Hola amados hermanos, el Señor les bendiga en esta noche. Es para nosotros un gusto poder estar con ustedes compartiendo esta porción sobre la temática que me corresponde a mí en esta noche. Doy gracias al Señor por este enorme privilegio y la gran responsabilidad, y como lo dije esta semana en la reflexión, delante de Dios, antes de enseñar lo que hoy voy a compartir, tengo primero la responsabilidad grandísima de poder vivir con testimonio lo que hoy voy a enseñar, así como también de haberlo escudriñado con un corazón humilde a los ojos de nuestro Dios.