La Luz debe Alumbrar

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Introducción

Hace un año decidimos cambiar todos los focos de la casa.
Los focos que teníamos daban un tono de luz cálida (más amarilla).
La ventaja de este tono de luz es que crea un ambiente más acogedor, más relajado, pero personalmente no me gusta porque no ilumina lo suficiente para poder leer, ver, o escribir.
Por tanto, cambiamos todos los focos a una luz más fría, con tono azul.
Esta luz ilumina todo.
Lo ayuda a mantenerse alerta, despierto, y puede concentrarse.
Al fin y al cabo, si vamos a tener luz en casa, es para poder mirar.
Uno enciende una luz para poder iluminar, para poder alumbrar, para tener claridad.
El Señor Jesús, en nuestra lectura, se enfoca en el concepto de luz, la necesidad de tener una luz encendida a la vista de todos. Hoy veremos:
La luz debe alumbrar
Al que tiene, más se le dará
Al que no tiene, lo poco que tiene se le quitará

I. La luz debe alumbrar

Jesús acaba de hablar de la parábola de los cuatro terrenos.
Esto lo estudiamos la semana pasada.
La mayoría de la gente se refiere a esta parábola como “la parábola del sembrador”.
Pero, tal vez sería mejor llamarla “la parábola de los cuatro terrenos”.
¿Cuál fue la lección de esa parábola?
Jesús enseñó que la semilla de la palabra da fruto solamente cuando cae en buena tierra, es decir, un corazón dispuesto, abierto a la voz de Dios, un corazón sensible al llamado divino.
Pero, también aprendimos que todos los seres humanos son terrenos estériles, tierra mala, llena de piedras/de maleza, dónde no puede producir fruto la semilla de la palabra de Dios.
Para esto necesitamos un milagro.
Dios tiene que venir a trabajar en la vida del hombre quitando las piedras, quitando la maleza, preparando la tierra para que al sembrar su palabra, la semilla pueda germinar y con el tiempo ha de producir fruto para la gloria de Dios.
Y ahora Jesús continúa con otra parábola que tiene mucho que ver con lo que acaba de enseñar.
Marcos 4:21–22 NBLA
También Jesús les decía: «¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de una vasija o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? »Porque nada hay oculto, si no es para que sea manifestado; ni nada ha estado en secreto, sino para que salga a la luz.
En el mundo antiguo se usaban pequeña lámparas de aceite.
No tenían acceso a la luz eléctrica.
Así que para poder alumbrar sus hogares, lo debían hacer usando unas pequeñas lamparas de barro, llenas con aceite, y una pequeña mecha.
Todos los que escuchaban a Jesús tenían más de una lampara en sus casas.
…Jesús dice algo tan obvio, tan lleno de sentido común.
Cuando uno enciende una lampara no es para ponerle encima una vasija de barro.
Esa vasija va cubrir la luz.
Va a apagar la luz que se acaba de encender.
Mucho menos se pondría de bajo de la cama.
Una luz encendida debe ser puesta en lo alto, a la vista de todos, sobre el candelero para que pueda alumbrar el cuarto entero.
Si la luz no se pone sobre el candelero, entonces no va a cumplir su propósito, que es alumbrar en medio de la oscuridad.
¿Pero de que luz está hablando Jesús?
Para poder entender cual es la luz de la que habla Jesús es importante entender el versículo 22.
Marcos 4:22 NBLA
»Porque nada hay oculto, si no es para que sea manifestado; ni nada ha estado en secreto, sino para que salga a la luz.
Jesús parece que está cambiando el tema porque estaba hablando de una luz encendida y ahora está hablando de algo escondido.
Peor, en realidad está hablando de lo mismo.
Una luz debe ponerse sobre el candelero para que todos puedan contemplar la luz.
De la misma manera lo que ha sido oculto/o en secreto por un tiempo, es para que sea manifestado, para que salga a la luz.
Jesús parece estar hablando de la revelación de su identidad durante su ministerio.
Él es la luz que vino al mundo.
Él es la luz que no debe ser escondida.
Él es el que ha venido a alumbrar en medio de la oscuridad y ha venido para dar luz y vida al ser humano.
Él es el que por mucho tiempo había sido profetizado, prometido, anunciado, para ha llegado el momento de la visitación de Dios.
Dios ha visitado a su pueblo.
Dios ha enviado a su salvador.
Dios ha enviado al Mesías de Israel.
Lo que había sido ocultado, lo que había estado en secreto ahora se ha manifestado y salido a la luz a la vista de todo Israel, a vista de judíos y romanos, a vista de grandes y pequeños, a vista de gente religiosa y lo más vil de la sociedad.
…por tanto:
Marcos 4:23 NBLA
»Si alguno tiene oídos para oír, que oiga».
Con estas palabras Jesús está haciendo un llamado solemne.
No es momento de distraernos, no es momento de perder el enfoque, no es momento de pensar en los quehaceres del hogar, lo que vamos a comer después.
Jesús ha venido, hoy estamos anunciando que la luz vino al mundo.
Hoy estamos anunciando que hemos encontrado al Mesías.
Hoy anunciamos que todos estamos bajo condenación, que nuestro fin será las llamas del infierno, porque hemos pecado contra un Dios santo…pero,
Dios ha enviado a su Hijo a morir en la cruz.
Dios ha enviado a Jesús para dar su vida y concedernos el perdón.
Dios nos llama al arrepentimiento y fe en Jesucristo para ser salvados de la condena que justamente merecemos.
Y la pregunta es, ¿qué harás con esta realidad? ¿qué harás con esta noticia?
Es por eso que Jesús dice, si tu tienes oídos, presta atención.
Este llamado es para cada uno de nosotros.
El llamado no es para tu mamá, para tu papá, para tus hermanos, para tus abuelos, que harás tu hoy con esta noticia.

