El poder de atar y desatar
*El poder de atar y desatar
Pr. Armando Ruiz
Introducción:
Dios ha colocado gran confianza en cada uno de nosotros, los que creemos en dsu poder y lo hemos aceptado como nuestro Señor y salavador .
Tanta es Su confianza, que nos ha dado autoridad aquí en la tierra, es así que en el evangelio de Mateo 18:18 dice lo que atemos en la tierra será atado en el cielo y lo que desatemos aquí en la tierra será desatado en el cielo.
ü Es importante que entendamos esta autoridad para atar y desatar las cosas en la tierra y así caminar plenamente en las cosas que Dios tiene para nosotros.
Ejemplo del poder de Dios, una mujer salía de trabajar, pasadas las ocho de la noche. Las calles lucían oscuras. Las últimas bombillas habían sido apedreadas por pandilleros. Le sucedió asi.
--Alto. Déme lo que trae en la cartera--, ordenó un asaltante. Bastante joven, pensó la mujer, que no salía de su asombro.
--Pero no traigo nada, excepto lo de pagar el pasaje de autobús--, explicó ella.
Por un instante, mil imágenes pasaron por su mente. A primera vista, no sabía qué hacer. Finalmente recordó su condición de cristiana—cosa extraña que suele ocurrirnos: a Dios es al último a quien acudimos--.
--En el nombre de Jesucristo te ordeno que sueltes el arma. —Gritó fuertemente.
El ladrón se quedó mirándola. Finalmente y como si hubiese visto algo que lo llenó de temor, arrojó la pistola y emprendió veloz huida.
Las personas que le preguntaron qué había pasado, sólo recibieron una respuesta sencilla: “Le ordené al demonio que había en ese hombre, que soltara el arma. Simplemente até su poder en el nombre de Jesucristo”.
Algunos sonrieron y se alejaron del lugar, totalmente escépticos. Otros, por el contrario, quedaron sorprendidos y desde aquél momento, una idea comenzó a darle vueltas en sus cabezas: la lucha contra el mundo invisible era real, y en el poder de Jesucristo—creyeron—era posible atar las fuerzas del mundo de las tinieblas.
Desarrollo
- El poder de Atar y desatar
Los cristianos impactamos el mundo espiritual desde el mundo físico. A este aspecto de trascendencia se refiere el poder que utilizamos los cristianos de atar y desatar, teniendo como fundamento las armas más poderosas: el ayuno y la oración, que nos permiten derribar fortalezas.
Atar y desatar tiene como fundamento dos raíces griegas deo y luo.
ü Vamos al primer término: atar. Se deriva del vocablo deo que literalmente vertemos al español como ligar, envolver, poner una atadura.
ü El segundo es desatar, que viene del griego luo. Denota desligar, desatar, libertar, deshacer, soltar.
ü Estas palabras eran comúnmente usadas entre los judíos en el sentido de prohibir y permitir. Esto significa que cuando Jesús habló sobre atar y desatar, estaba hablando de permitir y prohibir. En otras palabras Jesús estaba diciendo que cualquier cosa que hagamos en acuerdo con las direcciones de Dios y en obediencia a Su voluntad, será revalidado en el cielo.
La ilustración de atar y desatar la encontramos en una escena cuando el Señor Jesús enseñaba a sus apóstoles respecto al perdón:
“Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano. Pero si no, lleva contigo a uno o dos más, para que "todo asunto se resuelva mediante el testimonio de dos o tres testigos”. Si se niega a hacerles caso a ellos, díselo a la iglesia; y si incluso a la iglesia no le hace caso, trátalo como si fuera un incrédulo o un renegado. »Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo. »Además les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el cielo. Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”(Mateo 18:15-20, Nueva Versión Internacional)
ü Observe se habla en un contexto de perdón, de desatar a alguien a quien tenemos atado por el resentimiento, el odio o cualquier manifestación en contra producto del daño que hayamos recibido.
ü La esencia, el atar y desatar tiene también una connotación espiritual sobre la base de que desde el mundo físico impactamos el mundo espiritual.
