TRABAJANDO EN EQUIPO

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Las seis “C” de un ministerio saludable.

Trabajando en equipo (INTRO)

Hemos sido llamado a servir en el ministerio junto a otros, y no solos. Muchos optan por servir a Dios de forma solitaria, por su cuenta, incluso algunos que son parte de un ministerio o grupo de trabajo en la iglesia, prefieren no trabajar con los demás.
La Palabra de Dios es clara en enseñar que no es bueno que el hombre esté solo, y en mostrar que fuimos llamados a vivir y servir en comunidad. En la vida y servicio junto a los demás se pueden corregir las fallas de cada uno, las necesidades individuales pueden ser satisfechas y lo incompleto de cada uno encuentra su plenitud, para que Dios pueda manifestar su amor al mundo y el mundo crea.
Proverbios 27:17 NVI
El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre.
1 Corintios 12:21–27 NVI
El ojo no puede decirle a la mano: «No te necesito.» Ni puede la cabeza decirles a los pies: «No los necesito.» Al contrario, los miembros del cuerpo que parecen más débiles son indispensables, y a los que nos parecen menos honrosos los tratamos con honra especial. Y se les trata con especial modestia a los miembros que nos parecen menos presentables, mientras que los más presentables no requieren trato especial. Así Dios ha dispuesto los miembros de nuestro cuerpo, dando mayor honra a los que menos tenían, a fin de que no haya división en el cuerpo, sino que sus miembros se preocupen por igual unos por otros. Si uno de los miembros sufre, los demás comparten su sufrimiento; y si uno de ellos recibe honor, los demás se alegran con él. Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro de ese cuerpo.
Debemos dejar de pensar individualmente y empezar a pensar como comunidad. Debemos dejar de vivir y servir en el ministerio en base a propósitos y metas personales y empezar a vivir y servir rindiendo los propósitos personales al propósito de toda la iglesia de Jesucristo sobre esta tierra.
La iglesia como un grupo de creyentes organizados, y los equipos ministeriales de la iglesia, como un grupo de obreros organizados, todos trabajamos juntos para cumplir con la misión encomendada por el Señor Jesús: la misión de llevar las buenas noticias de salvación hasta lo último de la tierra, haciendo discípulos a todas las naciones.
La misión de la iglesia no se puede cumplir con un montón de creyentes siguiendo cada uno su visión personal y sirviendo a Dios cada uno por su lado. La misión de la iglesia solo se puede cumplir si los discípulos de Cristo aprendemos a ponernos de acuerdo y a organizarnos para trabajar por un mismo propósito, que el evangelio sea predicado y que Dios sea glorificado.

1. LA IGLESIA COMO EQUIPO

¿Qué es un equipo?

Un equipo es un grupo de personas organizadas que trabajan juntas para la realización de una tarea o el logro de un objetivo.
En el sentido más amplio de la expresión, es toda la iglesia local.
En este sentido deberíamos decir que:
• Trabajar en equipo es ser CUERPO.
• Trabajar en equipo es hacer MINISTERIO.
• Trabajar en equipo es tener PROTAGONISMO.
• Trabajar en equipo es operar bajo la GRACIA.

Trabajar en equipo es ser CUERPO

La iglesia no es ni más ni menos que el cuerpo de Cristo, vivo y saludable, sobre la tierra.
Efesios 4:15–16 NVI
Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro.

La iglesia es el cuerpo de Cristo

Efesios 5:23 NVI
Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo.
Hablando de la relación de la iglesia con Cristo: El apóstol enseñó que el marido es cabeza de la mujer como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es SU cuerpo y él es su Salvador.
Como iglesia somos la representación vicaria y visible de Cristo en la tierra. Lo que somos y hacemos como iglesia es lo que finalmente el mundo y la sociedad perciben de la persona y el ministerio de Cristo en relación con ellos.
Hay lugares en el mundo donde la imagen que tienen de Cristo es la de uno que les asesinó y destruyó sus familias. ¿Por qué es eso? Por que eso es lo que hizo la iglesia en el nombre de Cristo.
¿Qué piensan de Cristo nuestros vecinos, compañeros de escuela o de trabajo? Lo que ven en nosotros como creyentes, pero por sobre todo lo que ven que la iglesia es y hace. Somos el cuerpo de Cristo, dejemos que Él, por ser la cabeza, empiece a dirigir su cuerpo y manifieste, a través del mismo, su carácter y sus obras, las cuales manifiestan el amor de Dios para con este mundo.

La iglesia es un cuerpo en Cristo

Romanos 12:4–5 NVI
Pues así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás.
Hablando de la relación de la iglesia consigo misma: El apóstol dice que en un cuerpo tenemos muchos miembros y así nosotros siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo.

