PREPARANDOME PARA LA ADORACIÓN PÚBLICA

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CUANDO SE TOMA A LA LIGERA LA ADORACIÓN AL DIOS SANTO, SIEMPRE HAY CONSECUENCIAS Y MÁS CUANDO ÉSTA ADORACIÓN ES UNA ADORACIÓN QUE NO ESTÁ AUTORIZADA POR LA PALABRA DE DIOS.

Notes
Transcript

INTRODUCCIÓN:

3Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló. Lv 10:3.
Estas palabras son el discurso de Moisés a Aarón su hermano, esforzándose por calmar y consolar su corazón, que estaba sin duda sumamente turbado por la gran y dolorosa aflicción que le sobrevino, en la extraña muerte de sus dos hijos: NADAB y ABIÚ. La historia es esta: después de que los hijos de Aarón fueron consagrados al oficio sacerdotal, vinieron a ejercer dicho oficio, el primer día después de su consagración para ofrecer incienso a Dios; se aventuraron a ofrecer incienso con fuego extraño, con otro fuego distinto al que Dios había señalado. Además, el fuego de la ira de Dios se desato sobre ellos y los mató a ambos en el mismo santuario delante de todo el pueblo, porque era un tiempo solemne; siendo el comienzo de la solemne consagración del sacerdocio.
Antes esto, el espíritu de Aarón no pudo menos que estar sumamente turbado al ver a sus dos hijos así castigados. Entonces se le acercó Moisés y le dijo: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: en los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló.
Leemos que en cierta ocasión descendió fuego del cielo en forma de misericordia para consumir los sacrificios; pero ahora descendía el fuego del cielo en forma de juicio para consumir a los sacrificadores, es decir, a Nadab y Abiú. Ellos eran los hijos de Aarón, los hijos de un hombre piadoso, los hijos del sumo sacerdote eran sus hijos mayores, porque Aarón tenía otros hijos además de Nadab y Abiú (Eleazar e Itamar), pero estos eran sus dos hijos mayores. Eran dos jóvenes, fueron castigados en la mejor edad de su edad, eran dos recién consagrados en el oficio de sacerdotes, pues así se encuentra en el capítulo 9. Y eran dos hombres de renombre en el país, y delante de todo el pueblo de Israel, dos hombres a quienes Dios había honrado mucho antes; como encontrarás en Éxodo capítulo 24.
Estos, Nadab y Abiú, fueron hombres de gran reputación y gran renombre, a quienes Dios honró mucho en tiempos anteriores. Porque cuando Dios llamó a Moisés y Aarón con los Ancianos para que fueran a él, escogió a Nadab y Abiú entre los demás, y los nombró. Y dijo a Moisés: “Sube a Jehová, tú y Aarón, Nadab y Abiú, y 70 de los ancianos de Israel”. Moisés y Aarón, Nadab y Abiú son nombrados solamente y luego 70 de los Ancianos en general, pero Moisés, Aarón, Nadab y Abiú, como si estos fueran los cuatro hombres eminentes de renombre entre todo el pueblo de Israel, pero no se nombra a ninguno de los 70 ancianos sino estos dos, además de Moisés y Aarón. Por lo tanto, estos dos que fueron consumidos por fuego extraño, eran hombres renombrados y recién consagrados en su oficio.
¿Cuál fue su pecado? Su pecado fue la ofrenda de fuego extraño, por lo que el texto dice que ofrecieron fuego extraño, que Dios no les ordenó al comienzo del capítulo. ¿Pero Dios lo había prohibido alguna vez? ¿Dónde encontramos que alguna vez Dios les había prohibido ofrecer fuego extraño, o les había ordenado que ofrecieran solo un tiempo de fuego? No hay ningún texto de la Escritura que puedas encontrar desde el comienzo de Génesis hasta este lugar, donde Dios haya dicho en forma explícita, con tantas palabras expresamente: No ofrecerás fuego sino una clase de fuego. Y, sin embargo, aquí son consumidos por el fuego de Dios, por ofrecer fuego extraño.
