El Exaltación y el Triunfo del Cristo
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Introducción
Introducción
En nuestro idioma español, tenemos un concepto que se llama el “ustedear”.
Tal vez nunca han escuchado lo que es el ustedear pero si conocen lo que es el tutear.
Se refiere a cuando nos referimos a una persona con el pronombre “usted”.
En México, dentro del círculo familiar usamos el pronombre “tú” cuando nos referimos a una persona menor que nosotros.
El “usted” solo lo utilizamos cuando nos referimos a una persona mayor.
Esto se ve un poco diferente en centro y sud america donde es común el usted entre la familia y el vos entre personas de mayor confianza/amigos.
En una ocasión llegamos a México y yo tenía 10 años. Cuando llegó uno de mis tíos, el mayor de la familia, le dije - ¿Hola tío Daniel, como estás?
Era casi palpable la pena ajena que sintieron mis tías y mis primos al ver al hijo del hermano menor - que no sabía como dirigirse con respeto al patriarca de la familia.
Pronto me acusaron con mi papá y aprendí mi lección de nunca “tutear” a una persona mayor.
Hoy veremos este concepto dentro del contexto del Salmo 110 que cita Jesús en la última semana de su vida, mientras enseñaba en el templo.
¿Cómo debe dirigirse el gran rey David con alguno de sus descendientes?
Lo sorprendente de esto es que David le llama a su propio descendiente - mi Señor.
Es como si yo me dirijo a mi hijo como - su gran majestad, su gran alteza.
No tengo yo porque referirme así a Moshe, pero hay algo en el descendiente de David, en el hijo de David, que lleva a David a referirse a él como “mi SEÑOR”.
Hoy veremos:
La pregunta de Jesús
El SEÑOR y el otro SEÑOR
La lección - la exaltación y el triunfo del Cristo
La pregunta de Jesús
La pregunta de Jesús
En las últimas semanas hemos visto como diferentes grupos han venido a atacar a Jesús con diferentes preguntas.
Todos han hecho preguntas con el fin de atraparlo en alguna palabra mal dicha, mal expresada, etc.
Pero ninguno de ellos han podido contra la sabiduría y enseñanza de Jesús.
De hecho, después que Jesús responde al escriba que quería saber cual era el mandamiento más importante, Jesús responde y luego Marcos escribe:
34 Viendo Jesús que él había respondido sabiamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios». Y después de eso, nadie se aventuraba a hacer más preguntas.
Así que todos han quedado con la boca cerrada. Así que ahora Jesús hace su propia pregunta.
35 Mientras enseñaba en el templo Jesús decía: «¿Por qué dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?
Aquí nos vamos a tener que detener un poco porque en este pasaje hay ciertos conceptos de gran importancia en la Biblia.
Jesús hace una pregunta y se refiere a estos dos conceptos:
El Cristo
El hijo de David
Cristo no es un nombre o un apellido.
Algunos equivocadamente piensan que el nombre del hijo de María es Jesucristo porque se llama Jesús y su apellido es Cristo.
Jesús es su nombre personal.
Pero Cristo no es un apellido. Más bien es un título que se refiere al oficio o rol que ocupa.
Cristo es la traducción griega de la palabra Mesías en hebreo.
Cristo y Mesías son la misma palabra en dos idiomas diferentes.
Nosotros automaticamente los asociamos con Jesús porque hemos escuchado que:
Jesús es el Cristo
Jesús es el Mesías
Pero esto no nos dice que significa Cristo o que significa Mesías.
Para entender lo que significa Mesías podemos debemos ir al Antiguo Testamento.
Cuando se elegía un rey o se consagraba un sacerdote, se hacía un rito en el cual se tomaba aceite y se ungía la cabeza del candidato.
1 Entonces Samuel tomó el frasco de aceite, lo derramó sobre la cabeza de Saúl, lo besó y le dijo: «¿No te ha ungido el Señor por príncipe sobre Su heredad?
En este pasaje Samuel toma aceite y lo derrama sobre la cabeza de Saúl.
Saúl se convierte en el ungido de Dios.
Es aquel que ha sido ungido, consagrado, dedicado para reinar sobre el pueblo de Israel.
Así que todos los reyes de Israel fueron considerados los ungidos de Dios, los mesías de Dios, los consagrados para reinar sobre la nación de Israel.
El segundo concepto que vemos es el de hijo de David.