La iglesia es al mismo tiempo UN cuerpo y MUCHOS miembros.

Eso habla de la convivencia en la iglesia del individualismo de sus miembros con su ÚNICA identidad en Dios y la identidad que los miembros encuentran en el conjunto de la iglesia. Hay una clara distinción entre el sentido de individualismo y el sentido de conjunto. Por eso el apóstol dice: siendo MUCHOS somos UNO.
Todo ‘cuerpo’ y todo ‘equipo’ debe enfrentar dos dimensiones:
La del individuo con toda su individualidad y la del grupo con toda su complejidad. Por eso cuando en el cuerpo/equipo tenemos individuos imponiendo su individualidad, entonces promovemos un cuerpo/equipo fraccionado e incompleto; y por lo tanto, enfermo e incapaz de lograr algo. Asimismo, cuando en el cuerpo/equipo se ignora la individualidad de sus miembros, entonces promovemos miembros resentidos e insatisfechos, y por consiguiente, enfermos e incapaces de dar lo mejor de ellos al cuerpo/equipo. La condición de individualidad del miembro siempre contribuye y afecta en mayor o menor proporción a la realidad del conjunto del cuerpo. Así como también es cierto que el conjunto del cuerpo contribuye e impacta con su condición a la realidad individual de cada miembro.
Por eso el apóstol dice:
1 Corintios 12:26–27 NVI
Si uno de los miembros sufre, los demás comparten su sufrimiento; y si uno de ellos recibe honor, los demás se alegran con él. Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro de ese cuerpo.

La iglesia es un cuerpo que tiene que crecer por la actividad de sus muchos miembros.

Efesios 4:15–16 NVI
Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro.
La actividad es saludable para el crecimiento y edificación del cuerpo cuando hay una correcta fusión entre la individualidad de sus miembros y la identidad del conjunto. La correcta fusión entre la individualidad y el conjunto forman un cuerpo/equipo y cuando
ese equipo tiene los elementos espirituales y bíblicos necesarios como UN cuerpo se transforman en un Equipo de Dios.
La iglesia como un cuerpo es lo que hoy llamamos “un equipo”.
Aunque el término ‘equipo’ es mucho más limitado que la figura de un cuerpo, lo usaremos para conectar con la imagen más popular que hoy tenemos en relación a la vida y el trabajo en conjunto en la iglesia.
EQUIPO / CUERPO

Trabajar en equipo es hacer MINISTERIO

1 Timoteo 1:12 RVR60
Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio,
Un equipo en la iglesia no se ve a sí mismo simplemente como un grupo de música o un comité o una organización que realiza una tarea y por lo tanto persiguen ciertos objetivos sino como algo más que eso, se ven así mismo como un ministerio, esto es: Un grupo de personas organizadas que trabaja entre sí para servir a Dios.
La palabra ‘ministerio’ en 1 Timoteo 1:12 es una traducción del término griego “diakonía” que representa la idea de hacer un servicio como sirviente. Hacer los mandados, ser un ayudante, realizar los quehaceres domésticos.
Hacer ministerio es hacerle los mandados a Dios, es ser el sirviente de Dios en los quehaceres domésticos del día a día. Hacer ministerio tiene dos dimensiones, una vertical y otra horizontal. Vertical porque sirvo a Dios haciendo lo que me pide que haga. Y horizontal, porque mi servicio a Dios tiene que ver con ir y servir al prójimo, siendo un instrumento de Dios para que Dios obre en otros.
En este sentido, por ejemplo, un grupo de alabanza no solamente hace un trabajo musical cuando la iglesia se congrega, sino que hace ministerio, porque al tocar su música y dirigir la alabanza lo hacen como un medio de Dios para que obre a través de ellos y para llevar a quienes se han congregado a la presencia de Dios donde pueden encontrarse con Él y recibir su toque.
La pregunta que debemos hacernos es: ¿Por qué lo que realizamos no es solo trabajo, sino ministerio? La respuesta a esta pregunta es lo que hará la diferencia entre simplemente estar ocupado en algún trabajo necesario en la iglesia o estar colaborando con lo que Dios necesita que hagamos para que Él pueda ministrar a su pueblo y hacer lo que desea en la vida de sus hijos.

