¿Quién es digno de ti, Señor?

Segundo Sermón de Jesús en Mateo  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Jesús llama a los 12 apóstoles, y los envía a predicar a "las ovejas perdidas de la casa de Israel" y los instruye y les invita a confiar el Él para la misión, asimismo les advierte de la oposición que tendrán y que incluso sufrirán a manos de ellos, pero deben confiar en el Señor quien con Su Espíritu Santo los ayudará en esa tribulación.

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Lectura Bíblica:

Éxodo 32:21–30 NBLA
21 Entonces dijo Moisés a Aarón: «¿Qué te ha hecho este pueblo para que hayas traído sobre él tan gran pecado?». 22 «No se encienda la ira de mi señor», respondió Aarón; «tú conoces al pueblo, que es propenso al mal. 23 »Porque me dijeron: “Haznos un dios que vaya delante de nosotros, pues no sabemos qué le haya acontecido a este Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto” 24 »Y yo les contesté: “El que tenga oro, que se lo quite”. Me lo dieron, lo eché al fuego y salió este becerro» 25 Viendo Moisés al pueblo desenfrenado, porque Aarón les había permitido el desenfreno para ser burla de sus enemigos, 26 se paró Moisés a la puerta del campamento, y dijo: «El que esté por el Señor, venga a mí». Y se juntaron a él todos los hijos de Leví. 27 Y él les dijo: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Póngase cada uno la espada sobre el muslo, y pasen y repasen por el campamento de puerta en puerta, y maten cada uno a su hermano y a su amigo y a su vecino”». 28 Los hijos de Leví hicieron conforme a la palabra de Moisés; y cayeron aquel día unos 3,000 hombres del pueblo. 29 Entonces Moisés dijo: «Conságrense hoy al Señor, pues cada uno ha estado en contra de su hijo y en contra de su hermano, para que hoy Él les dé una bendición». 30 Al día siguiente Moisés dijo al pueblo: «Ustedes han cometido un gran pecado, y ahora yo voy a subir al Señor. Quizá pueda hacer expiación por su pecado».

¿Quién es digno de ti, Señor?

Mateo 10:37–39 NBLA
37 »El que ama al padre o a la madre más que a Mí, no es digno de Mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a Mí, no es digno de Mí. 38 »Y el que no toma su cruz y sigue en pos de Mí, no es digno de Mí. 39 »El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por Mi causa, la hallará.

Introducción:

En sentido básico que está planteando el Señor en estos pasajes, es que el Maestro desea quitarnos todas las cosas en que depositamos nuestra confianza para poder seguirlo solamente a Él:
Por ejemplo;
Ir a predicar a los perdidos (Mt 10.6) pues no nos gusta hacer ese trabajo, nos gusta relacionarnos con los que nos aman y son nuestros conocidos.
Dar de gracia (Mt 10.8) humanamente, siempre queremos sacar provecho de las cosas.
No ir cómodos (Mt 10.9-10) al no llevar dinero, alimento o ropa extra.
Andar en medio de lobos y hombres malos que nos odien y busquen nuestro mal. (Mt. 10.16-19)
No perder los lazos familiares. (Mt 10.21-23 y Mt 10.34-38)
No queremos que nos insulten o tilden de falsos (Mt 10.25)
No nos gustar vivir con temor e inseguridad o pleitos (Mt 10.28)
No nos gusta vivir con pleitos (Mt 10.34-36)
En este caso, no nos gusta que Dios exige el primer lugar en nuestras vidas. (Mt 10.37)
No nos gusta perder nuestra vida por Su causa (Mt 10.38-39)
Entonces, el Señor Jesús indica ¿quiénes no son dignos de Él? Pero, nos preguntaremos primero: ¿Qué es ser digno del Señor?

