La Guerra más importante!
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¡La guerra más importante!
¡La guerra más importante!
Esta es la historia de un hombre poderoso, carismático, las personas lo quieren, es casado tiene varios hijos, con varias esposas, en esa época era permitido tener varias esposas. Tiene una vida agradable, pudo construir una casa a cada hijo. Aún recuerda cuando sus hijos eran pequeños y se reunían a comer todos en la misma mesa y platicar las historias de sus abuelos, salen las palomitas, refrescos. Les enseñó a usar el tirador, bueno el abuelo del tirador, la onda.
Por lo exterior todo parece bien, pero hay secretos que sus hijos han guardado, el padre no sabe todo lo que sus hijos han vivido, los sufrimientos que han pasado.
Ahora sus hijos son jóvenes adultos, están haciendo su camino en la sociedad, y saben que uno de ellos tomará la presidencia de la compañía cuando él se jubile.
Uno de sus hijos tiene un amigo, su mejor amigo, que no es de la realeza, pero es muy listo, muy inteligente, aunque hasta ahora ha usado esas habilidades para su provecho personal. Una tarde, el hijo le confiesa que está enamorado, que su crush es su media hermana.
Esta historia no es de la señorita Laura, o de la jueza de caso cerrado. Es la historia de los hijos de David el rey y de Absalón y Amnón. Sigamos con la historia.
Cuando el amigo se entera de eso, y con su astucia, le dice: eso no tiene nada de malo, amor es amor. Le dice un plan para que el hijo del rey pueda estar a solas con su media hermana.
“—Bien —dijo Jonadab—, te diré lo que tienes que hacer. Vuelve a la cama y finge que estás enfermo. Cuando tu padre venga a verte, pídele que le permita a Tamar venir y prepararte algo de comer. Dile que te hará sentir mejor si ella prepara los alimentos en tu presencia y te da de comer con sus propias manos.” (2º Samuel 13:5, NTV)
Se finge enfermo, su papá lo visita y su amor de padre no le permite ver que en realidad no está enfermo, sólo es una actuación, el hijo le miente y el padre cae en la mentira.
Ahí el hijo le dice, por favor que venga mi hermana a cuidarme, que me haga mi comida favorita, con eso seguro voy a sanar, el padre accede y da el permiso.
Estando a punto de comer ordena que todos salgan de ese lugar y se queda a solas con su hermana, le dice que lleve la comida al dormitorio. Ahí la quiere forzar, ella se niega y le dice, que no haga tal cosa, es mejor que le diga a su padre y él autorizará que se puedan casar, pero él ya no entiende razón.
Es de suponer que este hijo ya tenía malas costumbres, pues no es posible serlo de la noche a la mañana. Y la primera reflexión que quiero hacer es:
¿Quiénes son los mejores amigos de nuestros hijos?
Vivimos tiempos complicados. En escuela para padres, vimos que la edad más difícil para nuestros hijos es la adolescencia, porque el cerebro está teniendo cambios que llevarán a los hijos a preferir escuchar el consejo de los amigos, por encima del consejo de los padres.
No importa que digas: mi hijo es muy bien portado, es muy bueno. Es necesario estar atentos. Quizá alguno de nosotros descubrimos esto demasiado tarde y los hijos se han involucrado en acciones o decisiones que afectarán su vida.
El hijo del rey David no estuvo exento, y sufriría las consecuencias de manera dura y todo por el consejo de uno de sus amigos, quizá su mejor amigo.
El hermano de Tamar, se llama Absalón; se entera y en su corazón jura que se va a vengar y desde ese día no le dirigió la palabra a su medio hermano Amnón.
“Cuando el rey David se enteró de lo que había sucedido, se enojó mucho.” (2º Samuel 13:21, NTV)
El padre se entera y se enoja mucho, pero ¡no aplica disciplina! La corrección que seguía de acuerdo a las leyes era la muerte, era algo severo. Quizá por consideración a su hijo, no lo hizo, pero la Biblia no registra, que siquiera le haya llamado la atención o realizado algún tipo de disciplina.
2. ¡Qué tan firme somos para aplicar la disciplina!
La disciplina no es castigo, la disciplina es para que los hijos asocien la rebeldía con dolor, con consecuencias. Si una acción no se disciplina es como si se estimulara.
Ahora bien, la disciplina no es crueldad, no se trata de destrozar la vida del rebelde. Se trata de restaurarlo, de salvarlo.