Trabajar en equipo es tener PROTAGONISMO

Filipenses 3:12 NVI
No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí.
Un equipo en la iglesia busca estar en el centro del plan de Dios y de la misión de Dios para los hermanos en Cristo. Por lo tanto pretende:
• Perseguir su visión hasta vivirla
• Poseer lo que persigue
• Llegar a la meta
• Realizar la tarea encomendada
Un equipo en la iglesia es protagonista porque busca hacer la tarea de Dios y no la agenda de un individuo en particular. La tarea de Dios primaria que los ministerios cristianos realizamos y los objetivos que perseguimos se construyen procurando que “aquellos que no conocen a Jesucristo, le conozcan como su Salvador y Señor; y aquellos que ya le conocen, que crezcan hasta alcanzar la estatura y la plenitud de Cristo”.
Un equipo en la iglesia es protagonista porque busca la visión de Dios y no la visión de un individuo en particular. Lo que perseguimos en la vida debe ser el llamado de Dios para nuestro ministerio, debe ser lo que Dios quiere que persigamos. Debemos dejar de decir: “Tenemos una visión de Dios para el equipo”, y comenzar preguntándole a Dios: “¿Qué ves en nosotros? ¿Qué quieres que logremos o alcancemos?”. Recién entonces, teniendo claro el plan de Dios, podremos decir: “Yo tengo una visión de Dios para mi vida”.
Un equipo en la iglesia puede fracasar en su protagonismo por tres razones fundamentales:
• Por no conocer la visión de Dios.
• Por perseguir la visión humana y no la de Dios.
• Por conocer la visión de Dios y nunca alcanzar el protagonismo de la misma.
Un equipo en la iglesia es protagonista cuando a través de la tarea que realiza y mediante su influencia alcanza lo que Dios quiere que alcance, posee lo que Dios quiere que posea, trasciende hasta donde Dios quiere que trascienda, y llega tan lejos como Dios quiere que llegue, siendo protagonista de la obra de Dios y en la obra de Dios.
EQUIPO / CUERPO
MINISTERIO / PROTAGONISTA

Trabajar en equipo es operar bajo la GRACIA

1 Corintios 15:10 NVI
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia que él me concedió no fue infructuosa. Al contrario, he trabajado con más tesón que todos ellos, aunque no yo sino la gracia de Dios que está conmigo.
Para dejar de ser un equipo con una visión solamente y llegar a ser un equipo de ministerio, protagonista de esa visión de Dios, se necesita reconocer que si somos algo y si algo logramos es simplemente por la gracia de Dios en nosotros y en nuestro ministerio.
Un equipo de ministerio va más allá de trabajar simplemente para realizar una tarea o cumplir unos objetivos, sino que trabaja para que la gracia de Dios no sea en vano en ellos.
Nada de lo que somos o hacemos tiene verdadero significado si no se ve a través del lente de la gracia de Dios. Este es un aspecto relacionado directamente con la soberanía de Dios, es la acción intencional de un Dios todopoderoso, que decide actuar en nuestro favor, a favor del ser humano, es Dios actuando aunque no lo merezcamos.
Gracia es un favor inmerecido. Es más que un regalo, aunque algunas versiones traducen la palabra como regalo; recalco: Gracia es un favor, es la acción intencional de un Dios todopoderoso, que decide actuar en nuestro favor, a favor del ser humano, es Dios actuando aunque no lo merezcamos. Es el favor inmerecido de Dios sobre nuestras vidas.
Un autor interpreta esta gracia de Dios como “la fuente de nuestras posibilidades”. La gracia de Dios despierta en nosotros dones y talentos y sobrepasa nuestra capacidad humana. Y el mismo autor afirma que “la gracia de Dios es un bálsamo curativo, que nos hace superar las limitaciones mentales, emocionales, espirituales. Es ese poder que obra a favor nuestro y permite que nosotros podamos realizar todo lo que hay que realizar”.
EQUIPO / CUERPO
MINISTERIO / PROTAGONISTA
OPERANDO BAJO LA GRACIA DE DIOS

Las seis C en la iglesia como un equipo y en los equipos de la iglesia

Proverbios 13:4 NTV
Los perezosos ambicionan mucho y obtienen poco, pero los que trabajan con esmero prosperarán.
Las seis C son los seis CATALIZADORES que transforman a un grupo de personas que trabajan juntas en la iglesia en un equipo de ministerio. Son las seis VIRTUDES que reflejan nuestra esencia como cuerpo, son los seis INDICADORES que revelan quienes somos como hijos de Dios, y son los seis ELEMENTOS que además traen salud a la iglesia y a sus ministerios.

