La Historia desde Edén hasta Jerusalen
Teologia Bíblica • Sermon • Submitted • Presented
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El Edén
El Edén
«El plan original de Dios es que toda la tierra se convierta en una ciudad-templo llena de personas que tienen un estatus santo o sacerdotal.
Trágicamente, las acciones de Adán y Eva ponen en peligro el cumplimiento de este proyecto. A pesar de ello, Dios en su gracia y misericordia se embarca en un largo proceso diseñado para revertir este fracaso y llevar a término su plan de la creación.»
El Tabernáculo
El Tabernáculo
En Génesis 12, inmediatamente después del evento de Babel, Dios buscó a Abraham. Leyendo entendemos que a través de las promesas de Abraham, Isaac y Jacob es puesto en marcha una vez más que Dios more en la tierra. A través de los patriarcas, Dios tiene comunión con ellos por medio de lugares de pequeños sacrificios o santuarios. Dos ejemplos de esto incluyen el monte Moriah en Génesis 22 (ver 1 Crónicas 3:1) y Betel en Génesis 28.
En Éxodo 19 Dios establece un pacto con Israel. Él los llama un «reino de sacerdotes y una nación santa.» Ellos debían ser sacerdotes-reyes que cumplan el propósito que Dios tenía para Adán y Eva, ¿pero cómo Dios iba a morar en medio de su pueblo?
El último salón era el santuario interno donde estaba colocada el arca del pacto. Esta caja rectangular tenía una doble función, como estrado de un trono y como cofre. Como estrado de un trono, el arca del pacto extiende el trono celestial hasta la tierra; aquí es donde los pies del rey divino tocan la tierra.
El templo de Jerusalén
El templo de Jerusalén
Es Salomón, el hijo de David, quien finalmente construye el templo. 1 Reyes 8:10-11, describe la dedicación del templo terminado y es usado el mismo lenguaje de la gloria de Dios llenando el templo que vemos anteriormente en Éxodo. Esto significa que el templo de Jerusalén ahora ha reemplazado el tabernáculo.
10 Y cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa de Jehová.
11 Y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová.
13 Porque Jehová ha elegido a Sion; La quiso por habitación para sí.
68 Sino que escogió la tribu de Judá, El monte de Sion, al cual amó.
Durante 400 años, a través de reyes justos y malvados el templo de Jerusalén sobrevivió. Finalmente, la acumulación de fracasos de los reyes y ciudadanos de Jerusalén dieron lugar a la destrucción del templo y la destrucción de la ciudad por parte de los babilonios. Isaías 1 destaca la gran discrepancia existente entre lo que el pueblo de Dios debía ser como ciudad-templo santo y justo y lo que realmente eran. Pero las profecías de Isaías cambiaron de la ciudad histórica de Jerusalén a la Nueva Jerusalén del futuro. Y en Isaías 2 esta transformación futura es anticipada. En Isaías 65 vemos visiones de una ciudad futura transformada.
Jesús
Jesús
Vemos al inicio del capítulo del evangelio de Juan, que Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros, o se hizo tabernáculo entre nosotros en la persona de Jesús. Jesús es el templo hacia el cual todo los templos anteriores apuntan y anticiparon.
14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
(ver 2 Samuel 7:12-14; Zacarías 6:12-13). Jesús expresó que ahora el perdón de pecados viene a través de Él y no más a través del sistema de sacrificios del templo. Esto sugiere que Él estaba asumiendo la función del templo porque en Juan 2:13-17 el templo no estaba cumpliendo su propósito porque era un mercado. Él muchas veces se refiere a sí mismo como la piedra angular del templo (Marcos 12:10; Mateo 21:42; Lucas 20:17). Jesús también le dijo a los líderes judíos en Juan 2:18-21 que Él era el templo. [Menciona la destrucción; Lucas 21].
La Nueva Jerusalén
La Nueva Jerusalén
El apóstol Juan tiene una visión de lo que vendrá en Apocalipsis. Él ve que vendrá un tiempo cuando todo lo que es malvado e impuro será removido de esta tierra.
1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.