidad de servir a Dios en medio de su generación haciendo pública profesión de fe, siendo bautizados por inmersión, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Somos una “Iglesia Reformada” puesto que apoyamos y estamos convencidos de la veracidad de las grandes doctrinas que volvieron a salir a la luz en la Reforma del Siglo XVI respecto a la salvación del hombre. En este sentido no nos molesta que a nuestra iglesia se la identifique como una iglesia “Bautista Reformada”. Pero… ¿Cuáles son nuestras creencias?
LA ADORACIÓN
Una iglesia Bautista Reformada es una iglesia local con un serio enfoque en la adoración. El Dios que alabamos es un Dios de majestad, gloria, honor y santidad. El Dios de la Biblia es Aquel ante quien los ángeles del cielo cubren sus rostros y constantemente claman “Santo, Santo, Santo”; adorándole de día y de noche; Él es digno de toda Honra, Gloria y Honor. Creemos que cuando nos congregamos para alabar a este grandioso y glorioso Dios y Salvador, debemos hacerlo con reverencia y santo respeto. Esto nos llevará a adorarle con un temor reverente. Alguien dirá: “Pero debe de haber gozo también”. Sí, efectivamente, pero debe de ser un gozo que sea en el Señor. No queremos un gozo que surja del “sensacionalismo”, sino uno que surja del conocimiento de Dios, un gozo moderado y controlado por la reverencia. Creemos que hay una enorme diferencia entre un culto de adoración “muerto” y un culto de adoración en el que se adore a Dios en espíritu y en verdad, trayendo sacrificios espirituales, y estableciendo la adoración sobre las enseñanzas explicitas de las Escrituras.
Puesto que entendemos que esta es la forma en la que Dios debe de ser adorado, consideramos que cualquier cosa que le reste mérito no debe de ser aceptada. La frivolidad (o informalidad), el hacer del tiempo de adoración una exaltación de los sentimientos personales de cada cual, el que el lugar de culto se convierta en un circo, el que se usen instrumentos y formas de alabanza impuestas por la moda del momento, el que haya desorden, irreverencia, así como el abuso del Nombre Sagrado del Dios de los cielos, están fuera de lugar y son incongruentes con la adoración al Dios tres veces Santo.
La adoración a Dios en su día Santo, instituido a tal efecto en la creación del mundo y ratificado en el cuarto mandamiento, nos debe llevar a estar muy atentos a la importancia que Dios le da al culto público en su día santificado y bendecido por Él mismo, por lo que cuando en el día del Señor nos reunimos juntamente con los hermanos, hemos de recordar que estamos en un lugar reverente para adorar al Dios Eterno, y tanto en las formas como en el fondo, se debe manifestar lo que estamos haciendo: “Así que, hermanos, yo les ruego, por las misericordias de Dios, que se presenten ustedes mismos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. ¡Así es como se debe adorar a Dios!” (Romanos 12:1)
También creemos que la música en la iglesia debe de ser gobernada por el gran hecho central de Aquel a quien adoramos. Mucha de la música que invade las iglesias de hoy es una imitación del mundo. Hay muy poca diferencia entre la música que se escucha en la iglesia y la que se presenta en la televisión o en espectáculos mundanos, excepto que las palabras que se cantan son aparentemente “religiosas”, pero el espíritu que prolifera es el del mundo; la atracción es para la carne. Los que van a la iglesia, no se acercan al lugar de culto a adorar a Dios, sino que van a satisfacerse a sí mismos con lo que a ellos les gusta hacer de acuerdo a sus sensaciones y al deseo de su corazón, no de acuerdo a la enseñanza explicita que Dios ha dejado en su Voluntad revelada.
Si no hay sacrificios de alabanza, sino un tiempo compuesto por la diversión y el entretenimiento. Esto no es un culto de adoración según las Escrituras. Esto no tiene cabida en el Día Santo de adoración a Dios. Lo que es sagrado no debe de ser profanado y empleado como entretenimiento. Si la gente quiere divertirse, que se vayan a los lugares mundanos de diversión para que se entretengan; pero que no pretendan estar adorando al Dios Trino cuando en realidad están blasfemando su Santo Nombre. Que no pretendan estar en un culto ante la presencia de Dios, donde la diversión es lo que impera y la satisfacción egoísta y personal es lo que se persigue.
Cuando nos reunimos a adorar a Dios queremos dejar el mundo fuera, no queremos apelar a la carne sino a los sentidos espirituales; no queremos la sofisticación del mundo sino la sencillez de Cristo. ¡Queremos sentir en la adoración el temor de Dios en nuestros corazones! Queremos honrar a Dios y ser enseñados en toda verdad para vivir en este mundo sobria, justa y piadosamente.
