Sermón sin título (2)

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“Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta”. Mateo 1:22
Siempre me han fascinado los primeros capítulos del evangelio de Mateo. Pero ¿por qué comienza con una genealogía tan tediosa? La razón es clara y significativa: mostrar que Dios cumple con lo que dice. Si Él dijo que el Mesías descendería de David; entonces así será. ¿Qué función tiene la genealogía? Dejar registrado que fue así; probar que Dios es soberano; que Él cumple.
Pero no caigas en la trampa que cae la mayoría de la gente que lee la genealogía; no la pases de largo sin pensar en algunas de sus implicaciones. ¿Te das cuenta de que estamos hablando de 2000 años de historia? Considera lo siguiente: ¿te gustaría poder controlar con quién se va a casar tu hija?. Ni tú ni yo tenemos la capacidad de lograr esto. No podemos controlar el corazón de nuestros hijos y mucho menos el corazón de la persona con la que se casarán. ¿Y qué de nuestros nietos? ¿Te gustaría poder controlar con quiénes se casarán tus nietos? Me estoy pasando, ¿verdad? Nadie puede controlar eso. ¡Ni siquiera podemos controlar el corazón de nuestro propio cónyuge!
Pues bien, ahora intenta considerar la miríada de situaciones que tuvieron que darse, todas y cada una de ellas controladas por Dios, para que ¡42 generaciones distintas (durante 2000 años) se casaran exactamente con la persona correcta con el objetivo de que Jesús descendiera de David! Dice Mateo 1:17: “De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce generaciones; y desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones [es decir, 42]”. ¿Puedes llegar a vislumbrar el nivel del control divino?
Estamos hablando de dos mil años de decisiones
de cientos y cientos de personas;
batallas ganadas,
batallas perdidas;
enfermedades,
muertes;
encuentros,
desencuentros;
matrimonios arreglados,
matrimonios por amor;
infinidad de peleas,
infinidad de reconciliaciones;
viajes por todo el mundo antiguo,
personas que jamás hicieron un viaje;
un sinnúmero de países, ciudades y pueblos distanciados por miles de kilómetros;
más encuentros y más desencuentros.
La lista podría seguir, pero creo que captas la idea: “Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta”.
¿Qué es lo próximo que encontramos en el versículo 18? El nacimiento de Jesús. ¡Lo que sucede a continuación es sencillamente fascinante! José, el prometido de María, quiere abandonarla por amor; ¡por amor! (Mateo 1:19). Su piadoso y correcto deseo se ve truncado por la intervención de Dios. (¡Qué preciosa ilustración de nuestra genealogía! Es como si Mateo dijera: “Así funciona la soberanía de Dios”). ¿Qué sucede? Dios mismo manda un ángel para advertir a José y ordenarle que se case con María. ¿Qué habría pasado si esto no hubiera sucedido? ¡Jesús habría muerto! María, embarazada “ilegítimamente”, habría sido apedreada. Pero Dios está en control. ¿Por qué sucedió esto? ¿Por qué Dios intervino? “Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta” (Mateo 1:22).
La historia continúa con la visita de los magos. Éstos se detienen a conversar con Herodes y el rey les pide que le avisen cuando encuentren al niño. Acto seguido, Dios vuelve a intervenir. Envía nuevamente a su ángel para advertir a los magos que regresen por un camino diferente. Ellos obedecen. ¿Qué habría pasado si esto no hubiera sucedido? ¡Jesús habría muerto! Herodes habría logrado su cometido. Pero Dios está en control. ¿Por qué sucedió esto? Para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta (Mateo 2:5).
¿Quieres más ejemplos? En el verso 2:13 Dios vuelve a intervenir. Un ángel le advierte a José que Herodes quería matar al niño y le ordena que se vaya a Egipto. ¿Qué habría pasado si esto no hubiera sucedido? Ya sabes la respuesta; ¡Jesús habría muerto! (Mateo 2:15; 17). Pero Dios está en control.
Finalmente, en 2:19, Dios interviene por última vez y guía a José a volver a Nazaret. ¿Por qué hace esto? “Para que se cumpliera lo que fue dicho por medio de los profetas: Será llamado Nazareno” (Mateo 2:23b). ¿Puedes verlo? Jesús tenía que vivir allí. ¿Por qué? ¡Porque Dios lo había prometido! Paul Tripp tiene razón: “Las promesas de Dios se cumplen hasta donde llegue su soberanía. Puede darte lo que necesitas solo en los lugares donde Él gobierna” Pero tú mismo lo acabas de ver; Él lo gobierna TODO.
Para orar y meditar a lo largo del día:
Dios puede hacer siempre todo lo que quiere, cómo quiere, dónde quiere y cuándo quiere. Él me ha llamado a confiar y dos mil años de historia avalan su palabra.
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