Jesucristo es el sacrificio perfecto

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El cumplimiento de los propósitos de salvación de Dios expresados en los pactos del AT, con la mediación de Jesucristo y sellado con su sangre. Se trata de un pacto de la gracia, los beneficios de los cuales incluyen el perdón, una nueva relación con Dios y, a través del Espíritu Santo, una transformación interna que permite la obediencia a sus demandas y así asegura que no volverá a ser quebrantado.

Notes
Transcript

Contexto

Hoy honramos el sacrificio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, aquel que abrio el nuevo pacto entre Dios y los hombres.
1 Corintios 11:25 NTV
De la misma manera, tomó en sus manos la copa de vino después de la cena, y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto entre Dios y su pueblo, un acuerdo confirmado con mi sangre. Hagan esto en memoria de mí todas las veces que la beban».

Jesucristo, el mediador del nuevo pacto

El nuevo pacto se cumple en el Mesías

Malaquías 3:1 NTV
«¡Miren! Yo envío a mi mensajero y él preparará el camino delante de mí. Entonces el Señor al que ustedes buscan vendrá de repente a su templo. El mensajero del pacto a quien buscan con tanto entusiasmo, sin duda vendrá», dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.
Ver también Is 42:6; Is 49:8

El nuevo pacto es efectuado a través de la muerte de Jesucristo

Hebreos 9:15 NTV
Por eso él es el mediador de un nuevo pacto entre Dios y la gente, para que todos los que son llamados puedan recibir la herencia eterna que Dios les ha prometido. Pues Cristo murió para librarlos del castigo por los pecados que habían cometido bajo ese primer pacto.
Ver también He 9:16–17

El nuevo pacto es sellado con la sangre de Jesucristo

Lucas 22:20 NTV
Después de la cena, tomó en sus manos otra copa de vino y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto entre Dios y su pueblo, un acuerdo confirmado con mi sangre, la cual es derramada como sacrificio por ustedes.
Ver también Éx 24:8 La sangre fue un elemento importante para sellar el pacto en Sinaí; Jn 6:54; 1 Co 10:16; 1 Co 11:25; He 10:29

El ministerio del Espíritu Santo

2 Corintios 3:6 NTV
Él nos capacitó para que seamos ministros de su nuevo pacto. Este no es un pacto de leyes escritas, sino del Espíritu. El antiguo pacto escrito termina en muerte; pero, de acuerdo con el nuevo pacto, el Espíritu da vida.
Ver también Is 59:21; Ez 36:26–27; Ro 8:2–4; 2 Co 3:8

Las bendiciones superiores del nuevo pacto

La gracia y misericordia de Dios

He 12:24 La sangre de Abel clamó a Dios por la justicia y la venganza, la sangre de Jesucristo, derramada para sellar el nuevo pacto, clama por misericordia y perdón.

Un perdón completo

Hebreos 8:12 NTV
Y perdonaré sus maldades y nunca más me acordaré de sus pecados».
Ver también Jr 31:34; Ro 11:27; He 10:17

Liberación de la ley de condenación

2 Co 3:9; Gl 3:13–14

Una capacitación interior parta obedecer las leyes de Dios

Jr 31:32–33 El viejo pacto fue roto debido a que sus demandas no eran satisfechas. Bajo el nuevo pacto los requerimientos de la obediencia no son abolidos, pero al escribir sus leyes en los corazones humanos, Dios da la capacidad para satisfacer las demandas del pacto.
Ver también Jr 32:38–40; Ez 11:19–20; 2 Co 3:3; He 8:9–10; He 9:14; He 10:16

Un nuevo conocimiento de Dios

Hebreos 8:11 NTV
Y no habrá necesidad de enseñar a sus vecinos ni habrá necesidad de enseñar a sus parientes, diciendo: “Deberías conocer al Señor”. Pues todos ya me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande.
Ver también Jr 31:34; 2 Co 3:15–16

Una relación renovada con Dios

Ez 37:26–27 “paz” se refiere al bienestar material y espiritual, la paz real es posible sólo para aquellos que están en una relación correcta con Dios. La fórmula “Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo” se asocia también con el pacto abrahámico y especialmente con el sinaítico.
Ver también Jr 24:7; Jr 31:1; Ez 34:30–31; Os 2:19–23

Un sacerdocio superior

Hebreos 8:6 NTV
Pero ahora a Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, se le ha dado un ministerio que es muy superior al sacerdocio antiguo porque él es mediador a nuestro favor de un mejor pacto con Dios basado en promesas mejores.
Ver también He 7:22; He 9:24–25

Un sacrificio superior

Hebreos 9:14 NTV
Imagínense cuánto más la sangre de Cristo nos purificará la conciencia de acciones pecaminosas para que adoremos al Dios viviente. Pues por el poder del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio perfecto por nuestros pecados.
Ver también He 9:20–23; He 9:26–28; He 10:4; He 10:8–14

Un pacto duradero

Is 61:8; 2 Co 3:11
Ver también Jr 50:5; He 8:7; He 8:13; He 13:20
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