El arca en Asdod y Ecrón

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El arca en Asdod y Ecrón

5 Después de capturar el arca de Dios, los filisteos la llevaron de Ebenezer a Asdod 2 y la pusieron junto a la estatua de Dagón, en el templo de ese dios. 3 Al día siguiente, cuando los habitantes de Asdod se levantaron, vieron que la estatua de Dagón estaba tirada en el suelo, boca abajo, frente al arca del SEÑOR. Así que la levantaron y la colocaron en su sitio. 4 Pero al día siguiente, cuando se levantaron, volvieron a encontrar la estatua tirada en el suelo, boca abajo, frente al arca del SEÑOR. Sobre el umbral estaban su cabeza y sus dos manos, separadas del tronco. 5 Por eso, hasta el día de hoy, ninguno de los que entran en el templo de Dagón en Asdod, incluso los sacerdotes, pisan el umbral.

en aquellos dias cuando samuel crecia al cuidado de eli, 1º Samuel 2:12 (NVI)
12 Los hijos de Elí eran unos perversos que no tomaban en cuenta al Señor. la constumbre de ellos era servir al señor de cualquier forma, sin tener la reverencia y respeto al señor.
1º Samuel 2:17 (NVI)
17 Así que el pecado de estos jóvenes era gravísimo a los ojos del Señor, pues trataban con desprecio las ofrendas que le pertenecían. por su parte samuel seguia sirviendo en la presencia del señor.
eli les llamo la atencion a sus hijos, y ellos no le hicieron caso a la advertencia de su padre.1º Samuel 2:26 (NVI)
26 Por su parte, el niño Samuel seguía creciendo y ganándose el aprecio del Señor y de la gente.
1º Samuel 2:27 (NVI)
Profecía contra la familia de Elí
27 Un hombre de Dios fue a ver a Elí, y le dijo:
1º Samuel 2:29 (NVI)
29 ¿Por qué, pues, tratan ustedes con tanto desprecio los sacrificios y ofrendas que yo he ordenado que me traigan? ¿Por qué honras a tus hijos más que a mí, y los engordas con lo mejor de todas las ofrendas de mi pueblo Israel?”
1º Samuel 2:30–34 (NVI)
30 »Por lo tanto —dice el Señor—, de ninguna manera permitiré que tus parientes me sirvan, aun cuando yo había prometido que toda tu familia, tanto tus antepasados como tus descendientes, me servirían siempre. Yo, el Señor, Dios de Israel, lo afirmo. Yo honro a los que me honran, y humillo a los que me desprecian. 31 En efecto, se acerca el día en que acabaré con tu poder y con el de tu familia; ninguno de tus descendientes llegará a viejo. 32 Mirarás con envidia el bien que se le hará a Israel, y ninguno de tus descendientes llegará a viejo. 33 Si permito que alguno de los tuyos continúe sirviendo en mi altar, será para arruinarte la vista y abatirte la *vida; todos tus descendientes morirán en la flor de la vida. 34 Y te doy esta señal: tus dos hijos, Ofni y Finés, morirán el mismo día.
1º Samuel 3:10–13 (NVI)
10 Entonces el Señor se le acercó y lo llamó de nuevo:
—¡Samuel! ¡Samuel!
—Habla, que tu siervo escucha—respondió Samuel.
11 —Mira—le dijo el Señor—, estoy por hacer en Israel algo que a todo el que lo oiga le quedará retumbando en los oídos. 12 Ese día llevaré a cabo todo lo que he anunciado, de principio a fin, en contra de Elí y su familia. 13 Ya le dije que por la maldad de sus hijos he condenado a su familia para siempre; él sabía que estaban blasfemando contra Dios y, sin embargo, no los refrenó.
1º Samuel 3:18 (NVI)
18 Samuel se lo refirió todo, sin ocultarle nada, y Elí dijo:
—Él es el Señor; que haga lo que mejor le parezca.
1º Samuel 4:1–11 (NVI)
Los filisteos capturan el arca
4 La palabra de Samuel llegó a todo el pueblo de Israel. En aquellos días, los israelitas salieron a enfrentarse con los filisteos y acamparon cerca de Ebenezer. Los filisteos, que habían acampado en Afec, 2 desplegaron sus tropas para atacar a los israelitas. Se entabló la batalla, y los filisteos derrotaron a los israelitas, matando en el campo a unos cuatro mil de ellos. 3 Cuando el ejército regresó al campamento, los ancianos de Israel dijeron: «¿Por qué nos ha derrotado hoy el Señor por medio de los filisteos? Traigamos el arca del pacto del Señor, que está en Siló, para que nos acompañe y nos salve del poder de nuestros enemigos.»
4 Así que enviaron un destacamento a Siló para sacar de allá el arca del pacto del Señor Todopoderoso, que reina entre los querubines. Los dos hijos de Elí, Ofni y Finés, estaban a cargo del arca del pacto de Dios. 5 Cuando ésta llegó al campamento, los israelitas empezaron a gritar de tal manera que la tierra temblaba.
6 Los filisteos oyeron el griterío y preguntaron: «¿A qué viene tanto alboroto en el campamento hebreo?» Y al oír que el arca del Señor había llegado al campamento, 7 los filisteos se acobardaron y dijeron: «Dios ha entrado en el campamento. ¡Ay de nosotros, que nunca nos ha pasado algo así! 8 ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos va a librar de las manos de dioses tan poderosos, que en el desierto hirieron a los egipcios con toda clase de plagas? 9 ¡Ánimo, filisteos! ¡Sean hombres! Si no quieren llegar a ser esclavos de los hebreos, tal como ellos lo han sido de nosotros, ¡luchen como hombres!»
10 Entonces los filisteos se lanzaron al ataque y derrotaron a los israelitas, los cuales huyeron en desbandada. La matanza fue terrible, pues de los israelitas cayeron treinta mil soldados de infantería. 11 Además, fue capturada el arca de Dios, y murieron Ofni y Finés, los dos hijos de Elí.
1º Samuel 5:1–6:1 (NVI)
El arca en Asdod y Ecrón
5 Después de capturar el arca de Dios, los filisteos la llevaron de Ebenezer a Asdod 2 y la pusieron junto a la estatua de Dagón, en el templo de ese dios. 3 Al día siguiente, cuando los habitantes de Asdod se levantaron, vieron que la estatua de Dagón estaba tirada en el suelo, boca abajo, frente al arca del Señor. Así que la levantaron y la colocaron en su sitio. 4 Pero al día siguiente, cuando se levantaron, volvieron a encontrar la estatua tirada en el suelo, boca abajo, frente al arca del Señor. Sobre el umbral estaban su cabeza y sus dos manos, separadas del tronco. 5 Por eso, hasta el día de hoy, ninguno de los que entran en el templo de Dagón en Asdod, incluso los sacerdotes, pisan el umbral.
6 Entonces el Señor descargó su mano sobre la población de Asdod y sus alrededores, y los azotó con tumores. 7 La gente de Asdod reconoció lo que estaba pasando, y declaró: «El arca del Dios de Israel no puede quedarse en medio nuestro, porque ese dios ha descargado su mano sobre nosotros y contra nuestro dios Dagón.»
8 Así que convocaron a todos los jefes filisteos y les preguntaron:
—¿Qué vamos a hacer con el arca del Dios de Israel?
—Trasladen el arca del Dios de Israel a la ciudad de Gat—respondieron los jefes.
Y así lo hicieron. 9 Pero después de que la trasladaron, el Señor castigó a esa ciudad, afligiendo con una erupción de tumores a sus habitantes, desde el más pequeño hasta el mayor. Eso provocó un pánico horrible. 10 Entonces enviaron el arca de Dios a Ecrón pero, tan pronto como entró el arca en la ciudad, sus habitantes se pusieron a gritar: «¡Nos han traído el arca del Dios de Israel para matarnos a todos!» 11 Por eso convocaron a todos los jefes filisteos y protestaron: «¡Llévense el arca del Dios de Israel! ¡Devuélvanla a su lugar de origen, para que no nos mate a nosotros y a todos los nuestros!» Y es que el terror de la muerte se había apoderado de la ciudad, porque Dios había descargado su mano sobre ese lugar. 12 Los que no murieron fueron azotados por tumores, de modo que los gritos de la ciudad llegaban hasta el cielo.
Los filisteos devuelven el arca a Israel
6 El arca del Señor estuvo en territorio filisteo siete meses,

