LA FE QUE TRASCIENDE

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El pasaje que nos ocupa es uno de los milagros de Jesús que más me sorprende realizado en la vida de esta pobre mujer agobiada por una incurable enfermedad. Este acontecimiento al parecer tiene tres tiempos: el primero, el momento en que comienza el padecimiento de esta mujer.
Marcos 5:24–30 RVR60
Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban. Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?
I. FE QUE SURGE DE LA ADVERSIDAD.
Marcos 5:25 RVR60
Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre,
La mujer llevaba en su cuerpo un largo y doloroso padecimiento sin tregua ni descanso, que incluso le podía haber quitado la paz, los efectos de su padecimiento cada día eran más visibles en ella, además de que a la enfermedad física se le sumaban cada día otros males, como la soledad. Nadie más entendía y comprendía su situación como ella. Hay circunstancias en la vida en la que el tiempo es un buen aliado y a veces resuelve el problema, pero en el caso de la mujer, el tiempo se volvía un factor contrario.
Juan 5:5–6 RVR60
Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?
Marcos 5:26 RVR60
y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor,
Los médicos y la medicina de la época fueron su primer consuelo y esperanza para sanar de su enfermedad. Pero su padecimiento era mayor que la capacidad de la ciencia médica de esos días. Los médicos hicieron su mayor esfuerzo pero nada pudieron hacer ante la gravedad de su padecimiento. Ella probó todas las medicinas y curaciones recomendadas por los doctores, pero todo fue en vano. La ciencia había llegado a su límite Desgaste económico. …y gastado todo lo que tenía Es posible que esta mujer haya sido acaudalada o con cierta solvencia económica antes de su padecimiento, pero como en todos los casos de enfermedad, el primer recurso del que una persona echa mano es el dinero. Ella también hizo lo mismo, y cuando se terminó el dinero, puso en venta sus bienes materiales, hasta quedar sin nada. También es posible que estuviera endeudada y pagando intereses de dinero que había pedido a rédito. En su desesperación hizo lo humano y materialmente posible que estaba a su alcance, pero el poder del dinero había llegado a su límite y la enfermedad siguió igual.
Adversidad para esta mujer se escribe con mayúsculas, porque en realidad su sufrimiento y fracasos por salir de su enfermedad iban en aumento cada día. Pero para ella, la adversidad no fue el fin, sino el camino hacia la victoria.
Al igual que en el caso de la mujer la adversidad es la curva que precede un cambio en nuestra vida y anticipa el milagro que necesitamos. Los milagros suceden cuando hay adversidad. El único beneficio que esta mujer logró del sufrimiento doloroso y prolongado es su fe, la cual emerge de sus adversidades. Fue esa fe la que la llevó a buscar a Jesús como su única esperanza. Dejó de buscar la ciencia humana y ahora que había oído del poder sanador de Jesús, emprendió su búsqueda.
Cuando la ciencia llega a su límite debemos buscar un milagro de Dios, pero con fe firme y profunda. Cuando hemos hecho lo posible ante un problema y este no se resuelve, es tiempo de creer y buscar la manifestación del poder de Dios.
II. FE QUE VENCE OBSTÁCULOS.
Marcos 5:26 RVR60
y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor,
Su condición física.
La enfermedad había causado en ella desgaste físico y emocional, cualquier mujer en estas condiciones hubiese estado hospitalizada o por lo menos reposando en su cama. Cuando ella oyó hablar de Jesús su corazón se llenó de una fe profunda y verdadera, sintió la fuerza para buscar físicamente el camino que la llevaría a su salvación.
La crítica.
El hecho de salir en busca de un milagro es posible que fuera objeto de crítica por parte de la gente incrédula que conocía lo imposible de su enfermedad. La crítica o burla pudo haber sido por su aspecto físico desgastado por la enfermedad. También es posible que ella estuviera llorando por el dolor físico de su padecimiento.
La multitud.
En las condiciones que ella estaba la multitud era un verdadero obstáculo. No había ahí ambulancias o paramédicos para trasladarla y auxiliarla. La fe profunda y genuina que ella tenía la hizo vencer la multitud que representaba un verdadero obstáculo para llegar a Jesús.Cuando alguien tiene verdadera fe y confianza en Dios, no hay obstáculos que el enemigo ponga que no se puedan vencer. Jesús dijo al que cree todas las cosas le son posibles. A veces la fe se requiere del paciente y en otras ocasiones cuando a éste no le es posible, a los familiares o personas que quieren un milagro de parte de Dios para un ser querido.
III. FE RECONOCIDA POR DIOS.
¿Quién me ha tocado mis vestidos?
Marcos 5:30 RVR60
Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?
Lucas 6:19 RVR60
Y toda la gente procuraba tocarle, porque poder salía de él y sanaba a todos.
La fe de la mujer consistió en sólo tocar el borde de las vestiduras de Jesús. No es que ella pusiera su fe en el vestido, sino en el poder de quien lo portaba, en este caso Jesús. Ella pudo haber buscado otro método de milagro, como pedir que Jesús orara por ella o pedir al Señor imposición de manos o que fuera ungida con aceite, pero su desconocimiento de una teología de sanidad la llevó a practicar los dictados de la fe que estaba en su corazón, tocar tan solo su vestidura. No cabe duda que la fe mueve montañas.
IV. FE QUE CONQUISTA LA VICTORIA
Hija tu fe te ha hecho salva; ve en paz y queda sana de tu azote.
Marcos 5:34 RVR60
Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.
Marcos 10:52 RVR60
Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.
La fe lleva a tener resultados positivos. Sin resultados la fe no tendría sentido. Los sufrimientos experimentados por la mujer, los fracasos médicos, el desgaste financiero, los obstáculos vencidos, las posibles críticas; todo esto y más concluye en la cúspide del esfuerzo máximo realizado por ella, recibiendo el milagro buscado y la certificación de su fe por parte de Cristo quien dijo:
La fe hace ver posible lo imposible.
La fe profunda y verdadera produce visión en las personas, de tal manera que alguien puede ver el futuro antes que éste llegue. Alguien que tiene visión como producto de la fe profunda y verdadera puede ver realizado el milagro de sanidad en su cuerpo, así como ella lo concibió, creyendo, corriendo hacia Jesús, tocando sus vestiduras y sintiendo en su cuerpo sanidad inmediata. No importa que tan difícil sea para otros el problema por el que alguien está pasando, si es capaz de creer en el poder de Dios, un milagro sucederá. Hoy que hay tantas enfermedades imposibles para la ciencia, ahora que existen tantos problemas difíciles que muchas veces van más allá de las posibilidades humanas, el ejemplo de la fe de esta mujer nos puede inspirar a volver a creerle a Dios.
Lo que Dios hizo en el pasado con otros lo puede hacer hoy con nosotros. Recordemos que en la adversidad es donde la fe se fortalece.
La adversidad nos hace buscar a Dios y en ocasiones nos libra del orgullo y la vanidad. La adversidad nos pone en el lugar donde Dios trata con nosotros. Fue la adversidad la que llevó a esta mujer a desarrollar una fe profunda y verdadera para recibir de Cristo la victoria final.
Para quienes están pasando la situación de enfermedad o de alguna otra adversidad, el presente mensaje servirá para reconocer que lo que Jesús hizo en la vida de ésta mujer lo puede hacer hoy con los que creen que para Dios nada es imposible. Solo crea como esta mujer.
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