El hecho que David no disciplinara a quien cometió esa barbaridad, lo llevó a un caos mayor.
Por 2 años los hermanos no se hablaron y el padre nunca se dio cuenta, creyó que todo seguía igual entre sus hijos. 2 años después, Absalón hermano de Tamar, organiza una fiesta, le dice a su papá que está invitado él y sus hermanos, el papá por sus muchas ocupaciones no puede ir, pero da el permiso. Tenía una ligera sospecha que hay algo raro en todo eso, porque Absalón insistió mucho que fuera su hermano Amnón. Y David sabe lo que Amnón hizo.
En esa fiesta Absalón da la orden a sus empleados de matar a Amnón.
Absalón quiso tomar el papel de juez, pero violó otra ley, otro mandamiento: Porque el mismo que dijo: no cometerás adulterio, también dijo: no matarás.
Después de esto, Absalón no tiene opción más que huir de su casa, su familia y ciudad. Teme que sus otros medio hermanos se quieran vengar y lo maten.
Para el pueblo David era ejemplo de guerrero, consejero, buen poeta, pero para Absalón, David era un hombre más, no era un padre.
En los muchos frentes que se nos presentan en la vida diaria, hay una guerra que bien vale la pena, y es por el bienestar espiritual de nuestros hijos. Esa guerra no le corresponde a nadie más, eres tú y soy yo como padre, tú como madre que va a pelear en lo espiritual por tus hijos.
La Biblia registra que Absalón era un joven muy guapo.
“Absalón era elogiado como el hombre más apuesto de todo Israel. De pies a cabeza era perfecto. Se cortaba el cabello una vez al año, y lo hacía sólo porque era muy pesado. ¡El peso de su cabello era de más de dos kilos!” (2º Samuel 14:25–26, NTV)
Qué triste que ese es el único elogio que hacen de él. Era guapo, pero no era maduro, temeroso de Dios. Perfecto por fuera, pero por dentro, una herida fue envenenando su mente, sin amor por su padre o sus hermanos.
Digo esto porque en su mente se incubó la idea de ocupar el lugar de su padre en el reino. Y para eso, hace un plan, sabe que aunque sea fingido y de apariencia, debe estar bien con David, para que el pueblo lo apoye.
Como estrategia hace lo siguiente:
“Cada mañana se levantaba temprano e iba a la puerta de la ciudad. Cuando la gente llevaba un caso al rey para que lo juzgara, Absalón le preguntaba de qué parte de Israel era, y la persona le mencionaba a qué tribu pertenecía. Entonces Absalón le decía: «Usted tiene muy buenos argumentos a su favor. ¡Es una pena que el rey no tenga disponible a nadie para que los escuche! Qué lástima que no soy el juez; si lo fuera, todos podrían traerme sus casos para que los juzgara, y yo les haría justicia».” (2º Samuel 15:2–4, NTV)
Hizo esto por 4 años, y se robó la simpatía del pueblo: este joven guapo, simpático, amable y guapo debería ser rey.
¿Dónde está David, dónde está el padre?
Absalón pide permiso para ir a Hebrón a ofrecer sacrificio a Dios. El golpe de estado está en proceso. Algunos soldados fieles a Absalón lo acompañan, paga a personas para que le vayan echando porras, mientras va a Hebrón.
Cuando David se entera, decide huir, pues sabe de lo que su hijo es capaz, el tiempo de la reconciliación ¡ha pasado! cruzan el río, van al desierto, en la región y en lo emocional.
¡Qué difícil es cuando un hijo, un esposo, esposa, hija, se va! En el camino se preguntaba ¿qué hice mal? ¿qué no vi?
El enemigo quiere llevarse a tu hijo, a tu familia. ¡Es tiempo de actuar!
David, que es experimentado en guerra, sabe que está en minoría y fuera de su territorio, pero su experiencia le permite idear una estrategia para evitar ser asesinado por su propio hijo. Deja unas personas en la ciudad para que espíen para él y le informen de los movimientos de su hijo.
Absalón quiere ser rey, pero no pueden haber 2 reyes al mismo tiempo,sus consejeros le dicen que vaya con todo su ejército para matar a su padre.