ü Revise el texto y observe que el Señor Jesucristo fue enfático en asegurar que él respondería a cualquier cosa que pidiéramos dos o tres que nos hubiésemos puesto de acuerdo en algo, en Su nombre.
Bajo ese cimiento, estamos convencidos como creyentes, que ejercemos autoridad de Jesús para atar y desatar, desde el mundo material, lo que se produce en el ámbito espiritual.
¿Cómo recibimos la habilidad para atar?
Para poder caminar en la autoridad de atar y desatar debemos entender algunas cosas.
- El diablo ya está derrotado y sin poder
ü Lo primero que debemos entender es que Jesús ya ha derrotado al diablo (Colosenses 2:13-15). sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. 13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
ü Jesús pagó el precio por el pecado, derrotó al diablo y lo dejó sin poder por toda la eternidad, también venció a la muerte (1 Corintios 15:55-56).
ü Como creyentes debemos entender que Jesús despojó al diablo de toda autoridad y nos la dio a nosotros (Lucas 10:19). He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.
- Tenemos las llaves del Reino de los Cielos
Mateo 16:19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
ü nos muestra cómo Jesús nos dio las llaves del Reino de los Cielos, eso significa que tenemos acceso a sus leyes y las cosas que lo gobiernan.
ü Tenemos la habilidad de aplicar esos principios y recibir las cosas que la Biblia promete, porque en la Biblia, las llaves son un símbolo de poder y autoridad (Isaías 22:22) “y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará y nadie abrirá.”
- Tenemos poder en la alabanza
ü Durante tiempos de guerra, en la época en que fue escrita la Biblia, muchas veces se enviaba primero a los que tocaban instrumentos. La razón de esto es que hay poder en la alabanza (2 Crónicas 20:21-22). Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre.22 Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab, y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros:
ü Poder es desatado cuando escogemos alabar al Señor en medio de situaciones adversas. No solamente lo alabamos cuando las cosas van mal, lo alabamos todo el tiempo.
- Aplicar literalmente lo que la Palabra de Dios
ü Tenemos autoridad porque la Palabra de Dios nos da autoridad y debemos ejercer esa autoridad de lo contrario, seremos mayordomos deficientes, de la gracia que Dios nos ha dado.
ü Una autoridad santa, viene únicamente, al aplicar correctamente la Palabra de Dios, en una determinada situación.
ü Por tanto, como creyentes, nuestra responsabilidad más importante es la de incrementar nuestro conocimiento y entendimiento de la Palabra de Dios, solo así podremos aplicar nuestra autoridad correctamente
(2 Timoteo 3:16).Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
- Autoridad delegada
ü Resulta interesante notar que el Señor Jesús delegó la autoridad para poner en derrota el mundo de las tinieblas.
ü El amado Salvador envió a setenta de sus discípulos de dos en dos: “¡Vayan ustedes! Pero fíjense que los envío como corderos en medio de lobos.”(Lucas 10:3, Nueva Biblia al Día)
ü Fue un trabajo muy extenuante. “Los setenta y dos discípulos regresaron contentos de la misión y dijeron:--Señor, hasta los demonios nos obedecen cuando les damos órdenes en tu nombre. Él les respondió:--Yo vi a Satanás caer del cielo. Si, yo les he dado a ustedes poder para pisotear serpientes y escorpiones para vencer todo el poder del enemigo, y nada les hará daño. Sin embargo, no se alegren de que los espíritus les obedezcan, sino alégrense de que sus nombres están escritos en el cielo.”(Lucas 10:17-20, Nueva Biblia al Día)
· Si bien es cierto, Satanás y sus huestes procuraron nuestra destrucción, tenemos la autoridad de Cristo y es fundamental que la ejerzamos.
· No podemos olvidar que las batallas pueden ser complejas, pero en el Señor Jesús somos más que vencedores.
· Es por esa razón que usted y yo estamos llamados a atar y desatar. Es actuar en forma ofensiva y no asumir una actitud pasiva, que reacciona ante los ataques.
· La autoridad la dinamizamos desde el plano físico para que afecte la dimensión espiritual.
¿Dónde comienzan y se fortalecen las batallas?