Encuentro en Éxodo 30: 9 que allí se les prohibió ofrecer incienso extraño, pero no encuentro que se les prohibiera ofrecer fuego extraño. En Levítico 6:13 y en diversos versículos de ese capítulo encontramos que Dios había ordenado que mantuvieran encendido constantemente el fuego del altar, y que nunca lo dejaran apagarse. Ahora bien, esa era al parecer la intención de Dios, que por lo tanto, hicieran uso de ese fuego, y ese fuego solamente.
Dios quiere que capten su significado: Dios envío fuego del cielo sobre el altar, así que al final del capítulo 9 Dios envío fuego del cielo y les dio la orden de mantener ese fuego en el altar constantemente, y nunca dejar que se apagase. Pareciera que Dios quería que ellos captasen su significado, que debido a que había enviado fuego desde el cielo sobre el altar, y les había dado poder para guardarlo constantemente, Dios quería que ellos entendieran cuál incienso o sacrificio él usaría para encenderlo, y que debería ser solo ese fuego y ningún otro, aunque Dios nunca les dijo directamente con esas palabras: harás uso de este fuego y de ningún otro, sino que Dios les haría entender esto. Por tanto, ése es su pecado al ofrecer fuego extraño.
Ahora, sale fuego del Señor y los consume. Algunos piensan que este fuego vino del altar, pero seguramente no podría ser un fuego ordinario que consumió a Nadab y Abiú en este momento, porque encontrarás en el siguiente versículo de mi texto, que los cuerpos de Nadab y Abiú no fueron consumidos por el fuego, no, ni tampoco sus ropas, porque ellos fueron muertos por el fuego y sin embargo sus ropas estaban intactas.
Por lo tanto, no era un incendio ordinario, era un fuego celestial contra ellos para matarlos, porque así dice el texto en el versículo: 4 Y llamó Moisés a Misael, y a Elzaphán, hijos de Uzziel, tío de Aarón, y díjoles: Llegaos y sacad a vuestros hermanos de delante del santuario fuera del campo. 5 Y ellos llegaron, y sacáronlos con sus túnicas fuera del campo, como dijo Moisés. Para que sus ropas y cuerpos no fueran consumidos, solo ellos fueron muertos por el fuego: fueron golpeados con una muerte repentina, y eso en la presencia del Señor: una muerte con la que Dios nunca había amenazado en la palabra antes. Dios nunca había amenazado a los sacerdotes y les había dicho: Si ofrecéis fuego extraño, seréis consumidos por el fuego; pero Dios los hirió de muerte por fuego; no tuvieron tiempo de buscar a Dios, ni siquiera de decir: Señor, ten piedad de mí: no tuvieron tiempo de prometer arrepentimiento en absoluto.
Ahora, en este pesado juicio, el corazón de Aarón posiblemente no podría sino estar muy turbado, sí, y el espíritu de Moisés también, porque Moisés era su tío, y Aarón su padre, no podían sino entristecerse mucho. Pero Moisés, siendo el hermano de Aarón, viendo su espíritu, sin duda extremadamente turbado, estando bajo una muy triste aflicción, y que un hombre tan piadoso como Aarón, viera sobrevenirle a sus hijos un juicio tan triste, y luego viniera Moisés y le hablase cómodamente, y obrara para sostener su espíritu, y ¿de qué manera hace esto? Él no viene como de costumbre a visitar a sus hermanos. ¡Oh! debes contentarte con esto: no, pero él viene y aplica la palabra de Dios, y muestra cómo Dios debe ser santificado; y por eso viene a aquietar el corazón de su hermano Aarón. Esto es lo que el Señor ha dicho, le dice Moisés, procura calmar el corazón de su hermano con lo que Dios habló.
Pero ¿dónde encontramos que Dios habló esto? Es difícil encontrar en cualquier Escritura estas mismas palabras implícitamente antes de este momento. Y por eso Agustín piensa que fue solo la palabra que dios habló, pero no escrita, y así la tuvieron de mano en mano por tradición tantas otras cosas, como la Profecía de Enoc de la que habla el apóstol Judas, no encuentras que esté escrita en el Libro de Dios, y sin embargo el Apóstol habla de esta, de modo que en verdad fue de mano en mano: sí, y encontramos en el Nuevo Testamento cuando Pablo habla de una cosa que Cristo debió haber dicho (las palabras del Señor Jesus, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir), lo cual no se encuentra registrado en los Evangelios, que Cristo lo haya dicho.