CONSAGRACIÓN

Vivir y obrar en santidad
2 Timoteo 2:19 NVI
A pesar de todo, el fundamento de Dios es sólido y se mantiene firme, pues está sellado con esta inscripción: «El Señor conoce a los suyos», y esta otra: «Que se aparte de la maldad todo el que invoca el nombre del Señor».
La consagración es donde la salud y el servicio de todo equipo en el ministerio comienzan. Es la entrega a Dios antes que a los demás y antes que al trabajo o la tarea a realizar. Es vivir y obrar en la santidad que con la conducta privada y púbica honra a Dios.
La consagración le da al equipo el carácter de Dios. Es dedicarse y separarse para Dios ofreciéndole la vida en santidad. En la vida cristiana y el ministerio todo debe comenzar con la consagración.
2 Corintios 8:5 NVI
Incluso hicieron más de lo que esperábamos, ya que se entregaron a sí mismos, primeramente al Señor y después a nosotros, conforme a la voluntad de Dios.
La entrega a Dios debe ser incondicional, viviendo un estilo de vida que le agrade y brindando un servicio que lo glorifica.
2 Timoteo 2:21 RVR60
Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.
En este texto encontramos tres resultados de la consagración a Dios:
a. Un instrumento para honra, santificado.
b. Un instrumento útil al Señor.
c. Un instrumento dispuesto para toda buena obra.
La consagración hará que tu vida sea para honra de Dios, siendo útil y eficaz en lo que hagas, y la disposición será tu característica para toda buena obra.

COMPROMISO

Vivir y obrar con responsabilidad
1 Timoteo 1:12 RVR60
Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio,
El compromiso es donde la salud y el servicio de todo equipo comienzan a expresarse en lo práctico. Es la entrega a la visión y la tarea asignada, asumiendo la responsabilidad de ambas cosas. Es vivir y obrar con responsabilidad. Es la fidelidad que atiende y multiplica lo recibido de Dios.
El compromiso le da al equipo la pasión de Dios. Es ser responsable con la tarea asignada poniendo cuidado y atención en lo que se hace. En el compromiso se manifiesta nuestra fidelidad. Hablar de una persona fiel es habalr de alguien cuyo comportamiento se corresponde con la confianza puesta en ella, o con la que exige Dios a través del llamado que le ha hecho.
Cuando uno se compromete, asume la responsabilidad del cargo que ocupa y del trabajo que tiene que realizar. Además, está dispuesto a responder y rendir cuentas de los actos propios o los de otros que están en su equipo.
Lo opuesto al compromiso es el indiferentismo, que es la indiferencia, la frialdad, el desapego, el desinterés, la falta de sentido de responsabilidad, la infidelidad con el equipo y en el cumplimiento de la tarea asignada.
Cuando el Señor Jesús enseñan, en Mateo 24.45-51, Mateo 25.14-30 y Lucas 16.10-13 sobre los siervos fieles del Reino de Dios, nos revela la naturaleza del compromiso en contraste con la naturaleza del indiferentismo.
El compromiso es la lealtad que nace de la elección propia de ser parte del equipo y relacionarse con el líder y sus compañeros con amor y obediencia. Por su parte el indiferentismo es esa disponibilidad traicionera de abandonar al equipo en las circunstancias difíciles o frente al beneficio personal, disponibilidad que se revela en la tendencia a relacionarse con el líder y sus compañeros de equipo a través del odio, la desobediencia y el desprecio.
Cuando asociamos el compromiso con ser prudente, confiable, leal, productivo y recompensable, estamos definiendo el compromiso en el equipo como la fidelidad que atiende y multiplica lo recibido de parte de Dios.
Compromiso es ser fiel para realizar lo encomendado, pero también es multiplicar lo que se recibió para el beneficio del reino de Dios.