Esto no se refiere solamente a un hijo varón de alguna persona que se llama David.
No…este es un término muy especifico que se desarrolla en el Antiguo Testamento.
David fue uno de los grandes reyes de Israel.
En cierta ocasión, David quiso edificar para Dios un gran templo para su alabanza.
Pero Dios le dijo que él no iba a edificar el templo:
12 ’Cuando tus días se cumplan y reposes con tus padres, levantaré a tu descendiente después de ti, el cual saldrá de tus entrañas, y estableceré su reino.
13 ’Él edificará casa a Mi nombre, y Yo estableceré el trono de su reino para siempre.
14 ’Yo seré padre para él y él será hijo para Mí. Cuando cometa iniquidad, lo castigaré con vara de hombres y con azotes de hijos de hombres,
15 pero Mi misericordia no se apartará de él, como la aparté de Saúl a quien quité de delante de ti.
2 Samuel 7 es uno de los capítulos sobresalientes de la Biblia porque se conoce como el pacto Davídico (o el pacto de Dios con David).
En este pacto, Dios le promete a David levantar entre sus descendientes un rey cuyo trono será para siempre.
De aquí es donde sale el concepto del hijo de David - el descendiente de David que sería rey sobre Israel, pero no sería un trono de 50-70 años.
Sería un reino perpetuo, eterno, que no tendría fin.
Existen dos reyes que han reinado por más tiempo:
Luis 14, 72 años y 110 días
Isabel II, 70 años y 214 días
Pero, el hijo de David reinará para siempre.
Su reinado continuará para siempre jamás.
David tuvo un hijo que reinó en su lugar - Salomón.
Pero su reino llegó a su fin.
Después de Salomón fue Roboám.
Y siguieron más reyes pero todos ellos murieron.
Su reinos llegaron a su fin en el momento que murieron.
¿Porqué es importante esto?
¿Cómo comienza Marcos su evangelio?
1 Principio del evangelio de Jesucristo el Mesías, Hijo de Dios.
Marcos reconoce que Jesús, el hijo de María, es el Cristo, el Ungido de Dios, el elegido por Dios.
Así que Jesús nace dentro de un contexto en que el pueblo judío vive bajo la opresión de los romanos y están esperando un libertador, un enviado de Dios, alguien que los rescate y los lleve a vivir una vez más la gloría que vivieron en tiempos de David.
Marcos reconoce a Jesús como el ungido, el enviado de Dios.
¿Y como lo reconoce el ciego Bartimeo?
47 Cuando oyó que era Jesús el Nazareno, comenzó a gritar y a decir: «¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!»
El ciego Bartimeo identificó a Jesús como el descendiente del linaje de David que vendría a ocupar el trono de su padre y su reino no tendría fin.
El ciego Bartimeo tuvo más visión espiritual que todos aquellos que podían mirar - Bartimeo al sentir escuchar que Jesús estaba cerca clamó al rey que había sido enviado por Dios para ocupar el trono eterno.
Así que Jesús confronta a la multitud que lo ha visto ministrar por más de tres años.
Ha sanado, ha libertado a los endemoniados, ha resucitado muertos.
No puede ser un hombre común y corriente.
Es alguien mayor a todos los reyes y profetas del pasado.
El SEÑOR y el otro SEÑOR
El SEÑOR y el otro SEÑOR
Así que Jesús los lleva al Salmo 110 donde David escribe un Salmo bajo la inspiración del Espíritu Santo.
36 »David mismo dijo por el Espíritu Santo: “El Señor dijo a mi Señor: ‘Siéntate a Mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies’ ”.
1 Dice el Señor a mi Señor: «Siéntate a Mi diestra, Hasta que ponga a Tus enemigos por estrado de Tus pies».
Este Salmo es sorprendente porque todos saben que el ungido de Dios que vendrá será un descendiente de David.
…en otras palabras es un hijo de David.
Pero aquí veamos como David se refiere a su propio descendiente.
David le llama su propio descendiente - Señor.
David escribe: Yahweh (Jehová) le dijo a mi Adonai (Señor)
En otras palabras, el eterno Dios habló con el descendiente de David a quien él llama - mi Señor.
Es como si yo dijera: El Dios eterno habló con mi descendiente Moshe, es decir su gran majestad Moshe.
Humanamente no había nadie más grande que el rey David.
David no tenía la obligación de rendir homenaje o deferencia a ningún otra persona porque él era la máxima autoridad - todos rinden homenaje al rey y el rey no rinde homenaje a nadie.