Entonces, esto es lo que dijo el Señor, aunque no fue escrito desde el principio de Génesis hasta este mismo lugar, o, aunque no esté registrado en términos expresos, sin embargo, algo se registra con el mismo propósito y efecto: y por lo tanto, parecería que hace referencia a esa Escritura de Éxodo 29:43 “Allí me reuniré con los hijos de Israel; y el lugar será santificado con mi gloria.” Y allí me encontraré con los hijos de Israel, y el tabernáculo será santificado por mi gloria, eso es tanto en efecto, como yo seré santificado en los que se acercan a mí, en los que vienen a adorarme en mi tabernáculo, Seré santificado en todas las cosas que conciernen a mi adoración, estaré seguro de ser santificado allí.
Seré santificado, seré santificado, porque es lo mismo que tienes en la Oración del Señor, santificado sea tu Nombre, solo que esa es la palabra griega, y esta es la hebrea: pero si pudieras traducir esta palabra al griego, debes traducirla por la misma palabra que Cristo habló cuando enseño a sus discípulos a orar, santificado sea tu Nombre, Santificado y santificado es una misma cosa. Señor, que tu Nombre luzca Santo: así seré santificado, es decir, haré que mi Nombre luzca como Santo, se me dará a conocer a mi pueblo y a todo el mundo que soy un Dios santo: eso es el significado de, seré santificado, seré conocido en todo el mundo que soy un Dios santo.
Y seré glorificado ante todo el pueblo, así es en la última parte del versículo, como si Dos dijera: Yo considero que es gloria mía el ser manifestado como santo ante todo el mundo.
Seré santificado; es decir, haré que mi pueblo se rebaje y se conduzca de tal manera que exprese su reconocimiento de mi santidad de manera que, según su apreciación, yo pueda lucir como un Dios santo. Seré santificado por ellos, o de lo contrario, si no santifican mi Nombre de manera activa, es decir, si no se rebajan a sí mismos de modo que expongan la gloria de mi santidad, entonces seré santificado en ellos.
Me rebajaré y me conduciré para con ellos de modo que, por mis acciones sobre ellos, haré que se haga manifiesto que soy un Dios santo; así Dios es santificado de dos maneras, ya sea por la santidad de su pueblo, en su conducta hacia Él, sosteniendo la gloria de la santidad de Dios, como en 1 Pedro 3:15 “santificad a Dios el Señor en vuestros corazones”; los santos santifican a Dios en sus corazones cuando temen a Dios como un Dios santo, lo reverencian y lo aman como a un Dios santo, y así lo santifican en sus vidas, cuando sus vidas presentan la gloria de la santidad de Dios, entonces Dios es santificado.
Pero, sino lo hacemos, entonces Dios se santifica a sí mismo, es decir, en formas de juicio sobre aquellos que no santifican su Nombre en los caminos de santidad. Y así lo tienes en Ezequiel 28:22 Y dirás: Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí yo contra ti, oh Sidón, y en medio de ti seré glorificado: y sabrán que yo soy Jehová, cuando hiciere en ella juicios, y en ella me santificare.
Y todo esto es lo mismo que la frase: En medio de ellos seré glorificado.
Y en Ezequiel 38: 16 y subirás contra mi pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra; será al cabo de los días; y te traeré sobre mi tierra, para que las naciones me conozcan, cuando sea santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos.
Y en Ezequiel 38: 23 Y seré engrandecido y santificado, y seré conocido ante los ojos de muchas naciones; y sabrán que yo soy Jehová.
En el camino de la ejecución del juicio; así me santificaré a mi mismo, y así seré santificado en los que se acercan a mí. En los que están cerca de mí. Cercanos, así se puede leer: es decir, especialmente los sacerdotes que sí se acercaron a Dios. Ezequiel 42: 13 Y me dijo: Las cámaras del norte y las del sur, que están delante del espacio abierto, son cámaras santas en las cuales los sacerdotes que se acercan a Jehová comerán las santas ofrendas; allí pondrán las ofrendas santas, la ofrenda y la expiación y el sacrifico por el pecado, porque el lugar es santo.