I. Dignos del Señor.

Significado de la palabra digno:
RAE: merecedor, acreedor, meritorio, respetable, íntegro, decoroso, honorable, decente, noble.
Diccionario Strong de Palabras Originales del Antiguo y Nuevo Testamento.
514. ἄξιος áxios; merecedor, apropiado (como atrayendo alabanza): padecer justamente, merecer.
Vine Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento Exhaustivo.
Se usa de la estima tenida por Dios: (2 Ts 1.11: «que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento», lo cual sugiere gracia; no dice «haceros dignos»);
Compendio del diccionario teológico del Nuevo Testamento- Kittel.
Literalmente: «poner en equilibrio», y por ende «equivalente», «ser apropiado» «merecedor» «valioso», «digno» de alabar, «correspondiente a».
Ser digno del Señor sería lo equivalente a hacer valer la condición de “merecer” el amor de Dios, el llamado de Dios, y las bendiciones del Señor.
Esto es una gran demanda:
¿Será posible que algún hombre sea merecedor de la bondad de Dios?
¿Acaso Noé, con quien Dios quiso iniciar de nuevo la descendencia humana?
¿Acaso Job con su fidelidad, su paciencia o su reverencia a Dios?
¿Acaso Elías, quien fue llevado al cielo sin ver la muerte?
¿Acaso Daniel que no se contaminó desde su juventud y mantuvo su integridad toda su vida aun en medio de un imperio pecaminoso?
Ezequiel 14:14 NBLA
14 y aunque estos tres hombres, Noé, Daniel y Job, estuvieran en medio de ese país, solo ellos se salvarían a sí mismos por su justicia», declara el Señor Dios.
¿Estos hombres eran dignos?
No.
Pero en su caminar con Dios, vivieron con dignidad el llamado de Dios.
Juan el bautista no se consideró “digno” de desatar la correa de la sandalia del Señor Jesús. (Jn 1.27)
Juan 1:27 NBLA
27 »Él es el que viene después de mí, a quien yo no soy digno de desatar la correa de la sandalia»
Pablo no se consideró digno de ser llamado apóstol. (1 Co 15.9)
1 Corintios 15:9 NBLA
9 Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la iglesia de Dios.
Pablo anima a los hermanos a ser dignos: (Ef 4.1)
Efesios 4:1 NBLA
1 Yo, pues, prisionero del Señor, les ruego que ustedes vivan de una manera digna de la vocación con que han sido llamados.
(Fil 1.27)
Filipenses 1:27 NBLA
27 Solamente compórtense de una manera digna del evangelio de Cristo, de modo que ya sea que vaya a verlos, o que permanezca ausente, pueda oír que ustedes están firmes en un mismo espíritu, luchando unánimes por la fe del evangelio.
(Col 1.10)
Colosenses 1:10 NBLA
10 para que anden como es digno del Señor, haciendo en todo, lo que le agrada, dando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios.
(1 Tes 2.12)
1 Tesalonicenses 2:12 NBLA
12 para que anduvieran como es digno del Dios que los ha llamado a Su reino y a Su gloria.
A los ancianos y diáconos se les hace la mención de que deben ser “dignos” al vivir dando buen testimonio de su fe ante los hermanos y la sociedad.
(1 Ti 3.11)
1 Timoteo 3:11 NBLA
11 De igual manera, las mujeres deben ser dignas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo.
(Tito 2.2)
