4. El Libro del Génesis: La separación de tierra y mares y la creación del 2do y tercer reino
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Introducción
Introducción
El hermoso y sorprendente orden en el que Dios creó las cosas y la ingratitud humana al no reconocer las obras del creador.
Resumen del sermón anterior
Resumen del sermón anterior
Segunda orden del creador
Dios separa las aguas de las aguas
La creación del primer reino de criaturas como réplica de los cielos superiores
Exposición Bíblica doctrinal
Exposición Bíblica doctrinal
9 Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. 10 Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. 11 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. 12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. 13 Y fue la tarde y la mañana el día tercero.
Este pasaje nos enseña principalmente:
Las 2 obras del 3er día de la creación, a saber, separación y creación del reino vegetal.
Dios es el autor del movimiento de las aguas y de la sequedad de la tierra.
Dios crea y sostiene el reino vegetal por su sola Palabra.
Las 2 obras del 3er día de la creación, a saber, separación y creación del reino vegetal.
Las 2 obras del 3er día de la creación, a saber, separación y creación del reino vegetal.
9 Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. 10 Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. 11 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. 12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. 13 Y fue la tarde y la mañana el día tercero.
El Señor por medio de su Palabra continua ordenando su creación, enbelleciéndola con ornamentos.
En este día se prepara el ambiente para que las criaturas puedan habitar y también alimentarse de la mano de Dios.
En este día se crea el 2do y 3er reino, donde las criaturas terrestres y acuáticas reinarán cuando sean creadas. Acá continuamos viendo el modelo de réplica de los cielos superiores en la creación inferior por medio de los reinos y reinantes y la belleza de las cosas creadas.
Dios es el autor del movimiento de las aguas y de la sequedad de la tierra.
Dios es el autor del movimiento de las aguas y de la sequedad de la tierra.
Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.
El Señor dijo juntense las aguas y así lo hicieron, es una exhortación a nosotros que las cosas inanimadas sean más obedientes que aquellos que hemos sido dotados de un intelecto. Las aguas también odebedecieron en otras ocasiones, por ejemplo, El mar rojo.
El Señor por medio de su Palabra hace que el agua fluya por primera vez, recalcando así que el agua no tenía como propiedad original el movimiento. Es solo por el poder de Dios que las aguas de vida corren o fluyen en el corazón del creyente. También podriamos decir que es la primera vez que las leyes físicas creadas y sustentadas por Dios comienzan a ejercer su tarea.
Las aguas escuchan lo que Dios ha ordenado y la palabra de Dios es la que hace la naturaleza.
Cristo siendo cosustancial con el Padre, calmó las aguas a su sola palabra. El que movió las aguas el 3er día, es el únio capaz de calmar un mar a su sola palabra.
El agua fluye y no se desborda, todas las aguar vuelven al mar y no se llena porque Dios ha fijado sus límites. Ecl1.7, Job38.10-11, Jer5.22. Siendo el soberano Dios quien fijó los límites del mar y puesto la arena del mar como una muestra de su misericordia, temamos al gran Dios que puede unir todos los mares sobre la tierra por su sola palabra, así como en el diluvio.
El hombre con la labor de sus manos construyó el canal de panamá para unir las aguas del atlántico y del pacífico, pero el Señor con su sola palabra descubrió lo seco de todo el globo terraqueo. Asombrémonos de su poder.
Las escrituras nos dice que el Señor descubrió lo seco y no así la tierra, esto para darnos a entender que no era barro sino una especie de tierra seca preparada para el cultivo, además, la tierra se secó no por el sol, sino por la Palabra de Dios. Salmo 95:5 “5 Suyo también el mar, pues él lo hizo; Y sus manos formaron la tierra seca.”
Es el tercer día de la creación y aun no hay sol, pero sí la luz. Esto es porque “no creamos que el sol es un dios, ya que los dones de Dios le precedieron, como en este caso, las plantas.
La tierra fue fecunda sin los rayos del sol, sino por la Palabra de Dios y por medio de la luz que creó.
Toda creación del Señor es buena, es el pecado del hombre que perturba la perfección de la creación. Rom8.20-22.
Dios crea y sostiene el reino vegetal por su sola Palabra.
Dios crea y sostiene el reino vegetal por su sola Palabra.
Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. 12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. 13 Y fue la tarde y la mañana el día tercero.
En la palabra del Señor se mencionan tres grandes clases plantas, esto es,
deshe’, que son plantas sin flores que no fructifican entre sí de la manera habitual; (yuca)
’esebh, consistiendo en vegetales y granos que producen semillas; (arvejas)
y ’ets peri o árboles frutales, llevando fruto conforme a su especie. (manzana)
Aquí debería notarse lo siguiente:
(1) Que, cuando Dios dijo, «Produzca la tierra hierba verde», etc., no fue equivalente a decir: Que la materia inorgánica desarrolle por su propia fuerza inherente vida vegetal. Fue una palabra de poder por la cual Dios implantó el principio de la vida en la tierra y así permitió que diera césped, hierbas y árboles. Que esta fue una palabra creativa es evidente al considerar Génesis 2:9. La pachamama no es nada en sí misma, la tierra por sí sola no trae vida.
(2) Que la declaración, «Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género» (v. 12), favorece distintivamente la idea de que diferentes especies de plantas fueron creadas por Dios, y no se desarrollaron unas a partir de las otras. Cada una dio semillas conforme a su especie y por lo tanto solo pudo reproducir su especie. La doctrina de la evolución, desde luego, es negativa en cuanto a ambas afirmaciones; pero debería tenerse en cuenta que tanto la generación espontánea como el desarrollo de unas especies a partir de otras son suposiciones no probadas y ahora en gran medida desacreditadas.