Se acercan a Dios especialmente. Pero en general se refiere a todos aquellos que tendrán que ocuparse de mi adoración, quien quiera que venga a adorarme, que tengan cuidado, deben santificar mi Nombre, deben degradarse en mi adoración, de tal modo que mantengan mi Nombre para ser santo. De lo contrario, me manifestaré contra ellos en los caminos de juicio, porque luciré como un Dios santo. Tendré la gloria de mi santidad de una forma u otra dice Dios en los que se acercan a Mí. Como si Dios dijera: Aunque los hombres sean de otra manera, ciertamente estarán dispuestos a favorecer a los que están cerca de ellos, pero yo no lo haré.
Los hombres pasarán antes por las ofensas de los que están cerca de ellos, que de los que no lo están: como supongamos que un extraño comete una ofensa, serías severo con él; pero supongamos que fuera uno de sus propios hijos o parientes, ¿qué haría entonces? ¿No vemos que los hombres prefieren favorecer a sus propios parientes que a los extraños, aunque la ofensa sea la misma? pero no lo haré, dice Dios. Suponga que es uno de su propia familia, ¿no estará listo para disculparlos? Supongamos que fuera su propio hijo el que cometiera tal ofensa, ¡Oh! ¿qué amigos harías para sacarlo del castigo? aunque los hombres lo harían con los suyos, sin embargo, serán amargos y severos con los extraños; sin embargo, no seré así, dice Dios: miren los que están cerca de mí, seré santificado por ellos. Seré santificado en los que se acercan a mí.
Y sobre esto, cuando Moisés dijo así, que Dios sería santificado en los que se le acercaran: este fue el alcance de Moisés y Aarón, como si Moisés dijera: Aarón, aunque confieso que la mano de dios es pesada sobre ti hoy, sin embargo, es conveniente que te sometas a Dios, es conveniente que Dios sea glorificado en todo lo que suceda; eres querido por Dios, pero el Nombre de Dios es más querido para Él que tú: cualquiera que sea la vida de tus hijos, sin embargo, es conveniente que Dios sea honrado y su Nombre sea santificado aunque sea a través de tus hijos, o de tu propio confort. Y por lo tanto, que tu corazón se aquiete, has tenido una gran pérdida y aflicción sobre ti; pero Dios ha tenido gloria; Dios se ha glorificado a sí mismo. ¿Cómo se ha glorificado Dios a sí mismo? Mucho de esta manera; porque de esta manera Dios ha hecho un acto para hacer temer delante de él a todo el pueblo de la tierra; para hacer que lo adoren con toda reverencia.
Todo el pueblo de la tierra viendo un juicio como este y oyendo de él; aprenderán para siempre a temer y a reverenciar a este Dios; dirán: ¿cómo nos presentaremos ante este Dios santo? necesitábamos prestar atención a cómo nos presentamos en su presencia y adorarlo de acuerdo con la forma en que Él mismo sería adorado; como si dijera Moisés: Este honor que Dios tiene por este medio en el corazón de su pueblo se trata de que: debes dar cuenta de un bien mayor que la vida de tus hijos, sean lo que sean. Este es el alcance del discurso de Moisés y Aarón. Ahora, sobre esto, el texto dice:
“Aarón guardó silencio”. Fue silenciado: Puede ser que antes se expresara con dolor, y se entristeciera mucho en palabras; pero ahora estaba tranquilo y no tenía nada que decir, por su silencio reconoció que sus hijos le eran queridos, pero es conveniente que Dios sea glorificado sin importar lo que le suceda a sus hijos, y por lo tanto Aarón calló.
Pero la palabra que aquí se traduce “Calló” significa más que el mero silencio; porque los hebreos tienen otra palabra que significa mero silencio de palabra: pero esto significa, un reposo del corazón, que no continúa en angustia del espíritu, un silencio en el corazón mismo, y un reposo en él; una permanencia de los movimientos del corazón. Encuentro la misma palabra que se usa en las Escrituras; cuando Josué le dijo al Sol, quédate quiero, quédate en Gabaón, Josué 10:12. Es la misma palabra que aquí se traduce, y Aarón “Calló”, es decir, se le impidió seguir molestando o preocupando a sí mismo, o inquieto; mientras que su corazón estaba en un fuerte movimiento violento.