Esta es nuestra iglesia. Esperamos que quienes se acercan a visitarnos o buscan una iglesia en la que integrarse, respeten nuestra doctrina, respeten la adoración que aquí se lleva a cabo, y traigan un espíritu enseñable que tiemble ante la Palabra de Dios.
Oramos sin cesar para que Dios levante muchas iglesias sobre la faz del mundo que deseen la misma enseñanza y que luchen por ellas. ¡Que Dios se agrade en visitar a su pueblo de nuevo con lluvias de bendiciones para que Él sea glorificado en y a través de Su Iglesia!
LAS DOCTRINAS DE LA GRACIA.
1-Depravación total
La depravación total declara que todos los hombres son corrompidos por la Caída en la medida en que el pecado penetra en toda la persona, dejándola en un estado por el cual ahora está por naturaleza espiritualmente muerta y en enemistad con Dios. Esto resulta en la esclavitud de la voluntad al pecado por la cual el pecador es moralmente incapaz de inclinarse a Dios, o de convertirse a sí mismo, o de ejercer la fe sin antes renacer espiritualmente por la obra soberana del Espíritu Santo(Salmo 51:5, Romanos 5:12, Colosenses 2:13, Juan 3:5-7).
2-Elección incondicional.
La elección incondicional se refiere a la obra soberana y misericordiosa de elección de Dios por la cual, desde toda la eternidad, Dios determina ejercer la gracia salvadora a un grupo particular de personas escogidas de entre la masa de la humanidad caída.Dios da esta gracia salvadora de acuerdo con el beneplácito de Su voluntad, y no de acuerdo con algunas acciones, respuestas o condiciones previstas que los hombres cumplen. La elección de Dios se basa puramente en Su gracia soberana y no en nada hecho por los seres humanos. Los elegidos son llevados al verdadero arrepentimiento y a la fe salvadora por la obra del Espíritu Santo. Los elegidos reciben la gracia salvadora especial de Dios. Los no elegidos reciben la gracia común, experimentan los beneficios comunes del sol y la lluvia, pero al final son pasados por alto, permanecen en su pecado y reciben la justicia de Dios (Deuteronomio 7:6,7; Romanos 8:28-30; Efesios 1:4; 1 Pedro 2:8,9; Juan 6:44; Mateo 5:45).
3-Expiación limitada
significa que, aunque el valor y el mérito de la expiación de Cristo son ilimitados y suficientes para salvar al mundo entero y se ofrecen a todos los que se arrepienten y creen, la eficacia de la expiación se aplica solo a los elegidos, y eso, por el diseño de Dios. Esto significa que en el plan eterno de salvación de Dios, la expiación fue diseñada para lograr la redención de los elegidos, y que el plan de redención de Dios no se ve frustrado por la negativa de los impenitentes a aprovecharse de sus beneficios. En este sentido, todos aquellos para quienes la expiación fue diseñada para salvar, serán salvos (2 Corintios 5:21; 1 Pedro 3:18; Gálatas 3:13; Juan 11).
4-Gracia irresistible
Se refiere a la gracia de la regeneración por la cual Dios llama eficazmente a sus elegidos interiormente, convirtiéndolos a sí mismo y vivificándolos de la muerte espiritual a la vida espiritual. La regeneración es la obra soberana e inmediata del Espíritu Santo, que actúa monergiísticamente. Esta gracia es operativa, no cooperativa, lo que significa que aquellos que son regenerados siempre vienen a la fe salvadora, ya que están dispuestos a venir a Cristo, a Quien ciertamente huyen y se aferran para su redención (Ezequiel 36:26-27; Romanos 8:30; Juan 3:3-8; Tito 3:5; Efesios 2:1-10).
5-La perseverancia de los santos
Significa que aquellos que son verdaderamente regenerados y verdaderamente llegan a la fe salvadora nunca perderán su salvación. Pueden caer en múltiples tentaciones y debilidad espiritual, incluso en pecado radical, pero nunca completa y definitivamente porque Dios, por su gracia, los preserva. La intercesión de Cristo por los elegidos es eficaz hasta la eternidad (Juan 3:16; Juan 10:27-30; Romanos 8:35-39; 1 Juan 5:13).
Nota: Parte de este estudio fue sacado de La Capilla de San Andrés en Sanford, Florida y por la Iglesia Bautista Reformada de Ituzaingo Argentina.
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