Las batallas de Satanás y sus huestes en contra nuestra, comienzan con los pensamientos. Desde el mundo espiritual de las tinieblas ejercen influencia en el área física.
ü Una vez el enemigo controla lo que piensa una persona, le resulta fácil afectar la totalidad del organismo.
ü Paralelamente la maldad incide en las circunstancias, que inexplicablemente pueden tornarse adversas contra el género humano.
ü Un ejemplo lo encontramos cuando Satanás atacó a Job y producto de su arremetida, destruyó su familia y sus propiedades ( Job 1:6-20)
ü Como creyentes con nuestra atención puesta ( en la guerra espiritual, atamos toda acción de Satanás y sus huestes, y desatamos libertad sobre las personas, incluyendo bendiciones en los planos personal y espiritual. Ejercemos autoridad, la autoridad que nos delegó el Salvador. Lo hacemos como soldados del ejército de Dios, en nuestra condición de intercesores.
ü No hay límites de tiempo ni distancia para que el Padre celestial responda a nuestras oraciones.
ü Tenga presente que es intercesión, clamor y ruego delante de Dios, como ganamos las batallas contra el mundo de las tinieblas.
ü Es importante reconocer que al atar o desatar, estamos confesando con los labios, aquello que creemos en el corazón:
“La lengua tiene poder para su vida o para muerte; los que la aman sufrirán las consecuencias.”(Proverbios 18:21, Nueva Biblia al Día).
· Cabe anotar aquí que podemos atar incluso a distancia y, si intercedemos por alguien, no importa que la persona se encuentre a kilómetros de distancia del sitio donde estamos orando.
¿Cuándo y cómo atar?
Debemos atar cuándo hacemos guerra espiritual, en oración, intercesión y al pelear la buena batalla de la fe. A pesar de que el diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8), la sangre de Jesús niega su poder.
En Efesios 4:27, la Biblia dice que no debemos darle lugar al diablo. Nuestra respuesta como creyentes debe ser la de resistirle y la Biblia dice que él huirá de nosotros (Santiago 4:7). La palabra “huirá” en Santiago 4:7 significa “correr aterrorizado”.
El diablo corre aterrorizado, no porque seamos personas especiales, sino por la autoridad que Dios nos ha dado.
La acción de desatar
ü Como cristianos, atamos en la autoridad de Jesucristo las obras de Satanás y sus huestes, pero ligado a esto, desatamos a influencia de un demonio de enfermedad, desatamos sanidad en el nombre glorioso de Jesucristo.
ü Atamos y rompemos toda opresión física y espiritual, y desatamos liberación, en lo personal y lo espiritual. Proclamamos libertad y bendiciones con nuestros labios, así como declaramos atada toda fuerza del mundo espiritual de maldad.
ü Como siervos de Jesucristo atamos lo malo y confesamos y proclamamos lo que creemos.
ü Es tiempo de actuar, con la misma decisión que asumió el profeta Jeremías cuando Dios le dijo: “Hoy comienza tu trabajo; prevenir a las naciones y a los pueblos del mundo. De acuerdo con mis palabras, expresadas por tu boca, yo derribaré unos y los destruiré, y plantaré y cuidaré a otros, los fortaleceré y engrandeceré.”(Jeremías 1:10, Nueva Biblia al Día)
ü Es imperativo que actuemos, como lo que realmente somos: intercesores que se mueven en el poder de Dios.
· No podemos ser pasivos e indiferentes en la batalla espiritual que se libra alrededor nuestro, como lo hicieron los israelitas porque Dios “Se asombró de que nadie interviniera y decidió salvarlos con su poder y su justicia.”(Isaías 59:16, Nueva Biblia al Día)
· Tenemos que entender bien que se nos a dado mucha más autoridad de la que habían imaginado. Ya no es cosa de oración por la cual clamamos: “Oh, Dios, por favor ven y haz algo contra estos demonios horrorosos que nos han dado un tiempo tan difícil.” Mas bien es cuestión de levantarnos en el poder en el nombre de Jesús y decir al demonio lo que debe hacer”.
ü Cuando atamos el poder de Satanás y desatamos el mover de Dios, estamos actuando en la autoridad que nos delegó el amado Salvador Jesucristo.