Ahora, el discurso de Moisés lo detuvo, y detuvo su corazón para que se detuviera de una manera maravillosa, como el sol, cuando Josué le dijo que se detuviera. Como si el Señor le hubiera hablado a su corazón: Aarón, tu corazón está en un movimiento muy fuerte, pero considera que debo ser santificado en los que se me acercan; que todos esos movimientos de tu corazón se detengan y se calmen. Así que ahora puedes ver el significado de la Escritura y el alcance de la misma. Ahora, en esta Escritura tienes estos tres puntos especiales y notables:
Que al adorar a Dios, hay un acercamiento a Él.
Que cuando nos acercamos a Dios, debemos cuidarnos de santificar el Nombre de Dios.
Si no santificamos el Nombre de Dios cuando nos acercamos a Él, entonces ciertamente Dios santificará Su propio Nombre a través de nosotros.
Estos son los tres puntos que pretendemos abordar, y sobre todo, él segundo, para que este se maneje en gran medida entre ustedes. Confieso que en otra ocasión he hablado de estas palabras en un sermón, pero ahora pretendo mostrarte, no solo en general, cómo debes santificar el Nombre de Dios en la adoración, sino también en los actos particulares de Adoración: Como santificar su Nombre en la oración, en la recepción del sacramento, en el oír su palabra; en las diversas partes principales de la adoración a Dios, cómo debe ser santificado su Nombre: Porque en todo esto os acercáis a Dios. Y con ese fin he centrado mis pensamientos en esta Escritura.
Pero antes de llegar a estos 3 puntos, que son los puntos principales de las palabras leídas a ustedes, tomaré varias notas de observación que se encuentran aquí y allá, por así decirlo, esparcidas, que son de gran utilidad, y nos ayudarán a hacer uso de esta Escritura en los otros puntos a los que llegaré después, y trataré con más detenimiento.
Primer nota: Que en la adoración de Dios no debe haber nada ofrecido a Dios sino lo que él ha mandado, cualquier cosa con la que nos entrometamos en la adoración de Dios, debe ser aquello que está garantizado por la Palabra de Dios.
Porque este discurso de Moisés ocurrió por causa del juicio de Dios sobre los hijos de Aarón por ofrecer fuego extraño: Ofrecieron fuego que Dios no había mandado. Por eso digo que todas las cosas en la adoración de Dios DEBEN tener una AUTORIZACIÓN de la Palabra de Dios, deben ser ordenadas, no es suficiente que algo no esté prohibido: les ruego que observen esto: que no es suficiente que alguna cosa no esté prohibida, y que pueda o no causar daño. Pero debe haber un mandamiento: confieso que en asuntos civiles o naturales, ahí puede ser suficiente; si es de acuerdo con las reglas de la prudencia, y no está prohibido en la palabra; podemos hacer uso de esto en cosas civiles o naturales.
Pero ahora, cuando llegamos a asuntos de religión y adoración a Dios, debemos tener un mandamiento, o algo que provengan de la Palabra de Dios por alguna consecuencia extraída de algún mandamiento en el que Dios manifiesta su voluntad; ya sea una orden directa, o comparando una cosa con otra, o extrayendo consecuencias claramente de las palabras. Debemos tener una garantía de la adoración de Dios. Uno hubiera pensado de estos sacerdotes al ofrecer incienso al Dios verdadero: ¿que mal podría haber tomado otro fuego? Pero no había ningún Mandato para ello y, por lo tanto, no fue aceptado. Es cierto, hay algunas cosas en la adoración de Dios que son ayudas naturales y civiles, y allí no necesitamos tener ningún mandato: como por ejemplo. cuando venimos a adorar a Dios, la congregación se reúne, deben tener un lugar conveniente para mantenerlos protegidos del aire y del clima.