COMPETENCIA

Vivir y obrar con capacidad
2 Corintios 3:4–6 NVI
Ésta es la confianza que delante de Dios tenemos por medio de Cristo. No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios. Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.
La competencia es donde la salud y el servicio de todo equipo comienzan a expresar su capacidad para cumplir con la visión y la tarea asignada. Es la entrega a la visión y la tarea asignada, asumiendo la responsabilidad de hacerlo bien. Es vivir y obrar con capacidad. Es la excelencia que combina corazón y talento para mostrar la gloria de Dios.
La competencia le da al equipo la habilidad de Dios. Es suficiencia en conocimiento y habilidad para realizar la tarea en completa dependencia de Dios.
Si la competencia se define como la pericia, la aptitud, la idoneidad para hacer algo, entonces estamos de acuerdo en que para tal competencia se necesita conocimiento y habilidad. Pero si esa competencia manifiesta la habilidad de Dios a través de uno, entonces se necesita agregar el reconocimiento de esa dependencia de Dios.
Conocimiento: es la teoría del trabajo. Es entender, saber, comprender el asunto que nos compete.
Habilidad: Es la práctica del trabajo. Es la gracia, la capacidad, la destreza para ejecutar algo.
Reconocimiento: Es la sabiduría del trabajo. Es confesar con cierta difusión la dependencia y subordinación en que se está con respecto a Dios. Como dijo el apóstol Pablo; “No que seamos competentes por nosotros mismos…, sino que nuestra competencia viene de Dios”.
Cuando la realización de la tarea asignada constituye la suma del conocimiento, la habilidad y el reconocimiento, entonces el resultado es la excelencia que combina el corazón y el talento que muestra la gloria de Dios.
Si hblamos de la excelencia como resultado de combinar el corazón y el talento, entonces estamos hablando de cierto grado de madurez en quien posea algún grado de talento o capacidad que excede las normas ordinarias.
En esto, tener un corazón humilde es fundamental .
Romanos 12:3 NVI
Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado.
En el ministerio no se trata simplemente de hacer las cosas bien, sino de hacerlas para dirigir las miradas del ser humano hacia Dios y que en consecuencia ellos puedan contemplar su gloria y conocer la excelencia de su carácter, la grandeza de su poder y la perfección de todos sus atributos.

COORDINACIÓN

Vivir y obrar en orden
1 Corintios 14:33 NVI
porque Dios no es un Dios de desorden sino de paz. Como es costumbre en las congregaciones de los creyentes,
1 Corintios 14:40 NVI
Pero todo debe hacerse de una manera apropiada y con orden.
La coordinación es donde la salud y el servicio de todo equipo comienzan a expresar su capacidad de trabajar junto a los demás. Es la entrega a la visión y la tarea asignada asumiendo la responsabilidad de hacerlo en armonía. Es vivir y obrar en orden. Es la organización “corporal” (institucional) y espiritual que trae el orden de Dios.
La coordinación le da al equipo el orden de Dios. Es disponer lo necesario procediendo con gran orden, concertando los esfuerzos y los medios disponibles para una acción común.
Es la cualidad del equipo a través de la cual la competencia de sus miembros se armoniza de tal manera que forman un equipo competente. Tal orden le permite al equipo crecer y ser edificado como el templo donde el Espíritu Santo pueda habitar, al mismo tiempo que avanza y lleva a cabo de forma completa la obra a realizar.
Efesios 2:20–22 NVI
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular. En él todo el edificio, bien armado, se va levantando para llegar a ser un templo santo en el Señor. En él también ustedes son edificados juntamente para ser morada de Dios por su Espíritu.

COOPERACIÓN

Vivir y obrar con ayuda
Hebreos 13:16 NVI
No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque ésos son los sacrificios que agradan a Dios.
La cooperación es donde la salud y el servicio de todo equipo comienzan a expresar su disposición de trabajar para los demás. Es la entrega a la visión y la tarea asignada, asumiendo la responsabilidad de toda la visión y la tarea de todos. Es vivir y obrar con ayuda. Es la unidad que trae y manifiesta la ayuda de Dios.
La cooperación le da al equipo la ayuda de Dios. Es la disposición de ayudarnos los unos a los otros buscando el bien de todo el grupo.
La cooperación es obrar juntamente con otro u otros para un mismo fin, de cara a un objetivo común.
Es buscar el bien de todo el grupo y no solamente mi bien personal. Es trabajar por los logros de todo el frupo y no solamente por mis logros personales. Es trabajar para que el otro se vea bien, le vaya bien y tenga éxito y no solo yo.
Cada vez que a alguien en el equipo las cosas le salen bien, entonces todo el equipo hace las cosas bien. Lo mismo es a la inversa. Criticar y desacreditar al otro y lo que hace, nunca, pero nunca, es saludable para el equipo.
Filipenses 2:3–4 NVI
No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás.

