Vine a traer espada
Segundo Sermón de Jesús en Mateo • Sermon • Submitted • Presented
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· 84 viewsJesús llama a los 12 apóstoles, y los envía a predicar a "las ovejas perdidas de la casa de Israel" y los instruye y les invita a confiar el Él para la misión, asimismo les advierte de la oposición que tendrán y que incluso sufrirán a manos de ellos, pero deben confiar en el Señor quien con Su Espíritu Santo los ayudará en esa tribulación.
Notes
Transcript
Lectura Bíblica:
Lectura Bíblica:
49 »Yo he venido para echar fuego sobre la tierra, y ¡cómo quisiera que ya estuviera encendido!
50 »Pero de un bautismo tengo que ser bautizado, y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!
51 »¿Piensan que vine a dar paz en la tierra? No, les digo, sino más bien división.
52 »Porque desde ahora en adelante, cinco en una casa estarán divididos; tres contra dos y dos contra tres.
53 »Estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra».
Vine a traer espada
Vine a traer espada
34 »No piensen que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz, sino espada.
35 »Porque vine a poner al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra;
36 y los enemigos del hombre serán los de su misma casa.
Introducción:
Introducción:
En otros pasajes, el Señor Jesús hace referencia a un dicho paradójico, por una parte les dice lo que piensan, pero les responde inmediatamente con algo diferente a lo que piensan; como por ejemplo:
9 y no piensen que pueden decirse a sí mismos: “Tenemos a Abraham por padre”, porque les digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras.
En este verso, lo fariseos están confiados en esta condición de ser herederos genéticamente de Abraham, y Jesús les derrumba su confianza en la carne, para dar una enseñanza sobre Dios, y los hijos de Abraham.
17 »No piensen que he venido para poner fin a la ley o a los profetas; no he venido para poner fin, sino para cumplir.
En este otro pasaje, el Señor Jesús menciona sobre la Ley y los profetas, que al ver el comportamiento de Jesús, sus adversarios pensaron que definitivamente estaba en contra de la Ley y que quería derrocar el sistema legal de los religiosos.
45 »No piensen que Yo los acusaré delante del Padre; el que los acusa es Moisés, en quien ustedes han puesto su esperanza.
Otro dicho paradójico fue este, donde los religiosos pensaban que Jesús iba a ser una especie de “fiscal” delante de Dios para señalar los pecados de las personas, pero no tiene que hacerlo, pues la Ley es muy clara y ya los ha condenado desde el principio.
El Señor busca generar en los oyentes una actitud de sorpresa por lo que está a punto de expresar. Alfred Edersheim comenta:
Comentario Bíblico Histórico A los discípulos
respecto a ciertas pruebas necesarias relativas a llevar «el fuego» que Cristo había echado sobre la tierra, a saber, el quemar los lazos más íntimos de asociación y de parentesco (Lc. 12:51–53).
I. Jesús, el Príncipe de Paz
I. Jesús, el Príncipe de Paz
El Señor es conocido por la profecía de Isaías en Is 9.6
6 Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos ha sido dado, Y la soberanía reposará sobre Sus hombros. Y se llamará Su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
14 «Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace».
Esta era una expectativa para todos los que esperaban al Mesías, lo esperaban para que cumpliera todas las promesas de paz, bendición y prosperidad que el Señor extendió a Su pueblo por medio de los profetas. Como en Ez 37.26
26 ’Haré con ellos un pacto de paz; será un pacto eterno con ellos. Y los estableceré, los multiplicaré y pondré Mi santuario en medio de ellos para siempre.
Y en efecto el Mesías vino a efectuar la Paz y la Reconciliación entre Dios y los pecadores. Col 1.20
20 y por medio de Él reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de Su cruz, por medio de Él, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos.
Recuerdo que compartí en un mensaje una historia sobre la tradición del pueblo Sawi, en Nueva Guinea, acerca de que las tribus buscaban llegar a un acuerdo de paz por medio de entregar “el hijo de paz” y mientras él viviera, los pueblos iban a estar en paz, sin guerra.
Implica un sacrificio del padre de una tribu y un compromiso de parte de la otra tribu. Pero, ahora me pregunto, ¿y si ese hijo muere? o ¿en la tribu donde ahora está lo matan? Creo que en ese momento se desata la guerra de nuevo y con más furia.
Incluso, creo que deben tener una cláusula donde se debe ejecutar un juicio por haber roto el tratado de paz.
La espada y el juicio, tienen mucho en común en la Biblia, y se asocian constantemente. Creo que aplica un poco a lo que estamos viendo en este pasaje, porque el “Hijo de Dios” que a su vez, es este “Hijo de paz” vino a morir, vino a ser enjuiciado por Dios para llevar sobre Sí mismo el castigo por todos los pecados de los hombres.