David se prepara para la guerra, sus amigos le piden que no vaya y se lo prohíben. Pero David tiene una petición:
“Entonces el rey les dio esta orden a Joab, a Abisai y a Itai: —Por consideración a mí, traten con bondad al joven Absalón. Y todas las tropas escucharon que el rey daba esta orden a sus comandantes.” (2º Samuel 18:5, NTV)
David organiza 3 contingentes, Joab, Abisai e Itai lideran cada grupo. Llegan a la llanura donde hay un bosque espeso. Aún con todo lo que ha sucedido, Dios no ha abandonado a David, cuida de él y de su ejército. En ese bosque muere la mayoría de los soldados de Absalón, y se va quedando sólo.
En la tienda de campaña de David, medita, sobre qué ha sucedido. ¿Por qué me distraje? Pero a partir de ahora será diferente, no dejaré que Absalón se aparte de Dios, irá conmigo a ofrecer ofrenda a Dios, le enseñaré a tocar el arpa, le mostraré mi colección de poemas, quizá le regale el escudo que me dio Jonatán. Iremos juntos a las reuniones, congresos.
En el campo de batalla, han muerto 20 mil soldados de Absalón y está desanimado. Piensa en escapar y esconderse en la ciudad, va montado en su mula, va a todo galope,escucha ruidos detrás de él, voltea la cabeza para cerciorarse, al volver la vista al frente una rama está demasiado cerca para esquivarla, hace lo posible y por poco se libra, pero sus cabellos quedan enredados entre las ramas, la mula sigue de largo, pero él queda colgando de los cabellos.
Un soldado de David lo observa y avisa al general Joab, éste va a asegurarse que es él y contra la orden del rey, decide matar al joven Absalón. Le clava 3 flechas en el pecho y sus soldados lo rematan. Lo bajan del árbol y lo entierran en un hoyo en el bosque y cubren el lugar con piedras. Absalón ha muerto. La guerra ha terminado.
En su tienda de campaña David sigue intranquilo, no ha escuchado noticias de la guerra. Cuando el centinela ve que alguien corriendo se aproxima, grita que abran paso, llega el hombre y le dice a David ¡hemos ganado la guerra! la gente grita de felicidad, brincan, lloran, se abrazan. David quieto sólo pregunta por su hijo Absalón. Le dicen que no sabe qué ha sido de él.
El centinela ve otro grupo que se acercan, el primero en llegar es un soldado etíope, corre muy rápido y le da las noticias. Esos detalles están en la Biblia, ¿no me creen?
“Enseguida el etíope llegó y le dijo: —Tengo buenas noticias para mi señor el rey. Hoy el Señor lo ha librado de todos los que se rebelaron en su contra.” (2º Samuel 18:31, NTV)
Más gritos, alegría, brincos, empiezan a cantar OE OE OE OE. David está desesperado, no sabe qué ha pasado con su hijo, de pronto grita ¡silencio! todo se callan, se puede oír el sonido del viento. ¿Cómo está mi hijo Absalón?
Finalmente el soldado, responde:
“—¿Qué me dices del joven Absalón? —preguntó el rey—. ¿Se encuentra bien? Y el etíope contestó: —¡Que todos sus enemigos, mi señor el rey, ahora y en el futuro, corran con la misma suerte de ese joven!” (2º Samuel 18:32, NTV)
En este momento de la historia, queda registrado uno de los momentos más profundos y de mayor emoción en todo el AT.
“Entonces el rey se sintió abrumado por la emoción. Subió a la habitación que estaba sobre la entrada y se echó a llorar. Y mientras subía, clamaba: «¡Oh, mi hijo Absalón! ¡Hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Si tan sólo yo hubiera muerto en tu lugar! ¡Oh Absalón, mi hijo, mi hijo!».” (2º Samuel 18:33, NTV)
Todo lo que pensó hacer bien ahora, los planes, los juegos juntos, ya no sería posible, porque su hijo ha muerto.
Todos los planes pueden caer en un momento. Absalón no regresa vivo del campo de batalla. Un padre daría la vida por su hijo.
Una lección desgarradora, porque todos podemos identificarnos con alguno de estos personajes.
David pudo haberse evitado este dolor tan grande. Así como tú y yo pudimos evitar ese dolor, esa herida.
A los que somos padres debe inspirarnos a tener cuidado del corazón de nuestros hijos. Es verdad, a veces la situación nos rebasa, no sabemos cómo hablar con los hijos, pero podemos hablar de los hijos con nuestro Padre Celestial, con nuestro Dios, ÉL, sólo ÉL puede guardar el corazón y la vida de nuestros hijos por completo.
A los hijos, nos dice que honremos a los padres, no son perfectos, pero son el medio que Dios nos ha dado para conocerle a ÉL.