COMPAÑERISMO

Vivir y obrar en comunidad
Eclesiastés 4:9–10 NVI
Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!
El compañerismo es donde la salud y el servicio de todo equipo comienzan a expresar su disponibilidad de trabajar a favor de otros. Es la entrega a los demás asumiendo la responsabilidad de velar por su bienestar y desarrollo. Es vivir y obrar en comunidad. Es la amistad que activa el amor protector de Dios.
El compañerismo le brinda al equipo el cuidado de Dios. Es dedicarse a los demás en comunión experimentando vivencias que edifican.
Es estar unidos en un mismo sentir. Es más que trabajar para el otro y con el otro, es participar en los sentimientos del otro o de todos. Es desarrollar con los demás un afecto o un estado de ánimo que provoca cuidar del otro manifestando un amor que busca su bienestar.
Compañerismo es tener comunión.
En el compañerismo, la comunión es el elemento fundamental. La comunión es la participación e interacción entre dos o más personas. La comunión es básicamente incluir al otro o a los otros en el espacio de la vida personal y, en el caso del equipo, en el espacio del ministerio. Para incluir se necesita prestar atención y aceptar a los demás tal como son.
Comunión = prestar atención + aceptar + incluir
Compañerismo es ser compañeros.
El compañerismo es el vínculo que existe entre compañeros. La definición popular de compañero es cada uno de los individuos de que se compone un cuerpo o una comunidad y que se acompañan para algún fin.
Hechos de los Apóstoles 13:13 NVI
Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar desde Pafos, y llegaron a Perge de Panfilia. Juan se separó de ellos y regresó a Jerusalén;
Hechos de los Apóstoles 19:28–30 NVI
Al oír esto, se enfurecieron y comenzaron a gritar: —¡Grande es Artemisa de los efesios! En seguida toda la ciudad se alborotó. La turba en masa se precipitó en el teatro, arrastrando a Gayo y a Aristarco, compañeros de viaje de Pablo, que eran de Macedonia. Pablo quiso presentarse ante la multitud, pero los discípulos no se lo permitieron.
En los textos bíblicos encontramos a Lucas haciendo referencia aquellos que servían en el ministerio juntamente con Pablo como “compañeros”.
Un compañero es aquel que es socio, cómplice, participante de los mismo. Los miembros de un equipo que han construido una relación de compañeros saben que los que sirven con ellos son socios y cómplices que participan en el ministerio en todas sus manifestaciones, sea en lo emocional (compañeros de aflicciones y compañeros de consolación), sea en las confrontaciones con el reino de las tinieblas (compañeros de milicia, compañeros en el esfuerzo y en la lucha).
2 Corintios 1:7 RVR60
Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación.
Compañerismo es amistad.
Cuando en el equipo se tiene una comunión qeu cultiva el ser compañeros en el ministerio, es común ver que entre sus integrantes se construye en alto grado de amistad, como una familia muy cercana, porque el objeto del grupo como una unidad común radica, por un lado, en vencer las divisiones y, por el otro, en fortalecer a cada uno de los miembros a través de la convivencia y el obrar divino.
El compañerismo en el equipo debe ser la amistad que activa el amor protector de Dios entre sus integrantes.
Proverbios 17:17 NVI
En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano.
Habrá momentos difíciles y algunos más fáciles, acciones y decisiones de otros en el equipo que serán agradables y también desagradables. Pero siempre se tiene la seguridad de que es otro es un canal de la expresión del amor de Dios para nuestra vida.

Compartir

Compartir es estar con los demás para conocerles.
El compañerismo genuino en un equipo comienza al compartir momentos de intimidad con los demás. El único tiempo que los equipos ministeriales pasan juntos es el que tiene que ver con una reunión ministerial. El compañerismo necesita que se compartan momentos con los demás que sena mas personales e informales.
Marcos 3:13–19 (NVI)
Subió Jesús a una montaña y llamó a los que quiso, los cuales se reunieron con él. Designó a doce, a quienes nombró apóstoles, para que lo acompañaran y para enviarlos a predicar y ejercer autoridad para expulsar demonios. Éstos son los doce que él nombró: Simón (a quien llamó Pedro); Jacobo y su hermano Juan, hijos de Zebedeo (a quienes llamó Boanerges, que significa: Hijos del trueno); Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo, hijo de Alfeo; Tadeo, Simón el Zelote y Judas Iscariote, el que lo traicionó.
Jesús nos llamó para que estemos con él, esa es su intención primaria.
Por otro lado, Jesús nos está modelando la importancia de compartir tiempo los unos con los otros, tiempo que podemos estar con la otra persona, no solamente trabajar con ella. La intimidad que Jesús cultivó con sus discípulos es notoria y clave para lo que ellos terminaron siendo en el reino.

Confianza

La confianza consiste en creer en los demás para habilitarlos.
La confianza es la seguridad o gran esperanza que se tiene en el otro. La confianza es el elemento básico para encargar o poner al cuidado de alguien alguna cosa. Es la esperanza firme que una persona tiene en que otra actúe como ella desea o espera.
2 Corintios 7:16 NVI
Me alegro de que puedo confiar plenamente en ustedes.
La confianza es algo que se gana. Que otros confíen en mí, es algo que debo ganarme a través de mi conducta, fidelidad y lealtad.

