El Dios no conocido 2º parte. título

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Introducción:

¿Porqué tenemos ideas tan bajas de Dios? ¿Porqué no nos sorprende la grandeza de él?
Una respuesta muy razonable la encontramos en las palabras del escritor J.I Packer en el prefacio de 1975 a su libro “conocer a Dios”, el dice lo siguiente:
“Algo que descubrí a los inicios de mi vida cristiana y que he ido aprendiendo a lo largo del tiempo dentro de este misericordioso proceso hasta el día de hoy...., es que la primera pregunta que debo hacerle a cualquier texto de la Escritura no tiene que ver con lo que dice acerca de mí, sino con lo que dice acerca de Dios...... Además de esto, hubo otra cosa en mi vida que fue parecida a la revolución astronómica que inició Copérnico: me di cuenta de que yo no era el centro del universo, sino Dios.”
No comprendemos verdaderamente la grandeza de Dios porque estamos centrados en nosotros mismos. Es como una persona que al estar en presencia de un hermoso paisaje en vez de detenerse a contemplarlo decide tomarse una selfie para luego ir al próximo lugar a tomarse la siguiente foto sin nunca comprender la grandeza del lugar donde se encuentra porque mas le importa aparecer el mismo en la foto”
Y el problema que acarrea esto es que, al vivir centrados en nosotros, y en nuestros pensamientos, no solo ignoramos la grandeza de Dios si no que también pervertimos al idea que tenemos de él. Motivados por nuestro ego hacemos un Dios a nuestra imagen y semejanza.
¿Qué tan grabe es esto?
Para entender la gravedad de esto leamos el siguiente texto de la Escritura:
Hechos de los Apóstoles 17:30–34 “30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; 31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. 32 Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. 33 Y así Pablo salió de en medio de ellos. 34 Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.”

Desarrollo:

I. La falsa creencia en Dios es un pecado del cual hay que arrepentirse.

Hechos de los Apóstoles 17:30 “30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;”
Anteriormente Dios pasó por alto este pecado. No que no lo vaya a juzgar ya que de toda obra tendremos que dar cuenta a Dios, sino mas bien quiere decir que Dios les permitió que siguieran en su pensamiento, como lo que el mismo Pablo dijo cuando estuvo en Listra: Hechos de los Apóstoles 14:16–17 “16 En las edades pasadas él ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos;17 si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones.”
Sin embargo ahora Dios les manda que se arrepientan y les advierte de juicio que vendrá.
Este llamado al arrepentimiento nos enseña que Dios no acepta que se crea de cualquier manera en él.
Lo que Dios está reclamando a los hombres aquí no es solo la idolatría, el hecho de creer en dioses falsos, lo cual también es un pecado grabe. Lo que reclama aquí es tener una creencia o pensamiento equivocado de Dios. Todo esto es lo que Pablo venía diciendo en su sermón:
Les había dicho que Dios es el Creador y por lo tanto es incorrecto pensar que se le puede retener o depositar en un templo hecho por manos humanas.
Les había dicho que Dios creó a los hombres y que por lo tanto es incorrecto pensar que Dios necesita algo de nosotros.
Que Dios gobierna la vida de los hombres y está cerca de cada uno para que le busquen.
Que todos procedemos de Dios y que por lo tanto es incorrecto pensar que Dios sea semejante a alguna escultura con que el hombre pudiera representarla.
Con todos estos argumentos Pablo intentaba persuadirles que los pensamientos que ellos tenían de Dios eran incorrectos. No procedían de la revelación de Dios si no de la imaginación del hombre.
Al decir que debían arrepentirse les estaba diciendo que debían reconocer que las creencias que tenían eran incorrectas. Debían de cambiar de pensar acerca de Dios.
Ap: eso es lo que Dios pide de nosotros hoy. Debemos identificar qué creencias incorrectas acerca de Dios hemos tenido. Ideas o pensamientos que proceden de nuestra imaginación producto de querer centrar todo en nosotros y no en Dios.

II. Es necesario arrepentirse de este pecado porque Dios lo juzgará por medio de Cristo Resucitado.

Hechos de los Apóstoles 17:31 “31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.”
¿Cual es la razón por la cual debían arrepentirse de sus falsas creencias de Dios?
La razón es que Dios les juzgaría por ese pecado. Dios tiene todo el derecho de que se crean en él como él es y por lo tanto juzgará el pecado de no tomar en cuenta su revelación.
¿Cómo juzgará al mundo?
Por medio de su Hijo Jesús.
¿Qué demuestra esto?
La resurrección.
Acts 2:32–36“A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.”

III. La respuesta que Dios espera de nosotros es que renunciemos a nuestros pensamientos acerca de Dios y reconozcamos la revelación de Dios.

Hechos de los Apóstoles 17:32–34 “32 Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. 33 Y así Pablo salió de en medio de ellos. 34 Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.”
La resurrección estaba directamente en contra de los que ellos creían, el amor que ellos tenían por su creencia no les permitió escuchar las razones de Pablo.
A pesar de ellos algunos si creyeron al mensaje de Pablo. Siempre la predicación de la verdad traerá salvación de almas.
Es necesario abandonar nuestra imaginación y nuestros propios pensamientos o especulaciones acerca de Dios y volvernos a su revelación. Como dice el profeta Isaías en Isaías 55:6–9 “6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. 8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”

Conclusión:

¿Qué pensamientos tenemos acerca de Dios?
1 Chronicles 29:10–12 “Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo. Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos.”
Exodus 34:6–7 “Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.”
Nuestro Dios se nos revela en las Escrituras grande y maravilloso. Dejemos de empequeñecer a Dios creyendo en él deacuerdo a nuestra imaginación y regocigémonos en la grandeza de su gloria con que se nos revela en las Escrituras.
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