DE SORPRESA EN SORPRESA
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Handout
La Navidad es la conmemoración de la Gran Fiesta del Amor de Dios. En Navidad no debería quedar un enfado en los corazones cristianos, y en tal día se habrían de borrar todos los rencores y deudas, como para empezar una cuenta nueva. Un niño había recibido muchos y muy hermosos juguetes, y pidió permiso a sus padres para invitar a un amigo suyo para jugar con él, ya que el otro, muy pobre, debía carecer de estos. Cuando el invitado partió de nuevo, contento por el feliz día vivido, y por el regalo que su amigo le había hecho, el padre llamó a este y le dijo: —Pero, hijo mío, no te entiendo… ¿No es Luisín el niño que el otro día te pegó en el patio de la escuela? —Sí, papá, pero en la Escuela Dominical nos han enseñado que Navidad es el Día cuando Dios empezó a mostrarnos su perdón…
La Esperanza de Israel
La Esperanza de Israel
La semana pasada vimos que, cuando las cosas parecían muy difíciles y complicadas para Israel… Un hecho portentoso sucedió.
En un pequeño pueblo en las montañas de Judea, justo antes de la era cristiana, los ancianos siempre hablaban de una esperanza, que parecía que demoraba mucho. Y ahora estaban bajo yugo romano. Estaban moralmente descorazonados.
Esperaban el cumplimiento de una promesa.
He aquí, yo os envío al profeta Elías antes que venga el día del Señor, día grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que venga yo y hiera la tierra con maldición.
Hasta este día, los judíos ortodoxos colocan una silla vacía alrededor de la mesa, a la espera de que Elías venga para anunciar al Mesías, en cumplimiento de la palabra de Malaquías.
Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista
Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista
Fue un evento sorpresivo. No lo esperaban. Sin embargo, era el verdadero cumplimiento de la venida de Elías, aunque ellos no lo reconocieron así.
Y mientras Zacarías estaba en el santuario, se le apareció un ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Cuando Zacarías lo vio, se alarmó y se llenó de temor, pero el ángel le dijo: —¡No tengas miedo, Zacarías! Dios ha oído tu oración. Tu esposa, Elisabet, te dará un hijo, y lo llamarás Juan.
Hará que muchos israelitas se vuelvan al Señor su Dios. Él irá primero, delante del Señor, con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y guiar a los desobedientes a la sabiduría de los justos. De este modo preparará un pueblo bien dispuesto para recibir al Señor.
Este niño sería el instrumento humano, usado por Dios, para la conversión de muchas personas, y para prepararlas a recibir el Evangelio de Cristo.
Pero Zacarías no creyó y quedo mudo durante los 9 meses del embarazo de su esposa Elisabet. Mas adelante el relato bíblico nos muestra que recién recobro el habla cuando se le pidió que confirmara el nombre de su hijo como Juan.
Entre tanto, otro hecho portentoso ocurrió al sexto mes de embarazo de Elisabet.
Anuncio del nacimiento del Mesías
Anuncio del nacimiento del Mesías
Ya había sido profetizado ocho siglos atrás por el profeta Isaías.
Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Pero María no lo sabia a ciencia cierta. Solo que nacería de una virgen. Ese niño traería esperanza, pero también confrontación. El ángel Gabriel le da un mensaje extraordinario a esta joven campesina de Nazaret.
IMAGEN
Este era un pueblo pequeño en el norte de Israel, que se elevaba sobre una colina. Debía ser una población pequeña y de poca importancia o bien ser de origen reciente, por cuanto no es mencionada ni en el AT ni en los libros apócrifos, ni siquiera por Flavio Josefo. En nuestros días sigue llamándose en-Násirah; se halla en un vallecito aislado de la Baja Galilea, ligeramente al norte de la gran llanura de Esdraelón, a unos 24 km. al oeste-sudoeste de Tiberias y a unos 140 km. de Jerusalén.
Entonces, “¿Qué de bueno podría salir de Nazaret?” tal como lo dijo Natanael (Juan 1:46).
¿Quién era María?
¿Quién era María?
Dicen los eruditos bíblicos que:
1. Su nombre era María, al que corresponde el hebreo Miriam, como la hermana de Moisés y Aarón, y significa, con la mayor probabilidad, exaltada.
2. Era de linaje real, descendiente de David, como se desprende principalmente de la genealogía de Lucas 3:23.
3. Era virgen, pero prometida en matrimonio (desposada) a un varón llamado José, de la casa de David (Mt. 1:20), aun cuando ejercía el modesto oficio de carpintero o artesano.
4. Vivía en una ciudad de Galilea, llamada Nazaret (v. 26), en un extremo del país y en una región de poca reputación en cuanto a religión y conocimiento de las Escrituras, y tan cerca de la gentilidad, que se la llama “Galilea de los gentiles” (Is. 9:1).
