Cambiando tu miedo por gozo
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Lucas 2:8-14
Lucas 2:8-14
Tenia aproximadamente 8 años de edad, nos acabábamos de pasar a vivir a una humilde casa que mi mamá construyo con el dinero del divorcio que mi papá le había dejado, en un terreno que le heredó mi abuelito.
Todo empezó con ruidos extraños en el techo ondulado de asbesto, esto pasaba todas las noches al rededor de la media noche, lo único que hacia era jalar las sabanas y cubrirme completamente, me sentía indefenso y no quería comentarle a mi mamá de la situación, hasta que un día escuche a mi mamá comentar que ella también escuchaba esos ruidos en el techo de la casa, fue ahí que le dije que también yo los escuchaba. No se imaginan la cantidad de consejos y secretos que le decían a mi mama que realizara para ahuyentar ese espíritu que me atemorizaba hasta un nivel de paralizarme.
Un día una tía hermana de mi mama nos invitó a su casa a comer, disfrutaba ir casa de esta tía porque comían delicioso y abundante, esa tarde después de la comida no sabía que tenían preparada una comida aun mas deliciosa y abundante, nos invitaron a un culto de adoración, el templo estaba frente a la casa de mi tía, aun recuerdo aquel primer día, todo lo que hacían me parecía extraño sin embargo algo dentro de mi corazón ardía como una llama impulsándome a querer aprenderme los cantos y conocer mas de lo que hablaban.
Todo fue una hermosa experiencia, sin embargo ahora volvía a mi casa nuevamente a enfrentarme con esos miedos que cada noche me atormentaban, yo estaba consiente que esto provenía de algo malo contrario a Dios, pero dije ahora estoy del lado de Dios así que esto debe parar, pero para mi sorpresa las manifestaciones incrementaron y ahora mas intenso, así que mi mama se acerco al pastor de la iglesia y le comentó lo que estábamos pasando, recuerdo estar a un lado de mi mama cuando le dijo el pastor que ahora nosotros teníamos autoridad como hijos de Dios para reprender todo espíritu contrario. recuerdo que el primer verso que aprendí de memoria era Filipense 4:13, así que cada vez que escuchábamos esos ruidos extraños, nos levantábamos de la cama y junto a mi mama orábamos a Dios por su protección y ordenábamos a todo espíritu del enemigo a irse de nuestra casa, recuerdo que cada vez que orábamos el ruido se intensificaba y se iba, hasta el punto que nunca mas se volvió a escuchar.
Mis miedo se fueron por completo al saber la buena noticia que había un Salvador que es Cristo el Señor y que esta por encima de todo y que su poderío y su reino no tiene fin.
Los pastores
Los pastores
Los ángeles anunciaron el nacimiento de Cristo, pero no a los líderes políticos, ni a los sacerdotes, fariseos o escribas, sino a unos pastores. ¿Por qué? El oficio de cuidar ovejas no se consideraba vocación muy elevada. Más bien, el Sanedrín había establecido que quien pastoreaba ovejas no era digno de confianza y no podía aceptarse como testigo. ¿Por qué, entonces, llegaron los mensajeros celestiales a los pastores? Parece ser que Dios, quien sabe todo, incluyendo el corazón humano, encontró en aquellos hombres, pobres y humildes, un corazón dispuesto a creer.
El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí,
por cuanto me ha ungido
para anunciar buenas nuevas a los pobres.
Me ha enviado a sanar los corazones heridos,
a proclamar liberación a los cautivos
y libertad a los prisioneros,
Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Nueva de gran gozo
Nueva de gran gozo
Que nació un Salvador que es Cristo el Señor.
Hoy Cristo el Salvador y Señor quiere nacer en su corazón.
para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
El pesebre
El pesebre
”Vengan ya, vamos a discutir en serio,
a ver si nos ponemos de acuerdo.
Si ustedes me obedecen, yo los perdonaré.
Sus pecados los han manchado
como con tinta roja;
pero yo los limpiaré.
¡Los dejaré blancos como la nieve!
”Entonces comerán
de lo mejor de la tierra;
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.
Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
Porque dice:
En tiempo aceptable te he oído,
Y en día de salvación te he socorrido.
He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.