Como señala el pasaje paralelo, en Lucas 12.49-50
49 »Yo he venido para echar fuego sobre la tierra, y ¡cómo quisiera que ya estuviera encendido!
50 »Pero de un bautismo tengo que ser bautizado, y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!
Por un lado, el Señor ansía el día en que el Juicio venga con fuego y con la Santa y Justa Ira de Dios sobre los que le han rechazado y despreciado, pero antes, tiene que cumplir con una misión (un bautismo) - Su muerte en la cruz, y eso lo angustia, porque sabe que ese mismo Juicio que ansía, es el que vendrá sobre Él.
Vemos, entonces, la referencia al Juicio que en efecto condena a todos los que no aceptan al “Hijo de Dios” al “Príncipe de Paz”. Como en la parábola de “Los Labradores Malvados” en Lucas 20.9-16
9 Entonces comenzó a contar al pueblo esta parábola: «Un hombre plantó una viña, y la arrendó a labradores, y se fue de viaje por mucho tiempo.
10 »Al tiempo de la vendimia envió un siervo a los labradores para que le dieran parte del fruto de la viña; pero los labradores, después de golpearlo, lo enviaron con las manos vacías.
11 »Volvió a enviar otro siervo; y ellos también a este, después de golpearlo y ultrajarlo, lo enviaron con las manos vacías.
12 »Después envió un tercero; y a este también lo hirieron y echaron fuera.
13 »Entonces el dueño de la viña dijo: “¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá a él lo respetarán”.
14 »Pero cuando los labradores lo vieron, razonaron entre sí, diciendo: “Este es el heredero; vamos a matarlo para que la heredad sea nuestra”.
15 »Y arrojándolo fuera de la viña, lo mataron. Por tanto, ¿qué les hará el dueño de la viña?
16 »Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará la viña a otros». Y cuando ellos oyeron esto, dijeron: «¡Nunca suceda tal cosa!».
a) Contexto de la espada:
a) Contexto de la espada:
34 »No piensen que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz, sino espada.
La paz se asocia con la Bendición de Dios, la prosperidad en todo sentido, no solo la ausencia de conflictos, sino incluso la salvación por la eternidad.
Al decir Jesús que no venía a traer paz, algunos quizás se puedan confundir y pensar que es contradictorio, pero debemos analizarlo en el contexto.
En este pasaje el Señor está hablando del “costo que implica para el discípulo seguir al maestro y acudir a la obra”
Esta encomienda implica, como ya hemos visto, rechazo, (Mt 10.14) maltrato, juicios, azotes. (Mt 10.17-18) traición y muerte (Mt 10.21) odio (Mt 10.22) persecución (Mt 10.23) Blasfemias (Mt 10.25) temor (Mt 10.28).
Por tanto, el contexto indica que la Paz proclamada por Cristo, acerca de la salvación eterna, implica perderlo todo aquí en la tierra, pues no tendremos tregua al vivir en el territorio del príncipe de los demonios.
Como cita en Ap. 2.12-13
12 «Escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: “El que tiene la espada aguda de dos filos, dice esto:
13 ‘Yo sé dónde moras: donde está el trono de Satanás. Guardas fielmente Mi nombre y no has negado Mi fe, aun en los días de Antipas, Mi testigo, Mi siervo fiel, que fue muerto entre ustedes, donde mora Satanás.
El creyente va a tener una continua guerra por todas partes, pues si bien estamos “de paso” en este mundo, no lo es como “turistas” sino como un “ejército invasor que quiere que el Rey venga a establecer Su trono.”
Cuando el Señor habla de “la espada” se está refiriendo a una guerra, o a muerte segura.
Cuando Herodes comenzó a perseguir a los discípulos, a Jacobo y Pedro, se dice en Hech 12.2 que:
2 Hizo matar a espada a Jacobo, el hermano de Juan.
El peligro que describe Pablo en Romanos 8.35
35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
Claramente hace la referencia a la muerte por ejecución o en un enfrentamiento con alguien que saca “su arma” y los ejecuta.
En Hebreos 11.37
37 Fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos a espada. Anduvieron de aquí para allá cubiertos con pieles de ovejas y de cabras; destituidos, afligidos, maltratados
Se menciona lo que tuvieron que sufrir los mártires y héroes de la fe, y que les espera también a aquellos que quieren seguir los pasos de Cristo.
Por otra parte, la misma expresión se puede ver en uno de los jinetes del apocalipsis. En Ap 6.4
4 Entonces salió otro caballo, rojo. Al que estaba montado en él se le concedió quitar la paz de la tierra y que los hombres se mataran unos a otros; y se le dio una gran espada.