Compasión

La compasión es sentir lo que sienten los demás para ministrarlos.
La palabra compasión se traduce del hebreo “rahámím”, que tiene relación con “vientre”, y del griego splanchna, “entrañas”, términos que nos dan la idea de un interés por otro con gran sentimiento. Expresan el tener o sentir piedad, sufriendo con el otro al grado que se es movido para obrar a favor del prójimo en necesidad. La compasión es el motor primario en todo creyente para ayudar a su prójimo.
Jesús mostró permanentemente en su ministerio compasión por la gente, y por esa compasión sanaba, liberaba, enseñaba, e incluso les daba de comer.
Mateo 9:36 NVI
Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor.
Mateo 14:14 NVI
Cuando Jesús desembarcó y vio a tanta gente, tuvo compasión de ellos y sanó a los que estaban enfermos.
Mateo 15:32 NVI
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: —Siento compasión de esta gente porque ya llevan tres días conmigo y no tienen nada que comer. No quiero despedirlos sin comer, no sea que se desmayen por el camino.
Es muy importante crecer en nuestra consagración personal, pero al mismo tiempo resulta importante añadirle a la consagración la misericordia y la compasión, que ayudan a levantar al caído, en lugar de juzgarlo.
Gálatas 6:1–2 NVI
Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado. Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.

Confrontar

Confrontar es tratar a los demás con amor cuando nos fallaron.
Donde hay dos o más personas existe la posibilidad de conflictos, malos entendidos, y que hayan conductas o actitudes dañina. Y claro está que hay diferentes maneras en que las personas que integran el equipo enfrentan los conflictos o incluso las actitudes o conductas de sus compañeros.
Todo el equipo debe ponerse de acuerdo en cómo enfrentarán estos momentos. En un equipo donde se busca el compañerismo es importante saber cómo tener una confrontación correcta que transforme los conflictos, que potencialmente pueden ser destructivos, en una situación de crecimiento y edificación para el grupo y los individuos. La única manera correcta es aprender a confrontar a los demás con amor.
Confrontación es ponerse frente a frente. Es un careo entre dos o más personas buscando restauración.
Proverbios 27:5–6 NVI
Más vale ser reprendido con franqueza que ser amado en secreto. Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa.
Para una confrontación saludable, que manifieste el amor que corrige y restaura, se debe tener en cuenta ciertos elementos que deben existir en el equipo como comunidad de compañeros de ministerio.

Accountability

Desarrollen en el equipo una cultura de accountability. La palabra no tiene traducción del inglés, porque no existe el concepto en nuestra cultura.
Accountability es la condición de ser llamado a cuentas, de estar disponible para que se le pregunte sobre su persona y conducta danto cuentas de sí mismo, con la disponibilidad de aceptar, entender y cambiar de ser necesario.

Autoexamen

Promuevan en el equipo el autoexamen como una disciplina espiritual. Es autoexamen como disciplina es prefventivo, porque le permite a cada miembro del equipo pesar sus conductas y actitudes, y cambiar sin necesidad de ser confrontado por Dios o los demás.
1 Corintios 11:30–32 NVI
Por eso hay entre ustedes muchos débiles y enfermos, e incluso varios han muerto. Si nos examináramos a nosotros mismos, no se nos juzgaría; pero si nos juzga el Señor, nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo.
2 Corintios 13:5 NVI
Examínense para ver si están en la fe; pruébense a sí mismos. ¿No se dan cuenta de que Cristo Jesús está en ustedes? ¡A menos que fracasen en la prueba!
Para que toda confrontación sea saludable se debe tener presente que así como cada uno está disponible para que los demás traten con su conducta y carácter, cada uno debe tener la disciplina de considerar antes su propia condición.

Proceso de confrontación

Que el equipo conozca el proceso a seguir cuando se debe confrontar a alguien. El Señor Jesús estableció en Mateo 18 los principios espirituales y los pasos que se debían seguir cuando un hermano peca contra otro. Estos principios y pasos son la columna vertebral de toda motivación y todo proceso de confrontación saludable en un equipo de ministerio.
Mateo 18:15–22 NVI
»Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano. Pero si no, lleva contigo a uno o dos más, para que “todo asunto se resuelva mediante el testimonio de dos o tres testigos”. Si se niega a hacerles caso a ellos, díselo a la iglesia; y si incluso a la iglesia no le hace caso, trátalo como si fuera un incrédulo o un renegado. »Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo. »Además les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el cielo. Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: —Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces? —No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces—le contestó Jesús—.