Samuel derrota a los filisteos en Mizpa

2 El arca permaneció en Quiriat Yearín durante mucho tiempo. Pasaron veinte años, y todo el pueblo de Israel buscaba con ansiedad al SEÑOR. 3 Por eso Samuel le dijo al pueblo: «Si ustedes desean volverse al SEÑOR de todo corazón, desháganse de los dioses extranjeros y de las imágenes de Astarté. Dedíquense totalmente a servir sólo al SEÑOR, y él los librará del poder de los filisteos.» 4 Así que los israelitas echaron fuera a los ídolos de Baal y a las imágenes de Astarté, y sirvieron sólo al SEÑOR.

5 Luego Samuel ordenó: «Reúnan a todo Israel en Mizpa para que yo ruegue al SEÑOR por ustedes.» 6 Cuando los israelitas se reunieron en Mizpa, sacaron agua y la derramaron ante el SEÑOR. También ayunaron durante el día, y públicamente confesaron: «Hemos pecado contra el SEÑOR.» Fue en Mizpa donde Samuel comenzó a gobernar a los israelitas.

7 Cuando los filisteos se enteraron de que los israelitas se habían reunido en Mizpa, los jefes filisteos marcharon contra Israel. Al darse cuenta de esto, los israelitas tuvieron miedo de los filisteos 8 y le dijeron a Samuel: «No dejes de clamar al SEÑOR por nosotros, para que nos salve del poder de los filisteos.» 9 Samuel tomó entonces un cordero pequeño y lo ofreció en holocausto al SEÑOR. Luego clamó al SEÑOR en favor de Israel, y el SEÑOR le respondió.

10 Mientras Samuel ofrecía el sacrificio, los filisteos avanzaron para atacar a Israel. Pero aquel día el SEÑOR lanzó grandes truenos contra los filisteos. Esto creó confusión entre ellos, y cayeron derrotados ante los israelitas. 11 Entonces los israelitas persiguieron a los filisteos desde Mizpa hasta más allá de Bet Car, matándolos por el camino. 12 Después Samuel tomó una piedra, la colocó entre Mizpa y Sen, y la llamó Ebenezer, «El Señor no ha dejado de ayudarnos.»

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