Aquí es donde el ángel la visitó. No hay distancia ni lugar tan bajo que constituyan un obstáculo para recibir los favores que Dios tiene en reserva para los suyos.
—No tengas miedo, María —le dijo el ángel—, ¡porque has hallado el favor de Dios! Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David. Y reinará sobre Israel para siempre; ¡su reino no tendrá fin! —¿Pero cómo podrá suceder esto? —le preguntó María al ángel—. Soy virgen.
María estaba asombrada por este anuncio.
El ángel le contestó: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por lo tanto, el bebé que nacerá será santo y será llamado Hijo de Dios. Además, tu parienta Elisabet, ¡quedó embarazada en su vejez! Antes la gente decía que ella era estéril, pero ha concebido un hijo y ya está en su sexto mes de embarazo. Pues nada es imposible para Dios. María respondió: —Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca de mí. Y el ángel la dejó.
Para comprobar aquel anuncio portentoso del embarazo de su prima Elisabet, María viaja a verla.
Pocos días después, María fue de prisa a la zona montañosa de Judea, al pueblo donde vivía Zacarías. Entró en la casa y saludó a Elisabet. Al escuchar el saludo de María, el bebé de Elisabet saltó en su vientre y Elisabet se llenó del Espíritu Santo. Elisabet dio un grito de alegría y le exclamó a María: —Dios te ha bendecido más que todas las mujeres, y tu hijo es bendito. ¿Por qué tengo este honor, que la madre de mi Señor venga a visitarme? Cuando escuché tu saludo, el bebé saltó de alegría en mi vientre. Eres bendita porque creíste que el Señor haría lo que te dijo.
Sin duda, en la mente de Elisabet, la fe de María contrastaba con la de Zacarías, su propio marido. La fidelidad de Dios es la bienaventuranza de la fe de los santos. Quienes han experimentado en sí mismos el cumplimiento de las promesas de Dios deben animar a otros a esperar que Dios será fiel a su palabra también con relación a ellos.
El Magníficat: Canción de alabanza de María
El Magníficat: Canción de alabanza de María
La profecía de Elisabet era como un eco del saludo de la virgen María, y este cántico es un eco todavía más fuerte de aquella profecía. Podemos suponer a la virgen María fatigada de su largo viaje; sin embargo, se olvida de ello y se siente inspirada de nueva vida, de nuevo vigor y gozo, con la confirmación de su fe renovada.
María respondió: —Oh, cuánto alaba mi alma al Señor. ¡Cuánto mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador! Pues se fijó en su humilde sierva, y de ahora en adelante todas las generaciones me llamarán bendita. Pues el Todopoderoso es santo y ha hecho grandes cosas por mí. Él muestra misericordia de generación en generación a todos los que le temen.
¡Su brazo poderoso ha hecho cosas tremendas! Dispersó a los orgullosos y a los altaneros. A príncipes derrocó de sus tronos y exaltó a los humildes. Al hambriento llenó de cosas buenas y a los ricos despidió con las manos vacías. Ayudó a su siervo Israel y no se olvidó de ser misericordioso. Pues lo prometió a nuestros antepasados, a Abraham y a sus descendientes para siempre.
María permaneció con Elisabet por tres meses, mientras pudieron meditar sobre el gran misterio que en ambas se llevaba a cabo. Luego se marchó antes de que Elisabet diera a luz; probablemente, para no verse envuelta en la publicidad que adquiriría el hecho del nacimiento del Bautista.
Mientras tanto, ¿Qué ocurría en el mundo?
Mientras tanto, ¿Qué ocurría en el mundo?
Según los relatos de los evangelistas Mateo y Lucas, sabemos que gobernaba el Emperador romano César Augusto, Quirinio estaba a cargo de la provincia de Siria; hacia el fin del reinado de Herodes el Grande sobre Judea.
En esos días, Augusto, el emperador de Roma, decretó que se hiciera un censo en todo el Imperio romano. (Este fue el primer censo que se hizo cuando Cirenio era gobernador de Siria).
Todo esto ocurría dentro del plan eterno de Dios, tal como veremos el próximo domingo. Solo como un adelanto leamos esta profecía.
Pero tú, oh Belén Efrata, eres sólo una pequeña aldea entre todo el pueblo de Judá. No obstante, de ti saldrá un gobernante para Israel, cuyos orígenes vienen desde la eternidad.
Tenemos un anuncio: la segunda venida
Tenemos un anuncio: la segunda venida
Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
El detalle es que esta segunda venida de Cristo será también sorpresiva, cuando menos lo esperamos.
Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
¿Qué en cuanto a ti?
¿Qué en cuanto a ti?
¿Cuál es tu situación personal delante de Dios? ¿Estas velando y orando para que aquel día no te sorprenda?
¿Tienes la seguridad de que Cristo es el Señor de tu vida?
Si aún no has dado el paso de arrepentimiento y entrega de tu vida a Cristo, hoy es el día de salvación. Oremos.