II. Al que tiene, más se le dará

Es por eso que Jesús continúa esta solemne declaración, haciéndolo muy personal.
Marcos 4:24 NBLA
Además les decía: «Cuídense de lo que oigan. Con la medida con que ustedes midan, se les medirá, y aun más se les dará.
Presta atención, Jesús hoy te llama...
Jesús hoy dice, ten mucho cuidado como es que hoy vas a escuchar este sermón.
Ten mucho cuidado porque hoy tu vas a hacer una decisión de lo que vas a hacer con la oferta de salvación, la oferta del perdón de tus pecados…hoy tu vas a aceptar esta verdad o la vas a seguir rechazando.
Por eso, piensa muy bien en lo que vas a hacer con lo que hoy escuchas.
Jesús utiliza un proverbio hebreo que dice:
Marcos 4:24 NBLA
Además les decía: «Cuídense de lo que oigan. Con la medida con que ustedes midan, se les medirá, y aun más se les dará.
Jesús dice, si tu mides de manera correcta, si tu consideras de manera correcta la realidad de que Jesús es el salvador, si tu aceptas este mensaje, recibirás aún más conocimiento.
Jesús dice que debes tener cuidado con la manera en que vas a responder al mensaje, porque esto va a determinar la respuesta que tendrás de Dios.
De manera positiva, si tu aceptas, si tu recibes, si tu abres tu vida a la realidad de que Jesús es el Mesías, de que él es el Salvador, Dios te dará aún más.
Conocerás las gloriosas bendiciones que Dios ha preparado para todos aquellos que han creído en su hijo Jesucristo.
Conocerás lo que significa caminar por fe y no por vista.
Conocerás lo que es nunca sentirte solo en este mundo porque Jesús ha prometido estar con aquellos que creen en él, hasta el fin del mundo

III. Al que no tiene, lo poco que tiene se le quitará

Pero, notemos la triste realidad que será para aquellos que rechazan el mensaje:
Marcos 4:25 NBLA
»Porque al que tiene, se le dará más, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará».
El que no tiene, el que rechaza, el que no recibe este mensaje, aun lo poco que tiene se le quitará y quedará con las manos vacías.
No tendrá absolutamente nada.
Quedará en total abandono, a su propia suerte, por cuanto ha rechazado a la luz que vino al mundo.
Quedará completamente solo por haber dado la espalda al único que puede perdonar sus pecados y librarlo de la condenación eterna.
Así que hoy, todos los que estamos aquí haremos una decisión.
Algunos creerán que Jesús es el salvador.
Algunos confesarán sus faltas y reafirmarán su fe en aquel que murió en la cruz.
…y serán herederos de bendiciones que jamás se podrían haber imaginado.
…pero otros seguirán ignorando el llamado de Dios, seguirán rechazando la idea que son pecadores y que su destino es una eternidad sin Dios.
…Dios quiera hoy mover su Espíritu en nuestros corazones para recibir su verdad y abrazar el mensaje del evangelio de Jesucristo.
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