Ahora, esto es solo una ayudan natural, y en la medida en que uso el lugar de adoración como una ayuda natural, no necesito ningún mandamiento. Pero si voy a poner algo en un lugar más allá de lo que tiene en su propia naturaleza, allí debo buscar un mandamiento. Porque si considero un lugar más santo que otro; o pensar que Dios aceptaría la adoración más en un lugar que en otro: esto es elevar tal lugar por encima de lo que es en su propia naturaleza. De modo que cuando alguna criatura se eleva de manera religiosa, por encima de lo que tiene en ella por naturaleza; sino tengo la Escritura que me lo garantice, soy supersticioso.
Esta regla es muy útil para ayudarte: si alguna cosa creada de la que haces un uso en una forma de religión más allá de lo que es en su propia naturaleza, si no tienes alguna garantía de la Palabra de Dios, cualquier espectáculo engañoso que pueda haber en esa cosa es superstición. En cuanto al lugar, había un lugar que era santo, pero estaba instituido por Dios. Y así, para las prendas, para usar las que son decentes, la luz de la razón es suficiente; pero si les atribuyo algo más de lo que hay en estas, de acuerdo a sus propias naturalezas, cayendo en los superfluo, ¿acaso poseerían estas mayor decencia en sus propias naturalezas? Pues sería algo instituido por el hombre.
Ahora bien, cuando el hombre pone un respeto religioso sobre algo, en virtud de su propia institución, cuando no tiene una autorización de Dios; ¡aquí está la superstición! todos debemos ser adoradores con voluntad dispuesta, pero no debemos adorar de acuerdo a nuestra propia voluntad. Debemos venir libremente a adorar a Dios, pero no debemos adorar a Dios de acuerdo a nuestra propia voluntad y por lo tanto cualquier cosa que hagamos en la adoración de Dios, sino tenemos autorización para ello, cuando se dice esto: “¿Quién requiere esto de tus manos?” esto nos tapará la boca, como se dice en Mateo 15:9 “Pues en vano me honrar, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”.
En vano es adorar a Dios, cuando no hay más que un mandamiento del hombre para esta adoración. Si quieres adorar a Dios debes tener un mandamiento de Dios para la adoración: y en Isaías 29:13 hay un lugar para el mismo propósito, que muestra cómo el Señor se ofende con cualquier hombre que enseñe su temor por sus propios preceptos: “13 Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado.” Fíjense, si esto es así, el Señor tenga misericordia de nosotros en esto.
Cada uno de ustedes tiene motivos para sentirse humillado, y pienso, que en un grado u otro, que esta congregación tiene mucho que sentirse humillada, así como la mayoría de las congregaciones que han tenido el temor de Dios, pero les enseñaron por los preceptos de los hombres: ¿cuántas cosas ha habido en la adoración de Dios que no puedes demostrar utilizando la Palabra? Muchas cosas son meras invenciones de los hombres, sin embargo, ahora están descartadas, porque la autoridad vino y las expulsó. Y así ustedes se someten a dicha autoridad, pero no es suficiente que se someta a la autoridad, porque esta lo requiera, sino que debes ser humillado delante de Dios por toda tu adoración según tu propia voluntad, por todas las veces que has cedido a cualquier cosa en la adoración de Dios que te fue enseñada por los preceptos de los hombres.
Comprende cuán severo fue Dios con Nadab y Abiú por solo tomar otro fuego que el que Dios había designado para ofrecer incienso, aunque no había ningún mandamiento directo contra esto. Si el Señor te ha perdonado, y no ha manifestado ningún disgusto sobre ti, tienes motivo para reconocer la misericordia de Dios y ser humillado por toda tu adoración falsa. Ciertamente Dios espera que esta tierra sea humillada por su adoración voluntaria, porque de lo contrario, estarían sembrando entre espinos. Con toda la Reforma que hay entre nosotros, sino hubiera una humillación antes por toda nuestra adoración falsa, no sería suficiente que establezcamos ahora la verdadera adoración de Dios, sino que deberíamos ser humillados por nuestra adoración falsa. Y esa es la primera nota: Que en la adoración de Dios no debe haber nada más que lo que Dios manda.
Transcripción: Ps. Adrián Luna
Autor: Ps. Jeremiah Burroughs
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