La ley del pecado y la ley Espíritu
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Lectura bíblica: Gálatas 5:16-18
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
Texto Clave: Gálatas 5:17
"Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis".
Introducción:
Quisiera comenzar este mensaje reflexionando un poco en una serie de preguntas que tal vez como creyentes alguna vez o varias veces en nuestro caminar con Cristo nos hemos preguntado:
¿Por qué si soy creyente sigo pecando todavía?
¿Por qué termino haciendo las cosas que no quiero hacer?
¿Por qué no hago las cosas que si quiero hacer?
Para responder estas preguntas y muchas más parecidas quiero que hoy conozcamos a cerca 3 diferentes leyes que nos encontramos en los escritos del apóstol Pablo.
La introducción de la ley: Gálatas 3:19-20
Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno.
La primera Ley que es necesario que conozcamos es La Ley que se encuentra en el pentateuco de nuestras biblias con 613 mandamientos y que fue entregada a causa de la transgresión y fue un método de justificación que Dios proveyó para librar al hombre del pecado porque dice en Romanos 10:5 y Levítico 18:5 que: "El hombre que la cumpla vivirá por ella", pero el problema fue que ningún hombre pudo cumplir la ley y todo pecaron, por eso dice Romanos 3:10 y Salmos 14:3: "No hay justo, ni aún uno."
Pero si cumpliésemos esa ley nos justificaríamos, sin embargo como ya vimos nadie puede cumplirla, entonces al final y al cabo la ley no nos justifica como lo dice Romanos 3:20: "ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él"; pero también en esta cita bíblica nos damos cuenta que: "por medio de la ley es el conocimiento del pecado". O sea que la ley realmente fue entregada para que nos diésemos cuenta de nuestro pecado, o sea que actúa como un láser que nos apunta para mostrarnos que somos incapaces y para señalarnos como pecadores.
¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.
Pero a pesar de que la ley nos muestra que somos pecadores, no es mala, ni tampoco la ley es un pecado y esto es algo que apóstol quiere aclarar en el capítulo 7 y por esto dice claramente que "En ninguna manera" la ley es pecado, sino que la ley es la que nos hace darnos cuenta de nuestro pecado, porque no conociéramos la codicia, sino se nos hubiera dicho "No codiciaras".
Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;
Así que nos damos cuenta que todos somos pecadores porque tenemos una ley que nos los indica y por eso precisamente vino la ley para que abundase el pecado y donde abundo el pecado, sobreabundo la gracia.
Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno.
¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.
Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.
En estos versículos se nos resume bastante bien que la ley se introdujo para que fuese nuestro "Ayo" este "Ayo" en la cultura griega era el esclavo que estaba específicamente encargado de llevar a los niños a la escuela, no era el maestro, sino solo el encargado de llevar los niños de su casa hasta la escuela y Pablo a los gálatas les dice que de la misma forma la ley vino a ser ese esclavo que los llevó a Cristo, a fin de que los judíos fuesen justificados por la fe y no por la ley.
Romanos 7:12
Y para concluir esta primera parte de la introducción de la ley es importante recalcar que Pablo estaba muy preocupado en dejar claro que la ley no es mala porque enfatiza diciendo que "ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno". Más que la ley sea en un problema Pablo quiere dejar claro que el problema es la ley del pecado que habita en el hombre y que la ley lo único que hace es señalar ese pecado y es por esto que del versículo 14 en adelante comienza a describir la ley del pecado y del mal.
La ley del mal y del pecado: Romanos 7:14-20
Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
Pablo comienza diciendo en estos versículos una vez más que la ley es espiritual y buena, pero el problema esta en su interior y que en su carne no mora el bien, porque el bien que quiere hacer, no hace, pero el mal que no quiere hacer ese termina haciendo y de alguna manera se justifica diciendo que su voluntad es hacer lo bueno, pero es el pecado que habita en él que hace contrario a su propia voluntad.
Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
Esa ley que halla en su interior es: "el mal" y también "la ley del pecado" que habita en sus miembros y esta es la segunda ley que estamos tratando en este mensaje y podemos ver la frustración de Pablo por tener esta ley en su interior que se refiere así mismo como: ¡Miserable! y reconoce que con la mente sirve a la ley de Dios porque sus pensamientos son agradarle, pero con la carne sirve al pecado.
Esa ley del pecado que actúa en nuestros miembros es esa murmuración, ese chambre, mentiras, lujuria, masturbación, robo, envidia y muchos pecados más que está dentro de nosotros y que tal vez muchas veces nos hemos preguntado ¿Por qué ese pecado sigue ahí? y la respuesta es porque esa ley del pecado esta en nuestros miembros y esta en nuestra carne y no seremos libres de este cuerpo hasta la misma muerte.
Hasta aquí esto parece ser una escenario trágico; que a pesar de que todos queramos hacer el bien de todas formas siempre pecaremos, pero tenemos que ir al capítulo 6 de Romanos donde encontraremos una esperanza.
Nuevo nacimiento y el bautismo: Romanos 6:1-4
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
Pablo en este capítulo 6 de Romanos nos habla de que no debemos someternos al pecado porque todo aquel que fue bautizado en Cristo y que por ende tuvo que haber creído en Él, entonces también murió juntamente a su vieja vida y así como Cristo resucito también nosotros debemos resucitar a una novedad de vida porque precisamente de eso se trata el bautismo en agua.
Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.
Pablo se toma el tiempo para dejar bien en claro que el que nació de nuevo ya no quiere vivir en el pecado, sino que quiere vivir una nueva vida en Cristo Jesús y esto nos lleva a pensar que si un creyente sigue deseando una vida de pecado, entonces puede que no haya nacido de nuevo.
Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.
El apóstol sabe que tenemos esa lucha de pecado en nuestros miembros, pero nos invita a que no nos rindamos y que nos consideremos muertos al pecado e insiste en exhortarnos a que el pecado no sea el dueño y señor de nuestras vidas, sino que sea Dios a quien nos sometamos y en el capítulo 8 de Romanos nos brindará otra esperanza más y una buena noticia a parte del nacimiento de nuevo y el bautismo en agua.
La ley del Espíritu: Romanos 8:1-2
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
La buena noticia que tenemos ante la ley del pecado es que no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús y que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Y es muy necesario resaltar que la respuesta y esperanza inmediata para la ley del pecado, es la ley del Espíritu que recibimos precisamente cuando nacemos de nuevo en Cristo Jesús y esta ley Pablo la desarrolla en este capítulo 8 de Romanos donde establece que podemos tomar 2 naturalezas (La carnal o la espiritual), porque los que son de la carne hacen cosas de la carne, pero los que son del Espíritu hacen cosas del Espíritu y también señala que que los que viven según la carne no pueden agradar a Dios, pero aquellos que tienen al Espíritu Santo morando en su vida si pueden vivir de acuerdo al Espíritu.
Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
Vivir conforme a la carne nos trae muerte, pero vivir en el Espíritu nos trae vida y si alguna vez nos preguntamos ¿Cómo estoy seguro que soy hijo de Dios?, en Romanos 8:14 encontramos la respuesta y esta es: Asegurándonos que somos guiados por el Espíritu de Dios y claro esta entonces que no por las obras de nuestra carne.
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Ante esta lucha de 2 leyes o 2 naturalezas en nuestro interior Pablo nos alienta explicándonos que en nuestra debilidad humana El Espíritu Santo de Dios nos ayuda y si no sabemos pedir como conviene, Él mismo Espíritu intercede por nosotros.
La carne y el pecado en contra del espíritu: Gálatas 5:16-25
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
El apóstol Pablo en estos versículos claramente nos muestra que tenemos 2 opciones que son andar en el espíritu o satisfacer los deseos de la carne, pero deja claro que no se puede andar en los deseos de la carne y en los del espíritu al mismo tiempo porque estos se oponen entre si y si andamos en los deseos de la carne eso se hará manifiesto por medio de sus obras que son: "adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas". En esta lista podemos encontrar 18 pecados que presentan el número de la bestia y del anticristo porque 6+6+6=18, pero del otro lado el apóstol nos muestra 9 frutos del espíritu que son: "Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre, templanza". Y el número 9 precisamente representa frutos o los resultados del Espíritu.
Así que hermanos no nos podemos engañar, hay una lucha tremenda internamente de nosotros y los que viven en Él Espíritu se va a notar por sus frutos y el que este viviendo la ley de la carne y del pecado también se va a notar por sus obras de pecado.
El hombre no puede cambiar a nadie: Mateo 23:25-28
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
Pero a pesar de que como iglesia veamos a muchos viviendo en las obras de la carne y en pecado debemos darnos cuenta que nosotros no podemos cambiarlos y muchas veces caemos en legalismo porque a punta de ley queremos arreglar a la gente, cuando el hombre no puede cambiar la ley del pecado que esta dentro del hombre, pero si hay un Espíritu que es él único que puede ayudar al hombre a cambiar y ser diferente y ese Es el Espíritu Santo de Dios que recibimos cuando creímos.
Cuando tenemos al Espíritu no hay necesidad de decirle a la gente: mira tu pelo, mira tu caminar, mira tus redes sociales, mira tu testimonio, mira tus palabras, porque Aquel que esta dentro de nosotros que es más poderoso será quien haga la obra en nuestro interior y de repente sin que nadie lo pida vamos a dejar nuestra vieja manera de vivir porque ahora habrá alguien dentro de nosotros a quien queremos agradar y ahí es cuando nosotros comenzamos a ver el cambio de las personas que primero sucedió en su interior, para luego verse reflejado en su exterior.
Ahora que no debe aprovecharse nadie de esto para decir que quiere seguir viviendo de la misma manera porque tengo que decirles lo mismo que Pablo le dijo a los Gálatas en el capítulo 5 y versículo 13:"Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros". Y si alguien todavía después de este mensaje quiere seguir viviendo en pecado es porque esta demostrando entonces que todavía las obras de la carne están siendo más fuertes que las del espíritu.
Conclusión:
Así que hermanos ante la ley de maldad y del pecado que habita en nuestra carne tenemos un Espíritu Santo que intercede por nosotros y que lo recibimos al nacer de nuevo y lo que tenemos que hacer es andar en Él Espíritu para no satisfacer los deseos de la carne y para esto es necesario cada vez más y más buscar las cosas espirituales y no las carnales y en nuestra debilidad pedir por la asistencia del Espíritu Santo porque no es nuestras fuerzas, sino con su Santo Espíritu dice el Señor.
Predicado:
Iglesia Mahanaim - 17 de Diciembre del 2024