Una Promesa Mejor
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Una Promesa Mejor
Una Promesa Mejor
Navidad domingo 17 /6 pm
preparen algo cada grupo
traer cena juntos
reunion de maestros
miércoles salmos
feliz cumpleaños Jesús
Empezamos así en frío ¿alguna vez falsificaste la firma de tu papá? ¿saliste sin permiso? ¿dijiste que ibas aun lado pero fuiste a otro? levanta la mano. Si vienes por primera vez ya te tocó saber junto a quién estás sentado y te puedes sentir cómodo porque siempre hay lugar para uno más.
Ahora que has confesado esa culpa frente a todos, es mi turno, se que estamos entre iguales de pecadores. Pero es algo que hacen muchos pastores y es ¡fingir la firma de Dios en algunas promesas que Dios no ha hecho! Algunos lo hacen por la presión de las personas, para poner final feliz todo lo que implique fe. Es cuando dice: si haces esto…entonces Dios está obligado a… Hay presión porque a la gente le gusta que los motiven y creer que la fe es una garantía de que nada malo nos sucederá.
Pero cuando empezó el movimiento del cristianismo, los primeros cristianos creyeron que lo peor que le puede pasar a una persona le sucedió ¡a la mejor persona! A quien no hizo nada malo fue acusado injustamente, ejecutado de forma vergonzosa y la más dolorosa de la época y fue la mejor persona.
Si Dios envió a SU Hijo a ese sufrimiento para cumplir Su Misión ¿qué podemos esperar nosotros?
Ahora, el propósito del tema es mantener la fe cuando parece que Dios no responde, parece que no sabe mi situación. ¿Qué hacer cuando parece que Dios no está conmigo? ¿cómo interpreto las circunstancias cuando parece que mi vida no le importa a Dios?
En las dificultades todos hemos querido sacar conclusiones de Dios basado en las circunstancias. Quizá no son tus circunstancias, sino las de tus padres, alguien que amas, tu pareja, o alguien cercano que pasó dificultades y empezaste a dudar si Dios se interesa o sabe qué está pasando.
Si las circunstancia van bien, la casa, matrimonio, negocio, trabajo ¡Dios es bueno! Pero si eso cambia entonces: ¡dónde está Dios! ¿qué hice mal? queremos una fórmula “mágica” para hacer que las cosas cambien. ¿Qué debo hacer, para que Dios haga lo que quiero? Iré a la iglesia, pondré atención, etc. Creyendo que si encuentro la combinación correcta, Dios hará que todo esté bien.
¿Por qué surgió esta idea? En parte cuando se confunden los pactos. La Biblia está dividida en 2 partes: AT y NT. Al traducir por alguna razón los llamaron “testamentos”, cuando una mejor traducción es: Pacto, así sería: Antiguo Pacto y Nuevo Pacto.
El AP es el que Dios hace con Israel, un acuerdo en que los términos sí era: si haces esto, yo haré lo otro. No era un pacto entre Dios y los individuos, sino Dios y la nación. De vez en cuando tomaba a una persona y le daba instrucciones especiales, pero el pacto era con la nación.
Cuando los líderes, reyes guiaban obedeciendo a Dios, cumplían los mandatos, Dios bendecía la nación en sus cosechas, finanzas, salud, protección de desastres. Esto lo lees por todo el AT o AP.
Pero cuando desobedecían, adoraban ídolos, rompían el pacto, entonces Dios juzgaba y castigaba ¡a toda la nación! no sólo a quien rompía la regla. Todos padecían las consecuencias.
La nación sabía que estaban bien con Dios ¡por cómo les iba! Sus circunstancias están bien, ah los líderes están cumpliendo. Va mal, los líderes están desobedeciendo.
Al leer los profetas sabes que le pedían a los reyes que obedezcan, regresen a Dios, se vuelvan de sus malos caminos, cumplan con su parte del pacto: Si no regresan a Dios, si no se arrepienten, Dios juzgará a la nación, porque es un pacto de Dios con la nación.
