¡Aclamen con alegría al Señor, habitantes de toda la tierra!
Adoren al Señor con gozo.
Vengan ante él cantando con alegría.
¡Reconozcan que el Señor es Dios!
Él nos hizo, y le pertenecemos;
somos su pueblo, ovejas de su prado.
Entren por sus puertas con acción de gracias;
vayan a sus atrios con alabanza.
Denle gracias y alaben su nombre.
Pues el Señor es bueno.
Su amor inagotable permanece para siempre,
y su fidelidad continúa de generación en generación.