Y Ap. 6.8
8 Y miré, y había un caballo amarillento. El que estaba montado en él se llamaba Muerte, y el Hades lo seguía. Y se les dio autoridad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con pestilencia y con las fieras de la tierra.
Se mencionan 2 caballos, uno rojo y otro amarillo con espadas porque les fue concedida la capacidad para “matar” y quitar la paz en la tierra.
MacArthur, J. (2016) Lucas. Traducido por R. Acosta. Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz (Comentario MacArthur del Nuevo Testamento), pp. 801–802.
El pueblo judío conocía las predicciones del Antiguo Testamento acerca del ardiente juicio de Dios, pero creían que solo caería sobre los gentiles. Nunca esperaron que, en la venida del Mesías, el juicio cayera sobre ellos. Sin embargo, Jesús vino para salvar solo a los pecadores que se arrepienten y creen, y para juzgar a quienes se niegan a hacerlo, sean judíos o gentiles. Por tanto declaró: “Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados” (Jn. 9:39; cp. 5:22–30). Así como el fuego no solo consume lo que es combustible, sino que también purifica lo que no lo es, el evangelio es un fuego que o purga o castiga. A quienes creen, los purga; a quienes lo rechazan, los consume (Jn. 3:18). Es “a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida” (2 Co. 2:16).
II. Jesús, trae Espada, Fuego y División
II. Jesús, trae Espada, Fuego y División
El mensaje de salvación trae división. Divide a la humanidad en solo 2 tipos de personas, los que creen y los que no, los que se salvan y los que están condenados.
Y el Señor pone ejemplos:
52 »Porque desde ahora en adelante, cinco en una casa estarán divididos; tres contra dos y dos contra tres.
53 »Estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra».
Están divididos no por su mal carácter o sus malas costumbres, sino por el Evangelio de Salvación por la Gracia de Dios.
La persecución comienza desde la casa...
El Señor ya describió el grado de maltrato y odio que habrá en una misma familia, en Mateo 10.21
21 »El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte.
Pero al mismo tiempo, el Señor compensará a los familiares y bienes perdidos con creces en la salvación. (Mateo 19.29)
29 »Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos o tierras por Mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.
Hendriksen, W. (2002) Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelio Según San Lucas. Grand Rapids, MI: Libros Desafío, p. 655.
Además, habrá amargos opositores. Aquí “en la tierra”, es decir, durante la presente dispensación, los seguidores de Cristo deben esperar la división. Es así como se hará evidente quién está de parte del Señor y quién no. Es así como serán “revelados los pensamientos de muchos corazones” (Jos. 5:13, 14; Mt. 21:44; Lc. 2:34, 35; 20:18). La entrada de Cristo a este mundo divide en dos, separa, parte en pedazos y al hacerlo así, vuelve una persona contra la otra. La fe no solamente crea división entre una raza y otra, un pueblo y otro, una iglesia y otra; produce división aun en la familia, en realidad, a veces la más aguda de las divisiones. En esta conexión, Lucas aquí menciona a “cinco” miembros de la familia que viven todos bajo un mismo techo: padre, madre, hija soltera, hijo casado y su esposa (la nuera de los padres). Debido a la relación que estos diversos miembros asumen hacia Cristo, se produce una intensa fricción entre ellos: “tres contra dos y dos contra tres”.
No nos desanimemos, y recordemos que los ataques de Satanás son para buscar nuestras áreas más débiles, en este caso, la gente que más amamos, a veces parece estar en nuestra contra y eso nos lastima, nos frena, o incluso nos desacredita para servir al Señor.
Recordemos que Caín y Abel eran hermanos.
Esaú quiso matar a Jacob.
Aarón, hermano de Moisés fue quien hizo el becerro de oro.
Aarón y María murmuraron contra Moisés.
Absalón, hijo de David, mató a uno de sus hermanos y quiso matar a su padre para ser rey.
al mismo Hijo de Dios, que ni aun sus hermanos creían en Él. Jn 7.3-7
3 Por eso los hermanos de Jesús le dijeron: «Sal de aquí, y vete a Judea para que también Tus discípulos vean las obras que Tú haces.
4 »Porque nadie hace nada en secreto cuando procura ser conocido en público. Si haces estas cosas, muéstrate al mundo»
5 Porque ni aun Sus hermanos creían en Él.
6 Entonces Jesús les dijo*: «Mi tiempo aún no ha llegado, pero el tiempo de ustedes es siempre oportuno.
7 »El mundo no puede odiarlos a ustedes, pero me odia a Mí, porque Yo doy testimonio de él, que sus acciones son malas.
Bendiciones.