Atar al hombre fuerte
ü Si no atamos el poder del Adversario y sus huestes, él seguirá dominando. El Señor Jesús enseñó a sus discípulos y también a nosotros, la imperiosidad de atar al hombre fuerte: “¿Cómo podrá alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y robarle sus bienes, si primero no lo ata? Sólo así podrá robarle.”(Mateo 12:29, Nueva Biblia al Día)
ü Es fundamental que neutralicemos a nuestro enemigo y su séquito de colaboradores, parea que podamos ministrar liberación a los cautivos, y recobrar el territorio del que haya tomado posesión.
ü Le invito a recordar el caso de la mujer que por espacio de dieciocho años estuvo atada por Satanás con una enfermedad: “…y estaba allí una mujer que por causa de un demonio llevaba dieciocho años enferma. Andaba encorvada y de ningún modo podía enderezarse. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Al mismo tiempo, puso las manos sobre ella, y al instante la mujer se enderezó y empezó a alabar a Dios. Indignado porque Jesús había sanado en sábado, el jefe de la sinagoga intervino, dirigiéndose a la gente: Hay seis días en que se puede trabajar, así que vengan esos días para ser sanados, y no el sábado. --¡Hipócritas! —, le contestó el Señor—. ¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro en sábado, y lo saca del establo para llevarlo a tomar agua? Sin embargo, a esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada durante dieciocho largos años, ¿no se le debía quitar esta cadena en sábado.” (Lucas 13:11-16, Nueva Versión Internacional)
· La palabra enferma está relacionada aquí con atada. Era la situación bajo la cual la tenía sometida el enemigo espiritual. El propio Señor Jesús reconoció que era alguien “…a quien Satanás tenía atada durante dieciocho largos años…”
· El poder y autoridad que Dios nos delegó a través de su amado Hijo Jesús, nos permite ministrar libertad a quienes se encuentran bajo ataduras.
· Es esencial que asumamos desde hoy esa posición de batalla, confrontando las huestes del mundo de las tinieblas. Nos movemos en la autoridad y poder de Jesucristo. Él es quien nos otorga la victoria pata atar y desatar. Atamos el poder demoníaco, proclamamos la liberación del poder de Dios.
- Armas usadas para atar al diablo
Es importante cuando vamos a la batalla, saber qué armas nos han sido dadas para luchar.
1. La sangre de Jesús* – Apocalipsis 12:11.
ü La primera arma que tenemos es la sangre de Jesús. Sin importar la situación que estemos enfrentando o que vayamos a enfrentar, la sangre de Jesús fue suficiente para pagarlo todo (Romanos 8:37-39).
ü Ahora somos más que vencedores en nuestra batalla con el diablo y los deseos de este mundo. Debemos tener fe en la sangre de Jesús y creer que cuando pagó el precio del pecado, lo hizo una vez y eso fue suficiente para darnos la victoria.
2.El nombre de Jesus – Marcos 16:17.
ü Una de las armas más poderosas que tenemos es el nombre de Jesús. Cuando vamos a la batalla, no lo hacemos en nuestro nombre. Lo hacemos en el nombre de Jesús.
ü Jesús nos ha dado su nombre para pelear. Por ejemplo si voy a un supermercado, tomo algo y me salgo con ese producto sin pagarlo, lo más seguro es que me arresten por robar. Pero si yo fuera el hijo del dueño del supermercado y mi padre me hubiera enviado a traerle algo, sería una historia diferente. Yo estaría yendo en su nombre y eso me daría cierta autoridad. Lo mismo es cierto en nuestro caminar cristiano. Estamos yendo en el nombre de Jesús y Dios es nuestro Padre por eso tenemos ciertos privilegios.
3. Tenemos poder en la alabanza
ü Durante tiempos de guerra, en la época en que fue escrita la Biblia, muchas veces se enviaba primero a los que tocaban instrumentos.
ü La razón de esto es que hay poder en la alabanza (2 Crónicas 20:21-22)
ü Poder es desatado cuando escogemos alabar al Señor en medio de situaciones adversas.
No solamente lo alabamos cuando las cosas van mal, lo alabamos todo el tiempo.