Confrontación con amor

Establezcan como equipo que toda confrontación será con amor.
Me gusta definir amor como la auténtica y legítima inclinación voluntaria que desea y busca lo mejor para el otro y que se manifiesta en un conjunto de comportamientos y actitudes que traen el bien al ser amado.
Es importante que todo el equipo entienda que esta clase de amor es el catalizador primario de su relación personal.
Efesios 4:15 NVI
Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.
1 Tesalonicenses 5:14–15 NVI
Hermanos, también les rogamos que amonesten a los holgazanes, estimulen a los desanimados, ayuden a los débiles y sean pacientes con todos. Asegúrense de que nadie pague mal por mal; más bien, esfuércense siempre por hacer el bien, no sólo entre ustedes sino a todos.

Los principios de las seis C

Principio 1: Cada una de las seis C provee un aspecto de la naturaleza de Dios, haciendo del equipo la manifestación del corazón y las obras de Dios a través de esos aspectos. La Consagración le da al equipo el Carácter de Dios. El Compromiso le da al equipo la pasión de Dios. La Competencia le da al equipo la habilidad de Dios. La Coordinación le da al equipo el orden de Dios. La Cooperación le da al equipo la ayuda de Dios. Y el Compañerismo le da al equipo el cuidado de Dios.
Principio 2: Las seis C son secuenciales. Comenzando siempre con al consagración, la presencia de la C anterior habilitará la manifestación de la siguiente.
Principio 3: Las seis C son un todo integrado. Se necesita cada una de ellas para que exista una salud plena en el equipo. Cuando falta una, entonces la salud del equipo está incompleta.
Paso 4: Todo equipo debe enfrentar dos dimensiones: la del individuo con toda su individualidad y la del grupo con toda su complejidad.
Principio 5: La condición de individualidad del miembro siempre contribuye en mayo o menor proporción, y afecta para bien o para mal, a la realidad del conjunto del equipo.
Principio 6: La condición de conjunto del equipo siempre contribuye en mayor o menor proporción, y afecta para bien o para mal, a la realidad individual de cada miembro.
Principio 7: Se cultiva una integración saludable en el equipo cuando sus miembros están disponibles para erendir su consagración al compañerismo del grupo, si compromiso a la cooperación en el grupo, y su competencia a la coordinación con el grupo.
Principio 8: Se cultiva una integración saludable en el equipo cuando el compañerismo del equipo promueve la consagración de sus miembros; la cooperación en el equipo fortalece el compromiso de sus miembros y la coordinación en el equipo potencia y lleva a su máxima expresión la competencia de los miembros del equipo.
Principio 9: La C que mantiene con vida las seis C es la Comunicación. Definimos comunicación como transmitir señales mediante un código común al emisor y al receptor. Es decir, cuando estamos diciendo lo que estamos diciendo o haciendo lo que estamos haciendo, nuestras palabras y acciones tienen la misma interpretación yu el mismo significado para nosotros que para aquellos que son receptores de las mismas.
Antes de establecer reglas de comunicación, los equipos deberían comenzar por desarrollar una cultura de comunicación donde las seis C encuentran su ambiente propicio para manifestarse y traer salud a la vida que comparten y al trabajo que realizan.

Para cultivar una cultura de comunicación, tener en cuenta dos cosas:

La conversación intencional antes que el monólogo gerencial.

La tendencia es que los líderes llaman a los miembros del equipo y les comunican de forma unidereccional lo que ellos quieren y piensan. Los miembros del equipo entonces deben interpretar lo mejor posible lo que el líder dice e intentar vivirlo y hacerlo. Pero una cultura de comunicación nunca comienza con los monólogos de un líder. Siempre comienza con las conversaciones entre el líder y los miembros del euqipo. El líder del equipo debe ser intencional en lo que respecta a desarrollar espacios de conversación.

2. La honestidad personal antes que la diplomacia social.

Es importante asegurarnos de que nuestras conversaciones no están caracterizadas por la diplomacia social, donde solo decimos lo que el otro quiere escuchar o donde solo hablamos de asuntos superficiales y sin relevancia para los individuos o el equipo. Nuestras conversaciones deben encontrar ese grado de honestidad personal que os permite hablar de lo que sentimos y cómo nos sentimos, así como también expresar nuestras opiniones y puntos de vista sin temor a ser avergonzados y menoscabados. Para poder expresarse con total honestidad las personas necesitan sentirse valoradas, aceptadas y respectadas. También es muy importante reconocer que honestidad no es la ausencia de amabilidad y gracia mientras hablamos con franqueza. Hablar con honestidad es decir lo que decimos con amor y respeto hacia el otro mientras expresamos nuestras opiniones y nuestras visión de las cosas o las circunstancias sin tabúes ni temores.
Esto es posible, cuando los miembros del equipo están sanos y cuentan con cierto grado de madurez. (agregado)
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