Pero el NP del que nosotros somos parte es diferente. Es el Pacto que Jesús estableció. Por eso nosotros no vemos las circunstancias para determinar si estamos bien con Dios o si nos ama o si se preocupa por ti ¿sabes a dónde vamos para saber esto? Vamos a un sólo evento que pasó en una colina fuera de la ciudad de Jerusalén. Ahí ponemos la vista. Cuando Dios envió a SU Hijo a pagar por nuestros pecados; esa fue su forma de decir: He quitado todo obstáculo entre tú y tu Padre Celestial para que tengas comunión con ÉL. Dios te ama, oye tu oración e interviene en tu vida, de la forma que ÉL sabe que es mejor.
Si has aceptado a Jesús como Salvador, tu relación con Dios, ¡está bien! y no tienes que preguntarte a cada rato si Dios te ama, si se preocupa por ti.
Pero cuando confundes los 2 pactos, vas a querer hacer lo Israel “debía” hacer para que las circunstancias cambiaran.
En el NT el Señor Jesús y Pablo son bien claros sobre la relación entre el pacto de Dios con Israel y el pacto de Jesús con la humanidad. Jesús lo dijo claramente en la última Pascua al tomar la copa como haremos hoy.
“Cuando terminaron de cenar, Jesús tomó otra copa con vino y dijo: «Este vino es mi sangre, derramada en favor de ustedes. Con ella, Dios hace con ustedes un nuevo pacto.” (Lucas 22:20, TLA)
Con mi sangre que será derramada mañana, al ser crucificado, cuando me levante de la muerte entra en vigor este NP. El pacto de Dios con Israel lo afirmaban derramando sangre de animales, pero este NP es con mi sangre y ¡esto es nuevo! Empieza un nuevo mandamiento, un nuevo sistema operativo, un nuevo sistema de valores. Y se establece en este mismo momento pero entra en función con mi resurrección.
En otras palabras, el AP tenía fecha de caducidad, cumplió su propósito para el que fue diseñado, es más, fue adelantado a su época, porque mujeres, niños, extranjeros eran tratados mejor que en cualquier nación vecina; pero tenía caducidad. Era una sombra de lo que verdaderamente vendría. Fue un medio para un fin.
El apóstol Pablo en sus cartas le dice a los no judíos, a los gentiles que somos nosotros: ustedes no estaban incluidos en el pacto con Israel, ese pacto no era para nosotros. Pero hay buenas nuevas, porque nuestro pacto, tu pacto ¡es mejor! Por que Jesús promete algo que la Torá no promete o no menciona claramente. Jesús promete Vida Eterna y Comunión Eterna con Dios tu Padre.
La carta de Hebreos que es como una predicación larga se dirige a los cristianos del 1 siglo, esto dice el autor:
“Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto...” (Hebreos 9:15, NVI)
Aquí está en bien claro, no está oculto, no está escondido
“Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que los llamados reciban la herencia eterna prometida, ahora que él ha muerto para liberarlos de los pecados cometidos bajo el primer pacto.” (Hebreos 9:15, NVI)
Tus promesas y las mías son mejores ¡por que son eternas! El pacto de Dios con Israel no les prometía vida eterna tan claramente como lo hace el NP de Jesús. La mayoría de los judíos de antes de Jesús no creían en la vida después de la muerte; para cuando llega Jesús, hay muchas teorías de qué sucede cuando el justo muere. Aún los expertos de la sinagoga no se ponían de acuerdo, porque ¡no tenían referencia en el Pacto que Dios le dio a Moisés en el Sinaí!
Un hombre muy educado, un abogado le pregunta a Jesús:
“Cierto dirigente le preguntó: —Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?” (Lucas 18:18, NVI)
Jesús pudo decirle: eres abogado y ¿no sabes? Soy abogado, hable con muchos maestros y no se ponen de acuerdo, por eso yo no sé.
Había un grupo llamado Saduceos que no creían en la vida espiritual, no hay ángeles, ni demonios, ni vida después. Lo que hay es lo que vemos, estamos aquí para el placer de Dios y al morir se acaba.