Tito 2:2 NBLA
2 Los ancianos deben ser sobrios, dignos, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la perseverancia.
El Señor Jesús menciona en (Ap 3.4)
Apocalipsis 3:4 NBLA
4 ’Pero tienes unos pocos en Sardis que no han manchado sus vestiduras, y andarán conmigo vestidos de blanco, porque son dignos.
Por lo que vemos en estos versículos, la tarea que es imposible de ser merecedor de la Salvación en nuestro estado natural, de la carne y la maldad. En Cristo se hace posible, aunque imperfectamente, porque el creyente sigue pecando y con ello no dignifica su calidad de “hijo de Dios” pero cuando vuelve al Señor de todo corazón, cuando confiesa su pecado y es limpiado con la sangre de Cristo, el creyente es digno de seguir caminando con el Señor.
Y hermanos, tomemos en serio esto:
Vivir dignamente delante del Señor es vivir de acuerdo a lo que el Señor pide de sus hijos:
No es ser perfectos, aunque Mt 5.48 lo dice:
Mateo 5:48 NBLA
48 »Por tanto, sean ustedes perfectos como su Padre celestial es perfecto.
Algunos comentaristas señalan que esto significa ser maduro, o estar completo, o haber alcanzado cierta experiencia que nos permite no tener “huecos” en nuestra fe por donde Satanás tenga de donde tomar acción contra nosotros. Pero si la norma es Dios, entonces sí señala “perfección”
Ser digno del Señor es ser parecidos a Cristo, quien buscó en su vida terrenal todo el tiempo la comunión con el Padre.
Él siendo Santo y Justo, sin pecado y siendo igual a Dios, nosotros cuánto más, en confesión de pecados, en arrepentimiento, en oración y súplica para encontrar la manera de renunciar a nuestra propia voluntad y hacer la voluntad del Padre.
Es Amarlo con todo el corazón, toda el alma y todas las fuerzas. Es buscarlo con hambre y sed de Su Palabra. Es menospreciar todo lo terrenal por alcanzar lo celestial. Es servirlo con humildad donde nadie nos ve, donde a nadie más agradamos más que a Él.
Núñez, M. “Siervos para Su gloria” B&H Publishing Group 2018. pág. 91.
Cuando hablamos de «un siervo de Su presencia», nos referimos al creyente que anhela vivir en la presencia de Dios y que está dispuesto a pagar el precio que sea necesario para que esta presencia no se aparte de él.
Dios siempre está presente en cada pulgada del universo dada Su omnipresencia, pero cuando hablamos de la presencia manifiesta de Dios nos referimos a Su actividad expresada en nuevas conversiones, arrepentimiento de hábitos pecaminosos de parte de creyentes, fortalecimiento de matrimonios, gozo en la vida de la iglesia y crecimiento a la imagen de Cristo de una forma evidente.
Estas cosas no necesariamente están presentes en cada creyente ni tampoco están presentes en cada iglesia. Es difícil definir cómo se manifiesta el anhelo de un creyente por la presencia de Dios, pero Moisés es un buen ejemplo de un “siervo” con esta característica. Mientras más estudiamos la vida de Moisés, más nos impresiona su vida, su testimonio como “siervo”, su sabiduría y su legado. Nos impresiona la intimidad con Dios que Moisés exhibió.
¿Quién no es digno?

