DANDO CUENTAS SOBRE EL MINISTERIO.
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(S. Marcos 6:30))
«Entonces los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado» (S. Marcos 6:30).
INTRODUCCIÓN:
El pasaje nos enseña que los apóstoles tuvieron una reunión con Jesús, donde le dieron un informe oral del ministerio de cada uno. Usted y yo tenemos que dar cuentas de nuestro ministerio, a Jesús primero, y luego al pueblo que ministramos.
I. Sobre lo que hacemos:
I. Sobre lo que hacemos:
1. ¿Damos lo mejor de nosotros mismos?
Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.
da lo mejor de ti an que no te valoren
2. ¿Estamos prestando mucha atención a un área, descuidando las demás?
Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.
3. ¿Antes de hacer algo, lo planificamos?
Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?
cualquier cosa que queremos hacer para Dios oremos meditemos busquemos su perfecta voluntad.
4. ¿Para quién o con qué propósito hacemos las cosas?
muchas veces hacemos las cosas para que la gente que valore nuestro trabajo. buscamos el favor de la gente o el de DIOS.
Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.
a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
II. Sobre la enseñanza que damos:
II. Sobre la enseñanza que damos:
1. Ésta debe ser bíblica.
Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
frase: tu debes predicar lo que la biblia dice,no lo que a ti te gustaria que diga.
2. Ésta debe ser simple.
el sembrador salio a sembrar para que la gente entendiera.
Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
3. Ésta debe llamar la atención.
Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.
4. Ésta debe tomarse en serio.
tomar enserio la predicacion es enseñar biblicamente.
Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte,
para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.
los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
III. Sobre lo que predicamos:
III. Sobre lo que predicamos:
1. No insultemos, exhortemos.
Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes.
retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen.
2. No improvisemos, preparémonos.
Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.
Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.
escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.
3. No dividamos, unamos.
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
4. No desnutramos, alimentemos
Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.
Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño;
desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,
5. No enfriemos, calentemos.
Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará, sino que el sacerdote pondrá en él leña cada mañana, y acomodará el holocausto sobre él, y quemará sobre él las grosuras de los sacrificios de paz.
un lider apagado apagara a los demas
CONCLUSIÓN: No tenga como poca cosa el ministerio que Dios le ha dado. Haga todo lo mejor que pueda, Dios hará el resto. Amén.