Fariseos tienen una vaga idea de la resurrección de los justos, pero no están seguro ¡quién resucita y quién no! Pero llega Jesús y habla muchas veces de la Eternidad, Vida eterna con el Padre.
Nuestras promesas están ancladas en ese NP de Jesús. Lo que quiere decir que si no ves a Jesús en tus circunstancias ¡no busques más! porque estás en riesgo de desilusionarte si “ves” que Dios no quiere hacer algo que ¡ÉL no te prometió! Y serás tentado a querer juzgar si Dios está contigo ¡por tus circunstancias! así como hacía el Antiguo pueblo de Israel. Pero eso fue para ellos ¡no para ti!
Nosotros no vemos las circunstancias para saber cómo está nuestra relación con Dios, ¡Vemos la cruz! Cuando Dios permitió que SU Hijo muriera para pagar tu pecado y el mío, para asegurarte que puedes tener paz con Dios.
Pero sí hay una promesa del AT que aplica para ti. Aplica porque Dios se la dio a Abraham antes que existiera el pueblo de Israel, antes de los mandamientos, fue hecha para él y aplica para ti, porque antecede al pacto de Dios con Israel, el único requisito es creer en Dios, por fe, así como Abraham creyó.
Es la promesa de Dios a Abraham 2000 a.C. Dios le dice que hará con él lo que no ha hecho antes, lo guiará a un lugar que no conoce, y hará grandes cosas por medio de él y los que sean como él.
1400 a. C. Dios establece un pacto con Israel (la nación) por medio de Moisés en el Sinaí.
4. d. C. Llega Jesús y establece un Nuevo Pacto.
Dios hizo una promesa a Abraham que cumplió 2 mil años después cuando nació el Mesías. El autor de Hebreos habla directamente de esto. Le dice a la gente del Nuevo Pacto cómo saber que Dios está con ellos. Habla de esto porque sus lectores son judíos, que se acostumbraron al viejo pacto, a verlo de acuerdo con sus circunstancias. Nos va bien, estamos bien con Dios, nos va mal ¡algo sucedió que no estamos bien con Dios!
Y para cuando el autor les escribe esta carta ¡estaban muy mal! Por eso les dice ¡claro que Dios está contigo! pero no veas tus circunstancias ¡Mira a Jesús! Después hace un repaso de las circunstancias de los personajes de la historia desde Abraham hasta Jesús; son tantos personajes que al principio los menciona y cuenta alguna de sus historias, se da cuenta que no terminará y empieza a hacer un resumen.
Esto es importante si estás sufriendo algo de alguna forma y dices ¿por qué Dios no hace algo? y casi pierdes la fe. Esto es importante para todos, porque la vida así es. A veces por mis circunstancias me pregunto si Dios sigue conmigo. Y tengo que leerme esto. Esto es lo que dice el autor:
“¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones,” (Hebreos 11:32–33, NVI)
No puedo mencionar a todos ¡son muchos! pero todos, todos, por medio de la fe:
“apagaron llamas de fuego y escaparon de morir a filo de espada. Su debilidad se convirtió en fortaleza. Llegaron a ser poderosos en batalla e hicieron huir a ejércitos enteros. Hubo mujeres que recibieron otra vez con vida a sus seres queridos que habían muerto...” (Hebreos 11:34–35, NTV)
Nos animamos y decimos ¡eso quiero para mí! Eso me gusta. Cuando los días son buenos. Pero después hace un giro, porque no fue así para todos.
“...Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad.” (Hebreos 11:35, NVI)
A unos no les fue tan bien. Se negaron a mentir o renegar de Jesús para ser liberados, estuvieron dispuestos a morir porque sabían de la resurrección, que es una promesa mejor.
“Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles.” (Hebreos 11:36, NVI)
“Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados.” (Hebreos 11:37, NVI)
No tenían ropa ¡se vestían con pieles de animales! perseguidos, y después dice algo que es digno de ponerle música de fondo, es impactante. Como que de pronto se detiene al recordar, respira profundo, una lágrima sale de sus ojos y continúa:
“Este mundo no era digno de ellos. Vagaron por desiertos y montañas, se escondieron en cuevas y hoyos de la tierra.” (Hebreos 11:38, NTV)
Soportaron a pesar de las circunstancias con tal de ser parte de lo que Dios está haciendo y no dudaron que Dios estaba con ellos, haciendo algo asombroso ¡a pesar de las circunstancias!
“Debido a su fe, todas esas personas gozaron de una buena reputación, aunque ninguno recibió todo lo que Dios le había prometido. Pues Dios tenía preparado algo mejor para nosotros, de modo que ellos no llegaran a la perfección sin nosotros.” (Hebreos 11:39–40, NTV)
Aunque aquí no recibieron mucho, pero todos, sin importar sus circunstancias ¡siguieron confiando! Confiaron en Dios ¡a pesar de las circunstancias! Todo esto fue contribuyendo a lo que Dios tenía preparado para ti y para mí, para que no nos quedáramos sin eso eso mejor que Dios tenía preparado. Ahora nos pide que usemos la imaginación:
“Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe...” (Hebreos 12:1, NTV)
Imagina a quienes mencionó, fueron como nosotros, con errores, pero mantuvieron su fe. Ya que estamos rodeados por ellos, que confiaron, no interpretaron las durezas de la vida como evidencia que Dios no estaba con ellos. ¡Esto es el sostén de nuestra fe!
¿Cómo respondes en las crisis? ¿cómo reacciones ante lo duro de la vida? Acaso lamentando¡Dios me abandonó! ¡no está conmigo! o ¡no sabes cómo reaccionar! El autor nos dirá cómo sí podemos reaccionar:
“...quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar...” (Hebreos 12:1, NTV)
Quita todo lo que sea obstáculo, peso. No permitas que el pecado, los tiempos difíciles te alejen de Dios, si lo haces ¡tu vida no va a mejorar! Sólo será más complicado. Si no quitas el pecado de tu vida, la hará más difícil, ya sea como padre, esposa, jefe, empresario.
Nos invita a unirnos a esa nube de testigos que fueron fieles a pesar de las circunstancias. Y nos dice algo más, que veamos la vida como una carrera y la corramos:
“...Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante.” (Hebreos 12:1, NTV)
Quizá ahora estás en la parte de la carrera cuesta abajo, la parte fácil, sin molestias, negocio bien, hijos bien, salud, matrimonio ¡todo perfecto! La vida es buena. Te dice ¡asegúrate que perseveras en estos tiempos! porque en esta etapa eres tentado a no ser fiel, no obedecer, porque no sentirás o no verás la necesidad de Dios ¿para qué lo necesito? yo solito hago que mi vida esté bien, todo lo que hago me sale bien.
Quizá estás en subida, la perdida de trabajo ¡otra vez! la enfermedad, los hijos en crisis y sufres como padre. Quizá tú corriste bien, no son tus crisis sino las de alguien más y eso te desanima, te frustra, lo sufres.
Quizá estás dejando malos hábitos, o tienes presiones financieras o lo que sea. No escogiste, no elegiste esa parte, la vida te sorprendió y dices ¿dónde está Dios? ¿por qué permite esto?
Pedro, Pablo, Juan te dirían: antes que entres en pánico, que salgas de la carrera, observa las promesas que Dios hizo a Abraham. Imagina todo lo que sucedió en el periódo de Abraham a Moisés, después hasta la llegada del REY en Belén, para ser tu Salvador y demostró Su Amor por ti en esa cruz.
Hebreos dice: No importa cómo se ve la carrera, no pongas tus ojos en las circunstancias, no fijes la vista en quien te hirió, o en el negocio, la cuenta del banco, te diré ¡dónde poner la vista!
“Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús...” (Hebreos 12:2, NTV)
Escuchas testimonios de personas de Casa de Fe, que hemos llorado, reído juntos, a veces sucede un milagro ¡otras no! Han caminado por el valle de sombra de muerte y ¡siguen creyendo confiando! Aun cuando parece que Dios no está.
