La Segunda Entrada Triunfal
La Segunda Entrada Triunfal
Apocalipsis 7:9-15
INTRODUCCIÓN: Siempre me ha gustado el Domingo de Ramos. Significa oficialmente, el principio de la Semana Santa. Ahora, esta entrada, no solo debe recordarnos lo que fué, sino también apuntarnos a lo que ha de ser.
9Después de esto miré, y vi una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos. 10Clamaban a gran voz, diciendo: «¡La salvación pertenece a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero!». 11Y todos los ángeles que estaban en pie alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, se postraron sobre sus rostros delante del trono y adoraron a Dios, 12diciendo: «¡Amén! La bendición, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, la honra, el poder y la fortaleza sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. ¡Amén!».
13Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: «Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?». 14Yo le dije: «Señor, tú lo sabes». Él me dijo: «Estos son los que han salido de la gran tribulación; han lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre del Cordero. 15Por eso están delante del trono de Dios y lo sirven día y noche en su templo. El que está sentado sobre el trono extenderá su tienda junto a ellos.
Le llamo a este pasaje, “La Segunda Entrada Triunfal”. En ella hay palmas, alabanzas, Jesús otra vez está en el centro de todo. Pero aún así hay diferencias.
- La primera multitud era una mezcla de gente, la segunda está compuesta de solo creyentes y ángeles.
- La primera miraba adelante a lo que podía ser, la segunda mira lo que YA es.
- La primera estaba enfocada en la esperanza de la liberación temporera, mientras que la postrera experimenta libertad eterna.
La segunda entrada triunfal será sin duda superior a la primera. ¿Por qué?
I. ENTENDEREMOS POR COMPLETO LA GRANDEZA DE DIOS Y SU GRACIA HACIA NOSOTROS.
EXPLICACIÓN: Si algo va a hacer el cielo, es abrir nuestros ojos. Cuando veamos a Dios en Su santidad, nos daremos cuenta de nuestra naturaleza. Y cuando veamos la grandeza de su carácter, entenderemos nuestra necesidad. (Isaías 6:1-8)
1El año en que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el Templo. 2Por encima de él había serafines. Cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban. 3Y el uno al otro daba voces diciendo: «¡Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!». 4Los quicios de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la Casa se llenó de humo. 5Entonces dije: «¡Ay de mí que soy muerto!, porque siendo hombre inmundo de labios y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos». 6Y voló hacia mí uno de los serafines, trayendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas. 7Tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa y limpio tu pecado. 8Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.
Isaías era conocido como un hombre recto. Pero aún así, cuando se encontró con Dios, vió la profundidad de su pecado. Lo mismo será verdad para nosotros.
Cuando veamos a Dios cara a cara, no habrá excusas. Las comparaciones serán inútiles. Sabremos, que definitivamente, merecíamos Su ira.
Nos daremos cuenta de que estamos delante de él SOLO por la sangre de Su Hijo. Apreciaremos su misericordia y su gracia como nunca antes.
Pasaremos la eternidad en gratitud y adoración, no porque tenemos que hacerlo, sino porque es la única respuesta lógica. (v. 12)
12diciendo: «¡Amén! La bendición, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, la honra, el poder y la fortaleza sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. ¡Amén!».
En aquel día veremos la grandeza de Dios y entenderemos nuestro pecado, pero veremos por primera vez la profundidad de Su amor. Será un día espectacular.
II. ESTAREMOS AL OTRO LADO DE NUESTRAS LUCHAS.
EXPLICACIÓN: Será mi imaginación, pero parece que la lucha se ha convertido más intensa últimamente. Donde quiera que mires, hay personas pasando por tiempos muy difíciles. Por eso, es que este pasaje es de tanto ánimo. Nos recuerda que la lucha no seguirá para siempre, aunque parezca así. (vv. 13-14)
13Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: «Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?». 14Yo le dije: «Señor, tú lo sabes». Él me dijo: «Estos son los que han salido de la gran tribulación; han lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre del Cordero.
¿Quiénes eran aquellos de ropas blancas? Aquellos que han sobrevivido las pruebas de la vida, que han permanecido fieles aunque la vida ha sido dolorosa y difícil, que han mantenido la fe.
ILUSTRACIÓN: ¿Alguna vez se han preguntado por qué la gente corre en maratones? La mayoría sabe que no van a llegar en el primer lugar. Durante la carrera sufren de calambres, fatiga y deshidratación. Pasan meses castigándose y privándose de muchas cosas, en preparación para la carrera. ¿Por qué? Por el gozo y la satisfacción de cruzar la meta. No es el ganar... sino el sobrevivir y conquistar, lo que trae el gozo.
Así será el cielo. Corremos ahora, por la gloria de terminar la carrera. El apóstol Pablo escribió... (2 Timoteo 4:7-8)
7He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 8Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
Pablo no dice que había sido fácil. Era una batalla... pero aún estaba en pie. Lo que lo mantenía corriendo... lo que nos mantiene corriendo... es saber que un día estaremos delante del trono. Entonces todo, todo, valdrá la pena. La carrera terminará y habremos de cruzar la meta final.
III. COMENZAREMOS A EXPERIMENTAR LA VIDA QUE NUNCA NOS ATREVIMOS A IMAGINAR.
EXPLICACIÓN: Escuchen estas sublimes palabras... (Apocalipsis 21:3-4)
3Y oí una gran voz del cielo, que decía: «El tabernáculo de Dios está ahora con los hombres. Él morará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron».
No habrá más hambre o sed; nuestros deseos serán satisfechos en él. No lucharemos más con las fuerzas de la naturaleza. La misma solo traerá gozo. No más razón para llorar, no más angustia, no más decepción, no más pérdidas devastantes, nunca más tendremos que enterrar a alguien que amamos.
Conoceremos el perdón; al ser libres del castigo, pero también de nuestros recuerdos. Las cicatrices serán sanadas, la culpa silenciada; la mancha será quitada. ¡Qué gran día será ese! No más cáncer, no más artritis, ni el “flú”; no más lentes, no más frustraciones ni fracaso.
El punto es simple... en ese día recibiremos la vida que siempre hemos deseado. Una vida que pensamos no era posible, que algún día Dios efectuará.
CONCLUSIÓN:
Quisiera preguntarte hoy, ¿será esta tu morada final? ¿Estarás en esa multitud en ese día?
La Biblia dice que será un grupo grande, pero exclusivo.
- Personas que sabían las palabras correctas estarán ausentes.
- Muchos que iban a la iglesia cada domingo no estarán allí.
- Muchos que fueron bautizados, faltarán.
- Muchos que han hecho grandes obras, aún milagros, no serán incluidos.
Solo aquellos que han atado su futuro a lo que Cristo ha hecho por ellos. Aquellos que reconocen su necesidad de un Salvador, y han respondido anclando su vida a él. Aquellos que realmente confían en JESÚS. No están jugando a la religión... confían en él para salvación, guía, sabiduría y gracia. Tanto en tiempos de prueba como en tiempos de aflicción, confían en él.
¿Estará usted presente en ese día? ¿Estará usted en esa segunda entrada triunfal? No es demasiado tarde para estar seguro.
Solo necesitas... (plan de salvación)
Para aquellos que lo están, ¿donde está su enfoque para la vida? ¿Está anclado al presente o al futuro? Si perdiera todo lo que tiene, ¿sentirías que no tienes nada o que tienes todo lo que necesitas en Cristo?