II. El que ama más a otro que a Él.

II. El que ama más a otro que a Él.
Mateo 10:37 NBLA
37 »El que ama al padre o a la madre más que a Mí, no es digno de Mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a Mí, no es digno de Mí.
Asociamos normalmente que la palabra amor en la Biblia es “ágape” (que aparece 320 veces en el NT) y en efecto. Aunque aquí la palabra es (fileos que aparece 106 veces en el NT) de significado muy similar, casi intercambiable.
Kittel, G., Friedrich, G. y Bromiley, G.W. (2002) Compendio del diccionario teológico del Nuevo Testamento. Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
Significa «tratar a alguien como uno de los suyos». Se usa para el amor de los cónyuges, de padres e hijos, de patronos y siervos, de amigos, y de los dioses con aquellos a quienes favorecen. A diferencia de ἀγαπάω, φιλέω se puede usar respecto a actos de afecto, p. ej. acariciar, y especialmente besar.
El Señor indica las relaciones más cercanas en cuanto a sangre se refiere, dejando a parte la relación de los cónyuges, (aunque el pasaje paralelo sí lo incluye e incluso lo amplía a los hermanos y hermanas).
Lucas 14:26 NBLA
26 «Si alguien viene a Mí, y no aborrece a su padre y madre, a su mujer e hijos, a sus hermanos y hermanas, y aun hasta su propia vida, no puede ser Mi discípulo.
Por lo que podemos concluir que el Señor está hablando de cualquier afecto que uno puede tener sobre alguna persona.
Entre cónyuges hay una relación tan estrecha que dice la Palabra que somos una sola carne con nuestra esposa(o). Lo que equipara a amar a la esposa con amarse a uno mismo.
Con los padres hay una relación muy cercana, de total gratitud y afecto por los años de su vida que han dedicado hacia nosotros, por todo lo que nos han dado y lo siguen haciendo. Cuando ofenden a nuestros padres es una gran afrenta.
Los hijos: Son amados porque vemos el milagro de Dios en nuestras vidas al concedernos ver cómo del fruto del amor, se engendra un hijo, un “pedacito de nuestra propia carne y sangre” y los cuidamos, los protegemos y los guiamos a todo bien.
Los hermanos, son nuestros compañeros de vida, nuestros cómplices de travesuras y aventuras, los que nos generan paciencia y amor incondicional, pues muchas veces no tenemos ganar de amarlos.
Con este pasaje el Señor no se contradice cuando menciona el mandamiento a amar al prójimo:
Levítico 19:18 NBLA
18 ”No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.
Porque el amor horizontal (de persona a persona debe equipararse al máximo amor, el que tenemos para nosotros mismos y así viviremos en armonía sirviéndonos los unos a los otros).
Pero el amor que demanda el Señor no es horizontal sino vertical, (que viene del Señor y va para Él) y que no debe ser comparable con ningún amor terrenal hacia alguna persona.
¿Cómo superar el amor a nuestra esposa(o)?
¿Cómo superar el amor a nuestros padres o a nuestros hijos?
¡El amor al Señor debe superar a todo lo demás!
Cita de la Biografía de John Bunyan en sl libro “El Progreso del Peregrino”
John Bunyan sabía que debía predicar el evangelio que Dios lo había llamado a predicar. Cuando lo prendieron, en su juicio lo apercibieron que debía dejar de predicar o iría a la cárcel 3 meses, y si lo seguía haciendo sería exiliado del reino. Contestó: Si me liberan hoy, predicaré mañana. Por lo que lo condenaron a 12 años de prisión. Y desde su celda escribió:
“Desprenderme de mi esposa y mis pobres hijos a menudo ha sido para mí en este lugar como si me arrancaran la carne de los huesos;”
y eso no solo porque tenga demasiado cariño a estas grandes misericordias, sino también porque con frecuencia me llegan a la mente las muchas dificultades, miserias y anhelos que es probable que mi pobre familia deba enfrentar, y que yo debería evitarles, en especial a mi pobre hijo(a) ciego(a), quien yace más cerca de mi corazón que todo lo demás que tengo. Oh, pensar en las dificultades que creo que tendrá que pasar me rompe el corazón en pedazos… Pero me recuerdo que debo obedecer en todo a Dios. Pensé que en esta condición yo era un hombre que derribaba su propia casa sobre las cabezas de su esposa y sus hijos; sin embargo, pensé que debía hacerlo. ¡Debo hacerlo!
citado por John MacArthur en su comentario sobre Mateo. pág 685.
¡Esto es perder, para ganar!
¿Por qué no amamos más al Señor de lo que nos amamos a nosotros mismos o a las personas?
Algunas respuestas:
Porque no lo vemos.
Porque no lo sentimos.
Porque no lo conocemos.
Porque no lo entendemos.
Porque no estamos de acuerdo con Él.
Porque no nos parecemos a Él.
¡Graba esto en tu mente y tu corazón amado hermano! Es una frase que desarrollé hace muchos años ya...
¡Conoce al Dios que dices amar!
¡Y Ama al Dios que dices conocer!
Si no amas a Dios como dice la Biblia, es por la simple razón de que ¡no lo conoces!
¡No puedes aumentar tu amor por Él si no lo conoces más!
Si lo conocieras lo suficiente, ¿Crees que tu vida sería la misma?
Si vas por la vida esperando a ver qué pasa y si las condiciones son favorables para amar al Señor y estar en comunión con Él, créeme que no va a pasar absolutamente nada en tu vida, te estancarás, creerás que tienes comunión con Dios pero no tendrás nada, solo emociones superficiales cuando escuches o veas algo bonito.
¡No verás la voluntad de Dios en tu vida, y hasta te olvidarás de servirlo, porque pensarás que Él debe servirte a ti!
¡No seamos “necios”!
¿Cuánto de lo que conoces de Dios viene de la Biblia?
Acaso crees que la Biblia dice de Dios lo siguiente:
¡Dios aprieta pero no ahorca! (dicho popular)
¡Ayúdate que Yo te ayudaré! (dicho católico)
¡Dios odia al pecado pero no al pecador! (dicho cristiano)
¡Cuando alguien muere, Dios gana un angelito! (dicho popular)
¡Dios quiere que yo sea feliz, pues me lo merezco! (dicho moderno de la prosperidad)
¡Todos adoramos al mismo Dios! )dicho de los ecuménicos)
¿Amas al Dios de la Biblia? o a uno que tu imaginación y el mundo han creado...

