Testimonio Ale López

Testimonio

POR SU GRACIA Y MISERICORDIA ESTOY DE PIE

Doy gracias a Dios porque en todo tiempo me ha sostenido. Doy testimonio para SU Gloria que Dios es mi Sanador, Fortaleza, Proveedor, mi Sustento. Por SU Gracia y Misericordia estoy de pie.

DIOS ES MI SANADOR: Testifico que he sido sanada de un problema dermatológico y de COVID. También mi hijo Lucio recibió sanidad. Con las oraciones de Casa de Fe y de mis hermanas. Gracias a Dios todos los estudios salieron bien ¡cómo no vivir agradecida a Dios! Por eso puedo decir lo que está escrito en Romanos:

“ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.” (Romanos 8:39, RVA)

DIOS MI FORTALEZA: Dos meses antes de la pandemia, mi esposo en ese entonces, decidió abandonar el hogar, dejándome toda la responsabilidad. Fue un momento difícil enfrentar la noticia y la realidad.

Lloré, oré y ayuné pidiendo a Dios que no me soltara que sólo con SU ayuda viviría cada día y confío que Dios me sostendrá para sacar adelante a mis hijos.

“... renueva un espíritu firme dentro de mí.” (Salmo 51:10, RVA)

Estando en esta situación llega la pandemia, que me dio el tiempo que necesitaba para estar en comunión con Dios. Fue el tiempo que me ayudó a fortalecerme más; y en verdad, no tuve temor. En ese tiempo, en un sueño escuché claramente un texto bíblico:

“’Clama a mí, y te responderé; y te revelaré cosas grandes e inaccesibles que tú no conoces.” (Jeremías 33:3, RVA)

Desde ese momento, tomé esta promesa para mi vida.

DIOS MI PROVEEDOR: Mi hijo Lucio tenía el proceso de ingreso a la universidad. Sabía que sola no podía, pero sí sabía que a los pies de Cristo mi corazón está descubierto y en oración le entregué a Dios: “Señor, tú sabes que no tengo el recurso económico para los gastos de la universidad”. Le pedí que ÉL fuera mi proveedor y usara los medios que él quisiera. Se lo entregué llorando, orando y ayunando, porque yo no tenía para pagar la universidad y los gastos. Para la Gloria de Dios, en menos de un Dios respondió. Doy testimonio que es una oración respondida.

Lo hizo por mi hijo, lo hará por tu hijo y por nuestros hijos. Cómo no amar a Dios.

Usó a sus tíos en Querétaro, con quienes no habíamos convivido por mucho tiempo, quién me dijo: “Prima, acá tu hijo tiene techo y comida para toda su carrera universitaria”. Dios es mi proveedor.

“Mi Dios, pues, suplirá toda necesidad vuestra, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:19, RVA)

DIOS MI TODO: Esto es lo más difícil: la demanda de divorcio de manera unilateral por parte de mi esposo. Esto fue lo más difícil porque involucra a mis hijos. Siempre cuidé sus corazones para que no fueran afectados y le pedí a Dios me guiara y fortaleciera, porque no podía creer lo que estaba viviendo.

“El día en que tengo temor, yo en ti confío. En Dios, cuya palabra alabo, en Dios he confiado. ¡No temeré lo que me pueda hacer ningún mortal!” (Salmo 56:3–4, RVA)

Cada día buscaba más a Dios y SU Palabra para fortalecerme. Un salmo que me ayudó mucho fue el salmo 121.

Dios es tu guardador, mi guardador y nuestro Guardador.

Para Su Gloria y Honra.

Dios les bendiga.