El hijo muere tragicamente, el que está destinado a heredar todo, sería el próximo rey, el guapo, carismático, inteligente, pero usó todo eso para sabotearse a sí mismo. Usó como pretexto los errores del padre y dejo de ver sus propios errores, su propia responsabilidad. Por ver a quién culpar, dejó de ver su camino perdió la brújula. En su mente quizá creía que hacía lo correcto, pero la historia nos dice que en realidad se dirigía a la desgracia.
Hijos que ven con ojos de lupa los de sus padres y usan telescopio para ver los suyos propios. Dios nos da oportunidades de corregir.
A todos nos dice que lejos del Padre hay una selva donde el capitán es satanás y él quiere matar, robar y destruir. Por eso, si estás aquí, debes pelear por lo mejor que tienes en la vida. Tu relación familiar, tu pareja, esposo, esposa, hijos, padres.
Aquí podemos terminar la historia, pero quedaría inconclusa, con un mal sabor de boca.
En Juan 11 leemos que un amigo de Jesús llamado Lázaro ha muerto, al llegar a su casa, las hermanas le dicen a Jesús que si ÉL hubiera estado ahí, esto no habría pasado.
Es otra escena emotiva en el NT, Jesús llora por su amigo y después clama a gran voz ¡Lázaro, sal fuera! y Lázaro resucita, el muerto vuelve a vivir.
Es verdad, si Jesús hubiera estado en el centro de nuestras vidas, muchas cosas pudieron evitarse. Quizá pienses que es demasiado tarde para ser feliz, para cumplir tu sueño, la promesa de Dios para ti, o para recuperar a tus hijos, esposo o esposa. No importa si tienes tiempo sin ver a tus hijos, o que ya esté en el campo de batalla a punto de morir, sí vienes a Jesús, ÉL lo puede levantar.
Aunque pienses que esa relación está muerta, que ese futuro no será posible, que ese negocio ha quebrado, Jesús lo puede traer a vida.
Quizá tus hijos están pequeños o en casa ¡no pierdas tiempo! Deja el teléfono, habla con ellos, pregunta por sus amigos.Pide perdón si es necesario, no los dejes ir. No se conviertan en desconocidos en la propia casa.
Tal vez pienses que ya es demasiado tarde, la relación ha terminado, el negocio ha quebrado.
El sólo hecho de estar aquí nos da esperanza. No tienes que llorar como David, pero debes empezar a involucrar a Dios en todas las áreas de tu vida hoy.
La familia, tu familia, tus hijos, hijas, estarán temporalmente a tu cuidado, vale la pena cuidar de sus corazones.
Si hay heridas del pasado, en el corazón o el cuerpo. Dios tiene el poder de sanar y restaurar.
Quizá como hijo guardas las heridas hecha por tus padres. Tal vez es tu esposo o esposa quién te lastimó recientemente. Un familiar sacó ventaja de una situación; para todos esos casos, la única solución es ¡perdona!
Y una vez que has perdonado, así como María y Marta, cree que Dios tiene el poder para resucitar eso que ha muerto, ese matrimonio, esa confianza, esa relación padre/hijo, hijo/padre.
A ese sueño que ha quedado en el olvido, Dios le dice ¡SAL FUERA!
A ese deseo de dejar legado ¡SAL FUERA!
A esa familia unida y amorosa que ha quedado sepultada por el dolor y fracaso ¡SAL FUERA!
A pelear por la promesa de un hijo ¡SAL FUERA!
Veremos milagros, porque hemos creído en Dios que puede levantar aún de la misma muerte.
Palabra de Dios
PADRES, VARONES, QUE DESEEN PELEAR O PREPARARSE PARA LA BATALLA. VARONES HERIDOS POR ALGUIEN O POR EL PECADO. PONGANSE DE PIE. YO EL,PRIMERO.
SI LOS VARONES NO TOMAMOS EL LUGAR QUE CORRESPONDE. NADIE MÁS VA A PELEAR POR TU PROPIA VIDA, NADIE MAS VA A PELEAR POR TU ESPOSA, PAREJA, HIJOS, HIJAS.
ME VAN A ENVIAR UN WHATS LOS QUE DESEEN FORMAR UN FRENTE DE GUERRA.
EMPEZAMOS MAÑANA A LAS 6 AM. NOS UNIREMOS EN ORACIÓN POR WHATS.
Oremos