III. El que no toma su cruz y me sigue.

II. El que no toma su cruz y me sigue.
Mateo 10:38 NBLA
38 »Y el que no toma su cruz y sigue en pos de Mí, no es digno de Mí.
Esta es la tercera vez que cita de aquel que no es digno de Él. y menciona al que no quiere morir en la cruz:
Lawson, S. “Te costará todo” B&H Publishing Group 2022. pág. 49.
Morir en una cruz era una forma de pena capital reservada solo para los criminales más despreciables del Imperio romano. En el mundo antiguo, una cruz era la forma más temida de ejecución pública. Una cruz era tan ofensiva que a ningún ciudadano romano se le permitía sufrir esta cruel muerte. Morir por crucifixión era una muerte lenta y tortuosa que prolongaba la agonía de manera intencionada.
Tomar la cruz es aceptar nuestro “llamado a morir, y a vivir para Él.”
Por una parte implica morir a nosotros mismos, o negarnos como dice Lucas 9:23
Lucas 9:23 NBLA
23 Y a todos les decía: «Si alguien quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.
Esto implica una vida de renuncia al “Yo” y una aceptación a “Él”
Es un caminar lento y paso a paso por el camino marcado del Señor, en que despreciamos nuestra vida, nuestra comodidad, nuestros anhelos, los deseos de la carne (porque eso son…) y en el fondo es la lucha de lo que quiere la carne con lo que quiere el Espíritu.
Por eso cada día debemos preguntarnos:
¿a quién voy a agradar hoy? ¿Al Señor? ¿al mundo o a mí mismo?
Todo aquel que no practica esto en su diario vivir ¡No es digno de Él! dice Jesús.
Por lo tanto, dice en:
Mateo 10:39 NBLA
39 »El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por Mi causa, la hallará.

IV. ¡Hay que Perder para Ganar!

III. ¡Hay que Perder para Ganar!
Hallar aquí significa “alcanzar, tener éxito o conseguir lo que se anhelaba encontrar.”
Perder significa: “Morir, destruir, fracasar en guardar algo.”
300 citas para predicadores de los puritanos (No Temas, No Tienes Ninguna Vida Que Perder) William Gurnall
¿Por qué deberías temer que te despojen de aquello a lo que has renunciado para Cristo? Si eres cristiano, esta es la primera lección que aprendes: negarte a ti mismo, tomar tu cruz y seguir a tu Maestro, por lo que el enemigo llega demasiado tarde. No tienes vida que perder porque ya se la has dado a Cristo y ninguna persona puede tomarla sin que Dios lo permita. Todo lo que tienes está asegurado y aunque Dios no te ha prometido inmunidad de esta clase de sufrimiento, sí se ha comprometido a soportar la pérdida, de hecho, pagándote ciento por uno, y no deberás esperar por ello hasta el mundo venidero.
El mundo no tiene nada que robarte, pues si has entregado tu vida a Cristo, ahora está ahí, en Sus manos y nada la puede arrebatar de ellas. Pero si aún no
Pablo cita en referencia a esto en Hechos 20.24
Hechos de los Apóstoles 20:24 NBLA
24 »Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios.
En países donde el Evangelio está prohibido, literalmente, cuesta la vida identificarse con Cristo:
Platt, David. “Sígueme” Tyndale House Publishers, Inc. 2013. pág. 148
Matthew me contó que el día en que un hombre o una mujer llegaba a la fe en Cristo en ese país, se lo animaba a hacer una lista de todos los no creyentes que conociera (la que en general abarcaba prácticamente a todos sus conocidos). Luego se le pedía que rodeara con un círculo los nombres de diez personas a quienes considerara las menos inclinadas a matarlo por haberse hecho cristiano. Se lo alentaba a que compartieran el evangelio lo antes posible con cada una de esas diez personas. Eso era exactamente lo que hacía y de esa manera el evangelio se extendió en el país.
¿A quién pertenece tu vida?
El Señor no escatimó a Su propio Hijo por ti...
¿Tu entregarás tu propia vida para Él?
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