No intentes explicar o buscar sentido en lo que ya pasó. No hay respuesta que satisfaga emocionalmente. Si estás pasando por un momento difícil y sigues manteniendo la fe, te diré lo que dice Hebreos: ¡El mundo no es digno de ti! Porque por ti, la fe de muchos va a crecer, se va a cimentar, por tu fe, un familiar, amigo, tus hijos, alguien va a conocer a Dios, por medio de ti y tu vida.
Al oír tu situación, tu dolor, crisis, el corazón llora pero la fe se edifica. Porque cuando vemos a otros creyentes que se sostienen de Dios, se nos recuerda de la promesa mejor. Hay una gracia, fuerza, poder, hay algo que no vas a experimentar ¡hasta que lo necesites! Pero ahí estará:
“Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe...” (Hebreos 12:2, NTV)
ÉL es la razón de nuestra fe ¡JESÚS! Pon tus ojos en ÉL ¡no en tus circunstancias! No en lo que un pastor diga. Verlo a ÉL es confiar y así experimentarás SU Poder y presencia en medio de momentos que tú no escogiste, que aparecieron de repente en una curva de tu carrera.
“...Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que ésta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios.” (Hebreos 12:2, NTV)
Soportó la cruz ¡para que tú no lo hicieras! Soportó la vergüenza. Y en esa Cruz le grita al pecado, a la muerte, a satanás ¿es todo lo que tienes? Si supieras lo que me espera del otro lado ¡esto no es nada! Porque después de su muerte y resurrección se sentó en el lugar de honor, junto al trono de Dios. El vivió todo eso ¿y para qué?
“Piensen en toda la hostilidad que soportó por parte de pecadores, así no se cansarán ni se darán por vencidos.” (Hebreos 12:3, NTV)
Para que tú no pierdas la fe, no te desanimes, para que no te canses ni te des por vencido. Unos capítulos antes dijo esto, que es la invitación a acercarte al trono de Dios, lo dice así:
“Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios...” (Hebreos 4:16, NTV)
En ese trono está sentado intercediendo al Padre por ti, por mí. Porque ÉL sabe qué se siente. Tu que sufres, te dueles ¡tu Salvador también lo vivió! Y ahora viene la promesa, tu promesa. Puedes tener seguridad, aquí le puedes pedir lo que sí te ha prometido ¡Padre tú me lo prometiste! Es Mi promesa mejor. Hay muchas más, pero esta es central para que vivas con confianza en ÉL.
“...Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos.” (Hebreos 4:16, NTV)
Misericordia es cuando Dios llora contigo, Gracia en este contexto es la fuerza para soportar, perseverar sin rendirte a la tentación o desánimo. Si preguntas si esto es real o sólo choro de pastor. Intentaré demostrarlo. Aquí en este lugar, si nos ves en redes, pones manita o haces un comentario, hay una gran nube de testigos de la realidad de lo que vimos.
A tu alrededor, junto a ti hay personas que han experimentado que Dios los ha sostenido con SU Gracia y misericordia en circunstancias extremadamente difíciles. Si así ha sido tu experiencia, por favor ponte de pie.
Ahora, si en este momento estás en una situación difícil y estás sintiendo cómo Dios te sostiene con Su Gracia, también ponte de pie como evidencia, para quienes se preguntan si esto es realidad lo puedan ver.
Ahora, si tú sentado o en tu casa, te preguntas si esta Gracia es para ti, porque parece que no vas a aguantar lo que estás pasando. Se te acabaron las fuerzas, si esta es tu situación ponte de pie y te responderé. Así como estuvo para ellos ¡claro que es para ti! Ahora todos nos ponemos de pie, porque ésta es tu Promesa Mejor:
“Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos.” (Hebreos 4:16, NTV)
No hay barrera entre tú y tu Padre Celestial, por medio de Jesús encuentras Gracia y Misericordia para cuando más lo necesites, porque ÉL se preocupa, te ama y está disponible para quienes se acercan y confían en ÉL.
Palabra de Dios