El Señor prevee la alimentación de las criaturas que creará en los próximos días. Desde que el Señor manda a las plantas a existir, estas continúan reproduciéndose por el poder sustentador de su creador.
Cristo nuestro Señor usó ilustraciones del ciclo de las plantas para enseñarnos nuestra naturaleza tanto física como espiritual.
Física: 1 Pedro 1:24–25 “24 Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; 25 Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.”
Espiritual: Lc8.11-15.
Asombrémonos amados hermanos de la belleza de las plantas que nuestro Dios creó
Por tanto, ¿para qué describir las violetas del color de la púrpura, los blancos lirios, las rosas bermejas, los campos teñidos de flores de color del oro, o variopintas, o del color del azafrán, en las que no se sabe si deleitan más su aspecto o su perfume91? Los ojos se recrean en este agradable espectáculo, a lo largo y a lo ancho se extiende un perfume cuyo aroma nos envuelve. Por eso dice el Señor con razón: Salmo 49:11 “11 Su íntimo pensamiento es que sus casas serán eternas, Y sus habitaciones para generación y generación; Dan sus nombres a sus tierras.”
Está con Él, puesto que Él la ha formado; pues, ¿qué otro artista sería capaz de imprimir tanta belleza a las diferentes criaturas?
Contemplad los lirios del campo Mateo 6:28 “28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;” , cuán grande es la blancura de sus pétalos, cómo sus hojas, entrelazadas entre sí se levantan de arriba a abajo, como si adoptaran la forma de un cáliz de modo que en su interior resplandezca cierto reflejo dorado que, protegido alrededor por la muralla de la flor, no está expuesto a ningún peligro.
Si alguien arrancara esta flor y separara sus pétalos, ¿qué mano sublime de artista sería capaz de reproducir la belleza del lirio? ¿Quién es tan buen imitador de la naturaleza que presuma de reconstruir esta flor a la que el Señor prestó un aprecio hasta el punto de decir: Ni Salomón en toda su gloria se vestía como uno de éstos? Mateo 6:29 “29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.” . Un rey riquísimo y sapientísimo es tenido por inferior a la belleza de esta flor.
¿Para qué enumerar los jugos curativos de las hierbas? ¿Para qué, las medicinas extraídas de los tallos y las hojas? El ciervo enfermo mastica las ramas del olivo y sana. También las langostas se liberan de sus dolencias, royendo hojas de olivo. Hojas de espino arrojadas a una serpiente, la matan. Los mosquitos no te tocarán, si cueces la hierba del ajenjo con aceite y te untas con ella
— Ambrosio de Milán
Aún las plantas venenosas o nocivas fueron creadas para su uso adeacuado en las criaturas.
RUDA, ALIVIO PARA GOLPES Y CONTUSIONES
La ruda (Ruta angustifolia) es un arbusto de tallo leñoso y hojas verde claro que contiene glándulas aromáticas. Posee un sabor ligeramente picante.
CUÁNDO CONVIENE:
Presenta un efecto antiespasmódico, antiinflamatorio, analgésico local, tónico venoso y emenagogo. Ha tenido muchas aplicaciones, pero actualmente se suele administrar por vía tópica en afecciones venosas (varices o hemorroides), golpes, hematomas, dolores osteoarticulares, impurezas de la piel (eccemas) y picaduras de insectos.
CÓMO SE APLICA:
La infusión de la planta seca es útil para lavados o compresas empapadas, aplicadas sobre el área afectada. Se emplean las sumidades floridas.
También se emplea en masajes suaves macerada en alcohol y asociada con otras plantas como el tomillo, el romero y el árnica.
PRECAUCIONES:
La ruda, cuyo aceite esencial contiene furocumarinas, rutósido, alcaloides y taninos, se utilizaba como emenagoga, pues induce la menstruación, pero se comporta asimismo como abortiva.
Dosis altas ingeridas por vía oral pueden provocar mareos, vómitos y diarreas y se han descrito afectaciones del sistema nervioso. No se recomienda su uso más que por vía externa. Aun así, existen algunos casos de irritación por contacto directo en personas sensibles y alérgicas y episodios de fotosensibilización.
Aplicaciones finales
Aplicaciones finales
Aprendamos y apliquemos aún mas el caracter ordenado y previsor del creador en nuestras vidas, sepamos cómo ordenar y preveer las cosas para nuestro cuerpo y alma. ¿Eres consciente de ser ordenado y previsor para tu cuerpo y alma)
Medita en la misericordia del Señor de permitirnos vivir reposadamente en tierra firme, como así en los juicios del Señor cuando el agua innunda la tierra.
La próxima vez que veas las plantas en cualquier de sus clases, medita que existieron no porque la tierra por sí misma las produjo sino porque Dios por el poder de su Palabra lo trajo a la existencia. ¿Cómo observas las plantas?
Finalmente, Oh que el Señor nos ayude a observar por la fe la hermosura de Cristo como la rosa de Sarón.
1 Yo soy la rosa de Sarón, Y el lirio de los valles. 2 Como el lirio entre los espinos, Así es mi amiga entre las doncellas. 3 Como el manzano entre los árboles silvestres, Así es mi amado entre los jóvenes; Bajo la sombra del deseado me senté, Y su fruto fue dulce a mi paladar.