Es por eso que en vida Isabel II jamás se inclinó ante ningún otro monarca de la tierra.
Pero en este caso David le llama a su propio hijo - mi Adonai, mi Señor, le demuestra honor, reconocimiento, como a alguien más grande que él.
La lección - la exaltación y el triunfo del Cristo
La lección - la exaltación y el triunfo del Cristo
Esto nos lleva a las últimas palabras de Jesús:
37 »David mismo lo llama “Señor”. ¿En qué sentido es, pues, su hijo?». Y la gran multitud lo escuchaba con gusto.
Jesús dice - ¿por qué si David es el gran rey de Israel, porque le llama a su propio descendiente, mi Señor?
¿Sí es su Señor, como es que también es su hijo?
Es imposible que sea su hijo y su Señor a la misma vez.
No es lógico…a menos que su hijo sea diferente a cualquier otro descendiente.
Ninguno de nuestros descendientes pueden ser más grandes que nosotros porque son ellos quienes descienden de nosotros y no al revés.
Así que la lección que Jesús quiere dar es esta:
Jesús es el hijo de David - desciende del gran rey David y tiene derecho al trono de su padre David.
Jesús es el ungido, el elegido de Dios, el llamado de Dios, el Cristo, el Mesías.
Y Jesús es el descendiente de David (hijo de David) a quien David no solo le llamó “mi Adonai”, “mi Señor”, sino que David tiene el deber, la obligación de honrarlo como tal porque es más grande que David!
David fue mayor que su descendiente Salomón y Roboam…y David fue mayor que sus demás descendientes.
Pero, cuando el Hijo de David, el Mesías, el Cristo, Jesús de Nazaret nace en Belén - ese día nació el único descendiente de David que es mayor que su padre David.
Ese día nació aquel que es sobre todo.
Ese día nació - no otro rey más sino el que es rey de reyes.
Ese día nació - aquel que ocuparía un trono que jamás tendría fin.
Y esto es lo que distingue al cristianismo.
Nosotros creemos que Jesús es supremo.
Jesús reina sobre todo.
Jesús está por encima de todo.
Jesús es digno de toda gloria, honra, alabanza y honor.
Jesús es digno de ser alabado como Dios mismo.
Y veamos lo que el Padre le dice al Señor de David:
36 »David mismo dijo por el Espíritu Santo: “El Señor dijo a mi Señor: ‘Siéntate a Mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies’ ”.
El Dios eterno le dice al descendiente de David - Siéntate a mi diestra.
Esto es lo que el diacono Esteban testifica:
55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios;
Jesús al ascender a los cielos ocupa el lugar de honor y gloria sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso y reina para siempre por encima de todo.
Pero veamos lo último que le dice el Padre - hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies.
En el mundo antiguo cuando un rey conquistaba a otro pueblo, traen a sus enemigos cautivos y los tiraban al suelo.
El rey luego ponía sus pie encima del cuello de su enemigo para mostrar que lo había derrotado.
24 Cuando llevaron estos reyes a Josué, Josué llamó a todos los hombres de Israel, y dijo a los jefes de los hombres de guerra que habían ido con él: «Acérquense, pongan su pie sobre el cuello de estos reyes». Ellos se acercaron y pusieron los pies sobre sus cuellos.
Derrota de los cinco reyes amorreos.
Era una forma de humillar al enemigo y declarar su derrota.
Así que la idea es que llegará el momento en que el hijo de Dios será exaltado, se sentará a la diestra del Padre, y mientras tanto la historia de la humanidad seguirá su rumbo, pero llegará el momento en que Dios hará justicia y los enemigos de su ungido serán derrotados, los enemigos del Mesías serán humillados ante su presencia.
Muchos ignoran que este será el desenlace final de la historia de redención.
Muchos olvidan que algún día Dios hará justicia.
Pero, los creyentes que conocen las Escrituras se regocijan al saber que venimos a adorar a aquel que es el ungido de Dios que es rey por siempre (su reino no tiene fin).
Y aquellos que no reconocen su reino mediante el arrepentimiento de sus pecados, aceptando el señorío de Jesucristo en sus vidas - algún día serán avergonzados.
Reconozcamos pues a aquel que es rey sobre todo.
Es un rey bueno…bondadoso…que estuvo dispuesto a dar su vida para salvarnos de la condenación.