Consejo y oración de hoy

20 de diciembre

Mateo 1:21 RVR60

Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

El nombre que damos a un niño puede traer diferentes reacciones a las personas que lo escuchan: puede ser motivo de sorpresa, evocar un recuerdo, ser motivo de molestia o desagrado o ser señal de esperanza.

El nombre dado al Hijo de Dios hecho hombre, Jesús, significa en la lengua nativa de María: “Jehova Salva”, es el nombre en el cual dio a conocer su plan final para consumar la salvación de su pueblo del castigo que merece por sus pecados.

Esta es la convicción que quedó grabada en el corazón y la mente del apóstol Pedro cuando respondió acerca del milagro de sanidad que habían presenciado a las autoridades de Israel, ese milagro no había sido hecho por su propia autoridad sino en la autoridad del nombre de Jesús a quien ellos habían rechazado y crucificado, Pedro entonces dijo estas palabras que son un eco de lo que el angel dijo a María:

Hechos de los Apóstoles 4:12 RVR60

Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

El nombre de Jesús para mi debe ser el fundamento de mis convicciones acerca de mi vida y la esperanza que yo tengo acerca del futuro.

Porque solo en el nombre de Jesús me es otorgada una salvación gratuita y recibo autoridad para declararme libre del pecado.

Yo puedo confesar con seguridad mi salvación porque Jesús vino con el propósito exclusivo de salvarme y yo he creído en El.

Si yo he confiado en Jesús para alcanzar salvación y perdón de mis pecados, también puedo confiar que es poderoso cada día para salvarme de cualquier mal que pueda venir sobre mi.

Oremos,

Padre afirma la convicción de fe que quedó atesorada en el corazón de María, la convicción de fe que no pudo ser callada por el apóstol Pedro: Que solo en el nombre de Jesús hay salvación, que no hay otro nombre dado a los hombres en quien podamos ser salvos.

Señor ayúdame a vivir ahora con la autoridad que he recibido en el nombre de Jesús para vencer el pecado en mi vida, para obedecer tu Palabra y ser guiado por tu Espíritu.

Oro para que esta buena nueva siga siendo predicada a cada pecador que no ha alcanzado tu salvación, a cada miembro de mi familia, a cada vecino en donde vivo. Te pido el poder de tu Espíritu Santo para ser testigo de la autoridad del nombre de Jesús como Pedro y muchos otros que han sido llamados a hacerlo.

En el nombre de Jesús, amén.

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